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Una historia es simplemente la presentación de una secuencia de eventos relacionados que tienen un comienzo, un medio y un final, pero las buenas historias (las que transmiten emociones fuertes a las personas) también son historias que terminan comunicando un “sentido”. No importa si la historia es real o imaginaria, si tiene un final triste o feliz, todas las historias efectivas terminan transmitiendo al lector, de alguna manera, la razón por la que son importantes.

Método 1
Método 1 de 4:

Decidir el final

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  1. El comienzo es lo que precede a todo y antes de él no hay nada, el medio viene después del comienzo y precede al final y el final viene después del medio y no hay nada después de él. [1]
    • El final debe llegar probablemente cuando el protagonista haya alcanzado o no haya alcanzado el objetivo que buscaba en el comienzo. Por ejemplo, tu personaje, que trabaja en un establecimiento de sándwiches, quiere ser rico. Atraviesa muchos desafíos para conseguir un boleto de lotería (y para impedir que le roben el boleto). ¿Triunfará? Si es así, entonces tu final puede ser el momento en el que escuche que se anuncien todos los números de su boleto.
  2. Este enfoque es útil si sientes que tienes una historia con tantos niveles que parezcan importantes o emocionantes que encontrar un buen final sea difícil. Debes determinar el final de tu historia, después de lo cual no habrá más acciones ni eventos importantes.
    • El número de acciones o eventos que incluyas en tu historia es solo importante en relación con el significado que tratas de comunicar. Averigua qué eventos constituyen el comienzo, el medio y el final de tu historia. Una vez que hayas determinado dónde termina, puedes dar forma a tu historia y pulir el final.
  3. ¿Los personajes de tu historia luchan contra la naturaleza? ¿Luchan entre sí? ¿Luchan contra sí mismos (una batalla interna o emocional)?
    • Alguien lucha por salir de un avión estrellado en el bosque, en medio del invierno. Esta persona debe encontrar un lugar cálido, fuera de la intemperie. Este es un conflicto de tipo “el humano contra la naturaleza”. Alguien trata de sabotear a su competencia en un show de talentos. Este es un conflicto de tipo “el humano contra el humano”. La mayoría de los conflictos recaen en una de las pocas categorías, así que averigua cuál funciona para tu historia.
    • Dependiendo del tipo de conflicto principal que hayas estado explorando, los eventos finales de tu historia permitirán o no permitirán el desarrollo (el ascenso gradual) y la resolución de ese conflicto. [2]
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Método 2
Método 2 de 4:

Explicar el viaje

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  1. Esclarece el sentido de la secuencia de los eventos que hayas arreglado. Permite que el lector sepa por qué estos eventos son importantes. [3]
    • Por ejemplo, tu historia puede decir algo como “Mi abuelo siempre hizo énfasis en que debía hacer lo correcto y lo justo en cualquier situación. Ahora que soy un agente de policía entiendo la razón por la que sentía que esto era tan importante, pues esas lecciones de vida me ayudan a continuar cuando es muy difícil saber qué hacer en una situación”.
  2. Reflexiona sobre la importancia o relevancia de tu historia para el lector. ¿Por qué le debe importar tu historia al lector? Si puedes responder esta pregunta, entonces revisa tu historia para ver si la secuencia de acciones que has escogido conducirá a un lector razonable a tu respuesta. [4]
    • Por ejemplo: “¿Por qué nos debería importar Noni y su aldea? Debido a que el cambio climático, que inunda la tierra que cultiva y ama, pronto incrementará los niveles de agua en nuestras ciudades. Además, si actuamos ahora podemos estar más preparados que Noni cuando su mundo entero cambió durante esa tormenta”.
  3. Ya sea que la “primera persona” en la historia seas tú (el escritor) o la voz de un personaje que hayas creado, puedes hablar directamente al lector.
    • Por ejemplo: “Me di cuenta, en ese momento, de que todo mi trabajo y las largas horas de práctica me habían conducido a este momento, a estar parado en este increíble escenario, recibiendo el calor del brillo de luces deslumbrantes y de la respiración y de los sonidos de todas las personas en el estadio”.
    • Por ejemplo, las entrevistas de celebridades en programas de debate frecuentemente serán nada más que una serie de conversaciones sin una estructura clara. Sin embargo, las entrevistas que las personas recuerdan mayormente son aquellas en las que los participantes cuentan historias claras y efectivas explicando en un lenguaje directo lo que creen que significa esa experiencia y por qué es tan importante. [5]
  4. Puedes hacer que la voz de otro personaje o de un narrador hable por ti y transmita la importancia de la historia.
    • Por ejemplo: “Diana dobló la carta cuidadosamente, la besó y la dejó sobre la mesa, junto al dinero. Ellos tendrían preguntas que hacerle, lo sabía, pero para entonces ellos aprenderían, como ella lo hizo, a encontrar sus propias respuestas. Ella asintió, como si estuviera de acuerdo con alguien en la sala, y salió de la casa y subió a un viejo taxi, gimiendo y temblando ligeramente junto a la acera como un perro leal pero impaciente”.
  5. La naturaleza de esta sección dependerá del género en el que escribes. Los académicos y los científicos están de acuerdo con que un buen final para cualquier escrito debe ser uno en que el autor deje a los lectores con “algo para pensar”. Este “algo” es el sentido de la historia. [6]
    • Si escribes un ensayo personal o académico, entonces tu conclusión puede tomar la forma de un párrafo final o una serie de párrafos. Si trabajas en una novela de ciencia ficción, entonces la conclusión puede requerir de un capítulo entero o de una secuencia de capítulos al final de la historia.
    • No debes terminar con “Me desperté y todo había sido un sueño” o una conclusión de una línea similar. El significado o el sentido principal de la historia debe fluir naturalmente de los eventos de la historia en sí y no debe parecer como algo improvisado.
  6. ¿Qué es lo que representa tu viaje (o el viaje del personaje)? Pensar en la historia como un viaje (en el que el autor o el protagonista termine en un lugar distinto del principio) te ayudará a ver las maneras en las que tu historia tiene su propia forma y te ayudará a encontrar el final más adecuado.
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Método 3
Método 3 de 4:

Usar la acción y las imágenes

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  1. Todo el mundo sabe que las historias están llenas de acción, ya sea escrita o visual, apta para todas las edades. A través de la acción física también puedes comunicar el significado principal y la importancia de tu historia.
    • Supongamos que has escrito una historia fantástica en la que una guerrera salva a un pueblo de un dragón. Todos están agradecidos con ella excepto el antiguo héroe del pueblo, que se ha pasado la historia sintiendo celos por haber sido superado. Puedes terminar la historia con el héroe local entregando su preciada espada a la heroína. Sin siquiera hacer que los personajes hablen, puedes mostrar al lector lo que es importante.
  2. Los detalles sensoriales conectan emocionalmente a las personas con la historia y una buena redacción usa imágenes a lo largo de un escrito. [7] Sin embargo, usar un lenguaje sensorial y florido para crear imágenes verbales en la parte final de la historia hará que dejes al lector con un significado profundo.
    • “Tomás supo que el monstruo estaba derrotado mientras se hundía en las profundidades del tazón del inodoro. Sin embargo, él se quedó ahí y esperó de todas formas, teniendo cuidado de que toda mancha de color oscuro desaparezca y que vaya a parar a algún otro lugar acuoso y solo quedara una calma azul y relajante. De hecho, él no se movió, hasta que finalmente su propio reflejo volvió a él en la superficie del tazón del inodoro”.
  3. Deja pistas en tu historia para que el lector o el espectador elabore una interpretación. Las personas disfrutan las historias con las que pueden “luchar” y meditar después de leerla. No debes hacer tu historia tan confusa que el lector no pueda entenderla, pero trata de incluir un lenguaje figurado que no sea demasiado obvio. Al hacerlo añadirás interés y sentido a tu trabajo.
    • Por ejemplo, “Cuando Samanta dijo adiós, aceleró el motor de la motocicleta. Luego, Juan pudo sentirla convertirse en un recuerdo, despegar en una explosión de sonido y luz, y alejarse (como un cohete surcando la calle y subiendo la colina). Finalmente, sintió el olor a humo y el eco de su adiós, hasta que no quedara nada más que la secuela de una explosión, una visión excitante que siempre se sentiría afortunado de haber visto de cerca”.
  4. De manera similar a usar las acciones o descripciones sensoriales, este método es particularmente útil al contar historias dentro de un ensayo. Piensa en la imagen mental con que te gustaría “perseguir” al lector (alguna imagen visual que pueda capturar lo que creas que es la esencia de tu historia) y déjalo con esa imagen hasta el final.
  5. Es probable que trabajes con varios temas, particularmente si escribes una historia larga, como un ensayo histórico o un libro. Enfocar en un tema o en un motivo específico a través de imágenes o de las acciones de un personaje puede ayudarte a crear una estructura que sea única para tu historia. Este método es particularmente útil para las historias con finales abiertos.
  6. De manera similar a resaltar un tema, puedes escoger un hecho, un evento o un momento emocional en particular de la historia que te parezca el más significativo y luego “evócalo” de alguna manera (repitiendo el momento, volviendo a él, reflejándolo, expandiéndolo, etc.).
  7. De manera similar a resaltar un tema y a evocar un momento, esta estrategia significa terminar tu historia repitiendo algo que introdujiste al comienzo. Esto se conoce comúnmente como un “marco” o un “recurso de enlace” y puede ofrecer una forma y un significado a una historia. [8]
    • Por ejemplo, una historia que comience con una persona observando un pedazo de torta, pero sin comerla, puede terminar con la persona volviendo por la torta. Ya sea que coma la torta o no, el retorno a ella ayudará al lector a ver el punto o la atmósfera principal que exploras.
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Método 4
Método 4 de 4:

Seguir la lógica

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  1. Recuerda que no todas las acciones tienen la misma importancia o conexión. Una historia constituye un despliegue de significado, pero no toda la acción está incluida en una historia para conducir al lector a la misma idea. No todas las acciones que ocurren en una historia están completas o son exitosas.
    • Por ejemplo, en el clásico griego “La odisea”, de Homero, el personaje principal, Odiseo, trata de regresar a casa muchas veces y fracasa, encontrando monstruos a lo largo de su viaje. Cada fracaso añade emoción a la historia, pero la importancia de la historia radica en lo que el aprende de sí mismo, no en la cantidad de monstruos que derrota.
  2. “¿Qué pasa después?” . Algunas veces, cuando te emocionas demasiado (o te frustras demasiado) con respecto a la historia que escribes, puedes olvidar que los eventos y los comportamientos, incluso en un mundo de fantasía, tienden a seguir una lógica, las leyes de la física del universo que imaginas, etc. A menudo, llegar a un buen final es tan sencillo como reflexionar sobre lo que ocurriría lógicamente en una situación. El final debe tener sentido tomando como base lo que sucedió anteriormente. [9]
  3. “¿Por qué los eventos están en este orden?” . Revisa la secuencia de eventos o las acciones de la historia, luego cuestiona las acciones que parezcan sorprendentes para clarificar la lógica y la fluidez de la historia.
    • Supongamos que tus personajes principales buscan a su perro extraviado en un parque y encuentran un pasaje secreto a una realidad fantástica. No abandones la lógica con la que empiezas en caso de que sea útil. Permite que los personajes tengan su aventura, pero haz que encuentren su perro al final (o que el perro los encuentre).
  4. No debes hacer historias que sean tan lógicas que no ocurra nada nuevo en ellas. Piensa en lo que sucedería si una cierta elección o evento fuera ligeramente modificado. Además, incluye definitivamente sorpresas. Verifica si has incluido los suficientes eventos o acciones sorprendentes para los lectores.
    • Si tu protagonista se despierta, va a la escuela, regresa a casa y va a la cama, entonces es probable que esa historia no sea atractiva para muchas personas, ya que es tan familiar como una secuencia de eventos. Permite que algo nuevo y sorprendente suceda. Por ejemplo, tu personaje puede ir de a camino a casa cuando descubra un extraño paquete en los escaños con su nombre en él.
  5. Revisa lo que has aprendido de los eventos, la evidencia o los detalles que has arreglado. Piensa en lo que falta (y luego escribe al respecto), ¿qué problemas o inquietudes no se han abordado o qué cuestionamientos surgen? Si terminas esta reflexión con preguntas que inviten al lector a la meditación profunda, la mayoría de los temas (si han seguido una lógica) conducirán a más preguntas, no a menos.
    • Por ejemplo, ¿qué nuevos conflictos aguardan a tu héroe ahora que el monstruo ha sido destruido? ¿Cuánto tiempo el reino permanecerá en paz?
  6. Independientemente de que se trate de una historia verdadera o imaginada, vuelve a leerla desde la perspectiva de una persona independiente y piensa acerca de lo que parecería lógico a una persona que lea la historia por primera vez. Como el escritor de la historia, puedes sentirte particularmente emocionado con respecto a un evento que implique a uno de los personajes, pero debes recordar que un lector fuera de tu propia cabeza puede tener una sensación distinta acerca de qué parte de la historia es más importante. Tomar un poco de distancia de tu historia te permitirá considerarla de manera más crítica.
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Consejos

  • Haz un esquema. Antes de que empieces a escribir, escribe un esquema. Un esquema es el mapa de tu historia. Te dice en dónde estás y a dónde vas. Un esquema es la única manera de ver la estructura entera de la historia en un vistazo y, por eso, es una manera realmente efectiva para saber qué tan efectivo será tu final.
  • Pide a alguien más que lea tu historia y que te diga su opinión con respecto al final. Asegúrate de que sea alguien cuya opinión respetes y consideres confiable.
  • Presta atención al género en el que escribes. Una historia incluida como parte de un ensayo histórico tendrá ciertas cualidades que difieren de una historia corta de horror. Una historia contada en una rutina de comedia tendrá diferentes elementos que una historia de una revista de viajes.
  • Revisa muy bien. Una vez que sepas exactamente cómo terminará tu historia, vuelve al principio y revisa si hay algunos vacíos o pasajes que puedan confundir innecesariamente al lector.
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