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Ya sea que tengas el zorro plateado o te hayas decolorado el cabello de rubio platino en tu búsqueda por lucir como Marilyn Monroe, el cabello blanco es difícil de mantener. Tiene la tendencia a lucir amarillo y opaco, y es frágil, en especial si el cabello está tratado con color. Sé consciente de cómo te lavas el cabello. Escoge los productos correctos, opta por cortes regulares y protege el cabello de los daños. De esta forma, podrás mantener ese brillo helado por más tiempo.

Método 1
Método 1 de 3:

Escoger el champú correcto

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  1. Los sulfatos (también conocidos como lauril éter sulfato de sodio) crean una espuma, y son un ingrediente común en muchos jabones, pastas dentales y jabones corporales. La espuma adicional no hace que el cabello quede más limpio, pero suele secarlo y dejar un residuo que puede hacer que luzca opaco y encrespado. Un champú libre de sulfato proporciona una limpieza más suave para proteger el cabello blanco frágil. [1]
  2. Cuando se agrega alcohol isopropílico, alcohol propílico o etanol en el champú, puede causar resequedad adicional. Esa resequedad puede hacer que el cabello se quiebre desde adentro, causando rompimiento y encrespamiento. Asegúrate de revisar la etiqueta y evita cualquier producto para el cabello que incluya estos ingredientes. [2]
  3. Existen muchos champús formulados específicamente para el cabello blanco. Por lo general, tienen un tinte púrpura, plateado o azul que ayuda a contrarrestar el tono amarillo que el cabello blanco puede tener algunas veces. Sin embargo, pueden proporcionarle al cabello un tinte azul o púrpura si se usan con una mayor frecuencia de la recomendada. [3]
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Método 2
Método 2 de 3:

Lavarte el cabello

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  1. El cabello blanco suele ser más seco que el cabello con pigmento, y lavarlo todos los días puede resecarlo más. Con el tiempo, eso causa encrespamiento y pérdida del brillo. Lávalo solo cada dos días o menos, en caso de ser posible. [4]
    • Si tu cabello suele ser oleoso, usa un champú seco para que el cuero cabelludo se mantenga fresco entre los lavados.
  2. El agua caliente puede resecarlo, pero el agua tibia ayuda a abrir las cutículas. Esto ayuda a limpiar la oleosidad y suciedad del cabello que pueden acumularse y permite que el acondicionador penetre profundo en las mechas. [5]
  3. El agua fría hace que las cutículas se cierren, lo que ayuda a sellar el acondicionador. Después de acondicionar el cabello, procura que el agua esté lo más fría posible antes de enjuagarlo. Asegúrate de quitar bien todo el acondicionador del cabello, dado que puede dejar residuos que opacan su brillo. [6]
    • Usa vinagre de sidra de manzana cuando te enjuagues el cabello para sellar la cutícula.
  4. Un acondicionador profundo es un hidratante más espeso formulado para penetrar profundo en el cabello. Busca uno hecho con aceites naturales, como vitamina E o aceite de coco. Déjalo actuar al estar en la ducha o, si el cabello está muy seco, envuélvete la cabeza con una bufanda y permite que el tratamiento actúe toda la noche mientras duermes. Esto le proporcionará al cabello una hidratación intensa que hará que quede brillante y saludable. Después de este tratamiento, enjuaga bien con agua fría. [7]
    • Si tienes una silla con secador, puedes aplicar el tratamiento en el cabello y ponerte un gorro de ducha en la cabeza. Siéntate debajo de la silla por 15 minutos como tratamiento rápido.
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Método 3
Método 3 de 3:

Proteger el cabello durante el día y la noche

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  1. El calor puede dañar el cabello, y el cabello blanco frágil necesita la mayor protección posible. Evita usar herramientas de peinado con calor como el secador de cabello, la rizadora y la alisadora. Permite que el cabello se seque con el aire en rodillos de espuma para lograr el estilo deseado. Si decides usar una herramienta de peinado con calor para una ocasión especial, rocía primero el cabello con un producto especial diseñado para protegerlo del daño del calor. [8]
    • Si usas un secador de cabello, enciéndelo en una configuración de temperatura baja. Esto funciona muy bien para los cabellos más finos.
  2. Los rayos UVA y UVB pueden dañar el cabello, en especial la capa exterior. Esto puede causar amarillamiento, resequedad, ruptura y encrespamiento. El cabello blanco es muy vulnerable al daño del sol, así que evita exponerte al sol y asegúrate de usar un sombrero o un paraguas si sabes que estarás afuera. [9]
  3. No es por una cuestión de lujo, sino que el satén es muy bueno para el cabello. Si tu funda para almohada es de un material áspero, las mechas de cabello se exponen a la fricción cuando te mueves al dormir. Con el tiempo, esto puede hacer que se rompan. Al dormir con una funda de satén, tu cabello podrá deslizarse con facilidad por la tela. [10]
  4. Deja de fumar si fumas. Fumar es una de las principales causas del amarillamiento del cabello. También se cree que daña los folículos del cabello, lo que hace que se vuelva más fino. Si fumas y quieres mejorar el aspecto de tu cabello, considera la posibilidad de dejar de hacerlo de forma gradual o usar parches de nicotina que te ayuden a dejarlo. [11]
  5. Dado que el cabello blanco suele estar seco, tiene la tendencia al encrespamiento. Las puntas abiertas y los crecimientos irregulares pueden empeorar el aspecto del encrespamiento. Los cortes regulares mantienen el cabello elegante y saludable. [12]
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Consejos

  • Pregúntale a tu estilista sobre el uso de tonalizadores para el cabello para eliminar el amarillamiento o color cobrizo del cabello blanco. El tonalizador es un tratamiento no permanente que suele durar entre seis y ocho semanas, y deja el cabello con un brillo satinado. [13]
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