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Un gato que está llegando al final de su vida puede presentar ciertos tipos de comportamiento que te permitirán saber si ya casi está llegando el momento. El gato puede negarse a comer o a beber, tener un nivel de energía más bajo y perder peso. Por instinto, muchos gatos buscan la soledad en sus últimos días. Reconocer los signos de que tu gato está muriendo te ayudará a darle la mejor atención posible al final de su vida.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Observar las señales

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  1. El ritmo cardíaco bajo es signo de que el gato puede estar cada vez más débil y acercándose a la muerte. El ritmo cardíaco de un gato sano es entre 140 y 220 latidos por minuto (lpm). El ritmo cardíaco de un gato muy enfermo o débil puede disminuir a una fracción del ritmo normal, lo que indica que la muerte podría estar cerca. [1] Esta es la forma en que debes medir el ritmo cardíaco de tu gato:
    • Coloca la mano sobre el lado izquierdo del gato, justo detrás de su pata delantera.
    • Usa un cronómetro o el teléfono inteligente para contar el número de latidos que sientas en 15 segundos.
    • Multiplica el número por cuatro para saber cuántos latidos se producen por minuto. Evalúa si los lpm están a un nivel saludable o por debajo de lo normal.
    • La presión arterial de un gato muy débil también disminuirá, pero esta no se puede medir sin equipo especial.
  2. Un gato sano toma entre 20 y 30 respiraciones por minuto. Si el corazón de un gato está débil, los pulmones funcionan con menos eficacia y se bombea menos oxígeno en el torrente sanguíneo. Esto hace que la respiración sea más rápida porque el gato está luchando por obtener oxígeno y después se vuelve más lenta y dificultosa, ya que los pulmones se llenan de líquido y la respiración se vuelve muy difícil. [2] Monitorea la respiración del gato de la siguiente forma:
    • Siéntate cerca del gato y escucha en silencio su respiración. Observa el ascenso y descenso del abdomen con cada respiración.
    • Usa un cronómetro o el teléfono inteligente para contar cuántas respiraciones toma en 60 segundos. [3]
    • Si está respirando muy rápidamente y con dificultad o si parece que está tomando muy pocas respiraciones, puede estar cerca del final.
  3. La temperatura de un gato sano es entre 37 y 39 grados Centígrados (100 y 102,5 grados Fahrenheit). [4] Un gato que está a punto de morir tendrá una temperatura corporal inferior. A medida que el corazón se debilita, la temperatura del cuerpo empieza a disminuir por debajo de 37 grados Centígrados (100 grados Fahrenheit). Puedes comprobar la temperatura del gato de la siguiente forma:
    • Usa un termómetro. Si tienes un termómetro para oído, toma la temperatura del gato. Si no tienes uno, puedes usar un termómetro digital rectal para tomar la temperatura de las mascotas. Ajusta el termómetro, insértalo unos 2,5 cm (1 pulgada) en el recto del gato y espera a que se emita un pitido para saber la temperatura.
    • Si no tienes un termómetro, siente la temperatura de sus patas. Si están frías al tacto, podría ser signo de que su corazón se está desacelerando.
  4. Es muy común que los gatos dejen de comer y de beber cuando se acerca el final de sus vidas. Observa si el plato de alimentos y de agua del gato parecen estar siempre llenos. Tu gato también puede presentar signos físicos de anorexia, como un aspecto demacrado por la pérdida de peso, la piel floja y los ojos hundidos. [5]
    • Revisa el excremento del gato también. Un gato que ya no está comiendo o bebiendo defecará menos y su orina será oscura.
    • A medida que el gato se debilita, puede tener un control bajo o nulo del tracto urinario y de los intestinos, por lo que podrías observar accidentes por toda la casa.
  5. Cuando los órganos de un gato empiezan a dejar de funcionar, las toxinas se acumulan en el cuerpo y causan mal olor. Si tu gato está cerca de la muerte, su respiración y el cuerpo pueden tener un olor fétido que empeorará con el tiempo, ya que no tiene forma de eliminar las toxinas.
  6. En la naturaleza, un gato moribundo entiende que es más vulnerable a los depredadores, por lo que busca un lugar donde pueda morir en paz. Un gato que se está muriendo puede ocultarse pon instinto en una habitación lejana, debajo de los muebles o en algún lugar del exterior.
  7. Si observas cualquier signo de que tu gato está enfermo, llévalo al veterinario de inmediato. Muchos de los signos de muerte inminente también son signos de una enfermedad grave que se podría curar con un tratamiento adecuado. No asumas que el hecho de que tu gato presente estos síntomas, definitivamente está a punto de morir; todavía podría haber esperanza. [6]
    • Por ejemplo: la enfermedad renal crónica es común entre los gatos mayores. Los síntomas de esta enfermedad son muy similares a los del fin de su vida. Sin embargo, con la intervención adecuada, un gato con enfermedad renal crónica puede vivir muchos años.
    • Otros ejemplos de problemas que presentan síntomas similares a los de un gato que se está muriendo, pero que pueden curarse, son el cáncer, la enfermedad del tracto urinario inferior y la diabetes. [7]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hacer que tu gato se sienta cómodo

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  1. Una vez que se haya determinado que la intervención médica no prolongará significativamente la vida del gato, habla con el veterinario para saber qué hacer para que tu gato se sienta lo más cómodo posible en sus últimos días. Dependiendo de los síntomas del gato, el veterinario puede recetarle medicamentos para el dolor, equipo para ayudarlo a comer y beber, o vendajes y ungüento para vendar las heridas. [8]
    • Muchos dueños recurren a los "cuidados paliativos en casa" para suavizar la muerte de sus mascotas. Los dueños les ofrecen atención durante todo el día para mantener a sus mascotas saludables y cómodas el mayor tiempo posible.
    • Si no te sientes cómodo administrándole cierta forma de tratamiento, podrías hacer citas frecuentes con el veterinario para darle al gato el cuidado que necesita.
  2. A veces, lo mejor que puedes hacer por un gato que está llegando al final de su vida es darle un lugar cálido y acogedor para descansar. En este punto, probablemente tu gato no se mueva mucho, por lo que pasará la mayor parte del tiempo en su cama. Puedes hacer que su lugar favorito para dormir sea más cómodo proporcionándole frazadas extrasuaves.
    • Asegúrate de que la ropa de cama del gato se mantenga limpia. Lava las sábanas cada dos días con agua caliente. No uses un detergente muy perfumado, ya que podría ser irritante para tu gato.
    • Si tiene incontinencia, cubre la cama con toallas que puedas cambiar fácilmente cada vez que tu gato se orine.
  3. A veces, los gatos tienen problemas para llegar a la caja de arena para hacer sus necesidades normalmente. Si tu gato está demasiado débil para levantarse, puede ser que tengas que llevarlo a la caja de arena cada cierto tiempo. Pregúntale al veterinario si puedes ponerle un cabestrillo para ayudarlo a defecar con mayor comodidad.
  4. Tu gato puede tener un dolor intenso, incluso si no llora ni retrocede cuando lo tocas. Los gatos expresan el dolor de forma más silenciosa, pero si observas con cuidado, podrás saber cuándo está pasando por un momento difícil. Observa los siguientes signos de sufrimiento: [9]
    • El gato está actuando más solitario de lo habitual.
    • Jadea o lucha por respirar.
    • Se resiste a moverse.
    • Come o bebe incluso menos de lo habitual.
  5. La decisión de sacrificar a un gato nunca es una tarea fácil. Muchos dueños de gatos prefieren permitir que sus mascotas mueran naturalmente en casa. Sin embargo, si el sufrimiento de tu gato se vuelve extremo, puedes decidir si la eutanasia es la opción más humana. Llama al veterinario para que te ayude a decidir cuándo ha llegado el momento.
    • Lleva un registro del nivel de sufrimiento y dolor de tu gato. Cuando los "días malos" superen en número a los "días buenos" (los días en que puede levantarse y moverse o respirar con facilidad), podría ser un buen momento para hablar con el veterinario acerca de terminar con el sufrimiento de tu mascota.
    • Si eliges la eutanasia, el veterinario le administrará un sedante seguido de un medicamento que lo haga fallecer sin sufrir. El proceso es indoloro y tarda entre 10 y 20 segundos. [10] Puedes optar por quedarte en la habitación con tu mascota o esperar afuera. [11]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Hacerle frente al final

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  1. Si el gato muere en tu casa, es importante almacenar el cuerpo en un lugar fresco hasta que puedas realizar la cremación o el entierro. Esto asegura que el cuerpo no se deteriorará ni se convertirá en un peligro para la salud de la familia. Con cuidado, enrolla al gato con plástico (puede ser una bolsa de plástico) y almacena el cuerpo en un lugar fresco, como un congelador o un suelo de hormigón frío. Si se le practicó la eutanasia, el veterinario almacenará adecuadamente el cuerpo por ti. [12]
  2. Si quieres incinerar a tu gato, habla con el veterinario acerca de las opciones que hay en la zona. Si prefieres enterrarlo, busca cementerios de mascotas locales donde puedas enterrar a tu gato.
    • En algunos lugares es legal enterrar a tu mascota en tu propiedad, pero en otros lugares no lo es. Antes de decidir dónde enterrar a tu mascota, investiga las leyes locales. [13]
    • Es ilegal enterrar a un gato en un parque público o en otra área pública.
  3. La muerte de una mascota puede ser extremadamente difícil. Es normal sentir tristeza profunda cuando tu mascota fallece. Haz una cita con un terapeuta de duelo que se especialice en ayudar a las personas que han perdido a sus mascotas. El veterinario puede recomendarte a un terapeuta calificado.
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Consejos

  • Asegúrate de consultar con el veterinario al primer indicio de enfermedad de tu gato. Es posible que la intervención médica extienda significativamente su vida.
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