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La disciplina es una manera de enseñarle comportamientos adecuados a tu hijo, no de castigarlo. [1] La forma en la que lo disciplines dependerá de su edad. Para ello, tendrás que empezar estableciendo algunas reglas que comprenda con claridad. Al implementar la disciplina, deberás ser constante y establecer reglas que lo animen a tener éxito. Reafírmalo cuando haga algo bien y anímalo a comportarse lo mejor posible.

Método 1
Método 1 de 4:

Establecer reglas y ser constante

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  1. Sin importar su edad, será importante que conozca la diferencia entre el comportamiento adecuado y el inapropiado. Establece las reglas de la casa para así indicarle lo que se espera de él. Él tendrá que saber qué comportamientos están prohibidos y qué ocurrirá si quebranta una regla. [2]
    • Las reglas y las consecuencias variarán según su edad y nivel de madurez. Un niño pequeño podría requerir la regla de no golpear, pero uno mayor podría necesitar otras sobre la hora de llegada a casa. Deberás estar dispuesto a darles un poco de flexibilidad conforme tu hijo madure o requiera nuevos límites.
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    Implementa una rutina. Los niños se benefician con las rutinas, ya que los ayudan a sentirse protegidos y seguros, y les dan la sensación de que pueden anticipar lo que va a ocurrir. Si notas que tu hijo tiene dificultades con los comportamientos a la misma hora todos los días o que hace berrinche cuando está cansado, deberás tenerlo en cuenta y desarrollar una rutina que pueda adaptarse a sus necesidades. [3]
    • Haz que las rutinas de la mañana y la hora de dormir sean predecibles, así podrá anticipar su día.
    • Si hay un cambio en su rutina (como una cita con el dentista o la visita de un familiar durante el fin de semana), tendrás que indicárselo con mucha anticipación.
    • Algunos niños no pueden cambiar de actividad sin sentir tensión. Si tu hijo necesita un tiempo para adaptarse, podrás incluirlo en su rutina.
  3. Si permites que estas ocurran, esto puede ser de utilidad para hacer que obtenga una noción de causa y efecto, y desarrolle una responsabilidad propia. Al hacerlo, deberás darle opciones e indicarle cuáles serán los resultados de cada una de ellas. Básicamente, tu hijo decidirá lo que va a ocurrir y experimentará las consecuencias. [4]
    • Por ejemplo, si tarda mucho alistándose para ir al parque, esto significa que tendrá menos tiempo para jugar allí.
  4. Muchos padres adoptan el hábito de hacer excepciones o permitir que los comportamientos no reciban consecuencias. Los niños deben saber que se cumplirán las consecuencias indicadas y que no podrán escapar de ellas. Demuéstrale que hablas en serio aplicando las consecuencias cada vez que se comporte mal. [5]
    • No te sorprendas si tiene una excusa o cree que puede justificar su conducta. Di con claridad “Has roto una regla y esto significa que experimentarás una consecuencia”.
    • Si tienes varios hijos (o hijos de diferentes hogares), será muy importante que seas constante con cada uno de ellos. De lo contrario, podrían creer que los tratas de manera injusta.
  5. Si fijas metas demasiado exigentes para su conducta, esto puede hacer que se sienta presionado. Por otro lado, si tienes expectativas muy bajas, esto puede volverlo malcriado o evitar que alcance todo su potencial. Cada niño se desarrolla de forma diferente y podría tener fortalezas y debilidades diferentes. Si tienes hijos mayores, no esperes que los menores se comporten igual que ellos. [6]
    • Conoce el comportamiento adecuado según el nivel de desarrollo de los niños en el rango de edad de tu hijo.
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Método 2
Método 2 de 4:

Disciplinar a un niño pequeño

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    Redirige su atención. Los niños pequeños pueden provocar mucho desorden ¡y con rapidez! Si el tuyo hace algo que no debería o no quiere compartir con otro, deberás darle otra actividad que pueda realizar. Reorienta su atención hacia otra actividad y elógialo si la lleva a cabo. [7]
    • Si tu hijo está poniendo en peligro su seguridad o la de otro niño, tendrás que encargarte de ello de inmediato. Dale prioridad a la seguridad en lugar de a la reorientación.
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    Hazle una advertencia. Los niños pequeños requieren recordatorios. Hazle una advertencia si está a punto de quebrantar una regla o está empezando a comportarse de forma inapropiada. Una vez que lo hayas hecho, él sabrá que sufrirá una consecuencia si no abandona dicho comportamiento. Para hacerle una advertencia, podrás decirle una frase de causa y efecto (“Si haces…, entonces…”), así sabrá que habrá una consecuencia. [8]
    • Por ejemplo, di algo como “Está mal golpear. Si lo haces, te castigaré por un tiempo”.
  3. Estos son fantásticos para los niños pequeños, ya que permiten que se calmen. Podrás emplear esta táctica si el niño tiene un berrinche o si se está comportando mal. Esta suele ser la herramienta más eficaz para los niños pequeños, ya que les ayuda a calmarse y le brinda una respuesta inmediata a su comportamiento. [9]
    • La mayoría de los padres emplean este castigo teniendo en cuenta la edad del niño, castigándolos un minuto por cada año que tengan. También podrás mantenerlo castigado hasta que se calme.
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    Brinda explicaciones breves y simples. El vocabulario de tu hijo aún estará en desarrollo, por lo que no deberás explicarle demasiado su comportamiento o las consecuencias. Háblale de forma simple y con la menor cantidad posible de palabras. Explícale qué ha hecho mal y por qué ha sufrido una consecuencia. Luego dile qué es lo que deberá hacer en el futuro. [10]
    • Por ejemplo, di algo como “Golpeaste a Anna, por eso te castigaré por un tiempo. Golpear está prohibido. Si te molestas, ven a hablar conmigo”.
  5. Los niños pequeños adoran sentir que tienen el control conforme empiezan a desarrollar su independencia. Si el mal comportamiento ha empezado porque no quería hacer algo, dale una opción. Esto lo ayudará a limitar aquello sobre lo que deba reflexionar y a tomar el control de lo que ocurra a continuación. [11]
    • Por ejemplo, podrías dejar que escoja la historia que le leas a la hora de dormir o la camiseta que use. Si se molesta por tener que ponerse sus zapatos, deja que escoja entre los verdes o los rojos.
    • La decisión también podría incluir al acto de ponerse su chaqueta o recibir un tiempo de castigo. Di algo como “Es tu decisión. ¿Qué deseas?”.
  6. En lugar de indicarle lo que está haciendo mal, dile lo que debería hacer. Quizás no sepa el comportamiento adecuado que debe realizar, por lo que deberás decírselo. [12]
    • Por ejemplo, si le está jalando el pelo al perro, dile “Acariciémoslo así”.
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Método 3
Método 3 de 4:

Disciplinar a un niño de primaria

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    Emplea las consecuencias lógicas. También puedes empezar a implementar las consecuencias lógicas mientras tu hijo siga experimentando las consecuencias naturales. Una relación lógica entre su comportamiento y la consecuencia pueden ayudarlo a entender mejor el resultado de sus acciones. [13]
    • Por ejemplo, si ha mentido al decir que ha terminado sus tareas domésticas, asígnale otras que deba culminar.
  2. Un niño en edad escolar suele ser lo suficientemente mayor como para entender sus acciones. Aprovecha esta oportunidad para desarrollar empatía y enseñarle el motivo por el que determinados comportamientos son inapropiados o negativos. Él podrá empezar a aprender la manera en la que sus acciones afectan a los demás y a sí mismo. [14]
    • Por ejemplo, muchos niños de esta edad empiezan a mentir como una manera de obtener atención o poner a prueba los límites. Si tu hijo empieza a mentirte, indícale que las mentiras lastiman a los demás y lo hacen lucir como alguien menos confiable, lo que puede influir en sus amistades.
  3. A los niños en edad escolar les gusta tener opciones, lo que les ayuda a sentir un mayor control y disposición por encargarse de sus labores. Si tienes dificultades para hacer que tu hijo complete sus tareas domésticas (o escolares), puedes pedirle que escoja las que quiera hacer. En lo que respecta a sus tareas escolares, deja que escoja el orden en el que las haga o lo que vaya a hacer durante ciertas horas. [15]
    • En el caso de las tareas domésticas, dale seis opciones y deja que escoja cuatro para que las realice.
    • Algunos padres les dan premios o dinero a sus hijos por las tareas domésticas adicionales que realicen. Si tu hijo desea ganar algo, deberás dejar que se esfuerce por obtenerlo. Para ello, deja que escoja una tarea e indícale que, mientras más difíciles sean, ¡mejor será el premio o mayor será la cantidad de dinero que reciba!
  4. Algunos chicos se meten en problemas porque no culminan sus responsabilidades en casa o la escuela. Esto puede deberse a la pereza, pero aun así deberás brindarle el mejor entorno para que alcance el éxito. Identifica las áreas en las que tenga problemas y determina si puedes ayudarlo de alguna manera. [16]
    • Si tiene dificultades para terminar su tarea todas las noches, asígnale un tiempo en el que la haga.
    • Si tiene problemas para alcanzar el autobús de la escuela en la mañana, implementa una rutina matutina que le brinde mucho tiempo. Haz que guarde su almuerzo y escoja su ropa la noche anterior.
  5. Si hace un buen trabajo, ¡demuéstrale que estás orgulloso! Los elogios verbales y el reconocimiento pueden ser muy importantes para tu hijo. Esto le mostrará que has notado su comportamiento y que estás orgulloso de él. La mayoría de los niños desean tener la aprobación y la atención de sus padres, por lo que podrás dárselas al tuyo. [17]
    • Por ejemplo, di algo como “Sé que no querías limpiar tu habitación, pero estoy orgulloso de que lo hayas hecho. Ahora puedes ir a la casa de tu amigo”.
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Método 4
Método 4 de 4:

Disciplinar a los preadolescentes y los adolescentes

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    Haz que tu hijo adolescente participe en la implementación de límites. Puede ser de utilidad que te brinde su opinión sobre lo que considere razonable y justo. Si asume la responsabilidad de su comportamiento y los límites en torno a él, podría estar más dispuesto a seguirlos. Serás tú quien tenga la palabra final, pero aun así tu hijo podrá sentir que sus opiniones son válidas y que las tienes en cuenta. [18]
    • Indícale que eres receptivo con las opiniones sobre las reglas de la casa. Si quiere cambiar una, dile que explique sus razones o bríndale una opción.
  2. Si se comporta mal, quítale algo que consideres un privilegio. Esto podría comprender al tiempo que vea televisión, el celular o el acceso al auto. Deja que vuelva a ganárselo con un buen comportamiento. [19]
    • Por ejemplo, si tu hijo de 13 años te ha estado contestando de forma irrespetuosa, quítale su celular por un día. Si sigue haciendo lo mismo al haber transcurrido este tiempo, deberás quedártelo por un día más. Indícale que podrá recuperar sus privilegios si te muestra comportamientos positivos.
  3. Los adolescentes suelen contestarles a sus padres de forma irrespetuosa. Cerciórate de que tu hijo no olvide que eres su padre y que debe respetarte, incluso si no está de acuerdo contigo. Dale la oportunidad de cambiar su tono de voz, pero si no lo hace, no le sigas hablando. [20]
    • Dile cómo actuar de forma respetuosa y señálale si se ha sobrepasado. Por ejemplo, podrías indicarle que no debe levantar la voz ni decir malas palabras en la casa.
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    Escucha lo que tenga que decir. Deseas que tu hijo adolescente te respete, pero también tendrás que respetarlo. Si tiene algo que decir, deberás escucharlo. Podría justificar su comportamiento con una excepción o un motivo si se lo permites. Demuéstrale que te importa lo que quiera decir y lo que sienta. [21]
    • Por ejemplo, dile algo como “La noche pasada llegaste tarde a casa y me gustaría saber el motivo”.
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    Haz un trato con él. Es probable que los adolescentes vayan en contra de las reglas o que atraviesen periodos de rebeldía. Si implementas muchas reglas firmes, podrías tener que prepararte para la posibilidad de que quebrante cada una de ellas. Si tu hijo adolescente siente repulsión por las reglas, llega a un acuerdo con él para así velar por los intereses de ambos. [22]
    • Por ejemplo, si quieres que te avise a dónde irá y con quién estará, dile que le comprarás un celular bajo la condición de que lo use para mantenerse comunicado contigo, pero que se lo quitarás si no lo hace.
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Consejos

  • No lo amenaces. Puedes sentir la tentación de decir algo que en realidad no sientes si estás molesto con tu hijo. No obstante, esto perjudicará tu credibilidad paternal y disciplinaria.
  • No emplees castigos demasiado fuertes.
  • No le des nalgadas ni golpees a un niño. Esto no corregirá su comportamiento con eficacia, ya que le enseñará que los golpes son la única manera de solucionar los problemas. Asimismo, estos castigos están relacionados con la agresividad en los niños. [23]
  • Dale atención con frecuencia. Si crees que se comporta mal porque busca atención, reserva un tiempo todos los días para que puedan pasarlo juntos.
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