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El poliepóxido es un adhesivo permanente usado en muchos tipos de superficies, desde el plástico hasta el metal. Una vez que este se endurece, quitarlo puede ser difícil. El poliepóxido al principio está en estado líquido. Cuando se mezcla, la temperatura de la sustancia aumenta hasta que se enfría y endurece. Puedes quitar el poliepóxido al regresarlo a su estado líquido, o al menos en algo similar al gel, para que puedas rasparlo de la superficie. Quitar el poliepóxido puede conseguirse de una forma relativamente fácil, siempre que tomes las precauciones de seguridad adecuadas y seas paciente.

Método 1
Método 1 de 3:

Usar el calor para quitar el poliepóxido

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  1. Cuando calientes el poliepóxido, se producirán vapores que no son buenos para los ojos. No te conformes con usar anteojos. Necesitas un par de gafas de protección que te cubran los ojos por completo, unas muy ceñidas a la piel que no dejen ningún agujero o punto de entrada de aire. Asimismo, debes usar guantes de caucho que tengan de largo al menos 8 cm (3 pulgadas) desde la muñeca hasta el final. De ser posible, encuentra unos con elástico, el cual evitará que el aire se filtre. [1]
  2. Encuentra unos pantalones apretados y una camiseta ceñida de manga larga. Si la camiseta se abotona, asegúrate de que todos los botones estén bien sujetos. Esto evita que tu piel reaccione ante cualquier vapor que emane del calentamiento del poliepóxido.
  3. Si el poliepóxido se adhiere a una superficie de madera, remoja el área en acetona por una hora o más tiempo antes de usar el calor para ablandar el poliepóxido. Puedes colocar el objeto en acetona o escurrir acetona sobre la superficie donde esté adherido. La acetona solo penetrará una superficie de madera. [2]
    • Cuando lidies con el poliepóxido en plástico, mármol, cementos, vinilo o metal, cualquier producto químico interactuará con la parte superior de la superficie, pero estos no penetrarán en las capas como sí lo hacen con la madera.
  4. El objetivo es aumentar la temperatura del poliepóxido a más de 94 °C (200 °F), su punto de ablandamiento. Trabaja con la pistola térmica en tiempos cortos, en lugar de mantenerla en la misma posición por varios minutos a la vez. Si el poliepóxido se encuentra en una superficie de madera o plástica, vigila la superficie para que no se caliente demasiado y se queme. [3]
    • En lugar de usar una pistola térmica, puedes usar un soldador. Después de calentarlo, aplícalo directamente sobre el área específica de la línea de unión del poliepóxido. Esto lo ablandará. [4]
    • Si el poliepóxido que tratas de calentar se ubica en un objeto, y no en los azulejos del piso, puedes colocarlo en una placa caliente. Esto logrará lo mismo que la pistola térmica, y se encuentra más disponible en casi todos los hogares.
  5. No debes calentar toda la línea de unión del poliepóxido a la vez. Nunca podrás mantener el poliepóxido caliente por el tiempo suficiente. En su lugar, trabaja con segmentos que tengan de 5 a 8 cm (2 a 3 pulgadas) de longitud. Después de terminar con un segmento, continúa con el que se encuentra justo después del primero. Será más fácil rasparlo al ya tener un borde expuesto. [5]
  6. Usa una espátula, navaja o cualquier objeto afilado para sacar el poliepóxido de la superficie. Quizás notes que el calor no penetró en todas las capas del poliepóxido. En este caso, continúa recalentado el área y raspa hasta sacar todo el poliepóxido. [6]
    • No calientes un área justo después de ya haberla calentado. Espera unos minutos para que el poliepóxido se enfríe antes de volver a calentarlo. De otro modo, podrías causar que el área se queme.
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Método 2
Método 2 de 3:

Congelar el poliepóxido

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  1. Necesitarás un par de gafas de protección que se ciñan al rostro, sin dejar que el aire se filtre. También necesitarás un par de guantes de caucho grandes, que tengan al menos 8 cm (3 pulgadas) de longitud desde la muñeca hasta el final. Esto es por tu propia seguridad, para que el refrigerante no entre en contacto con los ojos o la piel. Este es un producto químico peligroso que podría causar un daño físico.
    • También podrías considerar el uso de una simple máscara de tela, para que no respires los vapores que emana el refrigerante. [7]
  2. Esto permite que el aire circule libremente y sacar los vapores del refrigerante. Si no las abres, los gases pueden acumularse y hacer que respirar el aire sea muy peligroso. A medida que el flujo de aire circule, debes colocar a tus hijos y mascotas en una habitación segura con la puerta cerrada. Esto evitará que respiren los gases.
  3. Los refrigerantes en aerosol se pueden encontrar en muchas marcas en la mayoría de ferreterías. Cuando compres una lata, tendrás que agitarla antes de usarla, al igual que con otras latas de aerosol. Después, debes sostenerla a 30 cm (1 pie) del poliepóxido que quieres rociar. Asegúrate de sostener la lata en posición vertical, de otro modo el líquido se filtrará. [8]
  4. El aerosol bajará rápidamente la temperatura de cualquier cosa con la que entre en contacto. El poliepóxido se congelará y se volverá quebradizo. NO coloques tus manos cerca del área que rocías. Asegúrate de que los guantes y las gafas de protección estén ambos bien sujetos cuando empieces a rociar. Si tienes niños o mascotas, no los dejes cerca del área. [9]
  5. Usa una espátula o golpea el poliepóxido con un martillo o mazo de caucho. El poliepóxido debe estar lo bastante frío para convertirse en cristales y romperse con facilidad. Después, deberás barrer los cristales y colocarlos en un recogedor, y botarlos en el tacho de inmediato. Puedes usar una aspiradora para asegurarte de recoger todos los cristales microscópicos restantes. [10]
    • Ten cuidado de no dañar la superficie al presionar mucho el poliepóxido. Si no se separa con facilidad, prueba con rociarle más refrigerante en aerosol para enfriar la resina aún más.
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Método 3
Método 3 de 3:

Preparar los productos químicos para quitar el poliepóxido

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  1. Usar agentes químicos puede ser muy peligroso tanto para tu vista como para tu piel. Tendrás que comprar un par de gafas de seguridad que se ciñan al rostro, sin que dejen ningún agujero por donde pueda entrar el aire. También tendrás que comprar un par de guantes de caucho gruesos, que tengan al menos 8 cm (3 pulgadas) de largo desde la muñeca hasta el final. [11]
  2. Esto es muy importante porque necesitas que el aire fluya. El aire transportará los vapores dañinos de los productos químicos fuera de la casa. Si tus ventanas y puertas permanecen cerradas, es probable que respires los agentes químicos que son peligrosos para tu salud. [12]
  3. También es fundamental que el agente químico no dañe la superficie a la cual el poliepóxido está adherido. Los productos químicos pueden dañar algunas superficies como la tela, el plástico o el vinilo. Los productos químicos fuertes en realidad pueden corroer las superficies antes de ablandar el adhesivo del poliepóxido. [13]
    • Mantente alejado de los oxidantes clase 3 y 4. Estos productos químicos pueden causar una combustión espontánea, o encenderse más adelante.
    • Prueba con un disolvente de pintura. La acetona en la mayoría de disolventes de pintura puede ablandar el poliepóxido endurecido, pero prepárate para dejar en remojo el poliepóxido y el objeto al cual está adherido por al menos una hora.
    • Usa un agente de decapado comercial. Por lo general, estos están disponibles en la mayoría de ferreterías. [14]
  4. Puedes escurrir un poco del agente químico sobre el poliepóxido, o colocar una toallita y aplicar con toques. De cualquier forma, asegúrate de que haya la cantidad de suficiente de agente químico para que funcione sobre el poliepóxido. Después de aplicar el agente, espera al menos una hora antes de retomarlo. [15]
    • Trabaja en pasos pequeños, en segmentos de 5 a 8 cm (2 a 3 pulgadas) a la vez. Si el área es muy amplia, es probable que el agente químico no funcione con tanta efectividad.
    • Asegúrate de que los niños y las mascotas no estén alrededor cuando apliques el agente químico.
  5. Después de que el agente químico de decapado repose por una hora, tendrás que neutralizarlo antes de rasparlo. Mezcla de 2 a 3 cucharadas de fosfato trisódico y 4 l (un galón) de agua caliente en un balde mediano. Puedes aplicar la mezcla sobre el agente de decapado o aplicarlo con toques al usar una esponja. Deja que repose y neutraliza el agente al menos por 5 minutos. [16]
  6. Puedes usar una espátula, una navaja o cualquier otro objeto afilado. Tendrás que colocar el poliepóxido en papel toalla de inmediato, y botarlo en un tacho. El objetivo es evitar que los agentes químicos estén cerca de ti. Si un poco del poliepóxido aún queda adherido a la superficie, remoja el poliepóxido restante en el producto químico por más tiempo antes de tratar de rasparlo. [17]
    • Cuando hayas raspado el poliepóxido, lava el área con un trapo empapado en agua caliente y jabón. No querrás que los productos químicos permanezcan, especialmente si hay niños y mascotas en la casa.
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Consejos

  • Trabaja el poliepóxido en segmentos pequeños. No trabajes en toda el área a la vez. Hazlo en segmentos de 5 a 8 cm (2 a 3 pulgadas) a la vez, y trabaja a partir de allí.
  • Aplica el procedimiento específico de dos a tres veces. En ocasiones, el procedimiento solo funcionará para la capa superior del poliepóxido. Sigue intentando hasta que todas las capas desaparezcan.
  • Pide consejos a un profesional de la ferretería. A veces, existen algunos remedios caseros que funcionan igual de bien para quitar el poliepóxido. Los profesionales también podrán remitirte a los mejores productos en el mercado para quitar el poliepóxido.
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Advertencias

  • Mantén a las mascotas y a tus hijos en un lugar seguro mientras apliques los productos químicos al poliepóxido.
  • Asegúrate de que tanto los guantes como las gafas de protección estén bien sujetos. No querrás que los gases entren en contacto con tu piel u ojos.
  • Deja que el aire circule libremente por toda la casa. No querrás contener el vapor de los productos químicos peligrosos.
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Cosas que necesitarás

  • Pistola términa
  • Herramienta para raspar
  • Refrigerante en aerosol
  • Acetona o cloruro de metileno
  • Fosfato trisódico
  • Gafas de protección
  • Guantes de caucho grandes

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