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Hacer que una conversación continúe puede ser difícil. Afortunadamente, hay técnicas simples que puedes usar para mantener a la otra persona enganchada e interesada. Demuestra tu propio interés haciendo buenas preguntas y escuchando. Luego, busca un ritmo que te permita establecer una conexión con la otra persona. Asegúrate de tener un lenguaje corporal abierto que haga que el interlocutor se sienta cómodo durante la conversación.

Método 1
Método 1 de 3:

Mostrarte interesado

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  1. En general, a las personas les gusta hablar de sí mismas y de sus intereses. Puedes hacer que la conversación continúe hablando de los temas que sabes que le gustan a la otra persona.
    • Antes de reunirte con alguien, piensa en tres temas predeterminados a los que puedas recurrir si la conversación se detiene. Acuérdate de cualquier viaje reciente, evento laboral o relación que tu amigo haya mencionado.
    • Haz preguntas acerca de la escuela o del trabajo, de las pasiones o de los pasatiempos, de la familia y de los amigos, o del trasfondo (de donde vino o la historia de su familia).
    • También puedes usar las señales de contexto de partes anteriores de la conversación para determinar si debes dejar un tema o seguir con este. Por ejemplo, si antes la persona mostró entusiasmo al hablar acerca de montar toros, puedes preguntarle acerca de otros jinetes de toros, de la cultura vaquera o de cómo fue la primera vez que montó un toro.
  2. Las preguntas que se responden con un “sí” o un “no” pueden cerrar la conversación mientras que otras abren las puertas a más posibilidades. Haz preguntas abiertas que permitan a la otra persona desarrollar la respuesta tanto como desee. [1]
    • Por otro lado, las preguntas abiertas exigen más del que responde. Por ejemplo, en vez de hacer una pregunta como "Así que estudiaste un año en el extranjero en el 2006, ¿cierto?", trata de preguntar algo como "¿Cómo fue estudiar en el extranjero?". La segunda pregunta dará a la persona con la que hablas más espacio para desarrollar la respuesta.
    • Si haces una pregunta cerrada que se responda con un "sí" o un "no", trata de salvar la situación diciendo algo como "Dime más".
  3. Escuchar es tan importante como hablar cuando se trata de hacer que una conversación continúe. Escuchar activamente te da la oportunidad de oír la perspectiva de la otra persona. Espera hasta que la persona haya terminado completamente de hablar antes de decir algo. Luego, resume lo que dijo para demostrar que has escuchado diciendo algo como “Se oye como si…”. [2]
    • Si no comprendes alguna parte del mensaje, haz una pregunta aclaratoria como “¿Estás diciendo que…?”.
    • Si eres un buen oyente, puedes usar cualquier tema no explorado que se haya mencionado anteriormente en la conversación para mantener las cosas en movimiento. Por ejemplo, puedes decir "Hace un rato te escuché mencionar…".
    • Expresa empatía a medida que escuches poniéndote en los zapatos de la otra persona.
  4. Los mejores oyentes no solo se sientan a mirar al hablante durante una conversación, sino que participan sin interrumpir usando estímulos. Estos pueden ser pequeños ruidos de aprobación como “ah” u “oh”. Los estímulos también pueden hacer que la persona siga hablando, como cuando dices algo como “¿Y?”. [3]
    • Los estímulos también pueden ser asentir con la cabeza o reflejar la expresión facial de la otra persona, como parecer sorprendido o molesto.
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Método 2
Método 2 de 3:

Desarrollar un buen ritmo

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  1. Una de las razones por las que la mayoría de las conversaciones son deficientes es que ambas personas se esfuerzan por filtrar lo que deben o no deben decir. Empiezas a pensar que te has quedado sin temas y no puedes saber si algo que te viene a la mente es lo suficientemente apropiado o impresionante. Durante estos momentos, usa la estrategia de decir lo que sea que pienses sin censurar nada. [4]
    • Por ejemplo, hay un prolongado silencio y empiezas a pensar en lo incómodo que son los tacones que usas. Decir “¡Estos tacones me están matando!” puede parecer extraño. Sin embargo, esa declaración honesta puede conducir a una conversación acerca del punto de vista feminista en cuanto a no usar tacones altos o a una charla acerca del tiempo en el que alguien se cayó por usar tacos ridículamente altos.
  2. Incluso las mejores conversaciones enfrentan obstáculos que amenazan con desviar las cosas de su curso. La solución más efectiva para eso es decir las cosas como son y seguir adelante. Fingir que el malestar no está ahí puede alejar a la otra persona. [5]
    • Por ejemplo, si te equivocas y dices algo ofensivo, retráctate inmediatamente y pide perdón. No actúes como si no hubiera pasado.
  3. El humor es una buena manera de hacer que la conversación continúe. También ayuda a forjar un vínculo con la otra persona. Las personas son más propensas a reír cuando están con amigos, así que hacer reír al interlocutor puede crear un nexo con este. [6]
    • No es necesario contar un chiste para hacer reír a alguien. El sarcasmo y el ingenio oportunos pueden ser igualmente efectivos. Por ejemplo, si sigues mencionando tu interés en el anime a la otra persona, después de la tercera mención, puedes decir algo como "Creo que tengo que dejar de mencionar el anime antes de que pienses que soy un fanático. Lo soy. Soy un fanático del anime. Llevo conmigo un disfraz de mi personaje favorito. ¡Es una broma!".
  4. Después de que hayas quitado las formalidades del camino, lleva la conversación a un nivel más profundo. Piensa en la conversación como una comida, primero comes el aperitivo, luego el plato principal y finalmente el postre. Una vez que tú y la otra persona hayan hablado un par de cosas superficiales, es momento de profundizar.
    • Por ejemplo, le has preguntado “¿A qué te dedicas?”. Después de algún tiempo, puedes profundizar preguntando algo como “¿Por qué escogiste esa carrera?”. Por lo general, las preguntas que comienzan con “por qué” ayudan a profundizar en la información que ya ha sido compartida.
    • A medida que hagas preguntas más íntimas, presta mucha atención a la señales acerca del nivel de confort de la otra persona. Si empieza a verse incómoda, da un paso atrás y haz preguntas menos íntimas.
    • Trata de mantenerte al tanto de los acontecimientos actuales para que siempre tengas algo que aportar a una conversación. Por ejemplo, puedes pedirle a alguien su opinión sobre un tema político actual o sobre el desarrollo en el mundo.
  5. El silencio es útil en la comunicación y no debe evitarse como si fuera una plaga. Ayuda a recuperar al aliento y a procesar los pensamientos. También puede indicar que se necesita un cambio de tema si las cosas se vuelven aburridas o muy intensas. [7]
    • Algunos segundos de silencio son completamente normales. No sientas la necesidad de precipitarte a llenarlos.
    • Sin embargo, si el silencio se prolonga demasiado, cambia de tema diciendo “Me interesa escuchar más acerca de lo que estuviste diciendo antes acerca de…”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Tener un buen lenguaje corporal

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  1. Un buen lenguaje corporal es esencial para ayudar a que la otra persona se sienta cómoda y a que esté abierta a hablar contigo. Sentarte derecho en la silla puede hacer que la otra persona se ponga incómoda. Para demostrar tu nivel de confort, sonríe amablemente e inclínate un poco hacia atrás en la silla para adoptar una postura angular. Apóyate de manera casual contra una pared o una columna si estás de pie. [8]
    • Otra manera de demostrar que estás relajado es relajando los hombros. Si los tienes tensos, déjalos caer hacia abajo y hacia atrás.
  2. Una buena conversación implica una conexión entre tú y la otra persona. No lograrás esa conexión si miras a otro lado. Además, hacer que tu cuerpo o tus pies apunten hacia otra dirección demuestra que estás a punto de irte. En vez de eso, dirige el cuerpo hacia la otra persona. [9]
    • Para mostrar interés durante algunas partes de la conversación, inclínate hacia la persona.
  3. El contacto visual regular es esencial para hacer que la conversación continúe. Debes hacer contacto visual apenas comience la conversación. Luego, continúa con la conversación mirando a los ojos de la otra persona por cuatro o cinco segundos. Mirar a otro lado también está bien. Tómate algunos segundos para inspeccionar el entorno antes de restablecer el contacto visual de nuevo. [10]
    • Trata de hacerlo la mitad del tiempo que hablas y el 70 % del tiempo que escuchas. Ceñirte a esta fórmula te ayudará a recordar cuánto contacto visual debes hacer sin mirar fijamente a alguien.
  4. Los brazos y las piernas cruzados envían el mensaje de que no estás interesado en lo que la otra persona tiene que decir. También puede hacer que parezcas cauteloso o a la defensiva. Si tienes el hábito de cruzar los brazos y las piernas, haz un esfuerzo adicional para relajarlos en los costados durante una conversación. [11]
    • Si no sientes que es normal al principio, esto está perfectamente bien. Trata de hacerlo. Con el tiempo, puedes llegar a sentirte más a gusto.
  5. Si sientes que no tienes mucha confianza, puedes posicionar el cuerpo de una manera que te haga lucir y sentir seguro de ti mismo. Cuando te sientes, trata de poner las manos detrás de la cabeza en forma de "V" invertida. Si estás de pie, una buena manera de adoptar una postura de poder es colocando las manos en las caderas durante la conversación. [12]
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