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Los cigarros de hierbas son cigarros que no contienen tabaco ni nicotina y están hechos de hierbas, especias y productos botánicos. Dado que no contienen tabaco ni nicotina, los cigarros de hierbas no son adictivos: si los haces en casa, puedes controlar exactamente lo que tendrán. Existen muchas hierbas y combinaciones de hierbas que puedes utilizar, lo cual te dará muchas posibilidades en términos de sabor y aroma para tus cigarros de hierbas. Si bien muchos cigarros de hierbas se venden como “naturales” o “más saludables”, es muy importante que te des cuenta de que no todos los cigarros de hierbas son saludables o buenos para tus pulmones y de que no existe tal cosa como un cigarro seguro y saludable.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Seleccionar tus herramientas e ingredientes

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  1. Los cigarros de hierbas frecuentemente son mezclas hechas de hierbas base, hierbas secundarias y hierbas que dan sabor. Elige o recoge siempre hierbas sin pesticidas cuando sea posible. Tus hierbas base deben representar el 50 % del total de mezcla de hierbas. Para las hierbas base, prueba las hierbas suaves de gran cuerpo, por ejemplo: [1]
    • damiana;
    • gordolobo (una hierba que es buena para el asma y para los problemas respiratorios); [2]
    • hojas de planta de frambuesa;
    • tusilago (un expectorante, es decir una planta que ayuda a dejar de lado la mucosidad; no obstante, actualmente se sabe que también puede provocar daños al hígado). [3] [4]
  2. Estas hierbas representan casi el 33 % de la mezcla total. Existen muchas hierbas que puedes elegir y es mejor jugar con las hierbas y cantidades hasta que encuentres una receta que te guste. Considera mantener un diario, de este modo, cuando hagas una nueva mezcla podrás hacer un seguimiento de los ingredientes, cantidades y resultados. Algunas hierbas secundarias pueden ser: [5]
    • loto azul;
    • escutelaria americana;
    • amapola de California, nébeda y manzanilla;
    • pasiflora;
    • Uva Ursi;
    • lúpulo;
    • tomillo;
    • lobelia (ten en cuenta que estas hierbas pueden provocar vómitos); [6]
    • caléndula, malvavisco y artemisa;
    • cola de león y lechuga silvestre.
  3. Las hierbas que van en esta parte de tu mezcla de cigarros tienden a ser más fuertes y sabrosas, de este modo solo representarán casi el 17 % de la mezcla. Las especias y hierbas populares que dan sabor a los cigarros de hierba son: [7]
    • hierbabuena y menta verde;
    • salvia y tomillo;
    • lavanda;
    • clavo de olor;
    • raíz de regaliz;
    • stevia;
    • pétalos de rosa; [8]
    • jazmín;
    • ginseng; [9]
    • hojas de té.
  4. Busca papeles crudos o que estén en su estado más natural posible: si el papel tiene algún químico o aditivo, este se quemará y tus pulmones lo inhalarán. Evita especialmente los papeles que hayan sido blanqueados o que tengan tinta. Además del papel normal, también podrás encontrar papel de fumar que esté hecho de lino, arroz y cáñamo.
    • Si te parece difícil enrollar cigarros con las manos, considera usar un rodillo para cigarros que te ayude a darle forma y a colocar las hierbas. Puedes utilizarlo junto con un tubo de cigarros previamente enrollado, [10] el cual viene en muchas variedades, entre ellos, los que tienen filtros, los que no tienen filtros e incluso los mentolados.
  5. No todas las personas utilizan filtros para sus cigarros; no obstante, existen productos disponibles que filtrarán el humo. Si utilizas un tubo de cigarro ya listo para usarse, podrás comprarlos con un filtro ya incluido. También puedes comprar los filtros reutilizables o los filtros desechables que se utilizan en un cigarro.
Parte 2
Parte 2 de 3:

Preparar las hierbas

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  1. En vez de comprar hierbas secas para tus cigarros, podrás elegir o recolectar hierbas frescas y secarlas. Esto es bueno porque te permitirá controlar la manera de secar las hierbas (para fumarlas no tendrán que estar tan secas al punto de estar crujientes). [11] Ata las hierbas en paquetes pequeños usando precintos, bandas elásticas, cuerdas o hilos y cuélgalos boca abajo durante unos días hasta que estén secos en su mayoría (pero no completamente).
    • Para que se sequen más rápidamente, extiende las hierbas en una sola capa sobre una bandeja para hornear, pon el horno en la temperatura más baja y seca las hierbas ahí. Vigila muy bien. También puedes usar un deshidratador a fin de preparar tus hierbas.
    • Cuando tus hierbas estén secas, saca todos los tallos, raíces o ramas pequeñas que podrían hacer huecos en el papel. [12]
  2. 28,3 g (1 onza) de hierbas producirán algo de 24 a 40 cigarros, dependiendo de cuán largo sea cada uno. A fin de hacer lotes más grandes de mezclas de hierbas, recuerda simplemente que necesitarás tres partes de hierbas base, dos partes de hierbas secundarias y una parte de hierbas que dan sabor. Para hacer un lote de 28,3 g (1 onza) que sirva para 24 a 40 cigarros debes combinar en un tazón mediano:
    • 14,1 g (0,5 onza) de hierbas base;
    • 9,4 g (casi 1/3 de onza) de hierbas secundarias;
    • 4,7 g (casi 1/6 de onza) de hierbas que dan sabor. [13]
  3. Mezcla las hierbas con tus dedos a fin de juntarlas, de modo que estén suaves y rompas los racimos grandes. [14] Pasa la mezcla a un molinillo o a un molino limpio de café y muélela hasta que se vuelva polvo. Asegúrate de detenerte cuando sea suficiente ya que no querrás que el polvo de hierba esté muy fino.
    • Utiliza un mortero si no tienes un molinillo o un molino de café.
  4. Si compras hierbas de una tienda y ya estaban secas, tendrás que agregar algo de humedad para que así se puedan quemar adecuadamente. [15] Toma tu lote de hierbas y extiéndela en una capa delgada sobre una bandeja para hornear, plato grande o papel pergamino. Utiliza un atomizador y agua limpia y rocía un poco sobre las hierbas para que así toda la mezcla esté ligeramente húmeda. [16]
    • A fin de evitar el crecimiento de moho, solo agrega humedad a la porción de mezcla de hierbas que vas usar de inmediato. Si hiciste un lote más grande, separa y humedece la cantidad que necesitas para utilizar inmediatamente y guarda el resto en un recipiente hermético.
  5. Cuando la mezcla de hierbas ya haya tenido tiempo de secarse y su consistencia en general esté mayormente seca pero con algo de humedad, entonces estará lista para usarse.
Parte 3
Parte 3 de 3:

Hacer cigarros de hierbas

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  1. Coloca un solo papel sobre una superficie plana. Utiliza tus dedos o una cuchara para esparcir uniformemente las hierbas sobre el centro del papel. Para los cigarros más pequeños utiliza 0,7 g (casi 0,025 onzas) de hierbas; para los cigarros más grandes utiliza 1,1 g (0,04 onzas).
    • Si utilizas un rodillo para cigarros en vez de enrollarlos con tu mano, coloca las hierbas en un bandeja de relleno.
  2. Ya sea que levantes el papel o que lo mantengas en una superficie plana, sostenlo o manióbralo con tus dedos índice y pulgar. Dóblalo suavemente de manera longitudinal en la marca de un tercio de modo que todas las hierbas se acomoden en una línea uniforme. Enrolla el lado más corto del papel hacia arriba y sobre las hierbas para que así el papel las envuelva. Empaca las hierbas de modo que queden apretujadas y mete el borde del papel debajo de las hierbas. Enrolla el resto del papel, dejando un pequeño borde en un extremo.
    • Con el rodillo para cigarros, inserta el tubo vacío y llénalo con las hierbas listas para así crear un cigarro.
    • Si utilizas un filtro desechable que se enrolla en el cigarro, deja espacio para él en un extremo y enróllalo con el cigarro.
  3. Humedece el borde del papel que dejaste expuesto a fin de hacerlo pegajoso. Sella el papel y deja que se seque durante unos minutos.
  4. En los filtros reutilizables y desechables que no se enrollan en el cigarro deberás insertar el cigarro en el filtro. De lo contrario, el filtro ya deberá estar enrollado en el cigarro.

Advertencias

  • Los cigarros de hierbas también emitirán alquitrán, monóxido de carbono y otras partículas. [17] Si bien es posible que no sean adictivos y que no contengan los mismos aditivos y químicos que los cigarros de tabaco, todavía serán peligrosos para la salud.
  • El clavo de olor puede ser especialmente peligroso cuando se quema y puede aumentar el riesgo de infecciones pulmonares, entre ellas, neumonía y bronquitis. [18]

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