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El entrenamiento de un equipo de fútbol constituye una experiencia extremadamente gratificante y divertida, que implica realizar ejercicios y organizar juegos de práctica, pero también establecer un tono positivo con el equipo y estimular el buen espíritu deportivo, la responsabilidad, el respeto y otros valores que deseas destacar en tus jugadores. Debes ayudar a tu equipo a crecer alentando a los jugadores a divertirse y a poner todo de su parte durante el juego.

Método 1
Método 1 de 4:

Prepararse para la temporada

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  1. Si te estás preparando para entrenar a un equipo de fútbol juvenil, es probable que solo tengas una vaga comprensión de las reglas del juego. No te preocupes, ya que es sencillo aprender los conceptos básicos. Además, es probable que el oficial de la liga te proporcione un libro de reglas cuando te inscribas como entrenador. Debes leer este libro con cuidado para comprender mejor las muchas reglas del fútbol. [1]
    • Si en la oficina de la liga no te suministran un libro de reglas, debes comunicarte con ellos y solicitar un curso intensivo sobre las reglas del fútbol. También puedes confiar en los entrenadores asistentes para que te ayuden a comprender los puntos más finos del juego.
    • En la mayoría de las ligas, cada equipo puede tener hasta 11 jugadores en el campo en cualquier momento, pero no menos de 7.
    • Con excepción de los dos porteros (uno por equipo), los jugadores no pueden utilizar las manos para mover la pelota.
    • El equipo que marque más goles al final de las dos mitades de 40 minutos del juego gana.
    • No tengas miedo de formular preguntas acerca de las reglas si estás confundido.
  2. Además de las reglas, la oficina central de la liga debe proporcionarte una guía con instrucciones acerca de los horarios de los juegos y los requisitos para las prácticas. Debes consultar en la oficina de la liga acerca de los materiales que proporcionan, si corresponde. [2]
    • La mayoría de las ligas proporcionan pelotas, uniformes y algunos equipos adicionales (como conos naranjas para los ejercicios).
  3. Esta filosofía está determinada por los valores y el propósito que aporta al proceso de entrenamiento, además de tu estilo de liderazgo. Debes dedicar un tiempo a determinar la razón por la que deseas entrenar a un equipo de fútbol y cómo puedes compartir mejor los valores que consideras importantes para que tu equipo los practique. [3]
    • Al determinar de forma activa tu filosofía de entrenamiento, lograrás enseñar y demostrar mejor los valores que son importantes para ti (por ejemplo, la unidad del equipo, la autoconfianza, el buen espíritu deportivo, la responsabilidad y el respeto).
  4. Antes de que comience la temporada o durante la primera práctica, debes conversar con todos los padres y responder cualquier inquietud que puedan tener. Infórmales acerca del cronograma básico de juegos y prácticas, y comparte con ellos tu visión del equipo. De esta manera, ayudarás a establecer un tono positivo para la temporada. [4]
    • Además, hazles saber a los padres que esperas que fomenten un buen espíritu deportivo y ayuden a que sus hijos practiquen y jueguen a tiempo.
    • Es probable que también desees establecer un horario de refrigerios al principio de la temporada. Debes redactar una hoja de inscripción con diferentes fechas para que los padres lleven refrigerios.
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Método 2
Método 2 de 4:

Desarrollar el equipo

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  1. En lugar de solo brindar críticas negativas, debes ofrecer sugerencias específicas y reconocer el esfuerzo de tus jugadores. Por ejemplo, en lugar de decir: “No pateaste la pelota correctamente”, debes decir “Hiciste un buen intento, pero la próxima vez, trata de patear de esta forma” y luego muéstrale al jugador la técnica adecuada. [5]
    • Debes emplear un lenguaje compasivo al criticar a un jugador y ponerte en su lugar.
    • Debes mantener las críticas breves y al grano. Evita criticar a un jugador por un error que cometió. En su lugar, debes señalarle el error, ofrecerle una corrección y luego continuar.
    • Reconoce el esfuerzo del equipo cuando cumplan los objetivos y las metas. Por ejemplo, si el equipo gana un juego, debes manifestarles lo orgulloso que estás. [6]
  2. Además de señalar las ocasiones en que los jugadores podrían desempeñarse mejor, debes prestar atención a las cosas que hacen bien. Por ejemplo, si el portero realiza un bloqueo excelente, debes felicitarlo diciéndole: “¡Excelente, muy buen bloqueo!” o “¡Buen trabajo!”. [7]
  3. No dejes de lado a los jugadores que no se están desempeñando tan bien como el resto del equipo. La acción específica que debes tomar para ayudar a un jugador a mejorar depende de cuál sea su problema. [8]
    • Por ejemplo, a veces los jugadores solo necesitan escuchar una técnica o una estrategia explicada de una manera diferente.
    • Si un jugador presenta dificultades con cierto movimiento, puedes hacer que el entrenador asistente trabaje con él en una sesión especial.
  4. Los equipos de fútbol varían ampliamente en sus niveles de experiencia y habilidades. Debes identificar de qué son (y deberían ser) capaces tus jugadores para adaptar tu estilo de entrenamiento a sus necesidades.
    • Los adolescentes y los adultos presentan una mayor capacidad de aprender nuevas técnicas y modificar su comportamiento que los niños.
    • Los niños de diferentes grupos de edad presentarán diferentes niveles de comprensión. Incluso dentro de un grupo de edad determinado, las personas presentan diferentes fortalezas y debilidades, así que debes establecer tus expectativas en consecuencia.
    • Por ejemplo, los niños menores de 6 años deben estar orientados a divertirse y generar interacciones sociales positivas contigo y sus compañeros de equipo. El objetivo principal con los niños de esta edad es lograr que pateen la pelota en la dirección correcta.
    • Debes ayudar a los niños de 7 a 10 años a desarrollar un sentido más fuerte del juego en equipo fomentando los pases y los ejercicios de ida y vuelta con la pelota. Debes enfatizar la importancia de la victoria en equipo por encima de los logros individuales.
    • Los jugadores de 11 años o más deberían ser capaces de aprender tácticas y jugadas más complejas. También pueden aceptar con mayor facilidad los comentarios y corregir su técnica. Los ejercicios, comentarios e instrucciones para jugadores mayores pueden resultar más complejos que los de los jugadores más jóvenes.
  5. Evita el uso de lenguaje grosero durante los juegos o las prácticas, y no cuestiones a los árbitros. Después del juego, debes estrechar la mano del entrenador del equipo contrario sin importar el resultado. También, debes insistir en que todos tus jugadores se den la mano con sus oponentes. [9]
  6. El establecimiento y el logro de una serie de objetivos pequeños puede mejorar la confianza del equipo y, con suerte, ayudarlo a ganar con más frecuencia. Puedes establecer objetivos dentro de una sesión de práctica o un juego. [10]
    • Por ejemplo, si vas a entrenar a un grupo de adolescentes, puedes pedirle a cada jugador que marque un gol desde el punto de penalti durante la práctica.
    • También puedes establecer un objetivo para que tu equipo marque al menos un gol durante cada juego, incluso si no gana.
  7. Por ejemplo, si tienes un jugador que se desanima con facilidad, es probable que requiera mucho aliento y elogios antes de que logre desarrollarse y encontrar su función dentro del equipo. Otros jugadores pueden tener demasiada autoconfianza y requerir más críticas que sus compañeros de equipo. [11]
    • Un jugador indisciplinado podría responder mejor a presiones y desafíos mayores. Por ejemplo, si tienes un jugador que tiende a no dar todo de sí en el juego, puedes indicarle que atrape la pelota o se mueva más rápido.
    • Algunos jugadores pueden presentar desafíos físicos a los que debes adaptarte. En tal caso, debes concentrarte en lo que el jugador es capaz de hacer, en lugar de lo que no puede hacer. Por ejemplo, si un jugador se cansa con facilidad, puedes colocarlo en la portería donde no tenga que correr grandes distancias.
    • Debes observar a tus jugadores con cuidado para determinar cómo puedes ayudarlos mejor a progresar.
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Método 3
Método 3 de 4:

Llevar a cabo una sesión de práctica

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  1. Durante la práctica, debes escoger ejercicios que les permitan a los jugadores correr, esquivar, rebotar y saltar. Otros ejercicios deben estimular la flexión, la torsión, la tracción y el empuje. Esto les dará a tus jugadores la oportunidad de perfeccionar su sentido del equilibrio y mejorar su estado físico general.
    • Por ejemplo, puedes hacer que tus jugadores realicen 30 flexiones. Luego, haz que salten por el campo una vez y realicen caminatas de cangrejo de un extremo al otro.
    • Esto es especialmente importante para las ligas juveniles, ya que los niños necesitan adaptarse constantemente a un nuevo centro de equilibrio a medida que crecen.
  2. Debes emplear un lenguaje que tus jugadores entiendan. Si tus jugadores tienen 10 años, el lenguaje que necesitas utilizar debe ser considerablemente más sencillo que el que utilizas con un adolescente o un adulto. Al comunicarte con claridad, facilitarás los cambios positivos en el rendimiento de tus jugadores.
    • Por ejemplo, si vas a hablar con niños pequeños, podrías decir lo siguiente: “Debemos alejar la pelota del otro equipo”.
    • Con adolescentes o adultos, puedes emplear una terminología más compleja que haga referencia a posiciones particulares (defensa, ofensiva) y áreas del campo (mediocampo, área de meta, etc.). Tus indicaciones también pueden volverse más complejas. Por ejemplo, podrías decir lo siguiente: “Vamos a atrapar al portero utilizando una jugada triangular para mantenerlo desequilibrado”.
  3. Al principio de la temporada, debes presentarles a los jugadores ejercicios simples, como pasar la pelota de un jugador a otro. Con el tiempo, debes hacer que los ejercicios se vuelvan más complejos, por ejemplo, haciendo que los jugadores se pasen la pelota entre ellos mientras corren campo abajo.
    • Si la mayoría de tus jugadores logran ejecutar un ejercicio determinado sin dificultad, entonces han pasado suficiente tiempo practicándolo. En este punto, puedes pasar a realizar ejercicios de mayor dificultad.
  4. El enfoque principal de cualquier deporte siempre debe ser garantizar que los jugadores se diviertan, así que no seas demasiado estricto con ellos. Por ejemplo, no les impidas tomar agua si no se desempeñan bien durante un ejercicio. De manera similar, no hagas que realicen carreras cortas ni den vueltas alrededor del campo como castigo.
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Método 4
Método 4 de 4:

Entrenar el día del juego

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  1. Dado que el fútbol implica correr demasiado, es particularmente importante que ayudes a tus jugadores a ejercitar las piernas. Haz que el equipo corra alrededor del perímetro del campo de dos a tres veces. Algunos ejercicios de pase simples también ayudarán al equipo a prepararse para el juego. [12]
    • Por ejemplo, haz que tus jugadores se dividan en 2 filas separadas por 10 m (33 pies). Los jugadores en cada fila deben estar separados por 2 m (10 pies). Indícales que pasen una pelota de un lado a otro a su compañero en la fila opuesta.
  2. Justo antes de que comience el juego, reúnete con todos los jugadores y ofréceles una breve charla para levantarles la moral. Debes animar a tus jugadores con un tono tranquilo y relajado para que se diviertan y den todo de sí mismos. [13]
    • Por ejemplo, podrías decirles: “Muy bien equipo, hemos practicado demasiado y muy duro. Ahora ha llegado el momento de que toda esa práctica rinda sus frutos. Vamos a divertirnos, a practicar un buen espíritu deportivo, pero también vamos a jugar duro. ¡Ahora salgamos a ganar!”.
  3. Durante el juego, debes concentrarte principalmente en ofrecer un estímulo vocal y en cambiar jugadores en lugar de darles indicaciones. Debes cambiar a los jugadores cada 10 minutos aproximadamente y mantener la moral del equipo alta presionándolos para que den todo durante el juego. [14]
    • Está bien que ofrezcas algunos consejos y recordatorios sutiles al momento de ingresar jugadores nuevos. Por ejemplo, puedes recordarle suavemente a un jugador que se dirige al campo lo siguiente: “Al igual que en la práctica, quédate cerca del portero, ¿de acuerdo?”.
  4. No esperes hasta la próxima práctica o el próximo juego antes de ofrecer comentarios si un jugador comete un error o hace algo mal. Debes llevarlo a un costado después del juego y explicarle en privado lo que sucedió y lo que deseas que aprenda. [15]
    • Al igual que en cualquier otra ocasión en la que ofreces críticas, debes mantenerlas breves y al grano, a la vez que realizas comentarios positivos.
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