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En cierta medida, las reglas para ser anfitrión dependen del invitado y de la situación. Tal vez vas a recibir un invitado que pasará la noche en tu casa o tal vez vas a tener una cena. Si se trata de un amigo muy cercano o un familiar, puedes sentirte un poco más relajado. Sin embargo, si un familiar trae un extraño a tu casa, podría ser necesario mejorar tus habilidades de anfitrión. Al margen del invitado o de la situación, existen algunas pautas que puedes seguir para hacer que tus invitados se sientan como en casa.

Método 1
Método 1 de 3:

Organizar una cena o una fiesta

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  1. No te molestes en invitar personas que no te agradan o a las que no te interesa acercarte. Elegir buenos invitados te permitirá ser un mejor anfitrión. También ten en cuenta lo bien que se llevarán los invitados entre sí. Trata de no invitar a personas que sabes que no encajarán bien o que tienen antecedentes de ser molestas.
  2. Es importante saber cuándo esperar tus invitados. Asegúrate de avisarles con suficiente anticipación; al menos una semana antes e incluso más si la ocasión es muy importante. Asume que también necesitarán adaptar sus horarios. No les digas que vengan "alguna vez" si realmente quieres que se presenten. Diles una fecha específica para que se sienta más como una invitación. También está bien darles un rango de horas, pero no debe ser más de unas cuantas horas.
    • Si los invitados llegan tarde, haz que se sientan bienvenidos. No te enfades por el resto de la noche o agravarás el problema. Sigue riéndote e ignora el hecho de que hayan llegado tarde.
    • Avisarles a los invitados con anticipación simplemente es una cuestión de cortesía. Si saben qué esperar, será mucho más fácil para ellos adaptar sus horarios.
  3. Al momento de elegir qué comida vas a servir, considera los problemas alimenticios de tus invitados. Siempre contáctalos con anticipación y pregúntales si tienen alergias o especificaciones alimenticias. Invitar a cenar a un vegetariano y preparar un asado sería vergonzoso para ambos. Asegúrate de cocinar algo que prepares cómodamente.
    • No digas simplemente "¿Tienen alguna comida que prefieran?". Mejor, pídeles a tus invitados que mencionen detalles. Diles "Planeo la cena para el viernes por la noche. ¿Tienen alergias o restricciones alimenticias que necesite saber?".
    • No te esfuerces tanto en preparar un plato principal que lleve días hacerlo. Un buen invitado sabrá apreciar cualquier comida decente con buen sabor.
  4. Limpia la casa . Antes de la llegada de los invitados, ordena la casa para transmitir que te preocupas. Si llegan a una casa desordenada, les dará la impresión de que no te importa tu ambiente y podrían sentirse menos bienvenidos en tu casa. Ordena los juguetes, las herramientas y cualquier otro desorden. Elimina los alérgenos pasando la aspiradora por las alfombras y los muebles tapizados.
    • Si tienes un perro que acostumbra a saludar, ladrar o saltar hacia los invitados cuando entran por la puerta, ponlo en otra habitación. Algunas personas les temen a los perros e incluso se intimidan cuando se les acercan. Otras son alérgicas a ellos.
    • Si tienes mascotas, averigua de antemano si tus invitados tienen temores o alergias. Si son alérgicos, infórmales para que tomen medicamentos y manejen mejor la situación.
  5. Cuando lleguen los invitados, abre la puerta y muéstrales dónde poner sus pertenencias. Muéstrales el baño antes de llevarlos a la sala y ofrecerles un asiento. Nunca los dejes parados en la entrada; no esperes que te sigan si no les dices nada. Si aún tienes cosas que preparar, interactúa con tus invitados mientras organizas lo que te falta. Para este momento, debes haber terminado de ordenar el ambiente, de modo que solo te quede terminar la comida.
    • Haz que tu familia o un miembro de tu hogar interactúe con los invitados para que puedas terminar de preparar el resto de la comida. Mantén los aperitivos en la mesa de centro de la sala para abrirles el apetito a todos.
    • Pregúntales a los invitados si les gustaría una bebida. Ofréceles al menos dos opciones; cualquier cosa que consideres más adecuado para el evento. Las opciones podrían variar entre café, té, agua, cerveza y vino.
  6. No te apures. Muévete de forma casual o de lo contrario, dejarás que tus invitados crean que se han convertido en una carga para ti.
  7. Después de haber terminado de cenar y mientras comen el postre, ofréceles a tus invitados algo para bajar la comida. Dependiendo del estado de ánimo y la energía de la concurrencia, considera darles un café, un té o un digestivo alcohólico. Siéntate a conversar en el sofá con una bebida.
  8. Habla sobre los temas que les interesan. Haz preguntas sobre sus trabajos, sus viajes, sus familias, etc. No te quejes de cómo tu hijo estuvo enfermo toda la semana o de tus problemas familiares. Muestra interés en lo que dicen tus invitados. Desarrolla la conversación y deja que fluya.
    • Los negocios pueden ser un buen tema, pero ten cuidado con la persona a quién se lo planteas. A muchas personas les gusta separar su trabajo de su vida social. Préstales atención a tus invitados y no trates de forzar ningún tema.
  9. Si quieren irse, pídeles que se queden un rato más, puesto que has disfrutado su compañía. Diles que has pasado una velada agradable y que te encantaría volver a verlos. Si notaste que disfrutaron parte de la comida en particular, dales una porción. Diles que no la necesitarás; diles que es un placer ver que disfrutan tu comida.
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Método 2
Método 2 de 3:

Recibir invitados que se hospedarán en tu casa

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  1. La mayoría de las invitaciones para pasar la noche son cuestión de cortesía elemental. Sin embargo, el nivel de acceso que les das a tus invitados variará dependiendo de quién se quede en tu casa. Si vas a recibir familiares o amigos cercanos (personas que conoces y en quienes confías), podrías invitarlos a sentirse como en casa en tu espacio. Si vas a recibir a un extraño (por ejemplo, a través de servicios de alojamiento para viajeros como AirBnB o Couchsurfing.org), debes seguir siendo un anfitrión cortés, pero podría ser un riesgo mayor darles el tipo de acceso que le darías a tu familia.
    • Si vas a recibir huéspedes de un servicio de alojamiento, es posible que estés fuera de casa durante su estadía. Incluso podrías estar de viaje. Asegúrate de dejar muchas notas para ayudarles a los huéspedes a entender la forma en que quieres que se hagan las cosas.
  2. Si es posible, asegúrate de que haya muchas toallas limpias. Proporciónales a los huéspedes un jabón de olor neutro para su uso en la ducha y considera reservar para ellos un champú y acondicionador básico pero neutro y de gama media.
    • Si los huéspedes tienen una habitación privada, coloca todos los artículos de tocador en una mesita de noche con una nota que diga "Si necesitan algo más, no duden en pedirlo". Si van a tener un baño privado, simplemente deja dichos artículos en el baño. [1]
  3. Nunca se sabe cómo se sentirá alguien con la temperatura de tu casa; a algunos les gusta caliente y a otros no. No asumas que el huésped se sentirá cómodo solo porque tú lo estás. Deja una manta adicional en una cómoda, al pie de la cama o en el estante superior de un armario. [2]
  4. Deja una plancha y una tabla de planchar en el armario o en una esquina de la habitación de los huéspedes. Muéstrales tus lavadoras (si tienes una) o diles dónde pueden lavar su ropa si es necesario (por ejemplo, en una lavandería cercana). Si los huéspedes han recorrido una larga distancia, es posible que necesiten lavar su ropa.
  5. Si te levantas temprano, deja una nota en la mesita de noche diciendo que desayunas a las 7:00 a.m. (o cualquier otra hora) y que te encantaría que te acompañaran. También podrías coordinar planes de desayuno con tus huéspedes en la noche, antes de irte a dormir. Asegúrate de mencionar el menú del desayuno. [3]
    • Si a los huéspedes no les gusta desayunar o no les gusta levantarse temprano, tienes varias opciones: invítalos a usar la cocina, recomiéndales un lugar para desayunar o déjales un desayuno sencillo en la encimera. Considera dejar algunos alimentos horneados calientes junto con mantequilla y mermelada para que coman hasta la hora del almuerzo.
    • Es importante hacer que se sientan especiales, pero hay muy poca diferencia entre sentirse especial y sentirse como un extraño en la casa de un ser querido. No es necesario cambiar la rutina de toda la familia para adaptarte a tus huéspedes.
  6. Anima a los huéspedes a servirse la comida o los bocadillos, a salir a dar un paseo y a que se sientan como en casa. Muéstrales cómo encontrar servicios esenciales como bebidas (té, café, etc.), bocadillos, acceso a Internet y wifi. [4] Como anfitrión, el objetivo no es atender a tus huéspedes, sino incluirlos en las rutinas de tu hogar. Es buena idea ofrecerte a llevarlos a visitar lugares o invitarlos a dar una caminata, pero no los fuerces si solo quieren relajarse en la casa.
  7. Si tienes tiempo, enséñales a los huéspedes tu zona. Preséntales a amigos locales, indícales cómo llegar a las atracciones del lugar y trata de darles una buena impresión de cómo es vivir dónde tú vives. Si no tienes tiempo para pasar todo el día con ellos (ya sea porque trabajas o estudias), dales indicaciones para que exploren por sí mismos o invítalos a pasar el rato en tu casa hasta que regreses.
    • Si tus huéspedes quieren explorar por su cuenta, no te sientas obligado a prestarles tu auto, pero considera poner a su disposición una bicicleta o un pase de autobús para movilizarse. Indícales la forma más eficaz de usar el transporte público. Sugiéreles cosas que necesiten ver y diles que te reunirás con ellos en algún lugar después del trabajo.
    • Trata de garantizar que tus huéspedes no se aburran. Sin embargo, no es tu responsabilidad pasar cada momento del día preocupándote de que disfruten su estadía.
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Método 3
Método 3 de 3:

Consejos generales para recibir invitados

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  1. Ser un buen anfitrión se trata de hacer que las personas se sientan cómodas desde el primer minuto que cruzan la puerta de tu casa. Esto significa que necesitas realizar algunos preparativos antes de su llegada. Limpia la casa, ten un espacio despejado para que tus invitados pongan sus bolsos, zapatos, abrigos, paraguas, etc. Si planeas jugar juegos o mirar algo, asegúrate de que los suministros estén a su alcance. [5]
    • Cualquier cosa que pueda avergonzarte también puede incomodar a los invitados: la suciedad, los libros, las revistas o las películas potencialmente ofensivas o tener que hurgar en el armario o la cocina para buscar algo.
    • Conoce las alergias de tus invitados con anticipación para que estés preparado. Considera las alergias a los alimentos, las bebidas, los animales y a los productos de limpieza. [6]
  2. Cuando lleguen tus invitados, déjales en claro las reglas básicas de la casa de inmediato. Esto no significa que necesites darles un sermón, sino más bien significa ser amable pero claro respecto a las expectativas para el espacio en el que se encuentran.
    • Si te gusta que los invitados se quiten los zapatos, no dejes que caminen un rato para luego hacer comentarios al respecto. Quítate los zapatos y pregúntales si les gustaría hacer lo mismo. Ellos captarán el mensaje.
    • Si tienes muebles que no quieres que toquen tus invitados o habitaciones a las que no quieres que entren, sé claro desde el principio para evitar situaciones incómodas más adelante.
    • Indícales dónde está el baño de inmediato. De este modo, nadie necesitará preguntar dónde está el baño en medio de otra conversación.
  3. No presiones a tus invitados a limpiar contigo, pero no se los niegues si realmente quieren ayudar. Muchas personas prefieren contribuir en vez de ser atendidos. Tener algo que hacer distrae la mente de cualquier incomodidad persistente.
    • Dales tareas pequeñas, como recoger la mesa o colocar el postre en la mesa.
    • Si se ofrecen a lavar los platos, podría parecerte más cortés rechazarlo y ofrecerles una bebida. Siéntalos en el bar de la cocina y déjalos hablar mientras lavas los platos. Si son insistentes, deja los platos, siéntate en la mesa a hablar e ignora el hecho de que hay platos por lavar.
  4. A nadie le gusta estar parado en medio de una habitación, agarrando bien su bolso y preguntándose a dónde ir. Ordena cualquier cosa que estén sosteniendo (si lo desean) e indícales que tomen asiento. Ofréceles algo de beber. Una vez instalados, podría ser bueno abandonar la habitación (tal vez con la excusa de traerles su bebida) para que tengan la oportunidad de tomarse un descanso y mirar alrededor.
    • Si estás con alguien constantemente, la persona no tendrá la oportunidad de asimilar el ambiente y podría distraerse mientras estás con ella más adelante. Esto no significa dejarlos por mucho tiempo; uno o dos minutos serán suficientes.
    • A las personas les gusta tener algo que hacer con sus manos. Así que tener una bebida o unos bocadillos puede ser útil. No les ofrezcas comida ni tampoco te pongas a comer, ya que se sentirán maleducados y glotones. Comparte algunos aperitivos.
  5. Invitar a alguien y luego preguntarle qué hacer es descortés. Los invitados no sabrán lo que puedes y no puedes hacer en tu casa y probablemente no se sentirán cómodos haciéndose cargo del territorio de alguien más. Incluso si no estás seguro de que tus invitados disfruten jugar Scrabble, cualquier cosa es mejor que sentarse y mirar en direcciones opuestas. [7]
  6. Uno de los trabajos más importantes como anfitrión es hacer que todo marche sin problemas. Necesitarás establecer un tono positivo y actuar como moderador si algo sale mal. Debes estar preparado para apaciguar las tensiones: siempre debes estar listo para cambiar de tema o hablar con alguien que cause problemas. Tu "trabajo" social como el anfitrión es asegurarte de que tu casa sea un espacio seguro y acogedor para todo el que entre en ella, sin importar quién ocasione problemas.
    • Planifica temas de conversación con anticipación. Piensa en lo que quieres preguntarle a cada persona, por ejemplo, sobre un nuevo trabajo, un nuevo bebé o un viaje importante. Planea con anticipación para que no tengas que pensarlo mucho en el momento.
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Advertencias

  • No hables de otras personas o amigos. Esto da lugar a los chismes y los chismes son desagradables. Es posible que digas algo que lamentarás una vez que se hayan ido.
  • Si los invitados empiezan a hablar mal de las personas, cambia de tema o tráeles el postre.
  • Si mencionan a una persona que no te agrada, mejor permanece callado y asiente con la cabeza a lo que digan.
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