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Si te preocupa ser demasiado controlador, entonces lo más probable es que esperas que todas las personas y situaciones en tu vida sean de cierta manera. Puedes frustrarte cuando tu pareja, amigo o compañero de trabajo no actúa de la forma que quieres que actúen, o cuando una reunión, fiesta o cualquier domingo por la tarde no sale justo como lo planeaste. Si tienes la necesidad de controlar de forma excesiva absolutamente todo para que salga perfecto y como quieres que sea, entonces es tiempo de relajarte, dar un paso atrás y aceptar que no puedes controlar todo. Una vez que lo hagas, encontrarás que es más satisfactorio renunciar a una parte del control. Mira el paso 1 para comenzar a ser una persona menos controladora.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Cambiando tu mentalidad

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  1. Una de las razones por las que puedes ser tan controlador es porque deseas que todo sea perfecto. Es posible que no quieras invitar a nadie a tu casa si no está impecable; quizás dediques una hora extra ojeando un informe en busca de errores tipográficos sin encontrar ninguno. Luego de un tiempo, este tipo de comportamiento no te ayuda a ti ni a los demás. De hecho, solo te hace daño y te impide vivir tu vida. Recuerda que ser perfeccionista es un tipo de imperfección en sí y que mientras más pronto renuncies a la necesidad de ser perfecto, más pronto podrás seguir con tu vida en lugar de analizar cada pequeña cosa.
    • Piensa en esto: si tienes miedo de invitar a los demás a tu casa porque no está perfecta, es más probable que te juzguen por no querer recibirlos que por tener unos cuantos cojines fuera de su lugar.
    • El perfeccionismo frena a las personas. Aunque es bueno ser meticuloso, tiene un rendimiento decreciente. Leer un informe de nuevo en busca de errores tipográficos es responsable; leerlo dos o tres veces más es una pérdida de tiempo.
  2. Cuando se trata de personas controladoras, muchas de ellas necesitan trabajar en su autoestima. Tal vez seas controlador con tus amistades o relaciones porque sientes que no les caerías bien a las personas o no pasarían tiempo contigo si no les dijeras cada cosa que tienen que hacer. Puede que te sientas indigno y que si dejas que las personas hagan lo que les da la gana tal vez se den cuenta de que no les caes bien. Necesitas olvidar este tipo de mentalidad y darte cuenta de que eres una persona increíble y digna que solo necesita relajarse un poco.
    • Hablar con un terapeuta o un amigo cercano acerca de tus problemas de autoestima o cualquier otra causa subyacente para tu comportamiento controlador puede ser de gran ayuda. Esto puede ayudarte a llegar a la raíz del asunto que está causando que seas controlador.
  3. Otra razón por la que puedes ser controlador es porque estás lleno de ansiedad, siempre pensando en lo peor que puede pasar en una situación o estando aterrado de enfrentar lo desconocido. Si este es el caso, entonces necesitas esforzarte en relajarte y darte cuenta de que no es el fin del mundo si te enfrentas a lo desconocido. Piensa en todas las cosas que pueden pasar en una situación determinada y no solo en lo peor, así estarás mucho mejor.
    • Desde luego, puede tomar mucho tiempo controlar tu ansiedad, aunque el yoga, la meditación, reducir la cafeína o tomarte el tiempo de encontrar la raíz causante de tus problemas puede ayudar.
  4. Las personas controladoras frecuentemente se obsesionan con probar que tienen la mejor idea acerca de cómo hacer las cosas o que tienen la opinión correcta acerca de absolutamente todo. Si quieres ser menos controlador, entonces tienes que trabajar en dejar que los otros tengan la razón de vez en cuando y ver que no es el fin del mundo si no sabes la respuesta o si alguien tiene más experiencia o un mejor conocimiento en una situación determinada.
    • Piensa en esto: ¿qué es lo peor que puede pasar si no sabes la respuesta a algo? Le pasa a las personas todo el tiempo. Puede que pienses que las personas te juzgarán o pensarán que eres inferior en alguna forma, pero eso no pasará. De hecho, serán más propensos a pensar que tienes algún defecto si nunca admites que estás equivocado.
    • Parte de no siempre tener la razón es abrirte a la vulnerabilidad. Nadie dijo que sería agradable, pero esta es la manera de confiar en las personas y mostrarles que solo eres humano. Quieres que las personas sean capaces de relacionarte contigo, ¿cierto?
  5. Si quieres dejar de ser controlador, entonces tienes que trabajar en aceptar las cosas tal y como son. Aunque es bueno ver algo que necesita ser mejorado e ir a cambiarlo, otra cosa es tratar de controlar de forma excesiva y cambiar cada pequeña cosa hasta que esté exactamente como quieres. Esfuérzate en aceptar el tono general de las cosas en tu trabajo, en casa y en tus relaciones.
    • Desde luego, las revoluciones comienzan cuando las personas ven las cosas que necesitan un gran cambio y trabajan duro para conseguirlo. Pero con esto no estamos diciendo que te conviertas en el Che Guevara. Solo se trata de que te sientas en paz con la situación a tu alrededor en lugar de tratar de "arreglar" problemas que en realidad no existen.
  6. Puede que pienses que planear un proyecto detalle a detalle o planear tu boda desde cero y sin ayuda te hará sentir poderoso o incluso invencible. Y claro, hay algo de fortaleza en ser capaz de controlar por completo una situación. Pero, ¿sabes qué más sentirás? Cansancio y estrés como nunca podrás medirlo. En lugar de eso, dejar que otras personas te ayuden o incluso tomar las riendas puede ser el premio más grande de todos.
    • En lugar de presionarte a ti mismo, aprenderás a amar la idea de trabajar con otras personas para alcanzar una meta en común, o incluso dejar que trabajen un poco más mientras tomas un descanso.
    • Comienza poco a poco. No necesitas delegar todas las funciones en un proyecto importante para el trabajo como tu primer ejercicio. En lugar de eso, deja que tu compañero de trabajo elija el lugar al que irán para la hora del almuerzo. ¿Fue tan difícil? Si no lo fue, da un paso más grande tratando de renunciar al control y ver cómo se siente.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Confiando en los demás

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  1. Una de las cosas más importantes que tienes que hacer es darte cuenta de que las otras personas son igual de competentes, inteligentes y trabajadoras que tú. Bueno, desafortunadamente, esto no incluye a todas las personas. Tiene sentido que no le pidas a tu hermanita desordenada que te ayude a limpiar la cocina o que no le pidas a alguien perezoso que revise un informe por ti; algunas personas a nuestro alrededor simplemente no pueden ayudarnos. Pero hay varias personas buenas y útiles así que si quieres vivir una vida más feliz, tienes que aprender a creer en ellos para que puedas confiar en que te ayudarán y tomarán sus propias decisiones.
    • Piensa en esto: si siempre estás diciéndole a tu novio(a), mejor amigo o compañero de laboratorio exactamente qué hacer, entonces ¿cómo se sentirían? Se sentirían como si no confiaras en ellos porque piensas que no son tan inteligentes, equilibrados o increíbles como tú. ¿Quieres las personas que más te importan se sientan de esa manera?
  2. Si quieres dejar de ser tan controlador, entonces tienes que aprender a delegar tareas a otras personas. Se acabaron los días en los que te encargabas de todo y fastidiabas a todos con lo mandón y estresado que te habías vuelto. En lugar de eso, aprende a delegar tareas a otros, ya sea pidiéndole a un compañero de trabajo que te ayude en un proyecto o pidiéndole a tu amigo que recoja los aperitivos para una fiesta que estás organizando. Una vez que creas en otras personas, deberías ser capaz de pedirles ayuda.
    • Claro que se necesita humildad para pedir ayuda, pero te acostumbrarás. Todos salen adelante en la vida con alguna clase de ayuda y tú no deberías ser diferente.
  3. Además de tener fe en los demás y ser capaz de delegar tareas en ellos, deberías aprender de ellos. Puede que sientas que eres la única persona que tiene algo que enseñarle a lo demás, pero si realmente dejaras entrar a los demás y los escucharas, descubrirás que estás equivocado. No puedes ser un experto en todo y siempre habrá personas con más conocimiento o experiencia que tú acerca de algunos temas. Una vez que des un paso atrás y realmente escuches a los demás, encontrarás que tienes mucho por aprender.
    • No interrumpas a las personas. Deja que terminen con lo que tienen que decir y en serio tómate el tiempo de pensar en ello antes de exponer tus propias ideas.
  4. Aunque todos pueden mejorar, tienes que dejar de intentar cambiar a las personas como quieres que sean. En lugar de eso, debes esforzarte en dejar que sean quienes son y que actúen como quieran, en vez de conformarse con tu forma de vivir y pensar. Desde luego, si tu enamorado hace algo que te vuelve loca, deberías hablarlo, pero no puedes esperar que se convierta en una persona completamente diferente, así como él no puede pedirte que seas alguien que no eres.
    • Una cosa es hablar acerca de la posibilidad de mejorar y ayudar a otros a que se conviertan en una mejor versión de sí mismos. Pero otra cosa totalmente diferente es hablar de cambiarlos en algo que no son.
  5. Muchas de las razones por las que puedes ser controlador probablemente tienen que ver con los celos. Puede que te dé celos pensar que si no le dices a tu mejor amiga a dónde ir, terminará saliendo con otros amigos. Puede darte celos pensar que si tu enamorado no te llama cada hora, significa que está con otra chica. Tienes que aprender a valorarte y confiar en que las otras personas sienten lo mismo hacia ti. Si tienes razones verdaderas para tener celos, entonces es una cosa; pero si todo está en tu cabeza, entonces necesitas esforzarte en tener una mentalidad más racional y una perspectiva más saludable.
    • Pregúntate a ti mismo por qué tiendes a sentir celos. ¿Acaso es debido a una traición pasada o proviene de tus sentimientos de inseguridad?
    • Si quieres estar en una relación sana y beneficiosa para ambos, entonces tienes que trabajar en deshacerte de estos sentimientos de celos.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Tomando medidas

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  1. Claro que puede ayudar ser controlador en algunas situaciones. Si tu hijo se porta mal, necesitas sentar las reglas. Si tu enamorado siempre llega tarde al trabajo, puedes recordarle que prenda su alarma. Pero si es claro que algún comportamiento controlador no está mejorando la situación, puede ser tiempo de acabar con este. Necesitas reconocer cuando es que solo estás interfiriendo y entrometiéndote para aprender a dejar de hacerlo.
    • Por ejemplo, si sigues tratando de controlar de manera excesiva a uno de tus empleados y todo esto lleva a que se resienta y disminuya su productividad, puede ser tiempo de contenerte un poco. Si tu mejor amiga está deprimida porque perdió su trabajo y la llamas todos los días para ver si ya postuló a algún trabajo nuevo y solo haces que se disguste más, puede ser tiempo de contenerte un poco.

    Dice el refrán: "Más ayuda quien no estorba".

  2. Puede ser útil contar con otra perspectiva acerca de tu comportamiento controlador. Tener a alguien para hablar acerca de tus sentimientos y tu determinación para cambiar puede ser de gran ayuda para mejorar tu comportamiento. Si estás lidiando con esto solo, será más difícil motivarte para cambiar verdaderamente tu mentalidad. Tener el cariño y apoyo de un amigo puede ayudarte a ver que eres capaz de cambiar y que realmente puedes salir adelante y comenzar a sentirte mejor.
    • Incluso puedes encontrarte semanalmente con tu amigo para discutir tu progreso. Si le dices a otra persona acerca de tus intenciones, puedes sentirte responsable ante ella y estarás más motivado a cambiar.
  3. Otra cosa que las personas controladoras hacen es "aconsejar" constantemente a las personas acerca de cada pequeña cosa, desde cómo deben actuar en sus relaciones hasta qué deberían ordenar para la cena. Este "consejo" que les das es realmente una orden disfrazada y necesitas esforzarte en evitar este tipo de comportamiento si quieres ser menos controlador. Cuando tu aporte es necesario o cuando piensas que puedes ayudar, entonces puede ser bueno dar consejos, pero en general, deberías evitar aconsejar a las personas, especialmente si no te lo piden.
    • Si siempre le dices a las personas que lo que "sugieres" es lo mejor, tendrás una reputación de ser un sabelotodo.
  4. Las personas controladoras simplemente aman planear, planear y planear. Saben exactamente cuándo se despertarán, cuantas cucharadas de azúcar le pondrán a su café, a qué hora entrarán al carro para regresar a su casa y exactamente qué ropa se pondrán cada día de la semana. Si quieres dejar de ser controlador, tienes que aprender a abandonar todo esto. Si bien es importante ser organizado y sentir que vas en la dirección correcta, también es importante dejar un poco de espacio para el cambio y aceptar que no sabrás exactamente qué pasará durante cada segundo de tu día.
    • Haz la prueba. Pasa un fin de semana si tener ni una sola cosa planeada y solo haz lo que quieras hacer. Si te invitan a última hora para hacer algo divertido, deberías aceptar.
    • Aunque a muchas personas les gusta tener una agenda, asegúrate de tener al menos diez horas libres en tu semana en las que no tengas nada planeado. Luego auméntalo a quince o incluso veinte. Esto te ayudará a relajarte y ver que las cosas aún estarán bien si no siempre sabes exactamente qué es lo que va a pasar.
  5. Las personas controladoras tiende a evitar perderse en el momento, hacer viajes espontáneos o simplemente hacer algo completamente alocado porque eso es lo que la gente tiene ganas de hacer. Tienen un plan y están determinados a hacerlo como sea. Así que es tiempo de abandonarlo todo y solo disfrutar estando solo y salir con otras personas sin saber qué pasará después.
    • La próxima vez que estés con un grupo de personas, muérdete la lengua cuando se trata de decidir qué hacer. Déjalos decidir. ¡Verás que no fue tan malo como esperabas!
  6. Si quieres trabajar en ser menos controlador, entonces tienes que hacer espacio a un poco de flexibilidad en tu horario. Tal vez algo surja a último minuto con tu enamorado y tengas que aplazar tu cita para el día siguiente. ¿Sería el fin del mundo? Probablemente tu reunión en el trabajo se cambió para la tarde, probablemente tu hermana necesita tu ayuda con sus hijos y nadie más puede hacerlo. Aprende a recibir las cosas que la vida te arroja y a ser lo suficientemente flexible para no sentir que es una tragedia si tu semana no resulta como lo esperabas.
    • Para ser flexible, tienes que darte cuenta de que básicamente unas cuanta horas inesperadas en tu semana o unos cuantos cambios de última hora no tendrán un gran impacto en tu vida. Una vez que te des cuenta de eso, te sentirás mucho más libre y abierto a las posibilidades.

    ¿Tu hijo sólo obtuvo calificación de bueno o simplemente aprobado? ¡Apóyalo! Más que buscar rendimiento trata de hacer más énfasis en su aprendizaje. Exigirle siempre calificación de "excelente" so pena de castigarlo si no logra obtenerlo le ocasionará ansiedad y estrés y minará su autoestima.

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Consejos

  • Recuerda que la vida es buena. Agradece por las bendiciones que tienes. Tendrás menos miedo a perder y menos probabilidades de controlar cuando tienes una actitud de gratitud.
  • Lucha por ti mismo. No dejes de intentar parecer controlador o tratar de verte así; hazlo por ti mismo. Si tratas de cambiar la opinión de alguien significa que aún estás tratando de controlar a las personas. Acepta el hecho de que no puedes controlar ninguna situación o persona, solo a ti mismo.
  • La vida es más dulce cuando dejas que tome su curso. Cuando alguien te persigue o se da cuenta de que está locamente enamorado de ti y no tuviste nada que ver en eso, ¡es la mejor sensación! Aprender a disfrutar y amarte a ti mismo es un viaje maravilloso.
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