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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) consiste en un trastorno enfocado en el cerebro que afecta a la capacidad de la persona de concentrarse. Además, la persona podría tener dificultades para mantenerse quieta, podría moverse de forma nerviosa o conversar en exceso. El TDAH en los niños puede ser un trastorno difícil de afrontar; no obstante, existen determinadas estrategias que serán de utilidad para controlar los síntomas y, al mismo tiempo, enseñarles buenos hábitos a los niños. Luego de que le diagnostiquen este trastorno a tu hijo, tendrás que empezar a implementar rutinas y estructuras constantes con el fin de brindar una base sólida para lidiar con su TDAH.

Método 1
Método 1 de 8:

Realizar un diagnóstico de TDAH en niños

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  1. Existen 3 tipos de presentaciones de TDAH. Para considerar un posible diagnóstico en un chico, aquellos con 16 años de edad o menos deben mostrar como mínimo 6 síntomas en más de una situación y por un tiempo mínimo de 6 meses. Los síntomas deben ser inadecuados para el nivel de desarrollo de la persona y deben perturbar el desempeño normal en ámbitos sociales o escolares. Entre los síntomas del TDAH (con presentación de falta de atención) tenemos a los siguientes: [1]
    • Comete errores por descuido, no le presta atención a los detalles.
    • Tiene dificultades para prestar atención (tareas o juegos).
    • Parece que no presta atención cuando alguien le habla.
    • No acaba lo que empieza (tareas, labores domésticas o trabajos); se distrae con facilidad.
    • Tiene dificultades con la organización.
    • No hace tareas que requieren una atención constante (como el trabajo escolar).
    • No recuerda la ubicación de las llaves, los anteojos, los papeles, las herramientas y otros objetos, o los pierde con frecuencia.
    • Se distrae con facilidad.
    • Es olvidadizo.
  2. Para que algunos síntomas puedan considerarse en un diagnóstico de TDAH, a estos se les debe considerar “perturbadores”. Determina si tu hijo cuenta como mínimo con 6 síntomas en más de un ámbito y por un tiempo mínimo de 6 meses. Entre estos síntomas tenemos a los siguientes: [2]
    • moverse de manera nerviosa, sentirse avergonzado, golpear con las manos o los pies;
    • sentirse inquieto, correr o escalar de manera inadecuada;
    • tener dificultades para jugar de manera tranquila o hacer actividades tranquilas;
    • lucir “apresurado” como si “estuviera impulsado por un motor”;
    • hablar en exceso;
    • responder incluso antes de que se haga una pregunta;
    • tener dificultades para esperar su turno;
    • interrumpir a otros e inmiscuirse en las conversaciones o los juegos de otros.
  3. La tercera presentación del TDAH ocurre cuando la persona cumple con los criterios para recibir un diagnóstico de la presentación de falta de atención y la de hiperactividad e impulsividad. Si tu hijo cuenta con 6 síntomas de alguna de las dos categorías, es probable que cuente con una presentación de combinación del TDAH. [3]
    • Si no conoces con certeza el comportamiento de tu hijo, consúltalo con otros adultos y con sus amigos. Por ejemplo, puedes acudir a los amigos de tu hijo, los padres de sus amigos, su profesor o el entrenador deportivo. Es probable que los docentes y los profesionales del cuidado infantil cuenten con un mayor contexto para el comportamiento de tu hijo, ya que habrán trabajado con muchos niños.
  4. Cuando identifiques el nivel del TDAH de tu hijo, tendrás que solicitar la orientación de un profesional de la salud mental con el fin de recibir un diagnóstico formal. Asimismo, esta persona podrá descubrir si los síntomas de tu hijo pueden justificarse al diagnosticar otro trastorno psiquiátrico o al atribuirlos a este.
  5. Conversa con el doctor o especialista en salud mental sobre los demás trastornos o condiciones que podrían contar con síntomas que se asemejen a los del TDAH. Como si no bastará con sufrir de este trastorno, a uno de cada cinco pacientes con TDAH se le diagnostica otro trastorno grave (la depresión y el trastorno bipolar son los que suelen acompañarlo).
    • Un tercio de los niños con TDAH también padecen un trastorno del comportamiento (trastorno de conducta, trastorno negativista desafiante, etc.). [4]
    • Asimismo, el TDAH suele ir acompañado de discapacidades de aprendizaje y ansiedad. [5]
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Método 2
Método 2 de 8:

Implementar la organización y la estructura en casa

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  1. La clave para el éxito consiste en implementar horarios y rutinas constantes junto con una organización y una estructura. Además de reducir el estrés en el niño con TDAH, esto debe disminuir los malos comportamientos que provoca dicho estrés. A menor estrés, mayor será el éxito; a mayor éxito (y elogios por ese motivo), [6] mayor será su autoestima, lo que sentará las bases para que el niño tenga más éxito en el futuro. [7]
    • Consigue una pizarra y escribe en ella el horario del día. Colócala en la cocina, la sala o en algún otro lugar en donde esté a la vista.
    • Si exhibes los horarios y las responsabilidades de la casa, esto les recordará a los niños qué es lo que tienen que hacer y disminuirá las probabilidades de que digan “Lo olvidé”.
  2. Los niños con TDAH requieren que sus tareas se dividan en pasos que se les indicarán uno a la vez o se les brindarán por escrito. Los padres deben hacer comentarios positivos cuando el niño complete cada paso. [8] [9]
  3. En los EE. UU., los padres de niños con TDAH pueden tener dificultades en las vacaciones de invierno, primavera y verano; ya que la estructura y el horario del año escolar previo terminará de manera repentina. Al tener menos estructura, los niños con TDAH pueden sufrir niveles de estrés más elevados y mostrar más síntomas. Mantén los horarios y las rutinas en la medida de lo posible, así disminuirás el estrés de todos.
    • Imagínate caminando en una cuerda floja sin una red protectora durante 9 meses y que la cuerda se rompe de un momento a otro, lo que te hace caer al suelo en picada. Así son las vacaciones de verano para un niño con TDAH, se asemejan a una caída sin una red protectora. Intenta recordar lo que tu hijo siente, así sentirás empatía por su experiencia.
    • Puedes tratar de ser indulgente con los cambios en el horario. Por ejemplo, si tu hijo se despertaba a las 7 a.m. durante el año escolar, despiértalo a las 7:30 a.m. en la primera semana de las vacaciones de verano y a las 8 a.m. en la segunda semana. El cambio a largo plazo en el horario puede hacer que tu hijo adopte con facilidad diferentes horarios.
  4. Un niño con TDAH no contará con una noción muy amplia del tiempo. [10] Las personas con TDAH tienen dificultades con el reloj, al medir la cantidad de tiempo que requerirán para cumplir una tarea y al calcular el tiempo que ha transcurrido. Bríndale a tu hijo algunas maneras de informarte que ha cumplido una tarea o de completarla en un tiempo adecuado. Por ejemplo, puedes hacer lo siguiente:
    • Compra un reloj de cocina y sácalo cuando desees que tu hijo regrese a casa luego de 15 minutos. También puedes reproducir un CD y decirle que debe culminar sus tareas domésticas cuando este termine.
    • Puedes enseñarle a un niño a cepillarse los dientes por un tiempo adecuado si tararea el abecedario o la canción de feliz cumpleaños.
    • Jueguen el juego de vencer al reloj. Para ello, traten de culminar una tarea doméstica antes de que una canción determinada termine.
    • Barran el piso al ritmo de una canción. [11]
  5. Los niños con TDAH siempre intentan darle un sentido a su entorno. Los padres pueden brindar ayuda al organizar la casa, en particular la habitación o el área de juego del niño. Implementa un sistema de almacenamiento que separe los artículos en categorías y disminuya el hacinamiento que provoca una saturación.
    • Puedes usar cubículos de almacenamiento y ganchos de pared codificados con colores, así como estantes abiertos.
    • Emplea etiquetas con imágenes o palabras que le hagan recordar la ubicación de las cosas. [12] [13]
    • Etiqueta los recipientes de plástico con las imágenes correspondientes. Debes contar con recipientes de plástico para los juguetes diferentes (las muñecas irán en el recipiente amarillo con una imagen de Barbie pegada en él, los juguetes de My Little Pony irán en el recipiente verde que cuenta con la imagen de un caballo, etc.). Separa las prendas de modo que los calcetines cuenten con su propia gaveta con la imagen de un calcetín, y haz lo mismo con las demás prendas. [14] [15]
    • Deja una caja o un recipiente de almacenamiento en un lugar céntrico de la casa en donde puedas apilar los juguetes de tu hijo, sus guantes, sus papeles, sus juguetes Lego y otros objetos variados que suelan encontrarse dispersos por toda la casa. En lugar de decirle a tu hijo con TDAH que recoja todas sus cosas de la sala, él podrá vaciar el recipiente con más facilidad. [16]
    • Asimismo, podrías implementar una regla que indique que si encuentras uno de sus juguetes (como su Darth Vader) abandonado en la sala por tercera vez, se lo confiscarás por una semana. También puedes establecer que si el recipiente se llena, le colocarás una tapa y te lo llevarás por un tiempo con todos esos tesoros especiales en su interior.
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Método 3
Método 3 de 8:

Ayudar a tu hijo para que tenga éxito en la escuela

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  1. Reúnete con el profesor de tu hijo para conversar sobre diversos temas. Entre estos estarán los premios eficaces y las consecuencias, las rutinas de tarea eficaces, la manera en la que el profesor y tú se comunicarán con frecuencia para tratar los problemas y los logros, la manera en la que puedes imitar lo que el profesor haga en clase con el fin de obtener una mayor constancia, etc. [17]
    • Algunos estudiantes podrán lograr el éxito con una facilidad relativa si se establecen horarios, rutinas y métodos de comunicación de tareas constantes; así como el uso de herramientas de organización eficaces (como planificadores, carpetas con codificación de color y listas de verificación).
    • Si conoces los criterios del profesor, podrás deshacerte de la excusa “el profesor dijo algo diferente”.
  2. La organización y las rutinas constantes serán esenciales para la tarea, y es una buena idea coordinar con los profesores siempre que puedas. ¿El profesor brinda una lista de tareas diarias o la escuela fomenta el uso de planificadores? Si no es así, compra un planificador que cuente con mucho espacio para escribir notas diarias y enséñale a tu hijo a usarlo.
    • Si el profesor o los profesores no pueden o no se comprometen a iniciar el planificador todos los días, pídele al profesor que encuentre un estudiante responsable (un compañero de tareas [18] ) que revise el planificador antes de terminar las clases cada tarde.
    • Si tu hijo tiene dificultades para recordar los trabajos, revisa su cuadro de tareas en el planificador todos los días tan pronto como lleguen a casa. Elógialo si ha recordado anotar la tarea asignada.
  3. Los elogios son la manera más eficaz y sencilla de incentivar a tu hijo para que aprenda y se comporte adecuadamente. Si le brindas comentarios positivos sobre algo que haya hecho y que te enorgullezca, esto también puede ser beneficioso para su relación personal a largo plazo. [19]
    • Debes elogiar a tu hijo todos los días que llegue a casa con el planificador. Luego debes colocar el planificador en la mochila todas las mañanas, antes de que parta a la escuela. También haz que el compañero de tareas le brinde recordatorios en la mañana para que entregue la tarea.
    • Premia a tu hijo si intenta hacer lo correcto y se esfuerza para lograrlo, incluso si fracasa. Esto hará que tu hijo aprenda que la ética del trabajo (incluso si fracasa) es una buena habilidad que debe poseer.
  4. La tarea se debe culminar a la misma hora y en el mismo lugar todos los días. Debes tener diversos implementos a la mano y organizados en recipientes, si cuentas con el espacio necesario.
    • Tu hijo no debe empezar a hacer la tarea tan pronto como pase por la puerta. Antes de pedirle que se siente a trabajar, deja que elimine el exceso de energía. Para ello, deja que maneje bicicleta o escale árboles por 20 minutos, o deja que converse y elimine esas ganas excesivas de hablar.
    • No permitas que tu hijo retrase o postergue su trabajo. Algunos niños emplean técnicas de distracción como pedir bocadillos, ir al baño o quejarse de estar cansados e indicar que necesitan una siesta. Todas estas son cosas totalmente válidas y normales que un niño puede pedir; no obstante, debes identificar si tu hijo en realidad trata de evitar el trabajo.
  5. Muéstrale la forma en la que organizarías el trabajo y sugiérele maneras en las que pueda priorizar los trabajos. Divide los proyectos grandes e implementa plazos límite en los que se deban culminar cada etapa. [20] [21]
    • Mientras revisan los trabajos, bríndale un bocadillo que ayude al cerebro, como el maní.
    • Es muy importante que te comuniques con el profesor para saber cómo luce una buena tarea y a qué se le considera hacer bien la tarea. No debes enseñarle a tu hijo algo que contradiga los métodos o las reglas del profesor, incluso si solo se trata de la consistencia y la estructura.
  6. Muchos niños con TDAH tienen dificultades para llevar un control de sus pertenencias y para elegir o recordar los libros que deben llevar a casa cada noche. Ellos tienen incluso más dificultades para recordar que deben regresarlos a la escuela al día siguiente.
    • Algunos profesores permitirán que los estudiantes cuenten con un “grupo de libros de texto para la casa”. [22] En los EE. UU., esta recomendación también podría implementarse en un plan de educación individualizada (IEP, por sus siglas en inglés).
    • Puedes contar con una lista cerca de la puerta, la cual indique los artículos que tu hijo deba llevar. Revisa esta lista todos los días antes de que tu hijo parta a la escuela.
    • Puedes sentir la tentación de controlar y recordar todo, incluso si tu hijo es quien debe encargarse de ello. No obstante, tu hijo no solo requerirá sus libros de texto para hacer la tarea, también tendrá que recordarlos, ya que así aprenderá a ser responsable y a seguir un horario.
    • Puedes usar libros o fuentes en línea y publicar las contraseñas en alguna parte de la casa, si es pertinente. Algunos consideran que es más cómodo hacer la tarea y leer usando una computadora.
  7. Uno de los grandes desafíos que las personas con TDAH afrontan en la adultez es que no han aprendido a socializar de manera adecuada en la infancia. [23] Escoge una actividad que le agrade a tu hijo y que pueda encajar en tu rutina.
    • Incentiva a tu hijo a participar en interacciones con sus compañeros, como las actividades de los exploradores, los equipos deportivos y el baile.
    • Busca una organización que permita que tu hijo y tú puedan hacer trabajo voluntario juntos, como un comedor comunitario de tu localidad.
    • Organiza fiestas e incentiva a tu hijo a asistir a aquellas que le permitan vivir una vida lo más normal posible. Si invitan a tu hijo a una fiesta de cumpleaños, conversa de manera sincera con los padres que la organizarán y explícales que deberás asistir para apoyar y disciplinar a tu hijo según sea necesario. Ellos apreciarán tu sinceridad y tu hijo se beneficiará con esta experiencia.
  8. Podrías disminuir la posibilidad de que tu hijo se sienta ansioso si realizan un juego de roles enfocado en la situación que generará ansiedad. El juego de roles no solo hará que tu hijo se familiarice con el acontecimiento que se aproxima y que desarrolle un nivel de comodidad con él, también te permitirá observar la manera en la que podría responder y podrás orientarlo para que brinde respuestas adecuadas. [24] Esto es de utilidad en particular para prepararlo con el fin de conocer a personas, resolver peleas con amigos o asistir a una nueva escuela.
    • Si tu hijo no quiere realizar un juego de roles contigo, pídele a un terapeuta u otro adulto de confianza que lo haga.
    • Al realizar un juego de roles, identifica de manera explícita las habilidades y las técnicas a emplear para explorar la situación. Anótalas y conversen sobre la razón por la que sean útiles.
  9. En los Estados Unidos, los niños pueden calificar para servicios gratuitos de educación especial si cumplen con uno de dos motivos básicos. Estos son los siguientes: el niño cuenta con una discapacidad que lo vuelve elegible o su rendimiento académico se encuentra muy por debajo del de sus compañeros. Los padres pueden solicitar una evaluación para educación especial si descubren que su hijo tiene un mal rendimiento en la escuela y consideran que necesita ayuda adicional (una opinión que suele darse en conjunto con el profesor de la clase). Si vives fuera de los EE. UU., comunícate con la junta escolar de tu localidad para consultar sobre los servicios especiales.
    • Esta solicitud debe realizarse por escrito. [25]
    • La ayuda puede brindarse de diversas formas, desde las adaptaciones menores (como tiempo adicional al rendir exámenes) hasta las aulas independientes con profesores y auxiliares capacitados especialmente para tratar con niños que presentan alteraciones conductuales. [26]
    • Luego de que un niño con TDAH se considere elegible, él también podrá acceder a otros servicios escolares, como ir a casa en un autobús más pequeño con personal adicional que vigile a los estudiantes con más rigurosidad que solo un conductor.
    • ¡Ten cuidado con las escuelas que indiquen que el TDAH no es una discapacidad elegible! En los EE. UU., el TDAH no se encuentra entre las 13 categorías de discapacidad en el lenguaje de la Ley de educación para las personas con discapacidad (Individuals with Disabilities Education Act o IDEA, por sus siglas en inglés). No obstante, la categoría 9 es “otros impedimentos de salud (other health impairment)”, lo que más adelante se define como “…problemas de salud crónicos o agudos como el asma, el trastorno por déficit de atención o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad… los cuales afectan de manera adversa al rendimiento educativo del niño”. [27]
  10. Un IEP consiste en un documento formal que el personal de la escuela y los padres elaboran para estipular las metas académicas, conductuales y sociales de los estudiantes de educación especial. Este indicará la manera en la que se determinarán los resultados, y también señalará las intervenciones específicas que se realizarán con el fin de alcanzar las metas. El IEP comprende las decisiones tomadas en torno a las aulas independientes, el porcentaje de tiempo de las aulas comunes, las adaptaciones, la disciplina, las evaluaciones y otros aspectos más.
    • En los Estados Unidos, para obtener un IEP, se debe presentar documentos que sustenten el diagnóstico de TDAH del niño. Se tendrá que completar una evaluación de educación especial que demuestre que la discapacidad del niño obstaculiza su educación. Luego la escuela te pedirá que participes en una reunión sobre IEP. Si vives fuera de los EE. UU., tendrás que comunicarte con la junta escolar de tu localidad para consultar sobre los servicios especiales. La escuela debe invitar a los padres a reuniones frecuentes sobre IEP con el fin de evaluar el progreso del niño y la eficacia del plan. Luego se podrán realizar las adaptaciones según sea necesario. La escuela tiene la obligación legal de cumplir las pautas indicadas en el IEP. Si los profesores no siguen el IEP, se les responsabilizará por ello.
    • Cerciórate de que el IEP sea específico para tu hijo y que el formulario contenga tus comentarios. Antes de firmar un IEP completado, revísalo y agrega tus comentarios. [28]
    • Cuando un niño obtiene un IEP inicial, si se cambia de escuela o se transfiere a un nuevo distrito escolar, se podrán implementar los servicios de educación especial con más facilidad.
  11. Desafortunadamente, muchos niños no tienen éxito a pesar de la cooperación y el esfuerzo extraordinarios de los adultos. Es probable que ellos requieran servicios más exhaustivos por parte del departamento de educación especial de la escuela o el distrito escolar. En algunos casos, el problema son los métodos de enseñanza estrictos de los profesores inflexibles; [29] por ello, los padres deberán solicitar ayuda administrativa, cambiar de profesores o de escuela, o investigar las opciones de educación especial. Escoge las mejores opciones para tus circunstancias, así garantizarás que tu hijo obtenga el mayor éxito.
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Método 4
Método 4 de 8:

Realizar las tareas domésticas con éxito

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  1. Disminuye las discusiones y la petulancia relacionadas con la asignación de tareas. Para ello, debes establecer y hacer cumplir un horario constante en el que se lleven a cabo. Relaciónalas con un premio constante siempre que sea posible. Por ejemplo, haz lo siguiente:
    • En lugar de servir el postre al final de la cena, hazlo luego de que limpie la mesa y cargue el lavaplatos.
    • Sirve los bocadillos de la tarde después de que saque la basura.
    • Debe ordenar su cama antes de salir a jugar.
    • Se debe alimentar a la mascota de la familia antes de que las personas desayunen.
  2. Implementa rutinas para las tareas domésticas que brinden instrucciones consistentes paso por paso. Luego haz que tu hijo repita la instrucción y prémialo en cada paso. [30] Por ejemplo, dile lo siguiente:
    • Cargar el lavaplatos: primero coloca todos los platos en el fondo (“¡Gran trabajo!”). Ahora coloca todos los vasos en la parte superior (“¡Excelente!”). Ahora los cubiertos …
    • Lavado: primero encuentra todos los pantalones y apílalos en este lugar (“¡Fantástico!”). Ahora apila aquí las camisetas (“¡Muy bien!”). Ahora los calcetines. Luego haz que el niño doble todas las prendas de cada pila y que coloque las pilas en su habitación, una a la vez.
  3. Haz que tu hijo recuerde las tareas domésticas que debe realizar empleando calendarios, horarios escritos y pizarras de tareas. Estas herramientas eliminarán la excusa de que se “olvidó las cosas”. [31]
  4. Siempre que sea posible, busca maneras de volver las tareas más divertidas y ayudar a eliminar el estrés que conllevan. Tendrás que enseñarle a tu hijo sobre el cumplimiento, el trabajo en equipo y la necesidad de hacer su parte. Sin embargo, no hay razón por la que esto no pueda ser divertido. [32]
    • Canta en voz alta las instrucciones empleando diversos tonos divertidos o haz que las marionetas den las órdenes.
    • Camina hacia atrás cuando revises el progreso y haz el sonido de los autos al retroceder.
    • Viste a tu hija como la Cenicienta para realizar una tarea doméstica en la mañana y reproduce la música de la película, así podrá cantarla mientras haga la tarea. [33]
    • Supervisa la actitud de tu hijo. Si percibes que se está cansando, haz que la próxima tarea sea muy ridícula o inclúyele movimiento. Dile a tu hijo algo como “Finge que eres un tiburón cuando coloques este libro en mi escritorio” o tan solo dale un descanso para que coma unas galletas. [34]
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Método 5
Método 5 de 8:

Disciplinar a tu hijo

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  1. Todos los niños requieren disciplina y deben aprender que el mal comportamiento genera consecuencias. [35] [36] La disciplina debe ser constante, ya que así podrá modificar el comportamiento con eficacia. Si no es constante, esto puede hacer que el niño se confunda o sea terco.
    • Tu hijo debe conocer las reglas y las consecuencias de quebrantarlas.
    • La consecuencia debe ocurrir de la misma manera siempre que se quebrante la regla.
    • Además, la consecuencia debe ocurrir sin importar si el mal comportamiento ha ocurrido en casa o en un lugar público.
    • Es esencial que todos los cuidadores participen en la disciplina y que la apliquen de la misma manera. [37] Si una persona es un vínculo débil entre los adultos del entorno del niño, este abusará de esa debilidad en todo momento. Él “buscará una mejor respuesta” o jugará el juego de “divide y conquistarás”. La niñera, el personal de la guardería o centro extracurricular, los abuelos y otros adultos a cargo del niño deben participar en tu deseo de establecer consecuencias constantes, inmediatas y enérgicas.
  2. La consecuencia de un comportamiento problemático cuenta con un impacto inmediato, este no se retrasa. Las personas con TDAH suelen tener dificultades con las nociones de tiempo; [38] por ello, si pospones una consecuencia, esta no tendrá significado. El niño sufrirá un ataque emocional si experimenta una consecuencia olvidada por una desobediencia previa que también podría haber ocurrido hace un año. [39] [40]
  3. Si la consecuencia de acelerar fuera el pago de una multa de 1 dólar por cada 2 km/h (1 mph) por encima de la velocidad límite, todos aceleraríamos a cada momento. Esta no es una consecuencia lo suficientemente enérgica como para modificar nuestro comportamiento.
    • En los EE. UU., solemos vigilar nuestra velocidad con el fin de no recibir una multa de $200 y primas de seguro más elevadas. Lo mismo ocurre con los niños con TDAH. La consecuencia debe ser lo suficientemente enérgica como para disuadirlos. [41] [42]
    • Sé enérgico, pero justo. En ocasiones, puedes preguntarle a tu hijo qué es lo que considera justo, así podrás medir cuál podría ser una consecuencia enérgica.
  4. Es mucho más sencillo decirlo que hacerlo; sin embargo, no debes dejarte llevar por tus emociones cuando respondas al mal comportamiento. Si te enfureces o levantas la voz, esto podría provocar ansiedad o transmitir un mensaje indicando que tu hijo puede controlarte si te enfurece. Mantente tranquilo y afectuoso, así transmitirás el mensaje que deseas. Antes de adoptar medidas, comprueba cómo te sientes, así te cerciorarás de responder en la manera que deseas. [43]
    • Si requieres tiempo para tranquilizarte, pero también necesitas una consecuencia inmediata, puedes decirle a tu hijo algo como “Estoy tan molesto contigo que no puedo hablar sobre la consecuencia de tu acción en este momento. Lo hablaremos mañana, pero créeme que estás en problemas desde ahora”. Dilo con un tono de voz tranquilo y objetivo, no amenazante.
    • Acepta la importancia de las emociones y, al mismo tiempo, no te dejes llevar por ellas. Existe una línea delgada entre aceptar la influencia de las emociones y los sentimientos en el amor que sentimos por nuestros hijos, y dejar que estas emociones controlen las decisiones importantes que tomamos para cuidarlos.
    • Desarrolla mecanismos para tranquilizarte y lidiar con tus propias emociones, y así no responder a la situación dejándote llevar por ellas.
  5. Es probable que tu hijo sea persistente y te pida 10 veces que le brindes un privilegio especial, y tú podrías decirle no 9 veces. No obstante, si al final cedes, el mensaje que enviarás y que tu hijo recibirá es que molestarte dará resultados. [44]
    • Si tu hijo persiste en ese momento, puedes responderle diciendo algo como “Si te importa tanto, podemos conversar sobre la modificación de las reglas en otro momento de este fin de semana. Pero ahora seguiremos las reglas que hemos acordado antes”.
  6. Algunos niños anhelan tanto la atención que se comportan mal para obtenerla. En lugar de ello, premia el buen comportamiento con mucha atención y limítala como consecuencia de un mal comportamiento, ¡en caso de que interprete tu atención como un premio! [45]
  7. Luego de brindar una instrucción específica, esta debe cumplirse sin excepciones, ya que eres el adulto a cargo. Si permites que el niño discuta, lo considerará como una oportunidad para ganar. Muchos niños están dispuestos a discutir hasta que la otra persona se agote y ceda. No le des esa oportunidad a tu hijo; para ello, establece reglas que puedas invocar como precedentes objetivos. [46] [47]
    • Si tu hijo no acepta la autoridad de tus reglas, quizás debas modificarlas. Acudan a un entorno diferente y más tranquilo, y pregúntale a tu hijo qué reglas consideraría justas. Determina si puedes negociar algún acuerdo para que tu hijo cumpla más las reglas, y ambos se sientan más felices con el resultado.
  8. Si amenazas a tu hijo con una terrible consecuencia y el mal comportamiento ocurre, debes cumplir el castigo prometido hasta el final. Si no lo haces, tu hijo no te escuchará la próxima vez que intentes obligarlo a comportarse bien o que quieras evitar el mal comportamiento. Esto se debe a que recordará lo que hayas hecho en las ocasiones anteriores. [48]
  9. Tu hijo debe hacer contacto visual contigo. Si asignas una tarea, brinda instrucciones breves y haz que te las repita. Espera a que culmine el trabajo antes de distraerlo con otra cosa. [49]
  10. Incluso si tu hijo tiene otros hermanos, no lo compares con otros niños (en especial con sus hermanos). Los niños con TDAH presentan diferencias en el cerebro que suelen requerir adaptaciones. [50] Por lo general, notarás que tendrás que brindarle muchos recordatorios a un niño con TDAH, hacer que las tareas sean más cortas, solicitar criterios diferentes para el cumplimiento, etc. Incluso así, los síntomas y la manera de vivir son muy diferentes en muchos niños con TDAH. Tu hijo es diferente y se comportará de manera diferente.
  11. En lugar de considerarlo como una condena en prisión, emplea este tiempo [51] como una oportunidad para hacer que el niño se calme solo y reflexione sobre la situación. Luego conversarás con él sobre el origen de la situación, la manera de solucionarla y la forma de evitar que vuelva a ocurrir en el futuro. Asimismo, conversarán sobre las consecuencias que surgirán si vuelve a ocurrir.
    • Escoge un área designada de tu casa en donde tu hijo permanezca parado o sentado en silencio. Debe ser un lugar en el que no pueda mirar la televisión ni distraerse de alguna otra forma.
    • Designa el tiempo que permanecerá quieto en ese lugar para calmarse solo (lo que suele ser no más de 1 minuto por cada año de edad). Conforme se sienta más cómodo con el sistema, podría permanecer en su lugar tan solo hasta que se haya calmado.
    • Luego pide permiso para hablar de ello. La clave consiste en darle tiempo y tranquilidad al niño, y elogiarlo por haber hecho un buen trabajo. No consideres a los descansos como un castigo, sino como un reinicio.
  12. Si tienes un hijo con TDAH, tendrás que volverte un experto en la predicción del futuro. Anticipa los problemas que podrían ocurrir y planifica las intervenciones para evitarlos. [52]
    • Resuelve los posibles problemas junto a tu hijo, así lo ayudarás a desarrollar habilidades de causa y efecto, y para la resolución de problemas. [53] Adopta el hábito de reflexionar y conversar con tu hijo sobre las posibles dificultades antes de ir a un lugar para cenar, a la tienda de abarrotes, al cine, a la iglesia o a otro lugar público. [54]
    • Antes de salir, haz que tu hijo repita en voz alta lo que se haya decidido en torno a los premios por el buen comportamiento y la consecuencia de comportase mal. [55] Luego, si notas que tu hijo tiene problemas con el comportamiento en dicho lugar, podrás pedirle que repita lo que hayan acordado sobre el premio que obtendrá o la consecuencia a implementar; ¡esto podría bastar para superar el problema!
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Método 6
Método 6 de 8:

Emplear el refuerzo positivo

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  1. Puedes hacer que alguien coopere más si se lo pides con amabilidad, en lugar de exigírselo o amenazarlo. Las personas con TDAH son incluso más sensibles a las amenazas o las exigencias, ya que suelen sentir que “siempre” arruinan las cosas o están en problemas. No importa cuál sea tu estilo de crianza o tu personalidad, es de vital importancia que brindes comentarios que sean mayormente positivos. Un niño con TDAH necesita sentir que recibe más elogios que críticas. Los comentarios positivos deben ser mucho más abundantes que los negativos, así compensarás todos los sentimientos de fracaso que surjan en un día normal. [56]
    • Elogia a tu hijo por esforzarse e intentar hacer algo bien, en lugar de hacerlo por tener éxito en algo.
  2. Siempre que sea posible, invierte las reglas de la casa para que pueda leerlas como algo positivo. [57]
    • Por ejemplo, en lugar de reprender diciendo “¡No interrumpas!”, la regla puede recordarse diciendo algo como “Espera tu turno” o “Deja que tu hermana termine lo que está diciendo”.
    • Podrías requerir práctica para cambiar las frases negativas como “¡No hables con la boca llena!” por otras positivas como “Termina lo que tienes en la boca antes de hablar”; no obstante, debes esforzarte para que se convierta en un hábito.
  3. En el caso de los niños pequeños, emplea los premios tangibles para motivarlos a seguir las rutinas y cumplir las indicaciones. Conforme los niños crezcan, podrás emplear premios más abstractos. A continuación se señala esta idea con ejemplos y una metáfora.
    • Existe un proverbio sobre un burro que se movía más rápido por una zanahoria (premio) que por un palo (castigo). ¿Tienes dificultades para hacer que tu hijo se vaya a dormir a la hora adecuada? Puedes brindarle el palo (“Alístate para dormir a las 8 p.m., o sino….”) o puedes encontrar una zanahoria (“Si te alistas para dormir a las 7:45 p.m., podrás tener 15 minutos para…”).
    • Compra una cubeta pequeña y llénala con objetos que le gusten (la “zanahoria” del proverbio). Estos pueden ser premios pequeños que le entregarás si cumple una indicación o se comporta de manera adecuada. Consigue un rollo de calcomanías, una bolsa de 20 soldados de plástico en una tienda de artículos por un dólar o una bolsa de 12 anillos brillantes en el pasillo de artículos para fiestas de cumpleaños.
    • Sé ingenioso y coloca cupones caseros para obtener una paleta, usar la computadora por 10 minutos, jugar un juego en el teléfono de mamá, quedarse despierto 15 minutos más, recibir un baño de burbujas en lugar de una ducha, etc.
    • Con el tiempo, podrás darle premios tangibles solo de vez en cuando. [58] En lugar de ello, dale elogios verbales, abrázalo y choquen las manos, así podrás proseguir con un alto grado de comentarios positivos [59] que motivarán a tu hijo para que se comporte bien y, al mismo tiempo, desarrolle su autoestima.
  4. Luego de haber tenido éxito con la cubeta de zanahorias, deja de darle premios físicos (juguetes o calcomanías) y empieza a elogiarlo (“¡Bien hecho!” y “¡Dame cinco!”). Luego podrías diseñar un sistema de puntos para el comportamiento positivo. Este sistema funcionará como un banco en el que tu hijo podrá obtener puntos para comprar privilegios. [60]
    • Si cumple, ganará puntos; y si no lo hace, los perderá. Registra estos puntos en una hoja o en un afiche a los cuales el niño pueda acceder.
    • Diseña tu horario teniendo en cuenta los aspectos únicos del cerebro de una persona con TDAH. Si realizas un horario más exitoso, esto hará que tu hijo tenga más oportunidades de recibir elogios y mejorar su autoestima. Elabora una lista de verificación [61] que esté centrada en el horario de tu hijo [62] y que muestre los plazos límite para la culminación de las tareas. [63]
    • Escoge los premios que podrían motivar a tu hijo. Este sistema también será de utilidad para exteriorizar estas motivaciones. [64]
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Método 7
Método 7 de 8:

Controlar el TDAH con la nutrición

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  1. Debes indicarle al pediatra todo cambio importante que haya ocurrido en la dieta de tu hijo. Esto incluye a los cambios relacionados con las vitaminas y los suplementos.
    • Consulta con el doctor sobre todo conflicto que podría afectar de manera negativa a los medicamentos para el TDAH. [65]
    • Asimismo, el pediatra puede indicarte las dosis recomendadas de diversos suplementos y advertirte sobre los posibles efectos secundarios. [66] Por ejemplo, la melatonina podría mejorar el sueño en las personas con TDAH, pero también puede provocar sueños muy reales que podrían ser desagradables.
  2. Las personas con TDAH suelen contar con niveles más bajos de serotonina y dopamina. Puedes experimentar con los cambios en la dieta de tu hijo, así contrarrestarás estas insuficiencias hasta cierto grado.
    • Los expertos sugieren brindar una dieta con carbohidratos complejos, para aumentar los niveles de serotonina con el fin de mejorar el estado de ánimo, el sueño y el apetito. [67]
    • Omite los carbohidratos simples (todo lo que cuente con azúcar agregada, los jugos de fruta, la miel, la mermelada, los caramelos, la gaseosa, etc.) [68] que eleven al máximo los niveles de serotonina de manera temporal. [69]
    • En lugar de ello, escoge los carbohidratos complejos como los granos integrales, los vegetales verdes, los vegetales con almidón y los frejoles. [70] Todos estos alimentos se digieren con más lentitud, y los azúcares se “liberan de manera gradual” en el torrente sanguíneo de tu hijo. [71]
  3. Bríndale una dieta rica en proteínas que cuente con varias de ellas, y sírvele porciones en el transcurso del día, así mantendrás elevados sus niveles de dopamina. [72] Esto será de utilidad para que tu hijo mejore su concentración.
    • Entre las fuentes de proteínas se encuentran la carne de res, el pescado, las nueces y diversos alimentos que también brindan carbohidratos complejos (como las legumbres y los frejoles). [73]
    • El pollo, el atún enlatado, los huevos y los frejoles son ejemplos grandiosos de fuentes de proteínas que suelen ser baratas y asequibles en los EE. UU.
  4. Los expertos en TDAH sugieren mejorar el estado del cerebro al dejar de consumir las “grasas malas”, como las que se encuentran en las grasas trans, los alimentos fritos, las hamburguesas y las pizzas. En lugar de estas grasas, recurre a las grasas omega-3 que se encuentran en el salmón, las nueces de nogal y los aguacates. [74] Estos alimentos pueden ser de utilidad para disminuir la hiperactividad y, al mismo tiempo, mejorar las habilidades de organización.
  5. Algunos estudios han relacionado a los mariscos, la carne de ave, los cereales fortificados, otros alimentos con un alto contenido de zinc y los suplementos de zinc con niveles más bajos de hiperactividad e impulsividad. No obstante, se han realizado pocas investigaciones sobre este tema, y debes conversar con el pediatra de tu hijo sobre los posibles beneficios, si hubiera alguno. [75]
  6. Recuerda que algunas especias no solo agregan sabor. Por ejemplo, el azafrán combate la depresión, mientras que la canela mejora la atención. [76]
  7. Algunos estudios demuestran que si se eliminan de la dieta al trigo y los productos lácteos, además de los alimentos procesados, los azúcares, los aditivos y los colorantes (en especial los de color rojo), esto puede influir de manera positiva en los niños con TDAH. [77] No todos estarán dispuestos o serán capaces de llegar a ese punto; sin embargo, algunas pruebas podrían generar mejoras que marcarían una diferencia. [78]
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Método 8
Método 8 de 8:

Consumir medicamentos

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  1. Existen dos categorías básicas de medicamentos contra el TDAH: los estimulantes (como el metilfenidato y la anfetamina) y los no estimulantes (como la guanfacina y la atomoxetina). [79]
    • La hiperactividad puede tratarse con éxito mediante el consumo de medicamentos estimulantes, ya que al estimular los circuitos del cerebro, esto permite controlar la impulsividad y mejorar la concentración. [80] Los estimulantes (Ritalin, Concerta y Adderall) son de utilidad para regular los neurotransmisores (norepinefrina y dopamina). [81] Estos medicamentos pueden contar con una acción corta o prolongada. Esto quiere decir que los efectos del medicamento pueden durar por un tiempo breve (lo cual puede ser de utilidad para las personas que puedan controlar su TDAH la mayor parte del tiempo) o que algunos medicamentos pueden durar por todo el día. [82]
    • Los no estimulantes aumentan la norepinefrina, un químico del cerebro que parece ser de utilidad para el periodo de atención. [83] Estos tipos de medicamentos también tienen un efecto prolongado.
  2. Los estimulantes generan efectos secundarios bastante comunes, como la disminución del apetito y la dificultad para dormir. Con frecuencia, los problemas de sueño pueden solucionarse al disminuir la dosis.
    • Asimismo, el psiquiatra o pediatra de tu hijo podría incluir un medicamento de venta con receta con el fin de mejorar el sueño. Él podría recetar clonidina [84] o melatonina.
    • En los niños de 4 o 5 años de edad, el tratamiento de elección recomendado es la modificación del comportamiento y la capacitación de los padres, además se brinda la opción de consumir metilfenidato si las técnicas conductuales no pueden controlar los síntomas por completo. [85]
    • Se recomienda la combinación de la terapia conductual y los medicamentos a las personas de cualquier rango de edad. [86]
  3. Estos podrían funcionar mejor en algunas personas con TDAH. Los medicamentos antidepresivos no estimulantes suelen emplearse en el tratamiento del TDAH. Estos son de utilidad para regular los neurotransmisores (norepinefrina y dopamina).
    • Algunos efectos secundarios son más preocupantes que otros. Por ejemplo, se debe supervisar de manera minuciosa a los jóvenes que consuman atomoxetina, ya que pueden desarrollar pensamientos suicidas. [87]
    • Entre los efectos secundarios de la guanfacina tenemos a la somnolencia, el dolor de cabeza y la irritabilidad. [88]
  4. Es complicado elegir la presentación, la dosis y la fórmula específica adecuadas de un medicamento, ya que las personas responden de manera única a diferentes medicamentos. Consulta con el doctor de tu hijo y revisa la investigación más reciente, así encontrarás la presentación y las dosis adecuadas para tu hijo.
    • Por ejemplo, muchos medicamentos pueden consumirse en una presentación de liberación prolongada, lo que eliminará la necesidad de lidiar con las dosis en la escuela. [89]
    • Algunas personas se rehúsan a consumir el medicamento de manera constante, y solo lo hacen en las situaciones en las que lo requieren. En estas situaciones, deben consumir uno de acción rápida.
    • En el caso de los niños mayores que aprenden a compensar sus dificultades con el TDAH, es probable que no se requiera el uso de medicamentos o que solo se usen en ocasiones especiales, como al rendir un examen de ingreso a una universidad o exámenes finales.
  5. Es probable que los niños requieran recordatorios y ayuda adicionales para consumir su medicamento de manera constante. Un organizador de píldoras semanal puede ser de utilidad para que los padres mantengan un control de estos medicamentos. [90] Si el niño consume un medicamento estimulante, es muy aconsejable que los padres controlen el almacenamiento de los medicamentos y supervisen su consumo, ya que la Administración para el Control de Drogas clasifica a los estimulantes como uno de los fármacos que pueden generar una gran adicción. [91]
  6. La eficacia del medicamento podría cambiar debido a determinados factores. Los cambios en la eficacia podrían depender del crecimiento acelerado, las fluctuaciones hormonales, los cambios en la dieta y el peso, y la rapidez con la que tu hijo desarrolle una resistencia al medicamento. [92]
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Consejos

  • Ser los padres de un niño con TDAH es agotador, a nivel mental, emocional y físico. Deben cuidarse como personas y como pareja. Toma un descanso lejos de tu hijo, sin importar lo mucho que lo ames. No podrás dar tu mejor esfuerzo por tu hijo si estás en malas condiciones por no descansar. Busca maneras en las que puedas pasar un tiempo tranquilo con frecuencia y quizás cenar y ver un programa de vez en cuando sin que tu hijo te siga.
  • Existe un proverbio que dice “Se necesita a todo un pueblo para criar a un niño”. Solicita ayuda cuando esté disponible, así harás que la vida de tu hijo sea más consistente.
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Advertencias

  • Siempre consulta con un doctor antes de administrar medicamentos o antes de que los receten.
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Referencias

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