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¡Tú, sí tú, puedes ser una chica inteligente! La inteligencia mayormente se logra trabajando duro y aprendiendo de los errores y ¡tú puedes hacer eso! En la escuela, tendrás que practicar lo aprendido en clase para captar las ideas y hacer preguntas cuando las tengas. Fuera de la escuela, no tengas temor de explorar tus ideas y las cosas que te interesan. Al hacer lo que te interesa, aprenderás y te volverás más inteligente sin siquiera darte cuenta.

Método 1
Método 1 de 3:

Ser inteligente en la escuela

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  1. Para aprender de tus maestros, deberás prestarles mucha atención. Primero, apaga la cháchara de tu mente. Quizá estés pensando en lo que comiste en el almuerzo o lo que dijo tu mejor amigo. Trata de expulsar esos pensamientos y prestar atención a lo que dice el maestro. Si quieres, puedes inclinar la cabeza ligeramente hacia delante para recordar que tienes que escucharlo. [1]
    • Mientras lo escuchas, trata de convertir lo que el maestro dice en tus propias palabras. A esto se le conoce como “resumir” y ayuda a recordar lo dicho.
    • Puede serte útil tomar apuntes . Escribe lo que el maestro diga en tus propias palabras. No trates de escribir todo lo que diga tal cual, ya que no podrás seguirle el ritmo. Solo apunta las ideas generales e importantes.
  2. Todos tienen preguntas, ¡hasta las chicas inteligentes! A decir verdad, los más inteligentes suelen ser los que más hacen preguntas, porque quieren aprender. Si no entiendes algo en clase o quieres saber más, no tengas vergüenza de levantar la mano. [2]
    • Otra persona de seguro tiene la misma pregunta, así que también estarás ayudando a tus compañeros de clase.
  3. El trabajo duro es esencial para ser inteligente. Si no logras entender algún concepto, practícalo un poco todos los días hasta que lo entiendas. Al seguir practicándolo, al final tendrás un momento eureka donde todo te quedará claro. [3]
    • Separa un tiempo a diario para practicar los conceptos que no entiendas, aunque ya hayan pasado a otro tema en clase.
    • Si te cuesta mucho, no tengas vergüenza en pedir ayuda. En ocasiones, solo hace falta recibir una explicación un tanto diferente para entender las cosas. Puedes hablar con un maestro, un amigo que tenga una buena comprensión del material o con tus padres. Incluso puedes buscar un tutorial por internet que te ayude a comprender mejor el tema.
  4. La lectura es esencial para el proceso de aprendizaje. Es la manera en que podrás asimilar la información en muchos temas. Eso quiere decir que entre mejor puedas leer y comprender textos, más fácil te resultará captar nuevas ideas. [4]
    • No interesa realmente lo que estés leyendo con tal que leas. Lee libros de historietas, novelas, libros ilustrados y revistas ¡o cualquier otro material que quieras!
  5. En ocasiones, decir lo que uno piensa puede dar miedo, pero si lo dices con una voz suave y mascullando, los demás no te tomarán tan en serio. Habla con una voz fuerte y segura de sí misma. Te sentirás con más autoconfianza y también convencerás a los demás de tu sinceridad. [5]
    • Puedes ensayar frente a un espejo. Ensaya lo que quieras decir con un tono de voz audible y pronuncia las palabras claramente.
  6. Cuando se ejercitan los músculos del cerebro, uno se vuelve mejor en la resolución de problemas. Ejercita tu inteligencia fuera de la escuela construyendo cosas, averiguando cómo funcionan ciertas cosas y tratando de reparar lo que no funciona. ¡Luego podrás aplicar esa resolución de problemas ejercitada en la escuela! [6]
    • Por ejemplo, quizá tu hermana menor haya roto uno de sus juguetes favoritos. ¡Busca por la casa alguna manera de repararlo!
    • No intentes reparar aparatos fijos, ¡ya que la electricidad es muy peligrosa!
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Método 2
Método 2 de 3:

Explorar intereses nuevos

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  1. Quizá seas una chica a quien le encanten los dinosaurios o las princesas. Quizá te encanten ambas cosas o ¡tal vez te gusten los insectos! Sea cual sea lo que te guste, aprende más al respecto. Saca libros de la biblioteca o conéctate a internet para aprender más. Explorar los temas que uno ama es excelente para aprender y crecer. [7]
    • Si en tu ciudad hay un museo del tema de tu interés, pídeles a tus padres que te lleven.
  2. Aprender algo nuevo puede requerir trabajo duro, pero si te esfuerzas y lo aprendes, te demostrarás a ti misma que puedes hacerlo. ¡Prueba cosas nuevas para demostrarte que eres inteligente, valiente y persistente! Repítete que puedes lograrlo y sigue practicando hasta que lo logres. [8]
    • Por ejemplo, aprende un nuevo truco de cartas o pídele a uno de tus padres que enseñe a cocinar una receta nueva en la cocina. ¡Sigue practicándola hasta que puedas hacerla sola! Si la receta te sale fatal la primera vez, sigue practicando hasta que hagas algo más aceptable y hasta delicioso.
    • También puedes empezar a practicar un pasatiempo nuevo, por ejemplo, ajedrez, pintura o ballet, o probar un deporte nuevo. Únete a un club nuevo o solo reúne a tus amigos para probar algo. Hacer algo con otras personas te motivará a seguir haciéndolo.
  3. Como la chica que eres, quizá creas que todo te debe salir perfecto la primera vez que lo haces. Pero recuerda este secreto: a nadie le sale perfecto todo la primera vez. Cometerás errores y no hay problema. ¡Igual eres una chica inteligente! Solo aprende de tus errores y aplica lo aprendido para ser mejor. [9]
    • Por ejemplo, quizá quieras construir un robot. ¡Muy bien! Pero tal vez tu primer intento no sea tan exitoso y el robot se desmorona. Averigua por qué se desmoronó y usa ese conocimiento para construir tu siguiente robot. No fracasaste, solo estás aprendiendo a hacerlo mejor.
  4. Uno aprende a hacer cosas leyendo, pero se aprende mucho más al ponerlo en práctica. Lee un libro o mira un video sobre aquello que quieras hacer, pero luego ponte de pie y hazlo. Entre más aprendas algo de manera activa, mejor podrá recordarlo tu cerebro. [10]
    • Así que, por ejemplo, si quieres aprender a hacer pulseras de la amistad, primero busca información en un libro o por internet, pero luego ponte a hacerlas.
  5. Los chicos que aprenden a leer música y luego tocan un instrumento musical o cantan en realidad desarrollan su capacidad cerebral. Únete a una clase u organización en tu escuela donde puedas aprender a tocar. Si no hay, ¡trata de aprender a leer música con videos y tutoriales en línea! [11]
    • También puedes pedirles a tus padres que te consigan clases de música.
  6. No tienes que tratar de ser inteligente todo el tiempo. Date tiempo para jugar tu juego favorito o solo para inventar una historia o hacer un dibujo. Estas actividades quizá parezcan triviales, pero serán un descanso para tu cerebro y, al mismo tiempo, ¡despertarán tu imaginación! [12]
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Método 3
Método 3 de 3:

Practicar hábitos saludables para el desarrollo cerebral

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  1. Mantente saludable haciendo de 30 a 60 minutos de ejercicio casi todos los días de la semana. Un cuerpo saludable es un cerebro saludable. No tienes que unirte a un equipo deportivo organizado para ser activa. Puedes jugar baloncesto con tus amigos, ir a nadar o jugar en el parque. Solo ponte en movimiento. [13]
  2. ¡El cerebro necesita buenos alimentos y nutrientes para funcionar correctamente! A la hora de las comidas, procura que la mitad de tu plato esté compuesto de vegetales. Luego, come alguna proteína saludable, como pollo y pescado, y granos integrales, como arroz integral o pasta de trigo integral. Toca con tus padres el tema de comer más sano si cocinan para ti.
    • Puedes decirles “Me gustaría empezar a comer más sano. ¿En qué puedo ayudar para hacer comidas más saludables para nosotros?”.
  3. Suena aburrido, pero tienes que dormir lo suficiente para que tu cerebro se desarrolle adecuadamente. Si eres menor de 13 años, necesitarás por lo menos de 9 a 11 horas de sueño todos los días; y si eres mayor de 13, por lo menos de 8 a 10 horas. Si te despiertas cansada y te da sueño durante el día, quiere decir que tienes que dormir más. [14]
    • Si tienes problemas para conciliar el sueño, apaga las pantallas 1 hora antes de acostarte. La luz azul de los teléfonos inteligentes, las tabletas y demás pantallas le avisan al cerebro que tiene que permanecer despierto. Además, tienes que dormir con el teléfono lejos de la cama y con las notificaciones apagadas.
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