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Entrenar a un caballo o inexperto es una experiencia prolongada pero gratificante. Al entrenar al caballo tú mismo, le enseñarás hacer las cosas de la forma en que a ti te gustan y, al mismo tiempo, desarrollarás un fuerte vínculo emocional con él. Empieza desde lo básico y con el tiempo tendrás un perfecto caballo para montar.

Parte 1
Parte 1 de 5:

Convertirte en un buen entrenador

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  1. Entrenar a un caballo verde es una actividad apasionante, pero tu entusiasmo puede influir en la evaluación objetiva de tus niveles de conocimiento y experiencia. El entrenamiento es un proceso largo y solo los valientes deberían asumir este reto. Si estás decidido a entrenar a tu caballo, pero no tienes muchos años de experiencia o nunca antes has entrenado uno, evalúa la posibilidad de contratar a un entrenador profesional a tiempo parcial o de tener el asesoramiento frecuente de un amigo con más experiencia.
  2. No esperes que tu caballo novato desarrolle lazos o confíe en ti de forma inmediata, incluso si tienes bastante experiencia entrenando caballos.
  3. Para lograr un entrenamiento exitoso, tienes que mostrarle al caballo que eres confiable y que tienes en cuenta lo que es mejor para él. Haz lo que sea mejor para TU CABALLO, pues todos son diferentes y podría ser necesario aplicar un enfoque distinto. No obstante, liderar no es lo mismo que dar órdenes. Cuando te inicies en el entrenamiento de caballos, asegúrate de dar indicaciones claras y firmes sin ser agresivo o abusivo. Tus metas como líder deben ser:
    • Sé firme pero no agresivo.
    • Trabaja a paso lento pero seguro para crear confianza.
    • Siempre ten en cuenta la seguridad del caballo, tanto física como mental.
    • Mantente seguro y calmado.
  4. Incluso los mejores entrenadores aún tienen presente un esquema mental de la lección. Organízate con un programa de entrenamiento paso a paso. Divide las tareas en pequeñas metas y trabaja poco a poco hasta alcanzarlas. Cada actividad en el programa de entrenamiento debe basarse en actividades en las que ya has adiestrado a tu caballo. De esta forma, el caballo recibe un reforzamiento del entrenamiento de manera constante.
  5. No podrás entrenar apropiadamente a un caballo en nada si no eres consecuente con tu sistema de enseñanza. Al igual que con todas las criaturas, el reforzamiento positivo funciona mejor que el negativo. No obstante, en ocasiones, un caballo necesitará que seas muy asertivo antes de que pueda hacer lo que le pides.
    • Cuando el caballo logre hacer algo que le has pedido, concédele un premio en seguida. Esto incluso una liberación inmediata de la presión utilizada para señalarle al caballo y, en ocasiones, un elogio verbal.
      • No recompenses al caballo con golosinas, pues eso puede ocasionar que se vuelva ansioso y propenso a morder con el tiempo. Puedes dárselas de vez en cuando, pero generalmente resérvalas para ocasiones fuera del entrenamiento.
    • Disciplina al caballo en caso te desobedezca intencionalmente con una excusa débil. Ten en cuenta que los caballos siempre tendrán una razón para sus acciones y generalmente solo lo hacen para comunicar que hay un problema, como cuando sienten dolor o quieren decirte algo.
      • Debes disciplinar al caballo de la forma en la que lo esperaría (como lo castigaría el caballo líder dentro de su manada por su mal comportamiento). Expresa tu dominación al hacer que el caballo se acerque o aleje de ti, o al hacer que gire. Combina las órdenes de modo que no comience a predecir tus decisiones.
      • Nunca castigues al caballo con golpes o latigazos. Como entrenador, debes mostrar fuerza sin poner en peligro la salud física o mental de tu caballo.
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Parte 2
Parte 2 de 5:

Trabajar en el suelo

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  1. Gran parte del cuidado de un caballo consiste en el contacto físico, de modo que no es buena idea comenzar a entrenar a uno que no puedas cuidar en caso se lastime.
  2. Cuando empieces a trabajar con un caballo, deberás tocar su cabeza. Comienza acariciando su cuello u hombros y avanza poco a poco hacia la cabeza. Si el caballo se pone nervioso, sigue hablándole y tocando el lugar hasta que se relaje. Luego, elógialo al regresar hacia una zona menos atemorizante.
    • Muévete lentamente. Los caballos pueden asustarte a causa de los movimientos rápidos e impredecibles (ya que son animales de presa) y podrían ponerse ansiosos si te mueves muy repentinamente.
    • Si el caballo se pone ansioso o tenso cuando llegas a determinada parte de su cara, detente y deja tu mano ahí por un segundo. Recompénsalo al mover la mano hacia un lugar más cómodo. Continúa haciéndolo unas cuantas veces más mientras mantienes la mano sobre la zona que lo pone nervioso por un poco más de tiempo.
    • Nunca retires tu mano de su cara si se asusta o se pone ansioso. Al quitar tu mano, refuerzas la idea de que tu mano es un objeto peligroso o aterrador y algo a lo que debería temer.
    • Continúa con este proceso a diario hasta que tu caballo no reaccione de mala manera cuando le toques cualquier parte de la cara, incluso sin el preámbulo de tocarle el cuello o el cuerpo. [2]
  3. Cuando guíes al caballo, la posición ideal es estar en paralelo a su cara. Si estás muy adelante, jalarás al caballo y no tendrás su atención, y si estás muy atrás, entonces estará claro que no eres quien tiene el control. Utiliza una fusta o látigo que actúe como una extensión de tu brazo y, en consecuencia, como una extensión de tu poder o energía. Empieza a caminar con él. Si empieza a pegarse a ti, empújalo; si empieza a alejarse mucho, acércalo a ti.
    • Mantén la fusta frente a su pecho para evitar que camine muy lejos delante de ti y agítala hacia sus cuartos posteriores (patas traseras) para acelerar al caballo si está muy atrás.
    • Deja la fusta cuando aprenda a caminar contigo. Si el caballo empieza a acelerar o reducir su velocidad, agarra de nuevo la fusta y repite el procedimiento anterior de reducirle la velocidad por la parte delantera o acelerarlo por la parte posterior.
    • Haz esto hasta que el caballo sea constante en caminar a tu lado, incluso sin el uso de la fusta. [3]
  4. Un caballo que no se detiene a tu señal es un caballo que no te considera como el líder. Camina al lado del caballo (utiliza las técnicas descritas arriba) y detente luego de unos metros. Si el caballo no se detiene junto contigo, repite el proceso y esta vez gira y ponte delante de él cara a cara. Esto bloqueará cualquier movimiento hacia adelante mientras tú te detienes. Si el caballo aun así no se detiene, repite el paso anterior, pero esta vez pon la fusta delante de su pecho mientras giras hacia él.
    • Una vez que has tomado la decisión de detenerte, no des ningún paso más. Si tu caballo continúa y tú das unos pasos adelante, pensará que puede controlarte y no hará caso de tus órdenes para detenerse.
    • Acondiciona al caballo con la palabra “¡so!” para que se detenga. Di esta palabra al mismo tiempo que te detienes. [4]
  5. Retroceder es uno de los movimientos básicos necesarios en un caballo bien entrenado. Lleva al caballo a un espacio abierto con un cabestro y una cuerda. Es necesario utilizar una fusta en este proceso. Empieza por coger la cuerda directamente frente al caballo, a más de un metro de distancia desde la unión con el cabestro. Primero, concéntrate en obtener su atención; ellos deberían mirar hacia adelante (hacia ti) con una oreja hacia atrás.
    • Golpea ligeramente la cuerda con la fusta y di “atrás” con firmeza (no agresividad). Espera a que el caballo retroceda.
    • Si el caballo no retrocede, repite el proceso, pero esta vez golpea la cuerda un poco más fuerte. Sigue añadiendo presión con los golpes en la cuerda y si el caballo aún no responde, utiliza la fusta y golpéalo con fuerza en la nariz o el pecho mientras dices “atrás” con firmeza.
    • Cuando el caballo retroceda, libera la presión y retroceder también unos pasos y corta el contacto visual. Luego, da unos pasos hacia él y acaricia al caballo mientras lo felicitas.
    • Convierte esto en un hábito al repetir todos los pasos anteriores.
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Parte 3
Parte 3 de 5:

Utilizar la cuerda

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  1. El trabajo con la cuerda permite muchas cosas, entre ellas: hace que el caballo se concentre en ti y en tus indicaciones, libera el exceso de energía y adrenalina, y refuerza las señales condicionadas. Para empezar este tipo de entrenamiento, ata una cuerda de 6 metros al caballo y haz que camine en círculos alrededor tuyo. Luego de unos minutos, acelera la velocidad y haz que empiece a trotar al mismo tiempo que chistas con la lengua y mueves despacio el final de la fusta larga hacia sus cuartos posteriores.
    • Si no responde, chista y añade presión al correr hacia sus cuartos posteriores.
    • Si el caballo aún no responde, agita la fusta larga formando ondas en dirección a su cola. La fusta servirá como extensión de tu brazo y le dará la señal de ir más rápido.
    • Para que el caballo vaya a medio galope, repite el mismo proceso, pero esta vez azuza al caballo al emitir sonidos de beso en lugar de chistar con la lengua. Esto te permitirá indicarle al caballo los dos tipos diferentes de pasos cuando, más adelantes, estés sobre su lomo.
  2. Pon en práctica el recién aprendido ¡so! para enseñarle al caballo a detenerse durante el trabajo con la cuerda. Mientras está en movimiento, da unos pasos en la dirección en la que va el caballo para bloquear su camino (sin ponerte de verdad en su camino). Mientras lo haces, di ¡so! lentamente.
    • Si el caballo no se detiene, acorta el largo de la cuerda y repite el proceso. Puedes sacudir la cuerda mientras lo haces y ponerte más enérgico con el caballo hasta que responda.
    • Cuando el caballo se detenga, baja la mirada, camina hacia él y acarícialo. Mientras lo haces, felicítalo para que el caballo sepa que hizo lo que se le pidió.
  3. Haz que tu caballo aprenda a cambiar de dirección sin que se detenga durante el trabajo con la cuerda. A medida en que se mueve en una dirección, da unos pasos hacia su hombro para cortarle el paso (como lo harías si quisieras que se detenga). Al mismo tiempo, balancea el extremo de la cuerda frente a su camino con movimientos en espiral. Esto emite energía que lo bloquea, pero al mismo tiempo le dice que siga en movimiento, así que debería girar.
    • Si no gira inmediatamente, da unos pasos trotando y ponte delante de su camino mientras mueves la cuerda en espiral. Una vez que ha girado, retrocede para liberar la presión.
    • Chista con la lengua mientras haces esto para que el caballo se mantenga en movimiento. [5]
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Parte 4
Parte 4 de 5:

Desensibilizar al caballo

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  1. Utiliza la cuerda que está en el cabestro para acostumbra al caballo a tener riendas alrededor de su cuello y que lo jalen por detrás de la cabeza. Lleva al caballo a un corral circular y mantenlo quieto. Sujeta la cuerda a unos metros del cabestro y lanza el extremo sobre el lomo del caballo. Mueve la cuerda alrededor y de arriba a abajo en su cuello.
    • Si el caballo se pone ansioso o se asusta, no dejes que huya ni retires la cuerda. En lugar de eso, sigue moviendo la cuerda alrededor de su lomo hasta que se calme y deje de moverse. Luego, retira la cuerda.
    • Haz este procedimiento en los dos costados del caballo y arrastra la cuerda también por encima de su cara. La idea es que se vuelva insensible por completo a las cuerdas o riendas que tendrá y que se moverán de forma constante.
  2. Es un proceso que desensibiliza al caballo para que ya no “sienta miedo” de las cosas que se mueven a su alrededor. Utiliza una fusta larga o un palo y ata una bolsa de plástico en la punta y muévela en el aire alrededor del caballo; este se asustará o se pondrá ansioso. Cuando se asuste, continúa moviendo la bolsa hasta que el caballo se dé cuenta de que no es peligroso y se calme. Luego, retira la bolsa y la fusta, acaricia al animal y felicítalo mientras lo haces.
    • Continúa con este proceso hasta que puedas pasar la bolsa de plástico por todo su cuerpo. Recuerda que no deben quitar la bolsa mientras el caballo tenga miedo; solo puedes hacerlo cuanto esté calmado.
    • Cambia la bolsa de plástico por otros objetos que podrían hacer mucho ruido o verse aterradores. Por ejemplo, una chaqueta negra es un objeto que asusta a muchos caballos verdes.
  3. Después de varios días de entrenarlo para que se vuelva insensible a objetos extraños, prepara al caballo para montar haciendo que se acostumbre a tenerte alrededor y sobre de su cuerpo. Acércate al caballo y muévete de un lado para otro, agita tus brazos o haz cualquier cosa que pueda parecer extraña o provocar que el caballo se asuste. Al igual que con los otros métodos de desensibilización, no te detengas cuando el caballo se asuste; detente solo cuando el caballo entienda que no eres una amenaza y se calme.
    • Frota el cuerpo del caballo mientras te mueves alrededor rápidamente. Así, los movimientos rápidos no le molestarán tanto al caballo.
    • Cuando el caballo se sienta cómodo con todos tus movimientos, inclina tu estómago sobre su lomo. De esta forma, al añadirle peso, lo estás preparando para montar. Haz esto de una forma que en que no se asuste. [6]
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Parte 5
Parte 5 de 5:

Ensillar por primera vez al caballo

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  1. El proceso de ensillar al caballo por primera vez debe hacerse en pasos. Pon al caballo en un espacio abierto (un corral circular o en un campo son buenos lugares) y lleva la manta contigo. Permite que el caballo la observe y la olfatee, y luego colócala sobre su lomo. Acomoda y desliza un poco la manta para asegurarte de que el caballo no esté incómodo al tener este objeto a su alrededor.
    • Haz que el caballo camine con la manta puesta. Debido a que no hay nada que sujete la manta, es importante que haga que el caballo no vaya a más velocidad que la de una caminata. Así evitarás que la manta caiga y el caballo se asuste.
  2. El siguiente paso es ponerle una cincha, una especie de herramienta para montar a pelo que consiste en una faja ancha que envuelve toda la barriga con un asta que sirve como asa. Esto da la sensación de tener puesta la silla sin el peso ni el volumen. Cuando el caballo ya tenga puesta la cincha, camina un poco en línea recta. Después de unos cuantos minutos, dale la señal para que trote o vaya a medio galope.
    • Entrena al caballo con la cincha varias veces por semana o por lo menos dos antes de pasar a la silla de montar. De esta forma te aseguras de que el caballo de verdad se siente cómodo al tener un objeto atado a su lomo.
  3. Elige una silla inglesa ligera para empezar a ensillar a tu caballo. Esta silla lo asustará menos y será menos pesada para su lomo que aún no está acostumbrado. Deja que el caballo la olfatee y la observe. Luego, levanta la silla lentamente sobre su lomo. Pon la silla suavemente y evalúa la reacción del caballo. Después, puedes ajustar la silla a su cintura y caminar con el caballo.
    • Luego de un rato, retira la silla y repite el proceso. Coloca la silla por los dos costados del caballo para que así se acostumbre a verte caminar con este objeto.
    • Después de unos días, entrena al caballo con la silla puesta o simplemente hazlo caminar mientras lleva puesta la silla. [7]
  4. Nunca empieces a preparar a un caballo con un bocado. En lugar de eso, usa una brida sin bocado para que se acostumbre a tener algo un poco diferente a un cabestro en su cara. Para empezar, puedes colocar la brida sobre el cabestro o puedes poner la brida sola. Pasea al caballo con la brida sin bocado puesta y si también tiene puesto el cabestro, puedes entrenarlo con la brida.
  5. Cuando estés seguro de que el caballo se siente cómodo con la brida sin bocado, trata de introducir la brida. Utiliza una brida suave, como una brida de doble filete, hazle cosquillas en las encías para que sea más fácil colocar la brida. Deja que la sostengan por un momento y luego retira la brida. Haz esto diariamente antes de poner presión sobre la brida. Simplemente deja que el caballo se acostumbre a tener algo en la boca.
    • Hacer que un caballo acepte la brida puede tardar algún tiempo, así que no lo apresures. Si tienes que estar parado por 30 minutos intentando que el caballo acepte la brida, hazlo entonces. La paciencia es vital para hacer que un caballo se acostumbre a la brida, ya que este es el aspecto potencialmente más peligroso de ensillar a un caballo por primera vez.
    • Cuando el caballo ha usado el bocado durante varios días, puedes empezar a utilizar las riendas para darle las direcciones por medio del bocado. Sin embargo, no entrenes al caballo con el bocado en su hocico, ya que corre riesgo de lastimarse y puede ser peligroso.
  6. Por último, coloca toda la montura sobre el caballo de una vez. Hazlo de forma lenta y al principio simplemente camina alrededor del caballo con la montura. No lo apresures. Utiliza una brida sin bocado para entrenarlo con todo puesto o guíalo para que camine y trote en círculos con la brida puesta.
    • Debes realizar este paso una vez al día durante varios días antes de cualquier intento de montar o cabalgar.
    • Continúa empleando el método Jeffery para desensibilizar con la montura puesta. Así, el caballo se acostumbrará a la idea de que es posible que lo montes.
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Consejos

  • Siempre sé paciente cuando adiestres a un caballo.
  • Todos los caballos brindarán una experiencia de aprendizaje ligeramente distinta, pues no hay dos caballos iguales. Ellos también tienen su propia personalidad, la cual definitivamente se hace presente durante el entrenamiento.
  • Demuéstrale al caballo que quieres tu espacio. No dejes que se frote contra ti o que te empuje. Esto puede crear malos hábitos en el futuro.
  • Pasa tiempo con tu caballo aparte del entrenamiento. Cepíllalo con frecuencia y trabaja cerca de él cuando estés fuera para desarrollar un vínculo cercano.
  • Protégete. Esa un casco, zapatos apropiados (se recomienda botas de montar), un pantalón adecuado o jean y una camisa adecuada.
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Advertencias

  • Los caballos son animales de presa y por lo tanto son propensos a responder con una “pelea o huida” cuando se sienten asustados. En consecuencia, ten cuidado cuando se asusten y mantén la calma. Ten cerca a un jinete experimentado para que pueda ayudarte en estos casos o te de algún consejo.
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