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Los padres y otros cuidadores de niños pequeños podrían tener muchas preguntas sobre cuál es la mejor forma de practicar la disciplina. “Disciplina” no es lo mismo que “castigo”. Disciplinar a un niño es un conjunto de prácticas que toman en cuenta las etapas de desarrollo de los niños y apoya a los niños para que piensen por sí mismos y asuman un papel activo en cambiar su comportamiento. Ahora tenemos mucho más conocimiento que antes sobre cómo se desarrollan los cerebros de los niños, al igual que sus capacidades sociales y emocionales. Los expertos recomiendan que disciplinar a los niños —especialmente a los niños pequeños— a la larga debería ser una experiencia positiva que construya su autoestima. [1]

Método 1
Método 1 de 2:

Prevenir la necesidad de disciplinar

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  1. Puedes crear un ambiente en tu casa que te ahorre a ti y a tu hijo la necesidad de trabajar en la disciplina a menos que sea necesario. Al organizar tu casa para que sea un lugar seguro y apto para niños, estarás previniendo el tener que crear demasiadas reglas o decir “no” demasiado a menudo a lo largo del día.
    • Utiliza dispositivos que funcionen como seguros para niños a fin de mantener los gabinetes cerrados.
    • Cierra las puertas de las habitaciones donde los niños pequeños no estarán seguros estando solos.
    • Utiliza barreras o puertas a prueba de niños para bloquear las áreas inseguras como las escaleras. [2]
  2. A los niños pequeños les encanta jugar, y esto es importante para su desarrollo saludable. No necesitas tener juguetes costosos; los niños pueden divertirse mucho jugando con cajas de cartón, juguetes económicos o sartenes y ollas. A veces las cosas más sencillas pueden activar la imaginación de los niños, así que no te sientas culpable si no puedes comprar juguetes costosos. [3]
  3. Los niños pueden portarse mal cuando están aburridos o hambrientos. Asegúrate de que salgas de casa con los juguetes con los que a tu hijo le gusta jugar y con bocadillos que sean saludables y apetitosos. [4]
  4. Los niños de cuatro años probablemente disfrutarán de ser participantes activos en la creación de reglas. Dedica tiempo a trabajar con tu hijo para crear reglas que sean razonables. Esto ayudará a que tu hijo tenga un sentido claro de tus expectativas. Debido a que ellos participaron en crear las reglas, estarán más dispuestos a seguirlas y tú los estarás ayudando a practicar el autocontrol. [5]
  5. Los niños de esta edad se sentirán abrumados si tienen que recordar demasiadas reglas. Un niño de cuatro años podría ignorar las reglas si son demasiadas, o podría sentirse frustrado —y actuar con base en esa frustración— al tratar de seguir demasiadas reglas.
    • Trabaja con los cuidadores para ayudarlos a entender las reglas en las que tú y tu hijo han acordado. [6]
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Método 2
Método 2 de 2:

Utilizar una disciplina positiva

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  1. Antes solía ser más común enseñarle a los niños cómo actuar al castigar el comportamiento no deseado. Los expertos en el desarrollo infantil temprano —científicos del cerebro, expertos en educación y psicólogos— ahora aceptan que el castigo no es la mejor forma en la que los niños pueden aprender comportamientos deseables. Los niños crecen más felices y saludables cuando son disciplinados con métodos más positivos. [7]
    • La ciencia se encuentra en la eficacia del castigo corporal: darles nalgadas o pegarles de otra forma a los niños, entre ellos los niños pequeños, no funciona y tiene todo tipo de efectos negativos. Estudios científicos confiables han demostrado que darle nalgadas a los niños o pegarles de otra forma puede alterar su desarrollo cerebral, predisponerlos a tener trastornos del estado de ánimo más adelante en la vida y en realidad impedir que aprendan a controlar su propio comportamiento. [8]
  2. Los niños pequeños a menudo se portan mal porque tienen hambre, están cansados o aburridos. O, podrían no entender las reglas que has establecido para ellos. Los niños también podrían portarse mal porque están confundidos o porque no quieren dejar de hacer algo.
    • Si un niño te hace preguntas sobre las reglas que has establecido, ese es un indicio claro de que no entiende qué es lo que se espera de él. Dedica tiempo a ayudar a que el niño entienda qué es lo que se espera de él. Usa un lenguaje claro y sencillo, y debes estar preparado para repetir la información pacientemente ahora y más adelante.
  3. Los niños de cuatro años necesitan que seas flexible y paciente. Es absolutamente normal que los niños de esta edad no sean capaces de seguir las reglas todo el tiempo. Cuando los niños cometen un error, la mejor táctica es apoyarlos y no enojarse. Cuando ocurre un error, conviértelo en una oportunidad de aprendizaje para ti y para tu hijo. Habla con tu hijo acerca de lo que él o ella puede aprender de la experiencia y por qué es importante que siga la regla en el futuro. [9]
    • Sé comprensivo y respetuoso cuando tu hijo de cuatro años comete un error. Los niños de esta edad no son capaces de actuar a la perfección. Ellos están aprendiendo lo que son las reglas y cómo seguirlas; cometer errores es una parte normal e importante del proceso de aprendizaje. [10]
    • Si tu hijo comete un error, por ejemplo si entra a una habitación y despierta a un familiar que estaba durmiendo, aunque la regla sea permitir que la persona duerma después de trabajar hasta tarde, entiende que tu hijo verdaderamente no es capaz de hacer las cosas a la perfección. La afección por un familiar podría abrumar su deseo de seguir las reglas a esta edad. El mejor enfoque es hablar pacientemente con tu hijo. [11]
  4. Si permites que haga algo un día y al otro no, un niño de cuatro años puede sentirse confundido fácilmente. Esta confusión puede dar lugar a un comportamiento que ves como un mal comportamiento, pero es la respuesta de tu hijo a una situación que no entiende.
    • Si decides que los bocadillos para después del preescolar deberían ser solo frutas y verduras, cuando has permitido dulces u otras “golosinas” en el pasado, entonces asegúrate de hablar con tu hijo sobre el cambio y apégate al plan. Regresar a leche y galletas confundirá a tu hijo.
    • Los niños de cuatro años que están confundidos por una regla podrían empezar a ignorarla. Recuerda que esto no es culpa del niño. Es importante ser constante para que tu hijo entienda lo que se espera de él o ella. [12]
  5. A los niños de cuatro años les encantan las historias, y las historias son una forma importante en la que los niños pueden aprender sobre sí mismos, sobre otras personas y sobre el mundo. Las historias pueden ayudar a los niños a lidiar con los sentimientos que tienen y pueden ayudarlos a saber que no son los únicos que han pasado por una experiencia en particular. Compartir historias con niños pequeños puede ayudarlos a saber que sus cuidadores entienden cómo se sienten.
    • Un clásico libro infantil sobre las reglas es “Donde viven los monstruos”, de Maurice Sendak. El personaje principal, Max, rompe las reglas en este libro. Los niños podrían disfrutar de discutir esta historia y aplicar la situación de Max en sus propias experiencias de vida. [13] [14]
  6. Cuando necesitas intervenir para ayudar a que un niño cambie su comportamiento, empieza dándole el tiempo que él o ella necesita para responder. Tu voz debe ser tranquila y firme y deberías llegar con tu hijo y agacharte para que puedas comunicarte directamente con contacto visual. Luego dile qué es lo que te gustaría que deje de hacer, y lo que debería hacer en su lugar. [15]
    • Si tu hijo va a tener que dejar de hacer algo que disfruta, asúrate de prepararlo para el cambio. Por ejemplo, dile que dentro de cinco minutos será hora de acostarse, a modo de que tenga el tiempo que necesita para prepararse para el cambio.
  7. El uso más efectivo de las consecuencias se combina con el razonamiento, o ayudar verbalmente a que el niño entienda y conecte sus acciones con las consecuencias determinadas. Sin embargo, esto no es suficiente. Las consecuencias deben ser constantes y es necesario cumplirlas para ser efectivos en lograr un cambio de comportamiento. [16]
    • Los “tiempos fuera” o el uso de una “silla del mal comportamiento” son formas populares para ayudar a que los niños entiendan las consecuencias y se calmen cuando se han portado mal.
      • Elige cuatro o cinco reglas que, si se rompen, llevarán a que el niño tenga que sentarse en un sitio aburrido y tranquilo para cumplir con su “tiempo fuera” o que pase tiempo en la “silla del mal comportamiento”. Asegúrate de que el niño entienda con anticipación qué reglas harán que tenga un tiempo fuera.
      • Cada vez que el niño quebrante una de las reglas, llévalo —de manera tranquila y neutral— a su espacio del tiempo fuera.
      • Los expertos recomiendan no dar más de un minuto por cada año que el niño tenga durante el tiempo fuera (es decir, un máximo de cuatro minutos para un niño de cuatro años).
      • Cuando se acabe el tiempo fuera, elogia a tu hijo por haber completado exitosamente su tiempo fuera. [17]
    • Otra posible “consecuencia” que algunos padres usan es quitar el objeto o ponerle fin a la actividad involucrada en el comportamiento no deseado del niño. Quítale el objeto temporalmente o ponle fin a una actividad y pasa a hacer otra cosa. [18]
    • Si eliges usar consecuencias, asegúrate de que luego del comportamiento no deseado del niño venga la consecuencia. Los niños de cuatro años no pueden “unir los puntos” de otra manera. [19]
  8. Cuando tu hijo coopera, siempre asegúrate de elogiarlo. Todos los niños, pero especialmente los niños pequeños, se benefician cuando sus logros son elogiados. Esto aumenta su confianza en sí mismos, pero también es una forma positiva de reforzar el comportamiento correcto. [20]
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Advertencias

  • Si estás cuidando a un niño, nunca le pegues. Pregúntale a los cuidadores primarios del niño (padres y otros tutores) cómo quisieran que tú los ayudaras con sus métodos para disciplinar a su hijo.
  • Nunca le pegues a un niño o le des nalgadas. Existe un amplio cuerpo de evidencia que sugiere que los métodos de disciplina física tienen efectos negativos y no son efectivos. Pegarle o darle nalgadas a un niño puede ocasionar serios daños psicológicos y físicos.
  • Nunca trates de disciplinar a un bebé. Nunca sacudas o le pegues a un bebé. Cuando un bebé llora, él o ella necesita de tu atención, así que dirígete a él o ella y ve qué puedes hacer para que se sienta mejor.
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