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El vello de las axilas puede tornarse caliente, causar escozor y verse poco atractivo con mucha rapidez. Esa es la razón por la que cada vez más hombres se rasuran las axilas, lo que hace que se sientan mucho más a gusto. Si es la primera vez que te acicalarás las axilas, existen algunas pautas básicas que deberás tener en cuenta para asegurarte de lograr un rasurado al ras y suave. Utiliza una rasuradora afilada, aplícate una cantidad considerable de crema para rasurar y comienza a rasurarte mientras tomas una ducha caliente, pues es el momento en que los vellos son más suaves.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Preparar tus axilas

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  1. Antes de rasurarte la piel, probablemente sea útil que despejes la mayor cantidad posible de vello largo y espeso, sobre todo si es la primera vez que lo harás. La forma más rápida de hacerlo es simplemente pasar una máquina de afeitar eléctrica por las axilas hasta reducir el vello hasta unos 6 mm (1/4 de pulgada) de largo. Después que lo hagas, el vello restante será mucho más fácil de eliminar. [1]
    • Coloca el protector en la máquina de afeitar a una o dos muescas por encima del nivel más corto. De esta manera, evitarás que las cuchillas arranquen los vellos a medida que pasas la máquina sobre ellos.
    • Si no tienes una máquina de afeitar, también puedes utilizar unas tijeras afiladas, aunque ten cuidado de no lastimarte.
  2. Una vez que termines de recortarte los vellos, dúchate con agua caliente y lávate las axilas. El calor del agua ayudará a suavizar la textura del vello, lo que te permitirá pasar la rasuradora con más facilidad. Comienza a rasurarte tan pronto salgas de la ducha, mientras el vello sigue suave, o incluso hazlo mientras te estás duchando. [2]
    • Si no puedes tomar una ducha, mójate las axilas con agua tibia justo antes de rasurarte.
    • Masajea suavemente la piel de las axilas para fomentar la apertura de los poros.
  3. Una rasuradora vieja no servirá para rasurarte las axilas, por lo que deberás asegurarte de utilizar una nueva o de haber cambiado recientemente la cuchilla. Un borde afilado hará que el proceso sea más rápido y eficaz. [3]
    • Las cuchillas sin filo y muy usadas pueden arrancar el vello y rasparte la piel, lo que producirá irritación.
    • Busca rasuradoras que tengan varias cuchillas. Debido a que estas quitan más vello por pasada, suelen brindar un rasurado general más al ras y suave. [4]
  4. Rocía un puñado de crema o gel para rasurar lubricante y pásalo directamente sobre las axilas. No es necesario que te contengas, pues una mayor cantidad permitirá un mejor rasurado. [5]
    • Las cremas y los geles para rasurar estimulan los folículos pilosos, permiten que la rasuradora se deslice sin mucho esfuerzo y protegen tu piel de las abrasiones. [6]
    • Siéntete libre de volver a aplicarte el gel o la crema para rasurar a medida que sigas rasurándote.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Lograr un rasurado limpio y al ras

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  1. De esta manera, te será mucho más fácil acceder a los vellos de la axila, así como poder estirar la piel para evitar que las arrugas o dobleces se interpongan en el camino. El objetivo es hacer que la superficie que rasurarás sea lo más plana y uniforme posible. [7]
    • Si te cuesta ver bien tus axilas, procura rasurarte frente a un espejo.
    • Mantén los dedos alejados de la rasuradora.
  2. Pasa la cabeza de la rasuradora por toda la axila, comenzando desde la parte superior. Luego rasúrate de abajo hacia arriba y de lado a lado. Realiza pasadas largas, suaves y rectas, e intenta eliminar la mayor cantidad posible en cada una. [8]
    • Tómate tu tiempo para evitar posibles accidentes dolorosos.
    • El vello de axila tiende a brotar en múltiples direcciones, lo que significa que no siempre tendrá un “grano” normal como el de cualquier otro vello corporal. [9]
  3. Después de unas cuantas pasadas, coloca la cabeza de la rasuradora debajo de la corriente del grifo o la ducha para enjuagar los grumos de vello acumulados. Si mantienes limpias las cuchillas de la rasuradora, te asegurarás de cortar el vello en lugar de arrancarlo. [10]
    • No intentes limpiar la rasuradora golpeándola contra una superficie dura, pues a la larga puede llegar a dañar las cuchillas. [11]
    • Si las cuchillas se atascan, quizás sea necesario utilizar un cepillo pequeño o la esquina de un paño para limpiarlas.
  4. Una vez que termines de rasurar una axila, haz lo mismo con la otra. Asegúrate de tomarte tu tiempo y de enjuagar la rasuradora con regularidad. Sigue rasurándote hasta que ya no veas vellos restantes.
  5. Una vez que estés satisfecho con el rasurado, mójate las axilas con agua fría para eliminar los vellos sueltos y los restos de crema al mismo tiempo que suavizas la piel y cierras los poros. Luego utiliza una toalla para secarte las axilas con toques suaves. [12]
    • Si vas a rasurarte mientras te duchas, simplemente disminuye la temperatura del agua por un momento mientras terminas de enjuagarte.
    • El agua fría también reducirá la inflamación producida por el agua caliente y la irritación. [13]
  6. A continuación, aplícate una porción pequeña de loción humectante en las axilas recién rasuradas y frótala en toda la zona. Si utilizas el bálsamo para después de rasurar correcto, obtendrás un alivio inmediato de la irritación. Además, como beneficio adicional, tus axilas quedarán suaves, lisas y con un olor agradable en el trascurso de los próximos días. [14]
    • Utiliza una loción humectante específicamente formulada para su aplicación en las zonas de rasurado sensibles. [15]
    • También puedes utilizar un antiséptico suave para evitar el ingreso de las bacterias en los folículos pilosos.
    • Evita usar desodorante de inmediato, ya que puede empeorar la irritación.
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Consejos

  • Acostúmbrate a rasurarte las axilas con frecuencia (cada 2 a 3 semanas o con mayor regularidad en caso de que sea necesario) para evitar que el vello vuelva a crecer y se torne grueso.
  • Las rasuradoras con cabezas flexibles y pivotantes suelen permitir un rasurado rápido de las zonas difíciles, como las axilas.
  • Cuida correctamente tus rasuradoras. Después de rasurarte, enjuágalas y sécalas bien, y guárdalas adecuadamente cuando no las uses. Esto no solo hará que funcionen mejor, sino que también aumentará su duración, reduciendo así los gastos adicionales.
  • Usar camisas sueltas o sin mangas puede facilitar el ingreso de aire hacia las axilas rasuradas con la finalidad de que se vuelvan muy sudorosas.
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Advertencias

  • Las rasuradoras son herramientas habituales para la higiene personal, pero pueden ser peligrosas si no se usan correctamente. Evita ejercer demasiada presión o rasurarte en zonas especialmente sensibles, o podrías cortarte.
  • Si tienes la piel sensible, rasurarte en contra del grano puede provocarte irritación, bultos o vellos encarnados.
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Cosas que necesitarás

  • rasuradora de múltiples hojas
  • crema o gel para rasurar
  • máquina de afeitar eléctrica (opcional)
  • tijeras para acicalado
  • loción humectante para después de rasurar

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