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La boca está llena bacterias y partículas de comida, por lo que tocar un instrumento de caña como el saxofón puede ser un asunto sucio. Sin una limpieza adecuada, la boquilla del saxofón puede albergar todo tipo de acumulaciones e incluso moho, lo cual genera enfermedades. [1] Con un poco de cuidado, tu saxofón puede mantener un gran sonido durante muchos años.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Limpiar la caña

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  1. Afloja la ligadura y quita la boquilla, la caña y el cuello del saxofón. Necesitarás limpiar estas partes a menudo ya que están en contacto con la boca. La caña es la parte de la boquilla que produce el sonido al vibrar y es muy sensible al calor, la presión, los hongos y las bacterias.
  2. El aire tibio que soplas contiene saliva, lo que brinda un lugar húmedo para el crecimiento de hongos y bacterias, así como el acumulamiento de partículas de comida que dañan el instrumento. [2]
    • Para mantener la caña limpia, utiliza un pañito seco o un hisopo especializado luego de cada uso. Esto detendrá la acumulación de bacterias y químicos. [3]
    • Puedes conseguir los hisopos y cepillos especializados para la limpieza del saxofón en las tiendas de música o en internet.
  3. Con un pañito, solamente quitarás la humedad más reciente. Es recomendable una limpieza más profunda para matar gérmenes y prevenir acumulaciones.
    • Al menos una vez a la semana, remoja la caña en una taza con dos tapas de vinagre y tres de agua tibia durante 30 minutos y luego enjuágala con agua tibia para quitarle el vinagre. [4]
  4. Cualquier humedad puede reponer a las bacterias si se deja dentro del estuche del saxofón. Coloca la caña sobre un trozo de papel, luego de 15 minutos cambia el papel y voltéala. Cuando esté completamente seca, guárdala en la portacañas dentro del estuche del saxofón. [5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Limpiar la boquilla

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  1. Una vez al mes, o semanalmente si tocas el saxofón a diario, retira la boquilla y comienza el procedimiento. La saliva se acumula en la boquilla produciendo sedimentos que pueden afectar el sonido y dificultar el retiro de la misma. [6]
  2. Una sustancia ácida como el vinagre o el agua oxigenada (H2O2) sirve para eliminar sedimentos más gruesos. Sin embargo, la exposición a estos ácidos puede acelerar la decoloración, por lo que es aconsejable eliminarla cepillando a mano si es posible. [7]
    • Remoja dos bolitas de algodón con vinagre de 4 a 6 % de acidez. Deja el primer algodón reposando sobre la abertura de la boquilla. Luego de 10 minutos quítalo y suavemente restriega el sedimento con el otro. Repite una segunda vez en casos más difíciles.
    • Remoja la boquilla en agua oxigenada (H2O2) durante dos horas. El químico comenzará a disolver el sedimento por su cuenta.
  3. Evita el agua caliente y los detergentes fuertes ya que pueden dañar el instrumento. Un detergente suave y agua tibia es suficiente para eliminar los restos de vinagre, las bacterias y aun así llegar a los sedimentos. [8]
  4. Puedes utilizar un cepillo de dientes pequeño o una escobilla especial para boquillas.
    • Las escobillas especiales pueden jalarse desde el cuello a través de la boquilla con una cuerda. Esto eliminará algo de bacterias y saliva, pero es recomendable una limpieza más profunda.
  5. El Sterisol es un germicida listo para usar en los instrumentos, pero lavar la boquilla con un enjuague bucal durante algunos minutos también es efectivo. Este paso no es obligatorio pero si es útil para eliminar cualquier bacteria restante.
  6. Esto prevendrá cualquier humedad en la boquilla que pueda permitir a las bacterias crecer nuevamente. Cuando esté completamente seca, guárdala en la porta boquillas dentro del estuche del saxofón.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Limpiar el cuello

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  1. La saliva y el sedimento se acumulan en el cuello. Coloca el hisopo en la campana y luego pásalo por el cuello con una cuerda. [9]
  2. Es el mismo procedimiento que usaste con la boquilla. Usa semanalmente agua tibia, jabón o detergente suave y una escobilla o un cepillo dental para quitar los sedimentos.
    • Moja el cepillo en agua jabonosa y úsalo para atacar el sedimento. Enjuaga el restante en el lavamanos con agua tibia. [10]
  3. Una vez más, esto es opcional ya que el agua y jabón se encargan bastante bien de las bacterias. Con este procedimiento, eliminarás cualquier bacteria o mal olor restante.
    • Vierte el Sterisol o cualquier otro germicida en el cuello para que cubra el interior. Déjalo sobre una toalla de papel en un lugar limpio durante un minuto y luego enjuágalo con agua tibia. Sécalo a mano con un pañito o hisopo antes de guardarlo o en cambio déjalo escurrir al aire libre.
    • También puedes usar vinagre. Después de aflojar el sedimento con el cepillo y el agua jabonosa, tapa la boquilla con un corcho. Cubre los agujeros, sostén el cuello en posición vertical y luego agrégale vinagre ya sea frio o tibio. Luego de 30 minutos enjuaga con jabón y agua tibia y ponlo a secar al aire o con un pañito. [11]
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Consejos

  • Crea el hábito de limpiar el saxofón después de usarlo en vez de guardarlo automáticamente.
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Advertencias

  • No arrojes las piezas en el lavavajilla ya que el calor y el detergente las dañarán.
  • No uses herramientas domesticas para raspar el sedimento, pues rayarás la superficie y deformarás la caña.
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Cosas que necesitarás

  • agua corriente
  • un pañito o hisopos
  • un cepillo dental o una escobilla especial
  • jabón o detergente suave
  • vinagre o agua oxigenada (H2O2)
  • enjuague bucal (opcional)

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