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¿Por qué algunas personas se comportan de manera antipática? ¿Por qué algunas sabotean todos los intentos que los demás hacen para acercarse y demostrarles amabilidad? De hecho, no existe una respuesta sencilla para esta pregunta. Para algunos, la causa puede ser un miedo equivocado a las interacciones amistosas, mientras que para otros este comportamiento puede surgir a partir de experiencias pasadas dolorosas o incluso de un trastorno que la persona no puede controlar. Sin importar cuál sea la causa, tratar de amar a una persona que insiste en ser antipática es una de las cosas más nobles (y difíciles) que alguien puede hacer. Demuestra amor por las personas que lo necesitan más que nadie al comenzar con el paso 1 a continuación.

Método 1
Método 1 de 3:

Crear una conexión

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  1. Cuando lidies con alguien que consideras antipático, lo primero que debe hacer es dar un paso atrás y tratar de ver a esa persona como un todo. Pregúntate: ¿esta persona es realmente antipática?, ¿se resiste activamente a los esfuerzos que los demás hacen para amarla o simplemente se siente un poco incómoda y distante?, ¿ realmente carece de atributos positivos o no me he tomado el tiempo para buscar alguno?". Intenta pensar en formas (incluso pequeñas) en las que esta persona haya demostrado que no es del todo mala. Estas cosas pueden ser acciones de amabilidad pequeñas que haya hecho, talentos que haya demostrado o incluso cosas buenas que haya dicho.
    • Tratar de amar a alguien es mucho más fácil si no comienzas a verlo como “antipático” desde el principio. Es por ello que es una buena idea buscar aspectos positivos pequeños de la persona por la que intentas sentir afecto. Al identificar las cualidades positivas de esta persona, la desvincularás de la etiqueta de “antipática” en tu mente.
  2. Es mucho más fácil amar a una persona que responde a tus esfuerzos por acercarte a ella con ira o frustración si tienes una idea de por qué actúa de esa manera. Algunas personas rechazan a los demás porque en el pasado han sido lastimadas y tienen miedo de abrirse y sufrir el mismo tipo de dolor, mientras que otras simplemente podrían no saber cómo interactuar amablemente debido a que nunca les enseñaron cómo hacerlo. Por último, vale la pena tener en cuenta que algunas personas pueden comportarse de manera antipática debido a un trastorno de personalidad genuino, una enfermedad mental o como resultado de un abuso. En cualquiera de estos casos, entender la razón por la que alguien actúa de manera tan difícil puede hacer que sea mucho más fácil amar a esa persona.
    • Una forma de aprender la razón por la que una persona antipática actúa de la forma en que lo hace es simplemente conocerla. En este caso, es posible que quieras leer la siguiente sección acerca de cómo acercarte a la gente antipática. Sin embargo, si esta persona es tan difícil que relacionarte con ella es virtualmente imposible, probablemente quieras abordar cuidadosamente el tema con gente que la conozca, como amigos (asumiendo que los tiene), familiares, colegas, compañeros de cuarto, etc.
  3. Si la persona antipática con la que lidias tiende a atacarte cada vez que intentas interactuar con ella, resiste la tentación de contraatacar. Las personas que se han ganado el título de antipáticas probablemente estén más que acostumbradas a lidiar con los comentarios maliciosos, insultos y agresión verbal de los demás, de modo que tomar esta medida no te llevará a ningún lugar. En lugar de eso, haz un esfuerzo por ser amable con esta persona. Responde a su hostilidad con una sonrisa, un comentario amable o incluso ofrécete a ayudarle con su problema. Dado que esta es probablemente una experiencia poco común para esta persona, podrías dejarla sorprendida y abierta a una conversación más profunda. Por lo menos, le demostrará que no todos contrarrestarán su ira con la suya propia.
    • Por ejemplo, supongamos que caminas por el pasillo de la escuela cuando notas que un estudiante conocido por ser irritable y un marginado social se dirige hacia ti. Le dices “¡Hola!” y él te mira con furia. En esta situación, de ser posible, actúa de manera positiva sin perder el ritmo. Por ejemplo, sonreír y decir “¡Que tengas un buen día!” puede parecer un poco cursi para ser una interacción social convencional, pero para esta persona podría ser las únicas palabras de amabilidad que alguien le haya dicho en todo el día.
  4. Como se insinuó anteriormente, las personas consideradas como “antipáticas” normalmente son objeto de bromas, escarnios y de abuso verbal descarado. Este tipo de atención negativa puede desalentarlas a tener interacciones sociales positivas con otros, llevándolas a caer en un círculo vicioso en el que las acciones negativas de los demás refuerzan el comportamiento “antipático”. En estos casos, cambiar las acciones de la gente que rodea a la persona antipática, en lugar de concentrarte únicamente en esta última, puede hacer un gran bien. Procura alentar a los demás a seguir tu ejemplo al tratar a la persona antipática con amabilidad aun cuando sea difícil.
    • Por ejemplo, supongamos que estás sentado en un salón de clase esperando a que llegue el profesor y en el lugar se encuentra el marginado social del ejemplo anterior además de unos cuantos chicos populares. Si tienes la oportunidad, es posible que quieras establecer el precedente de tratar al marginado con amabilidad al tratar de iniciar una conversación amistosa con él incluso antes de que los chicos populares tengan la oportunidad de ridiculizarlo. Incluso si reacciona de manera negativa, tendrás la oportunidad de dar el ejemplo al contrarrestar este tipo de ira con tu propia amabilidad.
  5. Algunos marginados sociales y personas “antipáticas” se comportan de esa manera porque piensan que no pueden entablar relaciones verdaderas con los demás y, en las ocasiones excepcionales en las que lo logran, la gente no los escucha. Si bien puede ser difícil precisar la “señal” de lo que una persona antipática realmente trata de expresar con ese “ruido” de hostilidad que puede llevar a sus interacciones contigo, dejar en claro tu intención puede ser suficiente para dar una buena impresión.
    • Por ejemplo, supongamos que durante el almuerzo te sientas al lado del marginado social mencionado anteriormente porque notas que está ensimismado en una esquina. Al principio podría ignorarte, pero a la larga puede decirte “Caramba, ¿no te das cuenta de que quiero estar solo?”. Podrías responder tranquilamente con algo como “Oye, lo siento, en realidad no lo sabía. Solo intentaba conocer gente nueva. Me iré si así lo quieres”. Es probable que esta persona no se disculpe de inmediato ni te pida que te quedes, pero por lo menos podría darse cuenta de que en realidad has entendido lo que acaba de decirte en lugar de ignorarla o desestimar sus palabras.
  6. Por desgracia, algunas de las personas que tienen la reputación de ser “antipáticas” se comportan de esa manera debido a un problema biológico auténtico que hace que sea muy difícil, si no imposible, comportarse como la mayoría lo hace. En estos casos, el mal comportamiento de la persona “antipática” podría no ser un tema de elección, por lo que reaccionar de manera negativa podría no ser únicamente imprudente, sino cruel. Si crees que alguien con una reputación de “antipático” muestra alguno de los trastornos presentados a continuación y no recibe ayuda, ponte en contacto con una autoridad competente como un consejero, un trabajador social o un sacerdote:
    • Depresión clínica: a veces produce irritabilidad, tristeza, falta de motivación, autoaversión y comportamiento imprudente. [1]
    • Trastorno de personalidad antisocial: puede provocar una falta de preocupación por los sentimientos de otros, irritabilidad y agresión, un bajo control de los impulsos, una falta de remordimiento y un comportamiento egoísta e insensible. [2]
    • Trastorno de personalidad narcisista: puede provocar un sentido desmesurado de autoestima, un sentido excesivo de derecho, envidia por otros, un fuerte deseo de admiración, una falta de empatía y una ira excesiva en respuesta a los insultos o desprecios. [3]
    • Trastorno de personalidad por evitación: puede provocar un miedo extremo a la vergüenza o al rechazo, una personalidad sumamente dócil y prudente, ansiedad constante, un miedo a tomar riesgos e incomodidad en situaciones sociales.
  7. Quizás las más infelices de todas las personas “antipáticas” son aquellas que se han vuelto así debido a algún tipo de trauma o abuso externo. Las experiencias sumamente traumáticas, sobre todo durante la infancia, pueden haber tenido impactos notables en la manera en la que una persona piensa, se comporta y percibe a los que la rodean. Si bien puede ser difícil para una persona inexperta determinar las señales de un abuso pasado, notar algunas de las que se mencionarán a continuación amerita una preocupación e intervención inmediata, de modo que en ese caso debes ponerte en contacto inmediatamente con un profesional cualificado (como un profesor, consejero, trabajador social, etc.).
    • Abuso físico: cuando la persona presenta lesiones o enfermedades inexplicables o misteriosas. Por lo general, justifica las lesiones como “accidentes”. Podría vestir con ropa diseñada para ocultar las marcas de las lesiones (mangas largas, lentes de sol, etc.) y faltar al trabajo, la escuela o a las reuniones sociales. [4]
    • Abuso emocional: la persona puede sufrir de baja autoestima, ansiedad y aislamiento social. Si se encuentra en una relación, esta persona puede ponerse demasiado ansiosa por complacer a su pareja, evita salir sin ella, tiene acceso restringido a su familia, amigos y posesiones, y además se pone en contacto con su pareja frecuentemente. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Acercarse a la persona antipática

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  1. Si tratas de que una persona “antipática” salga de su coraza, una salida de a dos podría ser incómoda y estresante para ambos. En lugar de eso, invítala a un evento en el que acudan muchas personas. Durante dicho evento, haz todo lo que puedas para que esta persona se sienta bienvenida, pero trata de no hacerla pensar que recibe un trato especial, ya que eso puede ser sumamente incómodo y podría desalentarla de asistir en el futuro.
    • Por ejemplo, supongamos que organizas una fiesta e invitas al marginado social mencionado en los ejemplos anteriores como una señal de buena voluntad. Cuando llega, te sorprendes gratamente. Sin embargo, no debes darle una gran muestra de recibimiento a la fiesta o pensará que es el centro de la atención, lo cual, en su experiencia, es algo malo. En lugar de eso, recíbelo exactamente como lo harías con cualquier otro conocido. Durante la fiesta, es posible que quieras comenzar una conversación agradable con esa persona, presentarla ante tus amigos y hacer que se involucre en conversaciones de grupo en caso de que la notes apartada del resto. Lo más probable es que aprecie tu ayuda.
  2. Con el pasar del tiempo, a medida que esta persona “antipática” se sienta más cómoda en los eventos de grupo, podrías notar que se abre de manera natural y es más agradable estar junto a ella. Si es así, podrías invitarla a eventos con una cantidad de personas menor en donde podrá tener interacciones más significativas con los demás. Nunca pienses que es algo que debes hacer; de hecho, actuar como el amigo cercano de alguien cuando en realidad no te importa es poco sincero y desagradable. Sin embargo, si comienzas a llevarte bien con esta persona anteriormente “antipática”, no dejes de intentarlo.
    • En nuestro ejemplo, si esta persona ha reaccionado bien ante la invitación a unas cuantas fiestas, es posible que quieras invitarla a pasar el rato con un círculo de amigos más pequeño y cerrado cuando vayan a los bolos o al bar. Si parece comportarse igual de bien, probablemente puedas proceder con seguridad tal como lo harías con cualquier otro amigo.
  3. Los pasos mencionados previamente asumen que obtienes reacciones positivas después de invitar a salir a una persona anteriormente “antipática”. También cabe la posibilidad de que no obtengas una buena reacción. La persona “antipática” podría volver a su antiguo comportamiento o comenzar a atacar a los asistentes al evento social, generándoles incomodidad. En casos como estos, puedes cortar tu relación con esa persona y abstenerte de invitarla a futuros eventos sociales o, si su comportamiento se vuelve demasiado molesto, tal vez quieras pedirle amablemente que se vaya.
    • No es necesario ser cruel para dejar de invitar a una persona difícil a eventos sociales después de que haya saboteado algunas reuniones; se trata simplemente de aprender de la experiencia. En estos casos, el hecho de seguir invitando a esa persona “antipática probablemente sea más estresante para todos los involucrados (incluso para ella misma).
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Método 3
Método 3 de 3:

Emplear un enfoque religioso

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  1. Algunas personas sienten una necesidad de acercarse a aquellas que son consideradas como “antipáticas” por motivos religiosos. Por ejemplo, debido a que su religión les pide que les tiendan una mano de amor a otros aun cuando sea difícil o no tenga sentido que este tipo de comportamiento egoísta sea deseable. Todas las principales religiones del mundo alientan de cierta forma a sus seguidores a que actúen con amor y amabilidad con los demás, así que si buscas inspiración en momentos en los que es difícil amar a otra persona, recurre a las escrituras de tu religión. A continuación, se muestra una pequeña selección de citas religiosas sobre los temas de amor empatía que brindan una amplia variedad de religiones en el mundo (y existen muchas más).
    • Cristianismo: “Si alguno dice "Yo amo a Dios" y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto”. [6]
    • Islam: "Ninguno de ustedes es creyente hasta que desea para su hermano o para su prójimo lo que desea para sí mismo". [7]
    • Judaísmo: "Lo que es odioso para ti, no se lo hagas a tu prójimo. Esa es toda la Torá, el resto es comentario. Ve y estúdialo". [8]
    • Hinduismo: "Cuando una persona responde a las alegrías y a las penas de los demás como si fueran suyas, ha alcanzado el estado más alto de unión espiritual". [9]
    • Budismo: "La compasión es una mente que saborea únicamente la misericordia y el amor por todos los seres sintientes". [10]
    • Sijismo: "Incluso los reyes y emperadores con montones de riqueza y vastos dominios no pueden compararse con una hormiga llena con el amor de Dios". [11]
    • Nota: dado que el amor al prójimo es una frase que se usa generalmente dentro de un contexto cristiano, [12] el resto de esta sección hará referencia a algunos conceptos y términos cristianos. Sin embargo, es importante comprender que virtualmente todas las religiones principales proponen el amor a otros, sobre todo a las personas “antipáticas”, quienes lo necesitan por encima de todo
  2. Dios, el creador del universo, es la fuente de todo el amor. Cuando amamos, lo imitamos a Él. De hecho, cuando hacemos un esfuerzo para amar a los demás aun cuando actúen de formas que consideramos desagradables, imitamos uno de los mayores atributos de Dios, que es el hecho de que ama a todas las personas de manera “incondicional”. Si te resulta difícil justificar tu amabilidad continua con alguien que parece no merecerla o apreciarla, intenta pensar en tu comportamiento menos como una acción que realizas por otra persona y más como una manera de practicar el amor de Dios.
  3. Como se indicó anteriormente, Dios ama a todas las personas incondicionalmente. Sin embargo, aquellas que se han desviado del camino de Dios, rechazando su amor, necesitan aún más amor que el resto. Solo a través de ese sentimiento (nunca mediante la fuerza o la coacción) estas personas pueden volver a la luz de Dios, de modo que, al mostrarles amor abres una puerta espiritual para ellas.
    • En el Cristianismo, volver al amor de Dios después de hacer algo malo generalmente es considerado como una de las mayores victorias personales que hay (para ver un ejemplo, lee la parábola del hijo pródigo ). Al demostrar tu amor a otra persona, haces que esta victoria sea más posible para ella.
  4. Una forma de motivarte a extender tu amor a una persona que te dificulta la posibilidad de hacerlo es pensar en este acto como una señal o testimonio del poder de tu fe. Si normalmente te resultaría difícil amar a alguien a causa de su comportamiento, considéralo como un desafío para tu fe. Hacer tu mejor esfuerzo para amar a esta persona es una manera de demostrar tu devoción.
  5. Las acciones de algunas personas son tan hirientes que es muy, muy difícil amarlas, especialmente si te han lastimado a nivel personal. Aun cuando no puedas amar verdaderamente a alguien, no olvides que Dios lo ama tanto como a ti. Es por ello que la persona antipática se merece al menos tu amabilidad y perdón, incluso si no puedes llegar a amarla sinceramente.
    • Si quieres conocer una historia de perdón que te inspire, lee la de Robert Rule, quién perdonó al asesino en serie Gary Ridgway por el asesinato de su hija, Linda Rule, porque, en sus propias palabras, fue "lo que Dios [le dijo] que haga". [13]
  6. Trata a los demás de la manera en la que te gustaría ser tratado. Básicamente todas las culturas y religiones del mundo tienen una cierta variación de esta regla (varias están enumeradas en la sección de citas más arriba). Sin importar lo que alguien te haga o te diga, la regla de oro indica que debes tratarlo de la manera en la que te gustaría que te tratase a ti. Si alguien es prácticamente antipático, mantener esta regla en tu mente puede ayudarte a justificar tus continuos esfuerzos por extender tu mejor amabilidad y amor incluso en frente de la hostilidad de esta persona.
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