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Ya sea que vayas a hacer el glaseado para el pastel de cumpleaños de tu hijo, que vayas a batir un revuelto de tofu vegano o que vayas a hacer de tu comida normal algo más festiva; si eres de aquellos que cocinan o preparan postres, debes haber encontrado un buen uso para los colorantes de alimentos. Infelizmente muchos de estos tintes que actualmente se encuentran aprobados para su venta en los supermercados de los Estados Unidos se creen ser tóxicos e inclusive cancerígenos. [1] Sin embargo, las buenas noticias son que los tintes naturales son seguros, fáciles de hacer y funcionan igual que los artificiales que pueden dañar la salud. Puedes teñir fácilmente la comida con ingredientes cotidianos de cocina y otros alimentos que probablemente tengas en tu despensa.

Método 1
Método 1 de 3:

Hacer colorantes a partir de vegetales

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  1. Los vegetales verdes con hojas oscuras (como la espinaca) y varios tubérculos (como las zanahorias y las remolachas) pueden funcionar bien como tintes para alimentos por causa de sus colores profundos, consistentes y oscuros. Los colorantes naturales serán más efectivos si eliges vegetales que sean de un solo color (este color debe ser brillante o profundo). [2]
    • Algunos vegetales pueden parecer muy apropiados para hacer los colorantes naturales, pero si tuvieran una alta concentración de agua (como el apio), producirán en realidad tonos muy débiles.
    • Muchos vegetales (incluso aquellos que tienen colores vibrantes) carecen de jugos espesos y concentrados que se producen en muchas frutas. En general, no puedes esperar que los tintes a base de vegetales sean tan brillantes como aquellos que están hechos de frutos del bosque. Las remolachas (para el color rojo) y las zanahorias (para el color anaranjado) son las excepciones de esta regla.
  2. Algunos vegetales sueltan su color en el agua cuando se los hierve. Los vegetales que mejor funcionan en este caso son aquellos que tienen altas concentraciones de agua (y por lo tanto de jugos) que también tienen tonos profundos. El repollo rojo (para el color morado) y la remolacha (para los colores rojo y rosado) son dos excelentes ejemplos de vegetales que pueden hervirse para extraer su color. [3]
    • Para lograr colores más concentrados, usa solamente la cantidad de agua necesaria para cubrir los vegetales. Ya que el agua se convertirá en el colorante, cuanto más lo diluyas, más claro se volverá el tono.
    • Una buena regla general para descubrir cuáles son los vegetales que producen los mejores colores es buscar aquellos que tiñen los dedos cuando se los manipula. Estos también van a teñir fácilmente los alimentos con los que entren en contacto.
  3. Usa un deshidratador de alimentos o calienta un horno a 65 °C (150 °F) y coloca los vegetales en su interior sobre una bandeja que soporte altas temperaturas. Cocínalos hasta que estén lo más secos posible (sin que se quemen), esto podría demorar hasta 6 horas. [4]
    • Si los vegetales fueran grandes (especialmente aquellos con forma esférica), córtalos en láminas muy delgadas antes de deshidratarlos para que el proceso se acelere y sea más consistente.
    • Cuando estén secos puedes almacenarlos con seguridad en un recipiente hermético por varios meses o hasta por un año.
  4. Usa un molino de café o un procesador de alimentos para hacerlo de manera más eficiente. Cuanto más fino sea el polvo, menos se alterará la textura de la comida que quieres teñir. [5]
    • También puedes usar un mortero y un pilón para moler los vegetales a mano, pero esto te tomará mucho tiempo y puede producir una consistencia irregular.
    • Enjuaga bien cualquier utensilio que hayas usado para hacer el polvo antes de utilizarlo para hacer un color diferente con los vegetales secos y así puedas evitar la contaminación del color y del sabor (su hubiera alguno) del próximo polvo de vegetal.
  5. Se puede comprar muchos vegetales y hierbas secas y en polvo, esto elimina la necesidad de secarlos y molerlos en casa. Solo debes asegurarte de elegir aquellos que no tengan condimentos ni sabores añadidos para que no afecten el sabor de la comida que quieras teñir.
    • Si no hay problemas con la dilución de la comida, puedes mezclar el polvo con una pequeña cantidad de agua o de otro líquido y luego revolverlo en la comida, hazlo gradualmente para alcanzar el color adecuado y para evitar la saturación.
    • Para hacer un colorante amarillo puedes utilizar cúrcuma añeja. La cúrcuma se usa para que los postres y los revueltos veganos tengan un aspecto parecido al tono de las yemas de huevo; la cúrcuma añeja ha perdido casi todo su sabor natural y puede usarse sin que la comida que vas a teñir cambie su sabor.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hacer colorantes a partir de jugos de fruta

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  1. A pesar de que muchas frutas tengan colores brillantes, sus jugos no siempre se pueden usar para hacer buenos colorantes de alimentos. Por ejemplo, muchas de las frutas cítricas tienen jugos muy traslúcidos (como las naranjas o los limones) que no tiñen a otros alimentos de manera efectiva; por otro lado, los frutos del bosque son muy efectivos para este fin.
    • Para descubrir las frutas adecuadas que funcionen mejor para hacer colorantes, exprime o licua las frutas y vierte el jugo en un vaso transparente, luego sostén el vaso contra la luz y observa, cuanta menos luz logre pasar, mejor funcionará el jugo para hacer el colorante.
    • Para hacer colorantes rojos o rosados puedes usar frambuesas y cerezas, las fresas producen un tono más claro y pastel de rosado. Para hacer azul o morado puedes usar moras o arándanos. [6]
  2. A diferencia de los vegetales que deben hervirse para extraer su color, el colorante del jugo de las frutas se hace con la propia fruta. Para usar los frutos del bosque, colócalos en un procesador de alimentos o en una licuadora para licuarlos y producir el colorante. Para usar frutas más grandes puedes utilizar un exprimidor (pero nuevamente, no se obtiene buenos colorantes a partir de la mayoría de este tipo de frutas).
    • Puedes comenzar con frutas frescas o congeladas si las vas a licuar, pero estas deben estar frescas para poder exprimirlas efectivamente. [7]
    • Asegúrate de retirar las pepas, las semillas grandes o las cascaras no comestibles antes de colocarlas en la licuadora ya que estas podrían arruinar la máquina y no ayudarían a producir los colorantes.
    • Añade pequeñas cantidades de agua a la fruta para que esta pueda licuarse apropiadamente si vas a utilizar un procesador de comidas. [8]
  3. Siempre que licues o exprimas las frutas, pequeñas semillas, cáscaras y otras fibras pueden mezclarse en el jugo. Para preservar la consistencia de a comida que quieres teñir, debes retirar estos elementos con la ayuda de un cernidor (con agujeros muy pequeños) o de una estopilla. [9]
    • Colar el jugo es esencial para mantener la consistencia y la suavidad de los colorantes; sin embargo, si buscas un aspecto que no sea tan uniforme, puedes omitir este paso (siempre y cuando no haya ninguna semilla).
    • Los frutos del bosque finamente licuados son imposibles de colar completamente y es muy probable que terminen con pequeñas motas de cáscara y fibras. Si esto es inaceptable para ti, considera la opción de exprimirlas o de hervirlas.
    • No uses un cernidor o un tamiz que tenga la trama muy grande como para que las semillas y las fibras pasen. Haz una prueba con una pequeña cantidad de jugo para asegurarte de que el cernidor sea efectivo.
  4. En algunos casos el jugo cernido será suficiente como colorante de alimentos; sin embargo, puedes aumentar la intensidad del color si lo pones al fuego y reduces el agua del jugo. Viértelo en una cacerola pequeña y ponlo a fuego medio hasta que adquiera una consistencia pastosa. [10]
    • Este proceso produce un colorante altamente concentrado con un sabor más denso, especialmente si se hace a partir de los frutos del bosque. Asegúrate de usarlo con moderación para evitar la contaminación del sabor.
    • Omite este paso si solamente quieres un color pastel más claro.
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Método 3
Método 3 de 3:

Elegir las fuentes apropiadas para hacer colorantes naturales

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  1. Si la comida que quieres teñir ya tiene algún color diferente que el blanco, puede alterar el resultado final. Por ejemplo, no esperes que un glaseado azul se vuelva rojo por apenas agregarle jugo de frambuesas.
    • Cuando tengas dudas del resultado, usa una pequeña porción de colorante y de comida para hacer una prueba, luego puedes ajustar el tono del colorante al mezclarlo con otros tonos si fuera necesario.
    • Evita mezclar demasiados colores diferentes al mismo tiempo cuando intentes formar un color. Si lo haces, puedes terminar con un colorante sin brillo y amarronado.
  2. En muchos casos, existen varias opciones para hacer un color de colorante, en estos casos puedes elegir aquella que tenga el sabor más sutil. Por ejemplo, tanto la cúrcuma como el azafrán se pueden usar para hacer un colorante amarillo; sin embargo, la cúrcuma tiene un sabor menos intenso y sería la mejor opción. [11]
    • Una excepción para esto se daría si quisieras añadir el sabor del colorante a la comida. En dichos casos debes asegurarte de combinar los tipos de sabor (como los dulces o los salados) para evitar la creación de una mezcla desagradable. [12]
    • No todos los métodos de producción de colorantes son iguales en términos de intensidad. Generalmente, si se exprime o se licua los ingredientes se puede producir colorantes más brillantes y de sabores más intensos que aquellos que se obtienen con los métodos de hervir o secar los vegetales. [13]
  3. Para evitar que la comida se haga demasiado húmeda mientras le ajustas el color, trata de hacer colorantes de alimentos que complementen la consistencia de la comida, para ello será inevitable intentar y fallar, pero el sentido común también te ayudará bastante.
    • Para usar colorantes en polvo, revuélvelos en comidas húmedas y mezcladas como el glaseado de un pastel o como un puré de papas. Asperger el polvo en comida seca no propagará el color de manera consistente.
    • Para usar colorantes líquidos, puedes esparcirlos en cualquier comida siempre y cuando su consistencia líquida no sea un inconveniente. Las comidas secas, por ejemplo, pueden volverse muy húmedas si se les añade demasiado colorante.
  4. Dependiendo del tipo de comida que vayas a teñir, puedes eliminar los sabores contaminantes de los colorantes si les añades otros sabores. Por ejemplo, una pizca de sabor de colorante de remolacha en el glaseado de un pastel se puede cubrir con una o dos gotas de vainilla o extracto de menta. [14]
    • Este método no funciona del mismo modo para las comidas saladas que se tiñen con colorantes dulces. Si vas a teñir una coliflor de rojo con puré de frambuesa, ni siquiera mucha sal o mantequilla podría cubrir la dulzura del colorante.
    • Muchos extractos de otras sustancias que pueden utilizarse para disfrazar los sabores, como el aceite de trufa, son muy caros (y potentes); úsalos moderadamente.
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Consejos

  • Prueba la comida mientras la tiñes. Los colorantes naturales para alimentos se hacen de otros alimentos y tienen sus propios sabores e intensidades; por lo tanto, tendrás que encontrar el equilibrio adecuado entre el color deseado y la neutralidad del sabor.
  • Haz un color por vez para evitar la contaminación de un colorante con otro tono incompatible.
  • Los polvos vegetales son una buena alternativa en lugar de los colorantes líquidos principalmente cuando no quieres hacer que la comida se humedezca al teñirla. [15]
  • Verifica los ingredientes de los alimentos que vayas a utilizar para teñir para estar seguro de que no estén preparados con colorantes artificiales. Usar esta alternativa 'natural' en vez de comprar algún colorante en una tienda estropearía la intención de evitar sus efectos potencialmente dañinos.
  • Antes de comenzar coloca algo que proteja la mesada y usa ropas que puedan mancharse.
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Advertencias

  • En la mayoría de los casos no podrás alcanzar el nivel de brillo o de profundidad que los colorantes artificiales para alimentos puedan lograr, pero este es un pequeño sacrificio necesario para evitar las alternativas potencialmente tóxicas.
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