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La hiedra es una planta prolífica y frondosa que puede darle mucho verdor a tu jardín o casa. Ya sea que quieras hiedra para el jardín o el interior de la casa, cultivarla a partir de esquejes es un proceso sencillo que te ahorrará el costo de comprar plantas nuevas. Comienza reuniendo esquejes y, luego, enraízalos en tierra o agua. Mantenlos en un área cálida que reciba la luz indirecta del sol y vuelve a trasplantarlos en otra maceta en la siguiente primavera. Con tan solo un poco de esfuerzo y tiempo, tendrás muchísimas plantas de hiedra nuevas sin tener que comprarlas.

Método 1
Método 1 de 4:

Recolectar los esquejes

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  1. Esa es la temporada del año en la que crecen brotes frescos, lo cual es muy bueno para los esquejes. Asimismo, el clima otoñal será ideal para que los esquejes comiencen a crecer. Ten como objetivo retirar los esquejes antes de que comience el clima frío. [1]
    • Tomar los esquejes en esa temporada del año también hará que el tiempo sea adecuado para plantar las plantas nuevas en la primavera si van a estar afuera.
    • Ese es el periodo adecuado del año para recolectar esquejes de una gran variedad de enredaderas, como la pasionaria, la clemátide y el celastro.
  2. Los esquejes de hiedra funcionan mejor cuando provienen de los brotes del año en curso. Puedes identificar un brote nuevo observando las partes de la hiedra que luzcan frescas y de color verde claro, no las áreas más viejas que tienen hojas de color verde oscuro y tallos gruesos. [2]
    • Este tipo de esqueje se llama esqueje semimaduro. Se toma del brote del año en curso y no de las secciones más viejas.
    • Evita escoger trozos dañados o con patrones de crecimiento inusuales.
  3. Sostén el tallo con una mano justo sobre uno de los nódulos. Luego, localiza una zona justo sobre los nódulos o un conjunto de hojas, de manera que dejes las hojas en el tallo después de cortarlo. [3]
  4. Usar tijeras de podar disminuirá la probabilidad de introducir una enfermedad o una plaga en el esqueje mientras lo recolectes. Para esterilizar las tijeras de podar, pasa un paño con alcohol isopropílico o alcohol para frotar sobre toda la superficie cortante de las tijeras de podar. Luego, corta a lo largo del tallo con las tijeras de podar. [4]
  5. Moja una toalla de papel o un trozo de tela y envuélvelo alrededor de los extremos cortados de los tallos. Coloca los esquejes y la toalla en una bolsa de plástico para mantenerlos húmedos. [5]
    • Ese aspecto es muy importante si tienes que esperar a colocar los esquejes en la tierra durante una hora o más.
    • Si es posible, retira los esquejes en la mañana. La hiedra tendrá mucha humedad en ella en ese momento, lo cual te permitirá mantener los esquejes húmedos.
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Método 2
Método 2 de 4:

Enraizar los esquejes en la tierra

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  1. Si vas a hacer 6 esquejes o menos, bastará con que uses una maceta estándar de 20 cm (8 pulgadas). Si vas a hacer más de 6 esquejes, escoge una maceta más grande o varias macetas.
    • Puedes introducir esquejes en cualquier tipo de maceta, entre las que pueden encontrarse las macetas de terracota, plástico o cerámica. Sin embargo, sin importar el tipo de maceta que uses, debe tener agujeros de drenaje en la parte inferior. [6]
    • Colocar varios esquejes es una maceta reducirá el espacio requerido para ellos y significará que tendrás que regar menos macetas. Debido a que tendrás que trasplantar las hiedras en otras macetas cuando hayan echado raíces, estarán perfectamente bien juntas en una maceta durante ese periodo.
  2. Escoge tierra para maceta común o tierra hecha específicamente para propagación, la cual con frecuencia tiene un porcentaje alto de perlita o arena. Llena cada maceta con tierra hasta 1 cm (½ pulgada) debajo del borde de ella. Luego, colócala sobre una tina o afuera y llénala de agua hasta que caiga por la parte inferior. [7]
    • Dejar la tierra debajo del borde de la maceta te permitirá regar los esquejes sin que el agua se desborde.
  3. Usa el borrador del extremo de un lápiz para hacer agujeros de 8 cm (3 pulgadas) de profundidad. Eso te permitirá colocar los esquejes en la tierra sin quitarles el enraizamiento en polvo de sus extremos. [8]
    • Haz tantos agujeros como esquejes tengas.
    • También puedes usar una brocheta, un tarugo u otro objeto puntiagudo pequeño para hacer los agujeros.
  4. Luego, poda cualquier hoja que mida entre 8 cm (3 pulgadas) del extremo del esqueje. De ese modo, tendrás un extremo limpio y fresco para introducirlo en la tierra. [9]
    • Eso es especialmente importante si recolectaste los esquejes hace aproximadamente más de una hora, ya que es más probable que sus extremos se hayan secado.
    • Usa tijeras de podar o un cuchillo para hacer esos cortes adicionales.
  5. Abre el recipiente de la hormona de enraizamiento y toma el esqueje. Sumerge 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de la parte inferior del extremo cortado del esqueje en la hormona. Luego, retíralo justo sobre la superficie de la hormona y golpéalo ligeramente para quitar cualquier exceso de ella. [10]
    • Puedes comprar hormona de enraizamiento en polvo o líquido. Puedes comprarla en la mayoría de las tiendas de jardinería y en tiendas minoristas en Internet.
  6. Introduce cada esqueje en un agujero individual. Coloca el extremo con la hormona de enraizamiento dentro de un agujero hasta que golpee la parte inferior. Sostén el esqueje verticalmente con una mano y, luego, presiona el suelo alrededor suyo para que permanezca asegurado en su lugar.
    • A medida que introduzcas el esqueje, procura mantenerlo centrado en el agujero para quitar muy poco de la hormona de enraizamiento. Sin embargo, no importa si pierdes un poco de ella en el borde superior del agujero. [11]
    • Si el esqueje es demasiado largo o difícil de manejar para que permanezca en la tierra, incluso cuando lo presiones alrededor, probablemente tengas que mantenerlo en su lugar con una estaca u otra forma de soporte. Es importante que la parte inferior del esqueje permanezca en su lugar mientras se enraíza.
  7. Pon la maceta debajo de un grifo o usa una regadera para empapar la tierra. Continúa regando con un chorro ligero hasta que el agua salga de la parte inferior de la maceta, lo cual indicará que toda la tierra está humectada.
    • Ten cuidado de no desacomodar los esquejes demasiado mientras los riegues. Mantén el chorro de agua lejos de la base de los esquejes para que permanezcan asegurados a la tierra.
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Método 3
Método 3 de 4:

Enraizar los esquejes en el agua

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  1. Los nódulos lucen como bultos en el tallo de donde salen tallos nuevos y hojas. Usa un cuchillo limpio o unas tijeras de podar para hacer el corte directamente a través del tallo. Corta aproximadamente 6 mm (1/4 de pulgada) debajo del nódulo. [12]
    • Si notas alguna hoja al lado del nódulo inferior, retírala con la mano o córtala. [13]
  2. Asegúrate de que el agua cubra el nódulo inferior del tallo y que no haya ninguna hoja debajo de la superficie del agua. Retira un poco de agua si cubre un tallo. [14]
  3. Desecha el agua usada y reemplázala con agua nueva a temperatura ambiente una vez cada 3 a 5 días. Cuando lo hagas, enjuaga las raíces con agua a temperatura ambiente. También puedes frotarlas con los dedos mientras las enjuagues para quitar cualquier película que se haya formado en las raíces. [15]
    • Asegúrate de que ninguna hoja se caiga al agua y retírala inmediatamente si eso sucede.
  4. Observa las raíces a medida que crezcan y trasplanta el esqueje en una maceta llena de tierra después de que las raíces lleguen a medir aproximadamente 13 cm (5 pulgadas) de largo. Verifica su largo jalando el tallo de la hiedra fuera del agua y sosteniendo una regla cerca de las raíces. Mide desde el nódulo inferior hacia el extremo de las raíces. [16]
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Método 4
Método 4 de 4:

Cuidar los esquejes mientras se enraícen

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  1. Las macetas o vasos deben situarse lejos de la luz directa del sol, aunque no deben estar frías o privadas de la luz. Si las macetas están dentro, colócalas en una zona cerca de una ventana, la cual debe recibir luz brillante pero no permitir que los esquejes estén expuestos directamente al brillo. Si los mantienes afuera, colócalos en un invernadero, un propagador o cúbrelas con bolsas de plástico y colócalas en una zona tibia y brillante lejos de la luz directa del sol. [17]
    • Tendrás que verificar el nivel de humedad de los esquejes en macetas con frecuencia, así que ponlos en algún lugar al que puedas acceder fácilmente.
    • Considera colocar los esquejes en un lugar en el que los veas con frecuencia para que recuerdes que debes cuidarlos. Ese lugar puede ser una habitación que uses diariamente o cerca de una puerta por la que entres y salgas todos los días.
  2. Rocía la tierra con agua cada vez que la superficie comience a secarse. La cantidad de tiempo en el que la tierra tarde en secarse dependerá del calor y la humedad en la que las plantas estén ubicadas. [18]
    • En muchos casos, un atomizador será muy útil para mantener húmedos los esquejes en exteriores, mientras que el riego directo funciona bien con los esquejes en interiores.
    • Sin embargo, ten cuidado de no sumergir los esquejes en demasiada agua. Por ejemplo, no dejes la maceta reposando en el agua.
  3. En la mayoría de los casos, algunos esquejes no sobrevivirán. Si ves que un esqueje se ha vuelto de color amarillo, se ha marchitado o se ha caído, retíralo de la maceta. Retirar esquejes muertos y enfermos de la maceta o el vaso permitirá que los otros crezcan. [19]
    • Cuando tengas dudas sobre si un esqueje está muerto o moribundo, sé precavido y retíralo. Es recomendable tener menos plantas saludables que muchas plantas enfermas.
  4. Trasplanta en otra maceta los esquejes cuando haya brotes nuevos o espera hasta la primavera. Las enredaderas, como la hiedra, generalmente se enraízan entre 1 y 2 meses con el cuidado apropiado. Una vez que estés listo para cambiarles de maceta, hazlo como lo harías con cualquier planta nueva. Sé cuidadoso con las raíces y dales tierra fértil para que crezcan. [20]
    • Si vas a plantarlas afuera, puedes colocar las plantas de hiedra tiernas en el suelo o en una maceta. Sin embargo ten en cuenta que si las colocas en una maceta, tendrás que regarlas con más frecuencia porque se secarán con mayor rapidez.
    • Permite que las plantas nuevas se establezcan por sí solas durante al menos unos cuantos meses antes de volver a plantarlas en otra maceta.
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