¿La gente siempre te pide que guardes silencio? ¿A menudo hablas sin pensar y terminas lamentando lo que dijiste? ¿Simplemente sientes como que hay mucho ruido en tu mente y quieres saber cómo apagarlo? Bien, la buena noticia es que nadie puede permanecer del todo callado. Simplemente requiere tiempo y paciencia. Si quieres saber cómo guardar silencio, solo sigue leyendo.
Pasos
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Piensa antes de hablar. Las personas que son ruidosas por naturaleza no tienen esta capacidad importante. Por lo tanto, la próxima vez que te encuentres en una situación donde te mueres por decir algo, haz una pausa, tómate un minuto y pregúntate si lo que tienes que decir realmente aportará algo bueno a la situación. ¿Les darás a las personas información que necesitan, los harás reír, les darás palabras de consuelo o dirás algo solo para que te escuchen? Si crees que nadie se beneficiará de lo que vas a decir, entonces guárdatelo para ti mismo.
- Una regla que debes seguir cuando vas a empezar es decir una de cada dos cosas que estás pensando. A medida que aprendes a estar más callado, entonces puedes decir una de cada tres cosas o una de cada cuatro cosas.
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No interrumpas a los demás. Nunca interrumpas a una persona mientras está hablando a menos que pienses que lo que tienes que decir es vital para la conversación (admítelo, casi nunca se da el caso). No solo es una falta de respeto interrumpir a las personas, sino también perturbará el flujo de la conversación y te hará quedar como un lengua larga. Si realmente tienes que hacer un comentario o una pregunta, toma nota de ello y espera hasta que la otra persona haya terminado de hablar para ver si lo que tienes que decir aún es relevante.
- Te sorprenderás al ver cuántas de tus preguntas serán respondidas si solo dejas hablar a los demás.
- Además, recuerda que interrumpir a quien está hablando sin que exista una causa realmente justificada (como una emergencia, por ejemplo) es de muy mala educación . En efecto el adagio de "no interrumpir al hablante" es una de las normas del buen oyente.
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Haz preguntas en vez de hablar de ti mismo. Si te estás esforzando en permanecer más callado, lo más probable es que tiendas a hablar sin parar acerca de ti mismo o las cosas que realmente te interesan en vez de dejar que los demás compartan sus ideas. Por lo tanto, la próxima vez que tengas una conversación y que sea tu turno de hablar, haz preguntas a las personas para obtener más información acerca del tema de discusión o para aprender más acerca de ellos (desde cuáles son sus pasatiempos hasta qué les gusta hacer para divertirse).
- No es necesario hacerlo parecer como un interrogatorio o hacer preguntas que incomoden a las personas. Mantén tus palabras ligeras, amigables y respetuosas.
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Cuenta hacia atrás desde diez antes de decir algo. Si tienes en mente un comentario que consideras increíble, reflexiona durante diez segundos. Cuenta hacia atrás desde diez para ver si la idea de pronto parece menos genial o para darles a los demás tiempo de meterse en la conversación y para evitar decir lo que querías decir. Esta también es una excelente técnica si estás molesto o enfadado y quieres exponer tus quejas. Darte un poco de tiempo para calmarte puede evitar que digas algo que luego lamentarás.
- Cuando ya te has vuelto todo un experto en el asunto, incluso puedes contar hacia atrás desde cinco. Incluso este corto periodo de tiempo puede ayudarte a ver si debes o no guardar silencio.
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Escucha con atención. Si quieres guardar silencio, debes aprender a escuchar a los demás. Cuando alguien te habla, haz contacto visual, capta los puntos importantes y trata de leer entre líneas para averiguar lo que realmente está diciendo esa persona y cómo se está sintiendo realmente. Déjala hablar, no pierdas la paciencia y no caigas víctima de las distracciones como los mensajes de texto.
- Haz preguntas que ayuden a la otra persona a explicar mejor sus ideas, pero no preguntes cosas fuera de lugar, lo que solo la confundirá.
- Mientras más te esfuerces en ser alguien que sabe escuchar, te sentirás menos obligado a hablar todo el tiempo.
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Deja de quejarte. Tal vez pasas gran parte de tu tiempo de conversación quejándote acerca de todo lo que te molestó ese día. Tal vez te urge hablar del terrible tráfico que enfrentaste esa mañana, del correo electrónico desagradable que recibiste de un amigo o de cómo no puedes lidiar con el frío que hace este invierno. Francamente, ¿qué conseguirás con toda esa verborrea? Si quejarte acerca de las cosas que no puedes cambiar realmente te hace sentir mejor, entonces escríbelo en tu diario. No es necesario quejarse en voz alta, ¿verdad?
- Si tienes un problema real y necesitas hablar de ello, está bien. De lo que estamos hablando aquí es de la necesidad de quejarse solo por el simple gusto de hacerlo.
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Concéntrate en tu respiración. Si realmente te sientes ansioso y quieres empezar a hablar sin ninguna razón, simplemente concéntrate en tu respiración. Cuenta la cantidad de veces que inhalas y exhalas y trata de respirar aún más profundamente. Deja de estar inquieto, escucha lo que sucede a tu alrededor y concéntrate en cómo estás pensando y sintiendo en vez de cualquier cosa que quieres decir con desesperación.
- Esta técnica te tranquilizará y te hará entender que hablar no es tan importante.
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Tómate el tiempo de procesar lo que oyes. Tal vez eres el tipo de persona que reacciona instantáneamente a algo que oye y que quiere soltar de inmediato todo lo que está pensando, preguntándose o algo que le sorprende, pero realmente esta no es la mejor manera de enfrentar la situación. Si te tomas el tiempo de procesar lo que está pasando y de formular completamente una pregunta o un comentario, serás capaz de hablar mucho menos y de preguntar o decir algo mucho más acertado.
- Esto te dará tiempo de ser tu propio editor interno y no de dejar salir todas esas cosas que están “demás” y que no aportan nada bueno a nadie.
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Busca un pasatiempo que requiera estar en silencio. Aprender a permanecer en silencio por ti mismo puede ayudarte a estar más callado cuando estás con otras personas. Una manera de adquirir algo de práctica para guardar silencio es encontrar un pasatiempo donde tengas que estar callado y de preferencia, tu solo. Prueba con la pintura, la escritura creativa, el yoga, la composición de canciones, la filatelia, la observación de aves o cualquier cosa que te exija estar callado y no decir cualquier cosa que se te viene a la mente.
- Leer también es una buena manera de ayudarte a guardar silencio mientras procesas las palabras que están delante de ti.
- Trata de permanecer al menos una hora sin decir algo mientras estás realizando tu pasatiempo. Luego, guarda silencio dos horas. Después, tres. ¿Crees que puedes permanecer todo un día sin decir una sola palabra?
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Libera tu energía de otras maneras. Probablemente hablas mucho (algunos dicen que demasiado) porque sientes que tienes mucha energía y no sabes cómo liberarla. Por eso, encuentra otro medio para decir todas las cosas que tienes en la mente y que te ayude a deshacerte de todas esas ideas sobrantes que rondan tu mente.
- Hacer ejercicio (en especial, correr) puede ayudarte a estar en forma mientras te deshaces de esa energía extra. También puedes hacer caminatas largas o cocinar. Busca cualquier cosa que funcione para ti.
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Vence la tentación de chatear en línea. Conversar en línea solo llena tu vida de ruido y la mayor parte de lo que dices realmente no es importante. Si de verdad querías hablar con tu amigo, lo hubieras hecho por teléfono o en persona en vez de escribir sin cesar en tu computadora, ¿no crees? La próxima vez que sientas la urgencia de entrar a un foro o sala de chat para ver un comentario de tu mejor amigo número 28, apaga tu computadora y sal a caminar.
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Tómate un descanso de las redes sociales. Mejor aún, tómate un descanso de Facebook, Instagram, Twitter y cualquier otra red social que estés usando con mucha frecuencia. Estos sitios web están llenos de ruido, de personas tratando de impresionarse entre sí y de palabras sin sentido a las que podrías sentirte obligado a responder. Si realmente no puedes dejarlos, pasa solo 10 a 15 minutos al día en todas tus redes sociales en vez de desperdiciar tu tiempo revisándolas cada oportunidad que se presenta.
- ¿No sería mejor oír en persona lo que tienen que decir tus amigos más cercanos en vez de oír lo que tienen que decir al mundo unos perfectos extraños? Aléjate de todas esas voces adicionales que escuchas y concéntrate solo en las que realmente importan.
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Escribe en un diario. Acostúmbrate a escribir en tu diario al final de cada día o semana. Esto puede ayudarte a anotar esos pensamientos adicionales, a permanecer en silencio y a sentirte como si desahogarás todo lo que tienes en el corazón sin hablar de ello con tus quince mejores amigos. Simplemente puedes escribir acerca de lo que sucedió durante el día, lo que te llevará a hacer más preguntas y a escribir las cosas más profundas que te vienen a la mente.
- Quedarás estupefacto al ver lo callado que puedes permanecer si escribes solo una página de tu diario cada día.
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Medita. Meditar es una excelente manera de desconectar tu mente y de mantener todo tu ser en silencio. Tómate 10 a 20 minutos de cada mañana para encontrar un asiento cómodo en una habitación tranquila, cierra los ojos y concéntrate en la respiración que entra y sale de tu cuerpo. Enfócate en relajar tu cuerpo una parte a la vez y pon atención a lo que oyes, hueles, sientes y percibes mientras estás sentado allí. Aleja los pensamientos serios y solo enfócate en el momento presente y en apreciar la calma. De esta manera, estarás en camino a tener un día más centrado y más calmado.
- Meditar puede evitar que te sientas abrumado dándote más control sobre tu mente y cuerpo.
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Aprecia la naturaleza. Sal a caminar. Ve a la playa. Contempla todas esas hermosas plantas del jardín al otro lado del pueblo. Haz un viaje de fin de semana al bosque. Haz lo que tengas que hacer para acercarte a la naturaleza. Estarás impresionado con la belleza y el poder de algo mucho más permanente que tú y sentirás que todas tus dudas y palabras se desvanecerán. Es difícil hablar sin parar acerca de lo que crees que vendrá en el próximo examen de matemáticas mientras estás parado en las faldas de una hermosa montaña que ha existido desde el principio de los tiempos.
- Programa un tiempo con la naturaleza dentro de tu rutina semanal. Incluso puedes llevar tu diario personal a la naturaleza y tomar nota de tus pensamientos en ese lugar.
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Apaga la música. Obviamente, la música puede hacer más divertidas tus actividades como estudiar, salir a correr o viajar diariamente al trabajo. Sin embargo, la música puede producir ruido adicional que te da más ganas de hablar, de ponerte frenético e inquieto. La música clásica o el jazz pueden ser adecuados, pero la música estridente con letras pegajosas pueden producir ruido que rebotará en tu mente y evitará que estés calmado y controles tu día.
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Dale tiempo. Si por naturaleza eres una persona ruidosa y habladora, no serás el rey del silencio de la noche a la mañana. Pero si te esfuerzas en hablar un poco menos cada día, practicar pasatiempos y actividades que te hacen una persona más silenciosa y en concentrarte en saber escuchar en vez de ser un hablador, serás capaz de convertirte en alguien más silencioso más pronto de lo que te imaginas. Por lo tanto, relájate, ten paciencia y disfruta sintiendo que todo ese ruido adicional sale de tu mente (y de tus cuerdas vocales).Anuncio
Acerca de este wikiHow
Para guardar más silencio en las conversaciones, centra tu energía en escuchar en lugar de hablar. Cuando hables, haz preguntas para animar a la otra persona a brindar más detalles, en lugar de interrumpirla o darle tu opinión. Si tienes dificultades para guardar silencio, presta atención a tu respiración mientras los demás hablen. Asimismo, puede ser de utilidad que cuentes hasta 10 cada vez que quieras decir algo y así te darás un tiempo para reflexionar si en verdad es necesario que lo digas.