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Hablar fuerte no es algo que sea natural en todas las personas. Si percibes que tienes el anhelo de ser escuchado, tendrás que echar un vistazo a tu enfoque físico y mental para hablar. Respira profundamente, mantén una buena postura y habla con el diafragma a fin de proyectar tu voz en todo un salón. Trata de hablar con confianza y toma posesión de lo que dices. ¡Encuentra tu voz y aprende a compartirla!

Método 1
Método 1 de 2:

Proyectar tu voz

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  1. El diafragma es el músculo principal que participa en la respiración y se encuentra en lo profundo del abdomen. [1] Inhala y exhala profundamente para que así incrementes el volumen de aire en tus pulmones. Enfócate en tu abdomen: deja que se expanda a medida que inhales aire y que se contraiga a medida que exhales. Habla mientras exhales aire de esa respiración profunda para darle más fuerza a tus palabras.
    • Esta técnica es similar a cantar con el diafragma . Ya sea que cantes o hables, la cantidad de aire que tengas disponible dependerá bastante de la forma en que respires. [2]
  2. Relaja tus hombros y mantén la espalda recta. Pararte recto permitirá que tus pulmones se expandan hasta su máxima capacidad, lo cual le dará más peso a tu voz. Una buena postura también ayudará a mantener abierto tu diafragma para que así más aire pueda fluir más rápidamente. [3]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Amy Chapman, MA

    Coach de voz y de oratoria
    Amy Chapman es una terapeuta vocal y, especialista en canto y voz con una maestría en Ciencias con certificado de competencia clínica en la patología del habla. Ella ha dedicado su carrera a ayudar a los profesionales a mejorar y optimizar su voz. Amy ha impartido conferencias sobre la optimización de voz en universidades de California, incluyendo la UCLA, la USC, la Universidad de Chapman, Cal Poly Pomona, CSUF y CSULA. Amy se capacitó en Lee Silverman Voice Therapy, Estill y LMRVT, y es parte de la American Speech and Hearing Association.
    Amy Chapman, MA
    Coach de voz y de oratoria

    Nuestra experta señala: una buena forma de proteger tu voz es asegurarte de apoyar adecuadamente tu voz con tu respiración y postura. No obstante, no te exijas a hablar más alto si te sientes enfermo, tienes laringitis o si tus cuerdas vocales están inflamadas.

  3. Toma una respiración profunda y lenta y utiliza ese aire como combustible para tu voz. No hables de manera rápida o precipitada liberando todo el aire en una frase. Permite que la capacidad de tus pulmones te sostenga durante una oración entera y constante.
    • Asegúrate de no hablar por la nariz. Si el aire pasa por la nariz, esto puede dar lugar a un tono alto, delgado y agudo que es difícil de distinguir de la multitud. Trata de ser consciente de tu exhalación. [4]
  4. Es posible que te tome algo de trabajo dominar la técnica; sin embargo, sé paciente. Tómate el tiempo de sintonizarlo con tu cuerpo y de comprometerte de manera crítica con tu patrón de respiración. Sé consciente sobre cómo funciona la garganta, los pulmones, el diafragma y el abdomen cuando uno habla. Inténtalo en una sala donde hayan personas y fíjate si lo notan. [5]
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Método 2
Método 2 de 2:

Hablar con confianza

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  1. Tal vez te sientes cohibido al hablar frente a las personas. Tal vez te sientes incómodo con aparentar ser asertivo o controvertido. Analiza tus propios patrones de pensamiento y considera que es posible que tengas que trabajar en algo más que simplemente tu tono de voz.
  2. Sé dueño de tus palabras y no temas lo que piensen los demás. Fíjate en qué momento eres vacilante y ten en cuenta el impulso que hay en ti. Trata de superar el temor al juicio. [6]
    • Trata de no disculparte ni de eludir las cosas que dices. Si siempre eres dubitativo, entonces no hablarás lo más fuerte que puedas.
    • Habla con una persona como si fuera tu igual, no tu superior. Trata de dejar de lado la baja autoestima y “fíngelo hasta que lo logres”.
  3. Cuando tengas una conversación o hables con un grupo de personas, trata de hablar más o menos al mismo volumen que los demás. Sé consciente de la energía de la conversación. Habla fuerte cuando haya mucha energía y habla bajo cuando haya poca energía. ¡No siempre tendrás que hablar fuerte para que te escuchen! [7]
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Consejos

  • Mientras más pronto empieces a hablar de esta manera, más pronto se te volverá un hábito y más pronto te sentirás cómodo con tu nueva y poderosa forma de hablar.
  • ¿Te escuchas gritando?, es decir, ¿tienes sensibilidad auditiva? Graba tu voz y escúchate. Así podrás subir tu volumen y no sentirás como que gritas.
  • Tus pulmones contienen casi 2400 km (1500 millas) de vías respiratorias y más de 300 millones de alvéolos. Cada minuto respiras 6 L (13 pintas) de aire.
  • Habla usando tu abdomen, no tu garganta o nariz.
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Advertencias

  • No hables muy fuerte en situaciones inadecuadas. Parte de aprender a utilizar tu voz es aprender cuándo no debes usarla.
  • Trata de no forzar tu voz. Solo habla con fuerza, dejando que el aire salga a una velocidad uniforme. Evita gritar con mucha frecuencia: existe una línea fina entre hablar fuerte y gritar a alguien. [8]
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