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La alveolitis seca también se conoce como osteítis alveolar. Es una complicación que puede ocurrir después de la extracción permanente de una pieza dentaria, generalmente, con fuerza intensa. Ocurre cuando el coágulo de sangre que protege el sitio de la extracción se desprende antes de que la herida se cure. Esto deja al hueso y los nervios expuestos, y causa dolor extremo. Si piensas que tienes alveolitis seca, comunícate con tu dentista para obtener analgésicos y tratamiento.

Método 1
Método 1 de 3:

Controlar el dolor y la curación en casa

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  1. Un enjuague con agua salada limpiará la alveolitis seca y reducirá las bacterias. Mezcla 1/2 cucharadita (3 g) de sal en un vaso de agua tibia y agita suavemente la mezcla en la boca durante 30 segundos antes de escupirla. [1]
    • Hacer buches demasiado fuerte en realidad pueden empeorar la alveolitis seca. Haz buches suavemente o simplemente deja que el agua salada te inunde la boca antes de escupirla.
  2. Los estudios muestran que la aplicación de miel en una alveolitis seca puede reducir la inflamación y el dolor. Aplica 1/4 de cucharadita de miel a un trozo de gasa estéril, luego coloca la gasa en el alvéolo seco. Reemplaza la gasa y la miel cada 3 horas. [2]
  3. Esto puede suplementar los medicamentos y reducir el dolor. Las compresas de frío son muy efectivas los primeros dos días después de la extracción. Aplica la compresa de hielo envuelta en una toalla fina en la parte externa del rostro.
    • No pongas hielo directamente en la piel, dado que puede dañarla. Aplica el hielo por 10 minutos antes de darle a la piel la posibilidad de calentarse.
    • Si no tienes una compresa de hielo, puedes usar una bolsa de frijoles o maíz congelados envuelta en una toalla.
  4. Esto ayuda a incrementar la circulación y puede reducir el dolor. Pregúntale al dentista qué te recomienda, pero las posibilidades incluyen:
    • Compra parches de calor en la farmacia local. Están disponibles de venta libre y se suelen aplicar en la piel sobre el área adolorida. Lee y sigue las instrucciones del fabricante.
    • Aplica una botella de agua caliente envuelta en una toalla. No apliques calor directamente en la piel porque incrementa el riesgo de quemarte.
  5. Por más que duela, es importante que bebas la cantidad suficiente de agua para prevenir la deshidratación. Estar bien hidratado te ayudará a curar rápido y a combatir las náuseas que pueden ser el efecto secundario de algunos analgésicos. Solo asegúrate de que los líquidos estén a temperatura ambiente. Las bebidas muy frías o muy calientes pueden causar complicaciones en el proceso de curación. Contrólate para detectar señales de deshidratación como las siguientes: [3]
    • sed
    • cefaleas
    • náuseas o vómitos
    • piel seca
    • mareos
    • micción infrecuente
    • orina oscura o turbia
  6. El tabaco puede ralentizar el proceso de curación y hacerte más propenso a desarrollar una infección. Además, la succión producida al inhalar mientras fumas puede irritar la herida, permitiendo que la nicotina y otras sustancias peligrosas lleguen directamente al lugar de la extracción.
    • Si sabes que no podrás resistir las ganas, pregúntale a tu médico sobre los parches de nicotina o la terapia de reemplazo de nicotina.
    • Estos tratamientos también pueden ayudarte a comenzar el proceso de dejar el tabaco.
  7. Esto puede incluir enjuagarte la boca y cepillarte con cuidado. [4]
    • Ten cuidado al cepillar alrededor de la cavidad.
    • No bebas con un sorbete hasta que haya curado. La succión puede irritar la herida.
  8. Si la cavidad se infecta, podrías recibir una receta de antibióticos. Toma siempre el curso entero de antibióticos, por más que los síntomas desaparezcan. Esto es importante para prevenir la evolución de cepas resistentes a los antibióticos. Busca atención médica de inmediato si desarrollas cualquiera de las siguientes señales de una infección: [5]
    • aumento en el dolor o inflamación
    • aliento que empeora o sabor desagradable en la boca
    • fiebre
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Método 2
Método 2 de 3:

Tratar la alveolitis seca

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  1. El médico posiblemente lave la cavidad por ti cuando estés en su consultorio. Esto podría aliviar el dolor, dado que elimina los restos de comida o suciedad que pueden irritar o causar una infección. El profesional posiblemente te explique cómo seguir lavándote en casa.
    • Probablemente recibas una jeringa plástica para lavar la cavidad. Dependiendo de tu situación, el profesional podría indicar que la uses para lavar la cavidad con agua, agua salada o un enjuague especial.
    • Sigue lavando la cavidad hasta que cure lo suficiente como para que la comida y la suciedad no queden adentro. Mientras tanto, continúa con una buena higiene oral, cepillándote al menos dos veces al día.
  2. El profesional podría ponerte un vendaje medicado, como una almohadilla, en la herida. Esto puede reducir el dolor dentro de algunas horas. Dependiendo de tu situación, tu médico podría:
    • pedirte que programes citas para regresar para que aplique vendajes nuevos;
    • enseñarte a cambiarlos y darte un cronograma de la frecuencia.
  3. El tipo de medicamento que tu médico te recomiende dependerá del nivel de dolor que tengas. Probablemente te proporcione medicamentos de concentración recetada, aunque podría ofrecerte opciones de venta libre.
    • Proporciónale a tu médico una lista de todos los medicamentos que tomes. Esto incluye los medicamentos recetados, de venta libre, los remedios de hierbas y los suplementos dietéticos. Es importante que el dentista sepa qué más tomas para recetarte algo que no interactúe con lo que sea que tomes actualmente.
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Método 3
Método 3 de 3:

Determinar si tienes alveolitis seca

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  1. Es posible que puedas ver que falta todo o parte del coágulo de sangre en la cavidad. Incluso podrías ver el hueso debajo. Los síntomas incluyen: [6]
    • El dolor incrementa algunos días después de la extracción de la pieza dentaria. El dolor puede irradiar desde la cavidad hacia la oreja, el ojo, la sien o el cuello.
    • El dolor no responde a los medicamentos.
    • Mal aliento.
    • Sabor desagradable en la boca.
    • Fiebre.
    • Ganglios linfáticos inflamados.
  2. Es probable que el profesional te pida que te acerques para ver evaluar la herida. El dentista podría: [7]
    • revisarte para ver si el coágulo de sangre está ausente;
    • buscar un hueso expuesto;
    • tomar una radiografía para descartar osteomielitis, una infección del hueso, como fuente del dolor.
  3. Existen varias cosas que pueden hacerte más propenso a desarrollar la alveolitis seca después de la extracción de una pieza dentaria. Sé honesto con tu dentista si te pregunta por los siguientes factores de riesgo: [8]
    • Una infección alrededor de la pieza dentaria extraída. Si las encías o la pieza dentaria extraída han estado infectadas al momento de la extracción, el dentista posiblemente lo haya notado. Sin embargo, si la extracción se ha presentado en el pasado y has sido tratado por otro dentista, tu médico podría no estar consciente de ello.
    • Fumas o usas un sorbete. Cualquier cosa que requiera una acción de succión puede desprender un coágulo. El tabaco también puede ralentizar la curación de la herida.
    • Píldoras anticonceptivas. Las píldoras anticonceptivas pueden hacer que tengas niveles de estrógeno elevados que pueden inhibir la curación.
    • Corticosteroides. En particular, la prednisona puede hacerte susceptible a la alveolitis seca, dado que crea un efecto antiinflamatorio potente que ralentiza la curación.
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