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Puede ser molesto e incómodo tener que lidiar con un vecino demasiado amigable. Podrías sentir la necesidad de no herir sus sentimientos y aguantarlo, pero hay algunas medidas que podrás adoptar para abordar el problema. Con un poco de suerte, captará la pista cuando lo evites de forma reiterada o busques maneras de culminar las conversaciones con amabilidad. Si no lo entiende, deberás confrontarlo lo más pronto posible. Deberás ser firme, sereno y claro; y tendrás que explicarle el tipo de relación de vecinos que te gustaría tener.

Método 1
Método 1 de 3:

Establecer límites con tu vecino

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  1. Podría parecerte que lo más sencillo es evitar a esta persona; p. ej., al mirar a escondidas por la ventana a fin de cerciorarte de que no esté cerca cuando salgas de casa o al fingir que no estás cuando toque tu puerta. Esto solo prolongará el problema y, a decir verdad, podría agravar su conducta. En lugar de evitar a tu vecino, podrás fijar límites de una manera muy pacífica.
  2. La manera más sencilla de evitar a un vecino demasiado amigable es mirar la calle antes de salir por la puerta. Observa por la mirilla o la ventana, y si lo ves, espera unos minutos antes de abrir la puerta. Si sales de casa y lo escuchas cerca, podrás evitar el encuentro incómodo esperando que salga del edificio o que entre a su departamento. [1]
  3. Quizás no tengas tiempo para esperar a que se vaya o podría ver que te asomas y abordarte; no obstante, podrás evitar una conversación interminable con él. Sonríe, dile hola o salúdalo con la mano, y sigue caminando. [2]
    • Di algo como “¡Hola! Tengo prisa y no puedo conversar en este momento. ¡Hablamos más tarde!”.
    • Con un poco de suerte, captará la pista luego de que lo hagas un par de veces.
  4. Una conversación amigable de vecinos empezará a estancarse luego de aproximadamente 4 minutos. [3] Si empieza a hablar sin detenerse y has alcanzado tu límite, deberás buscar una manera de culminar la conversación con amabilidad. [4]
    • Di algo como “Bueno, se me está haciendo tarde para mi cita. ¡Hasta luego!”. Podrías mencionar otras excusas como un almuerzo o una cena, un trabajo o un encuentro con un compañero de ejercicios.
    • Si vas a entrar a tu casa, podrías decirle “Tengo que preparar la cena” o “Tengo mucha ropa que lavar (o alguna otra tarea)”. Podrías decir algo ambiguo como “Me acabo de percatar de la hora, ¡tengo que irme!”.
  5. Si tu vecino se encuentra frente a tu puerta, no tendrás la obligación de responderle, en especial si no deseas hacerlo. No obstante, si te sientes cómodo abriéndole la puerta, podrás fijar un límite con rapidez al decirle “Este no es un momento adecuado para conversar”. Si quieres tener una relación con tu vecino, sugiérele otro momento en el que puedan hablar. Dile algo como “¿Tienes tiempo mañana por la tarde, aproximadamente a las cuatro? Estaré libre a esa hora y me encantaría que demos un paseo y conversemos”.
    • Si no te gusta que llegue de improviso, podrás decirle con amabilidad “Es mejor que llames o que acordemos algo, en lugar de que llegues de improviso”.
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Método 2
Método 2 de 3:

Confrontar a tu vecino

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  1. Si eres un inquilino o vas a vender tu casa, y sabes que te irás del vecindario dentro de poco, quizás tan solo tengas que fijar límites (p. ej., al decirle “Lo siento, ¡no tengo tiempo para conversar!”) y no hablarle sobre su conducta. La situación será un poco más complicada si tu vecino y tú son propietarios de su hogar o inquilinos por un largo plazo. Deberás confrontarlo por tu incomodidad, en lugar de evitar herir sus sentimientos o dejar que las tensiones se acumulen. [5]
  2. Si le has dado pistas amables o has tratado de evitarlo sin suerte, podrías tener que conversar de forma directa con él. Deberás explicar lo que sientas con claridad tan pronto como notes que surge un problema. Si esperas para tener una conversación firme y tranquila, esto solo fomentará su conducta invasiva. [6]
    • Podrías sentir la necesidad de ser amable y evitar herir sus sentimientos, pero si dejas que las tensiones se acumulen, esto podría generar un mayor problema en el futuro. Además, si le haces creer que no hay ningún problema con su conducta, lastimarás más sus sentimientos cuando le expliques lo que sientes.
  3. Deberás ser claro y sincero con él sobre todo problema que tengas. Sé respetuoso y amable, pero no endulces demasiado tu punto. [7]
    • Puedes decirle lo siguiente: “Eres una persona amable y cálida. Sé que estás siendo amigable, y espero que no creas que soy grosero, pero no soy muy sociable”.
    • Si prefieres, podrías agregar algo como “Mi horario está muy ajustado en este momento y tengo muchas responsabilidades de las cuales encargarme. Disfruto nuestras conversaciones, ¡pero parece que siempre me hacen llegar tarde!”.
  4. Si vives con un cónyuge o compañero de habitación, deberán hablar sobre cómo lidiar con su vecino demasiado amigable. Elaboren una estrategia y cíñanse a ella. [8]
    • En cualquier caso, deberás actuar en equipo con tu cónyuge o compañero de habitación. Si envían mensajes contradictorios, esto solo agravará la situación. Por ejemplo, si tu vecino te sigue hasta la puerta de tu casa y trata de entrar, podrías decirle “Mi compañero de habitación y yo tenemos la regla de llamar con anticipación, no nos gusta que las personas lleguen de improviso”.
  5. Explícale que, según tu experiencia, los buenos vecinos respetan la propiedad del otro. Dile que te gustaría tener una relación amical y que estén al tanto de la propiedad del otro, pero que algo más íntimo te incomodaría. [9]
    • Di algo como “He tenido relaciones cercanas con vecinos en el pasado, pero al final tuvimos desacuerdos terribles que me han vuelto cauteloso con las relaciones muy cercanas con los vecinos. Espero que no te sientas ofendido, ya que no es mi intención, pero creo que lo mejor sería mantener ciertos límites”.
  6. Quizás te guste que los chismes de tu vecindario amigable te mantengan informado sobre las noticias fascinantes de tu localidad. No obstante, deberás mantener las conversaciones breves y solo hablar de temas inofensivos. Pídele que no hable mal de tus demás vecinos si hace que las cosas adopten un carácter muy personal. [10]
    • Si empieza a menospreciar a alguien, cambia de tema o busca una excusa para irte. Si te pregunta por tu relación con alguien o lo que opinas de esta persona, tan solo dile que su amistad aún no ha alcanzado un punto en el que puedas contarle tus secretos o los de alguien más. Dile con calma “No me gusta hablar mal de otras personas, en especial de mis vecinos”.
  7. Es genial que un vecino te hornee un pastel de vez en cuando, pero uno demasiado amigable podría tratar de hacerlo de manera semanal o diaria. Asimismo, podría tratar de hacerte sentir la obligación de devolverle el favor. Si esto se vuelve un problema, deberás expresarle tu gratitud y dejarle en claro que quieres que se detenga. [11]
    • Imagina que tu vecino empieza a llevarte comida en intervalos de unos días y que ya te has cansado de ello. Dile algo como “¡Tengo que empezar a preparar mi propia comida! Ya no puedo aceptar la que me ofreces”.
    • Podrías tratar de ser amable y decirle “No quiero causarte problemas ni ser una carga”. Si insiste, respóndele “Detesto decirlo, pero es probable que la comida se desperdicie. Lo aprecio mucho, pero no comemos muchos dulces (o lo que haya preparado)”.
    • También podrías recomendar un centro caritativo local (como una organización religiosa o un comedor popular) en donde valoren sus habilidades para hornear o cocinar.
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Método 3
Método 3 de 3:

Lidiar con las situaciones extremas

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  1. En los casos más extremos, un vecino demasiado amigable podría insistir en tocarte o invadir tu espacio personal de otra manera. Incluso si considera inofensivo que te toque el hombro al saludarte, deberás pedirle que deje de hacerlo si esto te incomoda. [12]
    • Míralo a los ojos, párate erguido y haz tu mejor esfuerzo por irradiar seguridad. Dile con calma y asertividad “Me incomoda que me toquen así”.
    • No tendrás que justificarlo ni disculparte, pero podrás elaborar tu respuesta en torno a tu nivel de incomodidad. Si tu vecino te toca el hombro y esto te parece molesto (pero no lo consideras amenazante), tendrás que pedirle con amabilidad que se detenga. Si te toca de una forma que consideras inapropiada, tendrás que decirle que te está acosando, y no deberás dudar en notificar a las autoridades si persiste.
  2. En muy raros casos, podrías tener un vecino demasiado amigable que padezca una inestabilidad mental o que amenace tu seguridad. Deberás buscar ayuda si responde de forma amenazante a las pistas que le hayas enviado o a las conversaciones que hayan tenido sobre tu espacio. [13]
    • Primero comunícate con el administrador de la propiedad o la asociación de propietarios. Ellos podrán ayudarte actuando como mediadores antes de que la situación empeore. Si crees que corres un peligro inmediato, deberás llamar a la policía o los servicios de emergencia.
  3. Si vives en un complejo de departamentos o un edificio, podría valer la pena que consultes sobre la opción de cambiarte a otro piso o sección del complejo. De este modo, evitarás las interacciones diarias con el vecino invasivo sin lidiar con la carga de mudarte a otro complejo. [14]
    • Descríbele tu situación. Pregúntale “¿Hay algún departamento disponible en otro piso o en un edificio del otro lado del complejo?”.
    • Pídele que omita los depósitos de garantía y otros montos, puesto que ya eres un residente que solo busca que lo reubiquen debido a un problema fuera de tu control.
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