¿Soy héroe o villano?

Piensa en tu historia favorita, ya sea una superproducción de superhéroes, un romance, una comedia o cualquier otro género. Lo más probable es que incluya personajes que puedas describir como villanos, héroes, compinches, alivios cómicos, intereses amorosos y antihéroes. Incluso Shakespeare empleaba estos arquetipos para contar sus historias, por lo que es necesario preguntarse: ¿Quiénes son? .

Los héroes salvan el día y van al rescate. Por lo general, empiezan como personas ingenuas o inocentes que solo viven sus vidas, pero que se les llama para ocupar un lugar como defensores del bien cada vez que surge el mal. No es fácil ser un héroe y no siempre tienen éxito a través de sus propias historias, pero cuando el mundo corre peligro, alguien tiene que levantarse y luchar.

Los villanos son las contrapartes oscuras de los héroes. Al igual que los héroes, suelen ser personas comunes y corrientes que se vuelven sumamente extraordinarias. La única diferencia es que un villano está retorcido por sus deseos, mientras que un héroe los ordena y controla. No obstante, no todos los villanos son imposibles de salvar, y no todos necesarimente son odiados. Si el héroe no tiene cuidado, el villano se robará el espectáculo.

Los compinches son como el adhesivo que mantiene la historia en movimiento. No siempre reciben tanta atención como el héroe, pero este quedaría abandonado a su suerte si no tuviera a un compañero que lo saque de situaciones difíciles. Además, todo héroe necesita a un buen amigo, a un confidente, a alguien en quien confiar para que escuche sus temores y le brinde consejos y el valor necesario para salir adelante.

Los personajes de alivio cómico aligeran muchos situaciones que, de otro modo, serían sombrías. Son bufones de la corte o viajeros errantes en Shakespeare, quienes imparten sabiduría con una sonrisa irónica y mantienen al margen los egos de los héroes. Por lo general, son los personajes cómicos quienes nos dejan claras las lecciones que debemos aprender, que nos sujetan el espejo y nos muestran dónde encajamos en las historias que disfrutamos.

Los intereses amorosos representan todo lo que vale la pena salvar en una historia. Son los avatares del romance, la familia, los amigos y todo lo que están bien en el mundo. Sin un interés amoroso a quien salvar o al que llevar de vuelta a casa al final del viaje, el héroe no existiría. No obstante, el interés amoroso no es solo un personaje pasivo. Por lo general, es el que mueve todos los hilos y llega para salvar el día en el momento más sombrío.

Los antihéroes forjan sus propios caminos a través de una historia. No son ni buenos ni malos, ni blancos ni negros. Toman sus propias decisiones y las realizan a su manera, desafiando al público para que cuestione lo que sabe que es correcto o incorrecto. Tuercen el destino, se enfurecen contra el destino y le muestran al mundo que el final no siempre está predeterminado.