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El pollo es un platillo apetitoso y fácil de preparar que puedes combinar con casi cualquier cosa. Comer pollo semicrudo o crudo es muy peligroso y puede hacer que te enfermes gravemente. Por lo tanto, es importante que sepas cuándo este alimento es seguro para comerlo. Una forma infalible de estar seguro de comer un alimento seguro, saludable y delicioso es usar un termómetro y revisar el pollo.

Método 1
Método 1 de 2:

Usar un termómetro

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  1. Comprar el termómetro adecuado puede hacer que el proceso de cocción sea mucho más fácil. Para obtener la lectura más precisa, lo más recomendable es que uses un termómetro para carnes digital. Sin embargo, también puedes usar un termómetro análogo. [1]
  2. Llena una jarra grande con hielo y agua de grifo, y mezcla bien hasta que el hielo se distribuya uniformemente. Coloca un termómetro en la jarra de hielo o mezcla de agua y espera 30 segundos, o hasta que la temperatura de lectura permanezca en un número. Ajusta la lectura del termómetro hasta que permanezca en 0 ºC (30 ºF).
    • Sin importar el tipo de termómetro que uses, asegurarte de que esté adecuadamente calibrado es esencial para obtener una lectura precisa de la temperatura.
  3. Si pruebas la temperatura de la parte más gruesa de la carne, te asegurarás de que toda la pieza de pollo esté cocida y no simplemente las porciones delgadas. Identifica el área del pollo que tenga más carne, la cual generalmente está en el centro de la pieza.
  4. Introduce el termómetro dentro de la parte más gruesa del pollo asegurándote de que el extremo permanezca cerca de la mitad de la pieza. Espera aproximadamente 30 segundos o hasta que la lectura del termómetro se vuelva estable.
    • Debes cocinar el pollo hasta que alcance los 75 ºC (165 ºF). [2]
    • Si la temperatura del pollo sobrepasa estas temperaturas, probablemente se haya cocido en exceso. Si su temperatura es menor, necesitará más tiempo de cocción.
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Método 2
Método 2 de 2:

Notar señales visuales

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  1. Cuando cocines el pollo, perderá humedad y se endurecerá. El pollo crudo tiene una textura gomosa o poco firme, mientras que el pollo cocido es firme y recupera su forma después de tocarlo.
    • Un buen ejemplo de la textura que debe tener un pollo cocido es lo que sentirías al mantener la mano abierta y presionar el dedo medio hacia el pulgar.
  2. Mientras cocines, con frecuencia se acumula jugo en la bandeja o el recipiente en el que cocines el pollo. El jugo de pollo cocido debe ser de color blanco o transparente mientras que el jugo de pollo crudo será más rosado. [3]
    • Revisar el color del jugo para verificar que la carne esté cocida es un truco que solamente funciona para los pollos y no con otros tipos de carne.
  3. El pollo crudo mantiene mucha humedad, la cual expulsa durante el proceso de cocción. La carne también tiende a encogerse mientras las cocinas porque las fibras de los músculos se contraen. La pieza de pollo cocida será ligeramente más pequeña que la pieza de pollo crudo con el que comenzaste.
  4. El pollo crudo o semicrudo tiene un tono rosado. Puedes identificar si el pollo necesita más tiempo de cocción cortando la parte más gruesa del pollo y mirando su color. El pollo cocido será blanco en la parte interna con un tono no rosáceo y un color marrón dorado en la parte externa.
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