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La terapia familiar es un tipo de psicoterapia grupal. Esta es dirigida por un psicólogo o un terapeuta certificado, suele darse a corto plazo y puede enseñarles a las familias a solucionar los conflictos y mejorar su comunicación. La terapia familiar puede llevarse a cabo con todo el grupo o solo los familiares que estén dispuestos a realizarla. Si te interesa este tipo de terapia, conversa con tus seres queridos sobre la posibilidad de asistir a ella. Luego busca a un terapeuta adecuado y empiecen a trabajar en sus problemas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Llevar a tu familia a terapia

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  1. Podrías requerir un poco de esfuerzo y organización para hacer que tus seres queridos asistan a terapia familiar juntos. Sin importar si intentas convencer a tu cónyuge, tus padres o tus hermanos, primero tendrán que tener una conversación sincera. Pídeles a tus seres queridos que se sienten para poder comunicarles tu deseo. [1]
    • Diles a tus seres queridos que deseas tener una conversación importante con ellos. Por ejemplo, puedes decir algo como “Bill, tengo algo muy importante sobre lo cual deseo conversar contigo. ¿Podemos sentarnos?”. Esto le ayudará a centrar su atención y también comunicará que debe tomarse con seriedad lo que tengas que decir.
    • Escoge un momento y un lugar adecuados para su conversación. Escoge un momento en el que tus seres queridos no estén ocupados y puedan brindarte toda su atención. Por ejemplo, podrías abordarlos en la noche, luego de que hayan regresado del trabajo y estén poniéndose cómodos.
    • Escoge un momento en el que tus familiares estén relajados y tranquilos. No menciones el tema en un lugar público o si están peleando.
  2. El objetivo de conversar con tus seres queridos es proponer la terapia familiar, por lo que debes ser directo. Al mismo tiempo, debes estar listo para un posible desacuerdo. Aborda el tema con amabilidad y paciencia, y procura no enojarte o ponerte a la defensiva. [2]
    • Di algo como “María, he estado pensado y me preguntaba si podríamos comunicarnos mejor con un poco de ayuda. ¿Qué te parece la terapia familiar?”.
    • Muestra empatía diciendo algo como “Sé que esta conversación es difícil, pero solo lo digo porque me preocupo por ti y nuestra relación. No te lo pediría si no te quisiera y no deseara que las cosas mejoren entre nosotros”.
    • Tus seres queridos podrían no ser receptivos con lo que digas, por lo que puedes usar frases en primera persona, como “Pienso que la terapia familiar podría ayudarnos” o “En verdad estoy buscando maneras de dejar de pelear contigo, y creo que un poco de ayuda sería de utilidad para mí”. Estas frases pueden ayudarte a expresar tus sentimientos y evitar un lenguaje que les eche la culpa a los demás.
  3. Tus seres queridos podrían ser más receptivos con la idea de asistir a terapia familiar si te concentras en las formas en la que esta puede solucionar los problemas. Haz énfasis en el aspecto práctico; es decir, la forma en la que asistir a terapia juntos les enseñará a solucionar los problemas en sus relaciones y su comunicación, en lugar de la posibilidad de desahogar sus sentimientos. [3]
    • Por ejemplo, podrías decir algo como “Deseo que vayamos a terapia para que podamos aprender a llevarnos mejor y llegar a acuerdos”, en lugar de “Deseo que vayamos a terapia para que puedas entenderme mejor”.
    • Señala que la terapia familiar puede mostrarles los problemas de comportamiento y los roles familiares, lo que les enseñará la manera de solucionar los problemas. Asimismo, la terapia familiar puede permitir que tus seres queridos y tú mejoren su capacidad de comunicarse, expresar sus pensamientos y emociones, y solucionar los problemas juntos.
  4. Básicamente, tus seres queridos tendrán una opción: ser receptivos con la terapia o no. Las personas podrían tener miedo, desconfiar o ser escépticas con la eficacia de la terapia. Sin embargo, no pierdas las esperanzas incluso si se rehúsan. Además de la terapia familiar, habrá otras opciones que podrán ayudar a tus seres queridos y a ti a mejorar sus relaciones. [4] [5]
    • Por ejemplo, propón una reunión familiar a la semana, en la cual puedan conversar sobre el estado de su relación. También puedes prometer que dedicarás 10 minutos todos los días a escuchar sobre los sentimientos de tus seres queridos.
    • Asimismo, puedes probar el material de autoayuda. Los libros como Getting the Love You Want (Obtener el amor que deseas) y Los siete principios para hacer que el matrimonio funcione exploran los aspectos como la comunicación y el manejo de los conflictos y las luchas de poder en las relaciones.
    • Recuerda que también puedes solicitar terapia para ti solo. Cada miembro contribuye con una dinámica familiar, y está a cargo de cierto nivel de calidad en las relaciones. Puedes aprender mucho, incluso si tus demás seres queridos no están presentes.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Buscar un terapeuta

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  1. En general, la terapia familiar es de utilidad para afrontar los problemas que surgen en las relaciones familiares. No obstante, existen diferentes enfoques. Por ejemplo, los terapeutas familiares pueden ayudar a los padres a lidiar con un niño que se comporta mal, o mejorar la comunicación personal entre cónyuges. El tipo que sea más eficaz para ti dependerá en gran medida de tus necesidades. [6]
    • ¿Estás lidiando con un niño que corre peligro? Existen terapias familiares que se centran en los niños y adolescentes que muestran problemas de conducta, delincuencia o abuso de substancias.
    • ¿Un familiar tuyo tiene un problema de drogas o alcohol que está afectando al grupo? Este puede ser otro enfoque de la terapia.
    • Asimismo, existen terapeutas familiares que se especializan en matrimonios o que ayudan a las familias a lidiar con el hecho de que un familiar tenga una enfermedad física o mental grave.
  2. El doctor general podría derivarte a un terapeuta si expresas tu deseo de acudir a uno. Asimismo, podrías obtener consejos por parte de otro profesional de la salud, como un psicólogo, psiquiatra, trabajadora social o enfermera; tan solo pregunta. Esta persona podrá darte consejos, recomendarte especialistas y ayudarte a encontrar a alguien en tu área. [7] [8]
    • Haz muchas preguntas sobre los posibles terapeutas. Puedes preguntar cuál es la formación que han recibido y sus credenciales, o si están acreditados y si se especializan en psicoterapia familiar.
    • También pregunta por su ubicación, disponibilidad y el formato de la atención. ¿Cuánto dura cada sesión de terapia familiar? ¿Cuántas sesiones suelen darse? ¿El terapeuta está disponible para los casos de emergencia?
    • También pregunta por el costo y el seguro. ¿Cuánto cobra el terapeuta por sesión? ¿Requiere el pago completo por adelantado? ¿Acepta pagos por parte de tu proveedor de seguro?
  3. Busca terapeutas familiares y recursos de terapia familiar en Internet. Empieza con una búsqueda general en tu área (mediante Google) colocando algo como “terapeutas familiares en…”, pero no omitas otros motores de búsqueda especializados. Existen diversas páginas web de terapia que poseen herramientas especiales para buscar especialistas en todo el país. [9] [10]
    • Por ejemplo, en los EE.UU., Psychology Today posee un motor de búsqueda de terapia grupal en su página web. Puedes buscar tu localidad y delimitar los resultados para poder encontrar a especialistas en temas como el divorcio o el conflicto familiar.
    • Otra herramienta es el buscador de terapeutas de la American Association for Marriage and Family Therapy. Busca el nombre de tu área para encontrar listas de terapeutas familiares y matrimoniales certificados que estén cerca de ti.
  4. Además de tu doctor y los recursos en línea, también podrías consultar con las organizaciones de salud de tu localidad. Comunícate con los establecimientos como los hospitales, las clínicas de salud mental, los centros comunitarios, o incluso los servicios de terapia de la universidad; así averiguarás si brindan sesiones de terapia familiar. Puedes llamar, preguntar en persona o enviar un correo electrónico. [11] [12]
    • Por ejemplo, llama al hospital local y pregunta por el tipo de servicios de terapia familiar que puedan brindar. Algunos centros como el Rhode Island Hospital cuentan con clínicas de terapia familiar para ayudar con diversos problemas psicológicos.
    • La mayoría de las universidades también brindan servicios de terapia (incluida la terapia familiar) en el campus para los estudiantes y el personal. Comunícate con un instituto o una universidad cerca de ti para determinar si puedes usar sus programas.
  5. También tendrás que conocer el tipo de métodos que tu posible terapeuta empleará en el tratamiento. La terapia familiar podrá emplear diversas técnicas, cada una de las cuales cuenta con sus propios supuestos y objetivos. El método podría depender de tu situación o la preferencia del terapeuta.
    • Consulta si la terapia familiar estructural es adecuada para ustedes. Esta asume que los problemas ocurren en el interior de la estructura familiar; es decir, la terapia se concentra en las interacciones en el grupo, en lugar de las personas. El objetivo es que el terapeuta cambie las maneras de interactuar arraigadas a la familia. [13]
    • También podrías consultar sobre la terapia breve estratégica. Este tipo de terapia es breve y su fin es, nuevamente, evaluar la manera en la que la familia interactúa como sistema. El terapeuta tratará de identificar los problemas y luego establecerá metas para lograr el cambio, además de “tareas” que los miembros realicen fuera de las sesiones.
    • También ten en cuenta a la terapia familiar funcional, en especial si tienes un hijo que corre peligro. Esta terapia tiene el fin de reducir la negatividad que suele surgir en dichas familias. Para ello, se centra en modificar el comportamiento a nivel individual. Esto puede darse al trabajar en las habilidades de los miembros relacionadas con la crianza, la comunicación y la resolución de problemas. [14]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Solucionar sus problemas

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  1. La mayoría de las personas creen que la terapia familiar involucra a toda la familia (o a ambos miembros de una pareja) en la misma habitación. Esto solo es una parte de ella. La terapia familiar puede ocurrir en sesiones de grupo, pero el terapeuta también podría tener que reunirse a solas con cada miembro de la familia. Alístate para participar, ya sea por ti solo o como parte del grupo. Es más, la cooperación de cada miembro será vital para el éxito de la terapia. [15] [16]
    • Algunos terapeutas prefieren tener a toda la familia junta en las sesiones. Sin embargo, con frecuencia tendrán algunas sesiones juntos, además de otras por separado en grupos más pequeños.
    • Las sesiones suelen durar alrededor de 50 a 60 minutos cada una. Los cursos de terapia familiar también suelen ser bastante cortos y duran hasta 6 meses como máximo.
  2. Una de las ideas básicas sobre la terapia familiar es considerarte junto con tus seres queridos como una unidad. Las familias no son tan solo individuos aislados, sino un conjunto de personas que forman parte de grupos y sistemas sociales. Cada miembro de una familia influye en el comportamiento de los demás miembros, como el padre, la madre, la hermana, el hermano y otros familiares. [17]
    • Di que estás en terapia para abordar los problemas de conducta con tu hijo. El terapeuta podrá vincular los problemas del niño con lo que experimenta como miembro de la familia. Quizás esté teniendo un mal rendimiento en la escuela debido a que han despedido a uno de sus padres. Tal vez se comporte mal porque escucha a escondidas las discusiones y teme que sus padres vayan a divorciarse.
    • Asimismo, un terapeuta familiar podría pedirte que cambies tu comportamiento y tus relaciones con otros miembros del grupo. Por ejemplo, podría pedirte que cambies tu manera de comunicarte con tus seres queridos.
  3. La terapia familiar debe incluir una exploración considerable de tu persona, tus seres queridos y tus papeles en la unidad mayor que es la familia. Obtener terapia familiar también puede enseñarte mucho sobre la forma en la que interactúas, expresas tus pensamientos y emociones, y solucionas o creas conflictos. [18]
    • Uno de los objetivos del terapeuta es ayudarte a notar la forma en la que tus seres queridos y tú interactúan; es decir, cuáles son los roles familiares, las reglas y los patrones de comportamiento. Luego, con este conocimiento, podrás buscar maneras de solucionar los problemas con más eficacia.
    • Asimismo, un terapeuta podrá señalar las fortalezas de tu familia y las áreas que requieran mejora. Quizás sean muy unidos y leales entre sí, pero no expresan sus emociones con facilidad. El terapeuta podría centrarse en animarte a comunicarte con más facilidad y de forma más abierta.
    • Con el conocimiento, la terapia familiar debe ayudarte a buscar maneras de lidiar con el conflicto familiar, y lo ideal es que te ayude a obtener una comprensión más clara de tus seres queridos.
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