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La vida de un adolescente puede ser caótica, en especial cuando tratas de equilibrar un largo día en la escuela, las actividades extracurriculares, las relaciones con amigos y familiares, y las tareas. Para tomar un poco el control, es importante que administres tu tiempo y mantengas tu salud. Es fundamental que mantengas las tareas y plazos organizados. También es importante que comprendas los cambios por los que estás pasando, así como cómo mantener tu cuerpo con energía a medida que pasa por estos cambios. Finalmente, llevar una vida integral y equilibrada te ayudará a establecer hábitos saludables que te ayudarán a sobrevivir a la adolescencia y mantenerte al control de tu vida más adelante.

Método 1
Método 1 de 3:

Administrar tu tiempo

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  1. Por lo general, los adolescentes tienen que hacer malabarismos con la misma cantidad de responsabilidades que los adultos. Un día completo en la escuela, un club después de la escuela, prácticas para un deporte y las tareas pueden sumar hasta 12 a 14 horas al día, por lo menos. Una planificador te ayudará a mantener tu horario organizado. [1]
    • Antes del inicio de cada semana, anota todo lo que pienses o debes hacer.
    • Conócete a ti mismo y el tiempo que te toma completar varias tareas, y establecer tu plan semanal de acuerdo con ello. Sé realista con respecto a lo que realmente puedes conseguir en un día para evitar programar demasiado.
    • Poner todo en papel te ayudará a ordenar tu tiempo, para que puedas estar donde debes estar a tiempo y ordenar las tareas de alta prioridad antes que las menos importantes.
  2. Elabora listas de tareas diarias. Todas las noches, escribe la lista de tareas del día siguiente. Si prefieres, usa una laptop o una aplicación en tu celular o computadora. Completa todas las tareas de la lista el día siguiente. Esto te ayudará a colocar las tareas en orden de importancia y te ayudará a desarrollar un sentido de compromiso. ¡Completar lo que pretendes terminar te llevará más lejos en la vida! [2]
    • Fíjate en cualquier tarea específica que tal vez tengas que realizar en casa, además de las cosas que debes terminar en la escuela.
    • Anota un recordatorio y tenlo a la mano en caso de que debas preguntarle algo a un amigo o profesor.
    • Escribe en una lista tu horario de clases y actividades a fin de que puedas planificar el tiempo que necesitas para llegar de un lugar a otro.
  3. Así como te trazas objetivos semanales y diarios, usa un calendario para que te ayude con los planes a largo plazo. Anota las fechas importantes, como las pruebas, los eventos deportivos, los recitales, los cumpleaños, etc. Establece objetivos personales a largo plazo además de las cosas que debes hacer: [3]
    • Piensa en 1 a 5 cosas que te gustaría conseguir en cada ciclo académico, como aprender un nuevo pasatiempo o, si eres lo suficientemente mayor, aprender a conducir o postular a una universidad. Descompón cada objetivo en objetivos intermedios o pasos más pequeños y normales.
    • Sé realista con respecto a tus objetivos : no te prepares para el fracaso diciendo que harás algo que está fuera de tu alcance.
    • Escribe los pasos en tu calendario y lleva el registro de tu progreso para ayudarte a desarrollar planes a largo plazo.
    • Sigue este mismo procedimiento de descomposición para los requisitos como las pruebas y artículos.
  4. No dejes las cosas para después . Trata de no desviarte, perder el enfoque o dejar las cosas para la última hora. Si dejas las cosas para después, dejas menos tiempo para los planes de contingencia y prácticamente te preparas para estar abrumado. Adquiere el hábito de terminar una tarea a la vez, y si dices que vas a hacer algo, entonces hazlo. [4]
    • Usa un planificador semanal, lista de tareas diarias y calendario a largo plazo para que te ayuden a mantenerte al día en tus tareas y proyectos.
    • Pídeles a tus amigos que te ayuden a motivarte para terminar las cosas en vez de tentarte a postergarlas, y haz lo mismo por ellos.
    • Ser proactivo y aprender rápido a terminar las cosas a tiempo también te ayudarán a mantenerte al control más adelante en la vida.
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Método 2
Método 2 de 3:

Mantenerte sano

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  1. Tu cuerpo y tu mente se están transformando. Estás lleno de hormonas que vuelven tus emociones intensas y difíciles de regular. Te encuentras constantemente en situaciones sociales en la escuela y en casa que exacerban esas emociones. Tomar el control de tu vida también significa reconocer lo que está fuera de tu control: es un momento incómodo y difícil en la vida. Es importante que lo aceptes. [5]
    • Los cambios y desarrollos neurológicos y hormonales en tu cuerpo pueden hacer que te sea difícil controlar y lidiar con tus emociones. Podrías sentirte abrumado, confundido y fuera de control. Debes saber que esto es normal y que hay cosas que puedes hacer para mantenerte sano y poder lidiar con esta situación.
    • Debes comprender que la adolescencia es algo por lo que todos pasan, así que no te critiques tanto.
    • No te preocupes demasiado por las críticas de tus compañeros o adultos. En algún momento, te verás tonto, dirás algo incómodo, te tropezarás y caerás, etc.: es parte del trato.
  2. El crecimiento y el desarrollo consumen bastante energía, y tener una agenda apretada requiere aun más energía. Es fundamental que lleves una dieta bien equilibrada para impulsar tu crecimiento y productividad. Nunca te saltes las comidas y siempre asegúrate de desayunar para pasar el día con el tanque lleno. [6]
    • La mitad de lo que comes deben ser frutas y verduras. Equilibra el resto de tu dieta con alimentos integrales, como pan integral, arroz integral o avena, y proteínas magras, como el pavo, pollo, mariscos y huevos.
    • Consulta con tu médico para aprender más de tus necesidades alimenticias específicas.
    • No hay un número correcto de calorías a ingerir y no hay una porción universal para todos. Si ya eres un chico muy activo, tendrás que comer más que una chica menos activa. Conoce tus necesidades corporales y toma esta etapa mientras eres joven para establecer hábitos saludables duraderos. [7]
    • Los adolescentes no deben seguir dietas de pérdida de peso o tratar de bajar de peso comiendo menos a menos que el médico lo recomiende. [8]
  3. Aprende a lidiar con el estrés y controlar tus emociones. La adolescencia es una etapa tumultuosa y habrá momentos en los que te sientas estresado y abrumado. Aprender maneras saludables y productivas de lidiar con tus emociones no solo te ayudará a tomar el control de tu vida como adolescente, sino también te preparará para el éxito de adulto.
    • Cuando te des cuenta de que te estás molestando, formúlate las siguientes preguntas: “¿A qué estoy reaccionando?”, “¿Por qué esto me enfada tanto?”, “¿Es un hecho o solo una opinión?”, “¿Estoy sacando conclusiones precipitadas?”, “¿Le estoy dando a esto más importancia de la que realmente merece?”, “¿Esto será importante en seis meses?”.
    • Comunícate de forma asertiva. Muchas personas creen erróneamente que “asertivo” significa “agresivo”. Ser asertivo significa expresar con claridad y respeto tus deseos y necesidades, y también escuchar y valorar las opiniones de los demás. No esperes que nadie sepa lo que quieres o necesitas: si necesitas un poco de espacio, simplemente pídelo. Di algo como “Me siento muy estresado y abrumado ahora. Solo necesito ir a mi cuarto y estar solo un rato”.
    • Aprende a respirar hondo. Sentirte abrumado podría activar tu sistema nervioso simpatético, conocido como la respuesta de lucha o huida. Puedes contrarrestar esto con la respiración diafragmática, en la que respiras hondo hacia el abdomen. Coloca la mano en el abdomen y siente cómo se levanta a medida que inhalas a la cuenta de cinco. Sostén la respiración por un momento y luego exhala por otros cinco segundos. Hazlo hasta que empieces a sentirte calmado.
    • Escribir en un diario es una forma excelente de solucionar tus emociones y desahogarte. Escribe libremente 3 páginas en un cuaderno todos los días. No te preocupes por la ortografía, gramática, tener sentido o incluso ser justo. Solo suelta todo lo que pase por tu mente en ese momento (solo asegúrate de mantener este diario en privado).
    • Encuentra formas de reducir tu estrés. Correr, meditar, hacer algo creativo, montar una bicicleta, jugar videojuegos, salir de compras: sea cual sea la actividad positiva que te haga sentir mejor y menos estresado, date permiso para disfrutarla.
  4. La mayoría de adolescentes no duermen la cantidad de horas recomendada, que es como mínimo 9 a 10 horas cada noche. Recuerda que esos cambios por los que está pasando tu cuerpo consumen bastante energía y debes descansar para recuperarte. Está bien que los adolescentes duerman hasta tarde los fines de semana. Por lo tanto, recuérdales a tus padres que esta no es una señal de flojera, sino algo necesario para tu cuerpo. [9]
    • Duerme y levántate a horas habituales. Desarrolla una rutina de sueño.
    • No mires tu celular o computadora antes de ir a dormir y escucha música relajante o lee un libro para crear un buen ambiente para dormir.
  5. Ser activo todos los días puede ayudarte a tomar el control de tu cuerpo cambiante, mantener una mentalidad positiva y ayudarte a simplemente divertirte. Se recomienda que los adolescentes estén activos por al menos 60 minutos combinados al día, ya sea por medio de la clase de educación física, un entrenamiento en el gimnasio, la práctica de un deporte o el ciclismo. [10]
    • Ponte activo afuera para reducir el tiempo que pasas frente a la pantalla, es decir, el tiempo que miras el celular, la computadora o la televisión.
    • Haz que el ejercicio sea una actividad social o una forma de divertirte con tus amigos.
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Método 3
Método 3 de 3:

Mantenerte conectado a tierra y equilibrado

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  1. Determina tus prioridades y valores . Tienes que establecer prioridades en términos de las tareas que esperas cumplir, pero también tienes que priorizar tus valores para tomar el control de tu vida. Determina el tipo de persona que quieres ser, y toma decisiones buenas y conscientes que te mantendrán al control de tu vida ahora y bien en el futuro. Formúlate preguntas como: [11]
    • ¿Cuáles son las cualidades personales (como fidelidad, generosidad, honestidad, buen humor, amabilidad, entre otros) qué son más importantes para mí?
    • ¿Qué tipo de actitud quiero tener? ¿Quiero ser una persona optimista que ama la vida? ¿Cómo puedo hacer que esa actitud sea algo real por medio de mis decisiones cotidianas?
    • Si tomo, fumo o me drogo, ¿cuáles serán las consecuencias para mi salud, bienestar y carácter?
    • ¿Cómo quiero expresarme por medio de la ropa que uso, las palabras que digo, la forma en que trato a los demás, las actividades que realizo y la calidad de mi trabajo?
  2. No tengas miedo de decir “No” . Podrías enfrentarte a la presión para llenar tu tiempo libre con actividades extracurriculares hasta solicitudes universitarias, pero debes comprender que la escuela y las tareas te darán un día de ocho horas completas. Conócete y conoce lo que es demasiado para que mantengas tu productividad y salud. [12]
    • Por ejemplo, es posible que realmente te guste cantar y te encante jugar fútbol. Si tratas de participar en un coro y jugar fútbol a la vez, podrías agotarte o desempeñarte mal en ambos. Juega fútbol y luego cuando la temporada termine, fíjate si puedes unirte al coro.
    • Pregúntate si tomar el tiempo para cualquier actividad extracurricular o trabajo perjudicará tu desempeño en la clase. ¡Tu desempeño académico siempre debe ser tu máxima prioridad!
  3. Habrá momentos en la adolescencia en los que te sientas abrumado o necesites consejos. Pídeles a tus padres, otros adultos de confianza y amigos que te ayuden. Pídeles que te recuerden los acontecimientos importantes y lleven el control de tus responsabilidades. [13]
    • No deposites toda tu fe en los demás y no evadas tus responsabilidades, pero nunca dudes en pedir ayuda o consejos.
    • Mantén a tus padres actualizados con respecto a lo que tengas que hacer. Diles “Tengo una prueba importante en tres semanas. ¿Podrían asegurarse de que estudie para esa prueba? A lo mejor podrían someterme a prueba antes de la fecha de la prueba”.
  4. Sé independiente . A veces es difícil que tus padres acepten que estás creciendo, y terminan quitándote el sentido de control que tienes sobre tu vida. Comprende que es probable que se comporten así principalmente por amor y necesidad de protegerte. Sin embargo, es importante que les digas que ahora eres más responsable e independiente. Lo importante es dejar que te conozcan como un adulto joven. [14]
    • Pasa más tiempo con tus padres, como ir al supermercado o a las tiendas juntos, salir a comer o realizar otras actividades que normalmente harías con tus amigos. Muéstrales directamente cómo te comportas en el mundo exterior, es decir, que puedes cuidarte de una forma madura.
    • No les digas que los padres de un amigo le dejan hacer algo que ellos no te permiten a ti. No llegarás a ningún lugar con ese argumento y solo terminarás insultando su estilo. Por el contrario, diles de una forma tranquila y clara cómo su sobreprotección te hace sentir y trata de comprometerte con ellos.
    • Escribe una carta. A veces puedes expresarte con más claridad escribiendo. Anota tus sentimientos, haz que tus padres lean la nota y conversa con ellos de forma madura.
    • Cuando salgas con tus amigos, mantente comunicado con tus padres. Mantente comunicado con ellos para que se preocupen menos cuando salgas y será más probable que ten más espacio para respirar con el paso del tiempo.
  5. Ser un adolescente implica obtener independencia y libertad, y es una etapa intermedia extraña tanto para ti como para tus padres. Tienes que respetar la autoridad de tus padres, pero también puedes recordarles que estás creciendo y desarrollando tus propios valores y opiniones. Es importante que todos sean pacientes y hablen con respeto. [15]
    • Respeta las reglas del hogar y las tradiciones familiares. Tus padres siguen imponiendo la ley y es importante que les muestres que te importa cómo han decidido criarte.
    • Sé claro y mantén la calma cuando hables con tus padres si quieres que respeten tu punto de vista. Es menos probable que “¡Mamá, déjame salir con mis amigos!” reciba una respuesta positiva que “Mamá, ¿puedo ir al supermercado con Stacy y Jill? La mamá de Jill nos llevaría y traería en su auto a las 8. Eso me deja suficiente tiempo para terminar mi tarea antes de ir a dormir”. La negociación, la claridad y los elementos específicos son fundamentales.
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