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Los huevos cocinados no presentan casi ninguna amenaza, pero si estás siguiendo una receta que requiera el uso de huevos crudos o poco cocinados como la mayonesa, glaseado, ponche de huevo, etcétera, quizás prefieras pasteurizar los huevos primero para reducir o eliminar el riesgo de infección por las bacterias de salmonela.

Método 1
Método 1 de 2:

Método uno: Técnica estándar

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  1. Como regla general, los huevos relativamente frescos son más seguros que los viejos. No uses un huevo que haya pasado la fecha de expiración y nunca uses uno que tenga grietas en el cascarón.
  2. Saca del refrigerador los huevos que planees usar y déjalos en la encimera de tu cocina durante 15 a 20 minutos. El cascarón de cada huevo debería sentirse cerca a la temperatura ambiental antes de proseguir.
    • No uses huevos helados para este procedimiento. Las yemas de los huevos necesitan alcanzar una temperatura de 60 grados centígrados (140 grados Fahrenheit) para que las bacterias potenciales mueran, pero los huevos fríos podrían no calentarse lo suficiente durante el tiempo limitado que pueden estar en el agua caliente utilizada para la pasteurización. Por otro lado, los huevos a temperatura ambiente tienen una mejor oportunidad de conseguirlo.
  3. Llena una pequeña cacerola hasta la mitad con agua fresca o fría. Cuidadosamente, coloca los huevos dentro del agua, poniéndolos en el fondo de la cacerola en una sola capa.
    • De ser necesario, agrega más agua a la cacerola después de colocar los huevos dentro. Los huevos deberían estar cubiertos por aproximadamente 2.5 cm (1 pulgada) de agua.
    • Coloca un termómetro de lectura instantánea al lado de la cacerola. Asegúrate de que la punta del termómetro esté debajo del agua para que lea su temperatura a lo largo del proceso. Tendrás que monitorear la temperatura con mucho cuidado.
    • Ten en cuenta que cualquier termómetro de lectura instantánea funcionará, pero lo mejor probablemente sea un termómetro digital pues te permite leer fluctuaciones de temperatura con mayor precisión.
  4. Coloca la cacerola en la hornilla y caliéntala a fuego medio. Permite que el agua alcance una temperatura de 60 grados centígrados (140 grados Fahrenheit). [1]
    • Idealmente, no deberías permitir que la temperatura del agua alcance los 61 grados centígrados (142 grados Fahrenheit) durante ninguna parte del proceso. A temperaturas más altas, la consistencia y las propiedades del huevo podrían alterarse. Podrías terminar cocinando los huevos ligeramente sin siquiera darte cuenta.
    • Sin embargo, en un apuro podrías permitir que la temperatura llegue hasta a 65 grados centígrados (150 grados Fahrenheit) sin ver cambios significativos en la calidad del huevo crudo. En particular, si no estás usando un termómetro, tendrás que observar el agua y esperar que se formen burbujas en el fondo de la cacerola. Cuando eso suceda, la temperatura del agua será de unos 65 grados centígrados (150 grados Fahrenheit). Aunque esta temperatura es un poco más alta de lo ideal, aun así puede funcionar lo suficientemente bien.
  5. Con la temperatura del agua a una temperatura constante de 60 grados centígrados, continúa calentando huevos grandes durante tres minutos enteros. Los huevos extra grandes deberían mantenerse en el agua caliente durante cinco minutos.
    • Ya que la temperatura del agua nunca debería elevarse por encima de los 61 grados centígrados (140 grados Fahrenheit), tendrás que monitorearla continuamente durante este proceso. Ajusta la temperatura de tu hornilla conforme sea necesario para completar esta tarea.
    • Si permitiste que la temperatura del agua se elevara a 65 grados centígrados (150 grados Fahrenheit) o si estás pasteurizando tus huevos sin un termómetro, deberías retirar la cacerola de la fuente de calor antes de permitirle a los huevos calentarse en el agua durante tres a cinco minutos.
  6. Cuidadosamente, saca los huevos del agua usando una cuchara con ranuras y mójalos con agua fría hasta que el cascarón regrese a la temperatura ambiente o una menor que esta.
    • Alternativamente, podrías colocar los huevos en un tazón de agua con hielo en vez de mojarlos con agua corriente fría. El agua corriente es preferible pues el agua en reposo tiene mayores probabilidades de desarrollar bacterias pero técnicamente cualquier opción funcionará.
    • Mojar los huevos con agua fría rápidamente reduce la temperatura interna del huevo, previniendo que la temperatura continúe elevándose o cocinándolo.
  7. A estas alturas, los huevos deberían estar pasteurizados. Puedes usarlos inmediatamente o mantenerlos guardados en tu refrigerador por una semana más aproximadamente.
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Método 2
Método 2 de 2:

Método dos: La técnica del huevo abierto

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  1. Los huevos deberían ser lo más frescos posibles y libres de grietas. También asegúrate de que los huevos estén limpios.
    • El uso de huevos a temperatura ambiente no es tan importante para este método pues la clara o la yema estarán expuestas al calor de manera más directa, pero aun así son más preferibles que los huevos fríos.
  2. Llena entre un tercio y la mitad de una cacerola grande con agua y caliéntala a fuego alto. Permite que llegue a una temperatura de cocción a fuego lento antes de apagar la hornilla.
    • Continúa con el siguiente paso mientras esperas que el agua se caliente.
    • También necesitarás un segundo tazón de acero inoxidable que entre cómodamente en esta gran cacerola con agua. Los lados de tu tazón deben ser lo suficientemente altos como para evitar que el agua de la cacerola salpique dentro. Sin embargo, aún no coloques este tazón dentro del agua.
  3. Abre los huevos y deja que la yema o clara caiga directamente en tu segundo tazón de acero inoxidable.
    • Con este método puedes pasteurizar tanto la clara como la yema al mismo tiempo. Sin embargo, si solo necesitas la yema o la clara, puedes separar los huevos antes de echar la porción que necesitas en el tazón. Descarta la porción que no necesitas echándola en el drenaje del caño de tu cocina.
  4. Combina el huevo crudo con un poco de líquido usando 2 cucharadas (30 ml) de líquido para cada huevo completo, clara o yema. Bate los ingredientes juntos a consciencia hasta que el huevo empiece a parecer espumoso. [2]
    • Puedes usar cualquier líquido requerido por la receta, incluyendo agua, jugo de limón, leche o saborizantes. Pero asegúrate de no agregar jugo de limón y leche al mismo tiempo, pues el jugo de limón (o cualquier otro líquido ácido) hará que la leche se cuaje. La leche cuajada puede arruinar los huevos haciéndolos grumosos.
  5. Una vez que el agua llegue a una temperatura de cocción a fuego lento y la hornilla se haya apagado, coloca la base del tazón dentro de tu cacerola con agua, manteniéndolo en su lugar utilizando pinzas o tenazas de ser necesario.
    • Este método usa una técnica de baño María para calentar y pasteurizar los huevos indirectamente. Técnicamente podrías calentar los huevos directamente prescindiendo de la cacerola de agua, pero hacerlo incrementa el riesgo de cocinarlos accidentalmente en vez de pasteurizarlos. Sin embargo, si calientas los huevos directamente asegúrate de poner el fuego lo más bajo que te sea posible.
  6. Tan pronto como pongas el tazón de huevos en el agua caliente, necesitas empezar a batir los huevos con un tenedor o un batidor de alambre. Continúa batiendo por dos a tres minutos, o hasta que el agua baje a una temperatura tibia.
    • El constante movimiento distribuye el calor de manera pareja a través de la mezcla de huevo, evitando que el huevo se cueza en algún punto particular o que permanezca parcialmente sin pasteurizar.
  7. Deja que los huevos se enfríen durante aproximadamente tres minutos, luego úsalos según lo requiera tu receta. No deberías intentar refrigerar o congelar estos huevos.
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Consejos

  • Si tienes poco tiempo o sientes un poco de nervios sobre pasteurizar huevos en casa, considera comprar huevos pasteurizados o un producto de huevo líquido pasteurizado. Ambas opciones son más caras que los huevos estándar pero los procedimientos profesionales utilizados para pasteurizar podrían ofrecer una mayor protección a la vez que te ahorran tiempo y esfuerzo.
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Advertencias

  • Aproximadamente 1 huevo de cada 20,000 contiene la bacteria salmonela. Sin embargo, la pasteurización apropiada debería matar esta bacteria, la cual es la razón por la que cualquier comida que requiera huevo crudo como un ingrediente debería ser preparada con huevos crudos pasteurizados.
  • A pesar de que estos métodos los utilizan tanto chefs novatos como profesionales, no hay garantía al 100% de que los huevos que pasteurizaste en casa estarán completamente libres de bacterias.
  • Para estar segura, evita las recetas y alimentos que contengan huevos crudos si estás embarazada o tienes un sistema inmunológico débil o debilitado, incluso si los huevos han sido pasteurizados correctamente.
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Cosas que necesitarás

Técnica estándar

  • Cacerola pequeña
  • Termómetro de lectura instantánea

Técnica de huevo abierto

  • Cacerola grande
  • Pequeño tazón de acero inoxidable
  • Batidor de alambre O tenedor

Acerca de este wikiHow

Resumen del artículo X

Si quieres pasteurizar huevos en casa, coloca un tazón de huevos frescos en la encimera de 15 a 20 minutos para que alcancen la temperatura ambiente. Transfiere los huevos a una olla con agua y coloca un termómetro de lectura instantánea al costado. Calienta el agua en la estufa a fuego medio hasta que alcance los 60° Celsius (140° Fahrenheit). Mantén esta temperatura de 3 a 5 minutos. Saca los huevos del agua con una espumadera y enjuágalos con agua fría hasta que se enfríen a temperatura ambiente.

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