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Lidiar con un vecino que le grita a su hijo puede ser una situación difícil y delicada. Si los gritos son graves o abusivos, asegúrate de intervenir y calma la situación al conectarte con el padre y calmarlo. Si los gritos ocurren de forma ocasional y no son abusivos, puedes ignorarlos y hablar con tus hijos del tema. Además, ayuda a construir un sistema de apoyo social en tu vecindario que pueda ayudar a calmar la tensión en tu vecindario. Por último, presta atención al patrón de abuso y denuncia a tu vecino si crees que abusa de sus hijos.

Método 1
Método 1 de 4:

Intervenir en el momento

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  1. Si ves un acto de violencia o crees que el niño está en peligro, llama a la policía de inmediato. Llamar a una línea de denuncia de maltrato a niños no resultará en una acción inmediata, lo que podría ser necesario en una situación de emergencia. Una vez que llames, un oficial de policía investigará la situación y hará un informe.
    • Llama al 911 para ponerte en contacto con los servicios de emergencia si estás en Estados Unidos o Canadá.
    • Llama al 999 si estás en el Reino Unido.
    • Llama al 000 si estás en Australia.
    • Haz un seguimiento de la llamada a los servicios de emergencia con una línea de ayuda que ofrezca servicios de protección de niños. Cada llamada que se realiza a un servicio de protección de niños se documenta y usa como referencia para una mayor investigación. [1]
    • La policía y los servicios de protección de niños a menudo trabajan muy de cerca. Si hay informes presentados en la policía y los servicios de protección de niños, existe un mejor camino para que sigan y puedan ayudar a más personas.
  2. Si el niño se encuentra en una situación de peligro inmediato, no dudes en actuar. De lo contrario, es importante que pienses qué es lo que atestiguas y evaluar todos los hechos que tengas y no tengas. Ten en cuenta que lo que atestiguas es una fracción de la vida de una persona y no sabes ni comprendes todo lo que ocurre en la vida de tus vecinos.
    • Si parece que el padre está estresado y se desquita con su hijo, piensa cuál sería la forma más apropiada de hablar con el padre. Asegúrate de hablarle con compasión y muéstrate dispuesto a escuchar la historia de lo que realmente ocurra.
    • Si sientes que es una situación de un posible abuso verbal, mental o psicológico, quizás sea mejor que no intervengas personalmente. En cambio, comunícate con la policía o los servicios de protección de niños. Esto es por tu propia seguridad y la del niño.
  3. Cuando escuches que tu vecino le grita a su hijo, quizás sea apropiado esforzarte por hacer algo en el momento. En caso de ser posible, intervén en el momento y calma una situación tensa. Si no puedes, establece el objetivo de hablar con tu vecino en el futuro. Intenta no ser acusatorio y hazle saber que estás dispuesto a ayudarlo si está abrumado.
    • Puedes decir algo así como "Oye, Laura. Escuché que las cosas se acaloraron un poco con Tomás el otro día. Los niños son hermosos, pero pueden ser difíciles por momentos".
    • Evita acercarte a tu vecino con una actitud de confrontación. Eso posiblemente haga que te calle y limite tu capacidad de intervenir en el futuro.
  4. Si observas a tu vecino gritar a su hijo, acércate lento a los dos. Con un tono amistoso, inicia una conversación con el padre e intenta calmar la tensión. Si está haciendo una tarea, como guardando la comida del supermercado, ofrécele ayuda. Si bien la situación podría ser tensa, procura sonreír y mantener un tono amigable. [2]
    • Por ejemplo, si el padre intenta entrar la comida a la casa, puedes decir algo así como "Oye, Juan. ¿Necesitas ayuda con la comida?".
    • También puedes intentar calmar la situación al decir algo así como "¡Hola! ¿Cómo están?" o "¿Qué harán hoy?".
  5. También puedes aliviar parte de la tensión de la situación al conectar con el padre. Haz contacto visual y di algo positivo que los conecte. Procura que la situación sea lo menos conflictiva posible. [3]
    • Puedes decir algo así como "Criar a los hijos a veces es difícil, ¿verdad?" o "Debes estar muy estresado. Los niños son hermosos, pero a veces son difíciles".
    • Recuerda que no sabes qué ocurre en la vida de tus vecinos o las cosas que hayan llevado a que griten. Por muy preocupado que estés, es importante que reúnas todos los hechos antes de intervenir (a menos que el niño esté claramente en peligro).
    • Sin embargo, si oyes al padre acosar o ser verbalmente agresivo con el niño de forma constante, quizás sea útil que te conectes con el padre para averiguar qué ocurre. Quizás sea algo que no esté relacionado con su hijo y desquite su estrés en él de forma inconsciente. Tener un conocimiento de la vida del otro padre e intentar trabajar con él para resolver el problema tomará un tiempo.
  6. Después de hablar con el padre, dile algo lindo al niño. Es importante que le transmitas que no estás ahí para regañarlo. Hazle un comentario específico y positivo. [4]
    • Por ejemplo, puedes decir algo así como "Oye, Pedro. ¡Me encanta tu camiseta!" o "Julia, has jugado muy bien en el partido de baloncesto el otro día".
  7. Si un padre pierde los estribos con un niño pequeño, puedes distraerlo con un juguete o truco. Una vez que abordes al padre, sé amigable y alegre con el niño pequeño. Si estás lo suficientemente familiarizado con el padre, puedes ofrecerte a sostenerlo por un rato. [5]
    • Por ejemplo, puedes jugar a esconder el rostro o hacer expresiones faciales divertidas para calmar al niño.
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Método 2
Método 2 de 4:

Lidiar con los gritos ocasionales

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  1. Si los gritos de tu vecino son fuertes y molestos, puedes hablar con él del tema. Busca un momento para hablar y pregúntale si no le molestaría hablar más bajo. Quizás no sea consciente de qué tan fuertes son sus gritos y valore que se lo hagas saber. [6]
    • Por ejemplo, puedes decir algo así como "Oye, Diana. Has gritado un poco fuerte el otro día. ¿Crees que podrías bajar un poco la voz?" u "Hola, Nicolás. Te escuché molesto con Mauro el otro día. Esto molesta un poco a mis hijos. ¿Quizás puedas bajar un poco la voz?".
    • No le envíes a tu vecino un mensaje de texto ni le escribas una nota y se la dejes en la puerta o el buzón. Si planeas hablar con él, debes hacerlo cara a cara.
  2. Si tu vecino tiene la tendencia de perder los estribos con sus hijos, pero los gritos no son abusivos, considera la posibilidad de ignorarlo. Involucrarte, en especial si no hay abuso, podría dañar la relación con tu vecino. Improvisa y, si no crees que los gritos sean graves, ignorarlo podría ser la mejor respuesta. [7]
  3. Si los gritos molestan a tus hijos, ten una conversación con ellos acerca de lo que ocurre. Hazles saber que, en ocasiones, los padres se frustran un poco con sus hijos y pierden los estribos. Sin embargo, explícales que gritar a los niños no es la mejor forma de lidiar con la frustración.
    • Puedes decir algo así como "Lamento que esto les moleste. Esos gritos también me molestan a mí".
    • Si los gritos son fuertes, considera la posibilidad de marcharte de la casa por un rato para hacer algo divertido con tus hijos. También puedes hacer algo para distraerlos de los disturbios; pon música y juega un juego o bailen.
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Método 3
Método 3 de 4:

Construir apoyo social

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  1. Crea una relación con tus vecinos y conócelos personalmente. Hazles saber que estás allí para su familia. Saber que hay apoyo disponible podría ayudar a las personas a sentirse menos abrumadas y, por lo tanto, menos propensas a desquitarse con sus hijos. [8]
    • Invita a tus vecinos a barbacoas y fiestas. Organiza actividades donde puedas conocer a los niños y sus padres.
  2. Si tu vecino parece estar abrumado, ofrécele ayuda. Limitar su ansiedad minimizará las posibilidades de que se desquite con sus hijos. Puedes ayudarlo con los quehaceres e incluso cuidar a los niños por un rato. [9]
    • Puedes decir algo así como "Permíteme que cuide a Sara por un rato mientras te relajas" o "¿Qué te parece si recojo a los niños después de clases hoy?".
  3. Si bien no debes cotillear acerca de tu vecino, quizás te resulte útil hablar con otras personas en el vecindario. Tus otros vecinos podrían tener información de la situación que quizás desconozcas. También podrían estar dispuestos a ayudarte a apoyar a tu vecino o intervenir en el futuro.
    • Considera la posibilidad de reunirte a tomar un café con los vecinos de confianza con los que sientas cómodo.
  4. Ofrécete como voluntario en distintas organizaciones comunitarias que apoyen a los niños y sus padres. Esto te proporcionará la oportunidad de conocer a tus vecinos y sus hijos. También te proporcionará una oportunidad para proporcionar cierto apoyo comunitario a los vecinos que lo necesiten. [10]
    • Si tienes hijos, puedes ofrecerte como voluntario en sus programas deportivos o de la escuela. También puedes ayudar a la comunidad, organizaciones religiosas o programas de servicio social.
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Método 4
Método 4 de 4:

Lidiar con el abuso infantil

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  1. Existen distintos tipos de abuso infantil, incluyendo negligencia. Esto puede ayudarte a saber qué observar si te preocupan los hijos de tu vecino.
    • Abuso físico. Esto se refiere a los daños físicos que no son causados por un accidente, e incluye golpear, sacudir, empujar, morder, ahogar, patear, quemar, etc. En Estados Unidos, este comportamiento se considera abuso independientemente de la intención. Es importante notar que la disciplina física, como los azotes, no se considera abuso físico si no causa lesiones corporales y hay una causa razonable para hacerlo.
    • Abuso verbal. Esto puede incluir formas de abuso mental, psicológico y verbal. El niño podría ser acosado o menospreciado. El abusador podría insultarlo, acusarlo e incluso ignorarlo. Dado que este tipo de abuso no deja marcas físicas obvias, puede ser difícil de identificar.
    • Negligencia. Esto ocurre cuando un padre o cuidador no proporciona las necesidades básicas del niño, como comida, refugio, ropa, atención médica, educación, etc. También puede incluir falta de atención a las necesidades del niño o permitirle el uso de drogas o alcohol.
    • Abuso sexual. Al igual que el abuso verbal o emocional, puede ser difícil de identificar, dado que no necesariamente deja marcas físicas obvias y ocurre a puertas cerradas. Esto incluye actividades de contacto físico y no contacto físico, como realizar actos sexuales con el niño o forzarlo a realizar actos sexuales, mostrarle pornografía y tomarle fotos o videos pornográficos.
  2. Si las acciones de tu vecino parecen graves, presta atención a las señales de abuso. Existen muchas señales y síntomas a observar. Ten en cuenta que los siguientes son solo algunos de los indicios. [11] Estas son algunas señales de advertencia:
    • Los niños de tu vecino dejan de pasar el rato con otros niños del vecindario.
    • Muestran cambios en su comportamiento, como aumento de la agresión, ira, hostilidad o hiperactividad.
    • El niño parece estar deprimido, ansioso, inusualmente temeroso o pierde su confianza personal de forma repentina.
    • Suele faltar a clases y los eventos escolares.
    • No quiere ir a su casa.
    • El niño tiene una afección física o médica constante que no se trata.
    • Luce cada vez más alerta y temeroso. Le preocupa que algo malo ocurra en cualquier momento.
    • El niño queda solo con mucha frecuencia teniendo una edad inapropiada.
  3. Una vez que comiences a notar las señales de advertencia, observa si esas cosas son recurrentes. Un patrón regular que se repite en un período prolongado podría ser un buen indicador de un problema. Por ejemplo, si el hijo de tu vecino no quiere ir a casa de vez en cuando, quizás haya un buen motivo para este comportamiento. Sin embargo, si se niega a ir a casa cada vez que te visita, quizás sea una causa de preocupación.
  4. Si crees que tu vecino abusa de su hijo, debes denunciarlo. Llama a la policía o la línea de ayuda local contra el maltrato infantil. Cuando llames, proporciona un informe detallado que incluya la información del niño, tu relación con él, la información del abusador, su dirección y el tipo de abuso que ocurre.
    • Si tu vecino le grita a su hijo de forma regular, está experimentando abuso emocional.
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