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¿Te resulta difícil aceptarte cuando cometes errores? ¿Tienes problemas para aprender de tus errores, por lo que continúas recayendo ante los mismos hábitos? Aceptar los errores puede ser una experiencia desafiante, en especial para aquellas personas que tienen una personalidad perfeccionista y que confunden "excelencia" con "jamás cometer un error". En ocasiones, un error no es un fracaso. El fracaso es el resultado de no tener éxito a pesar de hacer un esfuerzo consciente, mientras que los errores pueden ser inconscientes. Afortunadamente, puedes tomar algunas medidas para aprender a aceptar tus errores e implementar determinadas técnicas para aprovechar estas experiencias al máximo.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Aceptar tus errores

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  1. Existen muchos motivos por los cuales es necesario que te des permiso para cometer errores, dado que son una parte inevitable e inherente del ser humano. Los errores son una fuente invaluable de aprendizaje que enriquecerán tu vida, dado que te permitirán probar cosas nuevas y expandir tus horizontes. [1]
    • Por ejemplo, quizás quieras aprender a cocinar. Para comenzar, prueba decirte: “Soy nuevo en el mundo de la cocina, y probablemente cometa algunos errores. Eso está bien, es parte del proceso”.
    • En ocasiones, el miedo a cometer errores (perfeccionismo) se vuelve un obstáculo a la hora de probar cosas nuevas o completar proyectos, dado que el temor a fallar es tan grande que paraliza. No permitas que esto te suceda.
  2. En ocasiones, los errores no son producto de un esfuerzo propio, sino de la falta del mismo. No es posible esforzarse al máximo todos los días en cada uno de los aspectos de la vida. Las actividades cotidianas (conducir para ir al trabajo o preparar el desayuno) pueden volverse tan rutinarias que las personas no suelen enfocarse en ellas. Esto es útil en parte, dado que te permite invertir tu energía en otras actividades que requieren más atención. Sin embargo, esta fuerza del hábito puede llevar a cometer errores. Acepta que esto es parte del ser humano, que cuenta con una cantidad limitada de energía y de recursos de atención.
    • Por ejemplo, quizás conduzcas al trabajo de la misma forma todos los días, cinco veces por semana. Durante los fines de semana, debes llevar a tu hijo a la práctica de fútbol, pero notas que estás actuando en “modo piloto automático” y has tomado el camino para ir al trabajo. Este es un error normal, producto del hábito. Castigarte por cometer un error así no te ayudará en nada. En cambio, acepta el error y sigue adelante.
    • Algunos estudios sugieren que las personas son capaces de compensar aquellos errores que cometen en piloto automático, aunque no sean conscientes de las fallas en sí. Una investigación desarrollada con algunos mecanógrafos capacitados ha descubierto que los profesionales reducen su velocidad de escritura luego de cometer un error, aunque lo hagan de manera inconsciente.
    • Otros estudios sugieren que aproximadamente el 47 % del tiempo, las personas están “ausentes” o permiten que sus mentes divaguen, en lugar de concentrarse en sus tareas en cuestión. Estos son los momentos en los que generalmente se cometen los errores. Si descubres que estás cometiendo errores frecuentemente debido a esta “divagación mental”, practica algunos ejercicios de conciencia plena para volver a llevar tu atención al momento presente. [2]
  3. Los errores no siempre son el resultado de tus esfuerzos por lograr algo. En ocasiones, puedes cometer un error al no hacer algo. Las leyes suelen distinguir comisión (hacer algo que no deberías haber hecho) de omisión (no hacer algo que deberías haber hecho). La comisión suele ser más grave. [3] Los errores de omisión suelen ser más comunes que los errores de comisión. [4]
    • De todas formas, los errores de omisión también pueden afectar tu vida. Por ejemplo, si tu empresa no está actualizada con los últimos desarrollos tecnológicos, esto podría impactar en tu futuro financiero. [5]
    • Es importante reconocer ambos tipos de errores, dado que es posible aprender de cualquiera de ellos. Algunas personas se esfuerzan por evitar los errores de comisión al hacer lo mínimo indispensable y no asumir responsabilidades. Sin embargo, esto no evitará que cometan errores de omisión. Además, esta no es una manera muy útil de vivir o crecer. [6]
  4. Es muy importante que conozcas la diferencia entre ambas. Las equivocaciones son simples errores (como leer mal un mapa y tomar la salida incorrecta) y las malas decisiones son intencionales (como tomar la ruta panorámica al ir a una reunión e importunar a la otra persona al llegar tarde). Las equivocaciones son comprensibles y no es necesario enfocarse tanto para poder corregirlas. Acepta las malas decisiones simplemente como errores, pero préstales más atención.
  5. Es importante que no quedes atrapado en tus errores. Encuentra el equilibrio entre la autocrítica y la celebración de los logros. [7] Por ejemplo, puedes celebrar las cosas que has hecho bien o las áreas en donde observas mejoras. No tiene sentido que intentes mejorar si no eres capaz de apreciar el resultado de tus esfuerzos.
    • Quizás seas nuevo en el mundo de la cocina y sientas que hay algo de esta actividad que te ha atrapado instantáneamente. Es posible que seas capaz de decidir cuál es el condimento que necesita determinada receta simplemente al probar la preparación. Reconoce tus fortalezas.
  6. Existen ciertos mecanismos cerebrales que permiten detectar los errores. De hecho, el cerebro te enviará una señal cuando cometas una equivocación. Esto puede ser muy útil durante el proceso de aprendizaje. Los errores te ayudarán a enfocarte más de cerca en las actividades para intentar dar lo mejor de ti. [8]
    • Algunas investigaciones sugieren que algunos profesionales (como los médicos) tienen dificultades para corregir los errores, dado que confían demasiado en sus criterios. Existen algunos beneficios a la hora de abrirse a los errores y considerarlos oportunidades de crecimiento, incluso después de haberte vuelto realmente bueno en determinada actividad. [9]
  7. Algunas investigaciones sugieren que para volverse experto, se pueden necesitar hasta 10 años de práctica y error. Esto es cierto para cualquier persona, desde el compositor Mozart hasta el basquetbolista Kobe Bryant. No seas duro contigo mismo si no tienes éxito al principio. Esto es normal. Se requiere mucho esfuerzo durante un período prolongado de tiempo para alcanzar la grandeza en algo.
  8. Uno de los problemas de no permitirte cometer errores es pensar que tienes que tomar las decisiones correctas todo el tiempo. En lugar de establecer este objetivo poco realista, intenta reformular tus decisiones como experimentos. Un experimento puede tener consecuencias positivas o negativas. Igualmente, puedes esforzarte al máximo por obtener resultados positivos, aunque esto puede ayudarte a quitarte un poco de presión.
    • Por ejemplo, al cocinar, adopta una actitud experimental a la hora de preparar las recetas. No esperes preparar el plato perfecto. En cambio, considera la experiencia como una oportunidad para probar cosas distintas y aprender más acerca del proceso de cocción. De esta forma, evitarás juzgarte si cometes algún error, lo cual inevitablemente sucederá en algún momento.
  9. El cerebro cuenta con células nerviosas específicas que permiten que las personas puedan evaluar su rendimiento, detectar los errores y aprender de las equivocaciones. [10] Sin embargo, el cerebro tiene dificultades para aceptar los errores propios, y puede reformular una experiencia en algo positivo para evitar aceptar que se ha cometido un error. Si tienes problemas para reconocer y aceptar tus errores, es posible que este sea el motivo. [11] Comprender cómo funciona el cerebro con relación a los errores te permitirá ser más consciente de tu experiencia personal.
    • Básicamente, el cerebro responde de dos maneras ante los errores: modo de resolución de conflictos (“¿Por qué ha sucedido? ¿Qué puedo hacer para que no vuelva a suceder?”) y modo de desconexión (“Ignoraré este error”). Naturalmente, el modo de resolución de conflictos permite aprender de los errores y corregirlos en el futuro. Esto suele sucederles a las personas que creen que la inteligencia es flexible, y que todos son capaces de desarrollarse. El modo de desconexión suele presentarse en aquellas personas que creen que la inteligencia es “fija” (o eres bueno o eres malo en algo, y eso es todo). Esta forma de pensamiento evita que las personas puedan aprender y crecer. [12]
  10. Hoy en día, la sociedad hace que las personas tengan miedo de cometer errores. [13] Las personas aprenden desde la infancia que es necesario evitar los errores al máximo. [14] Aquellas que logran salir adelante son las que se toman este asunto seriamente. Ten un buen desempeño escolar y obtendrás una beca universitaria. Ten un buen desempeño en la universidad y te graduarás con honores y un promedio general alto. Hay poco margen para los errores. Por lo tanto, si has tenido problemas para aceptar tus errores al principio, no seas duro contigo mismo, dado que la culpa no es completamente tuya. Es posible que te hayan enseñado a ser exigente contigo mismo.
    • Recuerda que la creencia de que nunca debes equivocarte es errónea. Los errores son la única forma en que las personas aprenden. Por lo tanto, si no cometes (muchos) errores, es porque has aprendido la lección de principio a final. Si quieres aprender y crecer, ten en cuenta que los errores son parte del proceso.
    • Recuerda que el perfeccionismo exige estándares poco razonables. Cometer un error no significa “fracasar” o negar tus esfuerzos. Sé flexible en cuanto a las expectativas y date permiso para equivocarte. Esta es una manera más útil y efectiva de perseguir la excelencia. [15]
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Parte 2
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Aprender de los errores

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  1. Los errores te permitirán aprender, solo si te aseguras de corregirlos. [16] Por ejemplo, si has usado un ingrediente incorrecto en la cocina, asegúrate de preguntarle a tu madre o a una persona con conocimientos cuál es la forma correcta de utilizar determinado ingrediente para corregir la información en tu memoria.
  2. Una buena idea es escribir cuándo, dónde y cómo has cometido los errores en tu vida. De esta forma, podrás adquirir una mayor consciencia de tus patrones de comportamiento, los cuales pueden ser difíciles de percibir en el calor del momento. Lleva contigo un pequeño cuaderno y anota todas las veces que te equivoques. Vuelve a leer tus anotaciones más tarde, cuando tengas un tiempo libre, y explora las opciones para identificar qué es lo que podrías haber hecho distinto.
    • Por ejemplo, si estás preparando una receta nueva y las cosas no salen del todo bien, anota en qué parte estás fallando. Piénsalo más tarde por la noche para ver si puedes encontrar otras formas de preparar el plato.
    • Lleva un registro de tus progresos. Esto te permitirá conservar la motivación para seguir aprendiendo, a pesar de los errores. Lleva un registro del progreso a lo largo del tiempo y celebra todo lo que hagas bien. Un enfoque únicamente negativo no será útil en absoluto.
  3. Los objetivos enfocados en “ser bueno” en algo son poco realistas, en especial si apenas estás comenzando con una actividad nueva. Si estableces objetivos para “ser bueno”, subirás la apuesta y te exigirás tener éxito para ser una buena persona. Por otro lado, los objetivos para “mejorar” tienen que ver con ser mejor persona y no tendrás que alcanzar grandes logros para poder sentirte bien contigo mismo. En este caso, lo que se busca es el progreso, no la perfección. [17]
    • Por ejemplo, enfócate en el objetivo de “mejorar” al aprender cómo las distintas especias alteran el sabor de las comidas, en lugar de concentrarte en el objetivo de “ser bueno” al convertirte repentinamente en un cocinero magistral.
  4. El tiempo no es el único requisito para aprender de los errores. También será beneficioso seguir adelante con un objetivo específico. Por ello, es importante determinar tus errores y las razones detrás de ellos. Ser consciente de las cosas que haces mal y los motivos de tus equivocaciones te ayudará a crear un plan para practicar e incrementar tus capacidades.
    • Por ejemplo, si quieres perfeccionar una estrategia culinaria básica (como cocer la pasta), hazlo una y otra vez hasta calcular bien los tiempos. Quizás necesites un tiempo hasta obtener la blandura correcta de la pasta, pero cuanto más practiques, más cerca estarás de tu objetivo.
  5. No debes avergonzarte por buscar ayuda con algo que aún no sepas hacer del todo bien. Dejar de lado el ego y aprender de alguien más capacitado es una excelente estrategia para mejorar, en especial si siempre tienes la misma dificultad y no sabes cómo proceder. [18]
    • Por ejemplo, si tienes problemas para aprender los conceptos básicos de la cocina, puedes pedirle ayuda al cocinero de tu restaurante favorito o a un familiar que tenga mucha experiencia en la cocina.
  6. Algunas investigaciones sugieren que las personas que creen que pueden aprender de los errores tienen mayores probabilidades de lograrlo. Saber que es posible aprender de las equivocaciones es una excelente forma de realmente poder hacerlo. [19]
    • Después de cada error (como quemar la comida), prueba decir: “Puedo aprender de ello. Es posible usar esta experiencia como aprendizaje. Ahora sé que debo utilizar una temperatura más baja en el horno”.
  7. Las personas aprenden desde la infancia a poner excusas por sus errores, pero eso no es lo mismo que conocer los motivos de tus errores. [20] Si preparas un plato y los resultados no son los mejores, reconoce que has cometido un error, como no seguir las instrucciones precisas de la receta o usar sal en lugar de azúcar. Este es un motivo, no una excusa. Identificar los motivos detrás de los errores te ayudará a mejorar en el futuro, dado que sabrás qué es lo que has hecho mal. Estos son algunos de los motivos a tener en cuenta:
    • llegar tarde por no levantarte lo suficientemente temprano;
    • ser amonestado por equivocarte con un proyecto al no haber pedido las aclaraciones necesarias;
    • desaprobar un examen por no haber estudiado o por no haber priorizado el estudio.
  8. En ocasiones, todo lo necesario para aprender de un error es una sola situación. Sin embargo, este no es siempre el caso. Muchas veces, para aprender de los errores, las personas necesitan repetirlo muchas veces más. Al principio, puede ser difícil cambiar, por lo que es importante que te des un margen de error algunas veces antes de sentirte frustrado contigo mismo. [21]
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Consejos

  • Perdónate si sigues cometiendo los mismos errores. Es normal que determinado aspecto de tu vida te genere más dificultades.
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Advertencias

  • Evita pensar que eres inmune a los errores, aunque seas muy bueno en algo. Esto solo hará que te resulte más difícil aceptar un error.
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