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Los caracoles pueden ser excelentes mascotas para personas que tienen el tiempo para tener a un animal, pero no suficiente espacio. Cuidar a un caracol es fácil y barato, y puede ser un tema de conversación único. Una vez que tengas el hábitat listo, el mantenimiento consiste en darle de comer, limpiar el área y humedecer el terreno cada dos o tres días.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Preparar el contenedor y el sustrato

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  1. Sus dimensiones deben ser al menos 18 cm (7 pulgadas) de altura y 25 cm (10 pulgadas) de largo. Escoge un contenedor de plástico o de vidrio con una tapa removible en lugar de una jaula o un contenedor abierto, ya que de esta manera podrás mantener el suelo húmedo y reducirás las probabilidades de que los moluscos se escapen. A los caracoles les gustan los ambientes frescos y oscuros, así que será mejor que conserves su hábitat en un lugar donde no le caiga la luz del sol. [1]
    • Colocar el tanque alejado de la luz solar ayudará a mantener una temperatura constante en el hábitat y evitará que la temperatura se eleve demasiado, lo que podría hacer que los caracoles se sequen o se deshidraten y mueran.
  2. El compost de una tienda de jardinería puede servir, pero revisa el nivel de pH y asegúrate de que no contenga químicos que puedan hacerles daño a los caracoles. [2] Vierte el sustrato en el fondo del hábitat para crear una capa de alrededor de 8 cm (3 pulgadas) de profundidad y rocíale un poco de agua con ayuda de un frasco con atomizador para humedecerlo.
    • Si planeas colocar plantas en el tanque, tendrás que crear una capa de sustrato más profunda. Asegúrate de conocer los requisitos de las plantas específicas que vas a emplear a fin de poder darles suficiente espacio para echar raíces y crecer.
    • Por otro lado, si vas a usar tierra de tu jardín, es buena idea dejarla en el refrigerador o en el congelador de un día para otro para matar a los organismos que viven en ella. [3]
  3. Esta tapa debe tener por lo menos algunos agujeros para que el aire circule. Si no tiene, intenta crear una “ventana” en la tapa con mucho cuidado. Luego, cubre estos agujeros con malla mosquitera para evitar que los bichos entren al tanque y que los caracoles se escapen. [4]
    • Algunas tapas ya tienen agujeros, en cuyo caso solo tendrías que preocuparte de colocar la malla.
  4. El sustrato no debe estar blando y lodoso, ni, por el contrario, reseco e inhabitable. Rocía un poco de agua en la superficie para dejarlo suave al tacto, pero sin que haya charcos de agua. La idea es rociarlo constantemente para mantener un nivel de humedad estable. [5]
    • Con el tiempo, si el tanque se siente muy húmedo, podrías añadir más agujeros de ventilación en la tapa.
    • Si notas que el tanque está muy seco con el paso del tiempo, tal vez sea necesario que lo rocíes con agua más de dos o tres veces al día para poder conservar la humedad del ambiente en el nivel adecuado.
    • Es mejor tener un agujero grande de ventilación que varios pequeños. Recuerda que siempre y cuando esté cubierto con la malla, los caracoles no podrán escaparse. [6]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Añadir elementos decorativos, plantas y organismos

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  1. Existe una gran variedad de artículos que puedes colocar en el hábitat para hacerlo ver más natural y agradable a la vista. Lo único que debes evitar son los objetos que podrían aumentar el nivel de pH de la tierra, como las macetas pintadas, o los tazones de agua, ya que los caracoles no necesitan un recipiente para hidratarse y podrían ahogarse en un tazón. [7] A continuación, encontrarás algunas sugerencias de cosas que puedes usar para decorar el hábitat de tus caracoles:
    • objetos de cerámica sin pintar para que el caracol pueda usar como casa
    • rocas de varios tamaños para usar como escondite
    • corteza y ramas para trepar
    • estatuas pequeñas para decorar el paisaje del tanque
    • un plato roto o pequeño para colocar la comida
  2. Puedes dejar las plantas en macetas o sembrarlas en la tierra. La mejor opción suelen ser las plantas de interiores que pueden vivir con poca luz, ya que tienden a adaptarse al sustrato y se desarrollan bien bajo las mismas condiciones que los caracoles. [8] Por otro lado, ten en cuenta que podrían comerse estas plantas y, en este caso, tendrías que reemplazarlas luego de un tiempo. A continuación, encontrarás algunas sugerencias de plantas que puedes colocar en el hábitat de los caracoles:
    • helechos, ya que los caracoles suelen evitarlos y pueden crecer en ambientes con poca luz
    • hiedra, que crece rápidamente y no suele ser consumida por los caracoles
    • musgo, que da una capa de color verde a la tierra y sirve como un bocadillo
    • césped, que también puede servir de alimento
  3. Además de hacer que el hábitat se vea y se sienta más natural, puedes emplear organismos como las lombrices, los bichos bola y las cochinillas para limpiar y mantener la tierra en buen estado. Las lombrices descomponen el sustrato, los bichos bola descomponen los excrementos y los restos de materia orgánica, y las cochinillas descomponen las cortezas y otros desperdicios naturales del tanque para enriquecer la tierra. [9]
    • Si bien las lombrices, los bichos bola y las cochinillas son buenos para este tipo de hábitat, puedes añadir casi cualquier tipo de insecto al tanque. Incluso puedes encontrarlos fácilmente en tu propio jardín o en un parque de tu localidad.
    • No es necesario añadir más insectos al tanque, pero considera que al hacerlo reducirás las probabilidades de que se desarrolle moho, ya que estos organismos crean una barrera natural contra los hongos. [10]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Mantener el hábitat en buen estado

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  1. Los caracoles prefieren los lugares húmedos y, si el ambiente está muy seco, permanecerán escondidos dentro de sus caparazones. Puedes regar las plantas del interior siempre que lo necesiten, pero ten cuidado de no mojar demasiado la tierra. La idea es rociar el agua cada par de días, pero no lo hagas si notas que el sustrato sigue húmedo. [11]
    • No uses un frasco con atomizador que ha contenido químicos antes. Es mejor comprar un frasco nuevo para proteger a los caracoles de cualquier sustancia dañina. [12]
    • Si tienes una especie que descompone materia orgánica en el tanque, considera que estos organismos podrían ahogarse si la tierra tiene demasiada agua y permanece saturada.
  2. La col y la lechuga verde son buenas opciones, y también puedes aprovechar los restos de las frutas y verduras que usas al cocinar en lugar de echarlos a la basura. [13] Pero no les des cítricos, ya que pueden tener una mala reacción a estos alimentos. De preferencia, ofréceles restos de otras frutas, como manzana, plátano y melón.
    • Añade huesos de sepia molidos al hábitat para proporcionar una fuente de calcio. Puedes conseguir este producto en la sección de aves de una tienda de mascotas. [14]
    • Si la comida queda intacta luego de un par de días, retírala del hábitat e intenta darles algo diferente. Los caracoles pueden ser un poco quisquillosos con la comida, así que tal vez tengas que probar con distintos alimentos hasta encontrar algo que les guste comer a diario.
  3. Es posible que encuentres algunos desechos sin descomponer, sobre todo si no tienes organismos que se encarguen de esta tarea en el tanque. Asegúrate de retirar estos desperdicios para que el hábitat no se vea mal o apeste. Usa guantes para manipular los desechos y, de preferencia, una pala pequeña para evitar el contacto directo. [15]
  4. Las paredes del tanque podrían empezar a tener desechos y baba de los caracoles conforme estos empiezan a explorar y trepar. Para reducir esta acumulación de suciedad, simplemente humedece un trapo con agua y dale una pasada a las paredes internas una vez a la semana. No uses productos comerciales, ya que todos los limpiadores químicos son dañinos para los caracoles. [16]
  5. Por lo general, no es necesario hacer este cambio, ya que los caracoles y los otros organismos se encargan de regular y mantener la tierra en buen estado. Sin embargo, si esta empieza a verse mohosa o siempre está muy húmeda y con charcos, será mejor que tomes a los caracoles y otros insectos con cuidado (tal vez necesites usar una red para atrapar a los más pequeños), y los coloques en un contenedor pequeño con un poco de tierra mientras reemplazas el sustrato.
    • Afortunadamente, no es necesario hacer esto con mucha frecuencia, ya que los mismos organismos del hábitat tienden a cuidar la tierra. Solo recuerda revisar su estado algunas veces durante la semana para asegurarte de que se vea saludable y bien hidratada. [17]
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Cosas que necesitarás

  • contenedor de plástico o de vidrio de 18 cm (7 pulgadas) de altura por 25 cm (10 pulgadas) de largo
  • tapa con agujeros de ventilación
  • malla mosquitera
  • frasco con atomizador
  • sustrato (del jardín o de una tienda)
  • objetos decorativos (cerámica, ramas, rocas, etc.)
  • helechos
  • hiedra
  • musgo
  • césped
  • lombrices (opcional)
  • bichos bola (opcional)
  • cochinillas (opcional)
  • restos de comida
  • guantes
  • contenedor de plástico pequeño secundario

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