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Los gatos british shorthair son conocidos por ser peludos y suaves. Por supuesto, es posible que mantener bien cuidado el pelaje del gato tome un poco de trabajo. Reúne todos los utensilios antes de comenzar para que puedas concentrarte en el gato mientras lo bañas. Revisa el paso 1 para conseguir más información.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepara el lavabo y a tu gato

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  1. El lavabo de la cocina es el sitio ideal para bañar al gato, ya que se encuentra a una buena altura, lo que te permite trabajar sin tener que forzar tu espalda. Además, el lavabo tiene superficies a ambos lados donde puedes poner los utensilios. Coloca una toalla seca sobre el drenaje.
    • Llena el lavabo con 15 a 25 centímetros (6 a 10 pulgadas) de agua tibia. La temperatura debe ser tibia, con una sensación agradable, cuando sumerjas tu codo en el agua.
  2. Tener listo todos los utensilios a la mano hará que puedas bañar al gato de manera más sencilla, especialmente si tienes un gato consentido al que no le gusta bañarse. Los utensilios que necesitarás son:
    • Botella de plástico para verter el agua
    • Accesorio de mangueras para grifos
    • Champú para gatos
    • Cortaúñas
    • Varias toallas secas
    • Secadora de pelo (opcional)
    • Cepillo
    • Bolitas de algodón
  3. Se recomienda cortar sus garras antes de bañarlo. Podrías hacerlo después; sin embargo, si tu gato se asusta mientras lo bañas, hay menos posibilidades de terminar arañado. Usa cortaúñas para gatos. Puedes comprarlos en la tienda de mascotas más cercana a tu casa. Para extender las uñas de tu gato:
    • Coloca al gato sobre tus rodillas o en una superficie de trabajo que se encuentre a una altura cómoda para trabajar. Levanta una de sus patas. Para extender una garra retráctil, solo presiona suavemente la última articulación del dedo. Esto te permitirá extender sus uñas.
  4. Es más fácil cortarlas cuando estén limpias porque así puedes ver la parte viva de la carne viva (uña) a través de la translucidez de la queratina. Solo corta la curva afilada; al hacerlo dejarás la parte gruesa y triangular de la uña aún unida al dedo. No cortes más allá del dedo porque cortarás el tejido sensible de la carne viva que contiene nervios y vasos sanguíneos. Corta una uña a la vez. [1]
    • La mayoría de los gatos tienen cinco dedos en cada pata frontal y cuatro dedos en cada pata trasera.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Baña a tu gato

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  1. Si se asusta, puedes sujetar su nuca para calmarlo, ya que esto tiene un efecto relajante, natural en los gatos. Mantén la calma y háblale suavemente todo el tiempo porque el gato sabrá cómo te sientes y si estás estresado, él también se estresará. [2]
  2. Permítele que se acomode y se acostumbre a sentir el agua tibia en sus patas y vientre. Es posible que tengas que sujetarlo cuidadosamente de sus hombros para que no pueda saltar afuera de la bañera.
  3. Una vez que se relaje, usa tu mano para rociar agua sobre su espalda y hombros. Cuando comience a aceptarlo, puedes agarrar la botella y usar tu mano como una cuchara para humedecer todo su pelaje. No olvides remojar las áreas de su cuello y pecho.
    • Ten cuidado de que el agua no entre en sus orejas u ojos. En teoría, puedes poner algodón en sus orejas para evitar que el agua entre a sus canales auditivos; sin embargo, los gatos tienden a sacudirse y los algodones podrían caerse, así que hacerlo podría ser una pérdida de tiempo.
  4. No siempre es necesario usar champú con un gato casero porque su pelaje no suele ser tan sucio. El truco es simplemente enjuagarlo con agua. Sin embargo, sean gatos de raza o gatos callejeros, se debe usar un champú exclusivamente para gatos.
    • De preferencia, elige un champú que no sea perfumado (debido a que la piel del gato es muy sensible) ni que contenga insecticidas (son potencialmente irritantes).
  5. Vierte una pequeña cantidad de champú en la palma de tu mano. Sumerge los dedos de la otra mano en el champú para aplicar pequeñas cantidades de manera uniforme en todo tu gato. Una vez aplicado todo el champú, usa la punta de los dedos para masajear su pelaje húmedo con el champú y formar una espuma.
    • Una vez más, no olvides trabajar alrededor de las áreas del cuello, garganta y pecho de tu gato, pero evita que el champú entre en sus orejas y ojos.
  6. Saca agua del lavabo con la jarra que has estado usando. Mantén la jarra cerca de tu gato y vierte un chorro constante sobre su piel y pelaje. Repite esto varias veces hasta que su pelaje ya no tenga espuma. [3]
  7. Mueve al gato hacia un lado del lavabo. Retira el tapón para que el agua sucia se vaya por el lavabo. Recoge el accesorio de ducha y abre los grifos para obtener un chorro de agua que sea leve a moderado. La temperatura del agua debe ser tibia, con una sensación agradable. Deja correr el agua sobre el pelaje de tu gato hasta que el agua que sale de su pelaje se vea limpia.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Agrega los últimos retoques

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  1. Con las dos manos, saca al gato del lavabo y colócalo en una toalla de modo que no gotee por todas partes. Cúbrelo con otra toalla, pero asegúrate de no cubrir su cabeza. Frota todo su pelaje húmedo suavemente con la toalla para quitar el exceso de humedad.
    • Si la toalla se pone demasiado húmeda y ya no seca más a tu gato, usa otra toalla para seguir secándolo.
  2. Si decides usar una secadora de pelo, ponla en la velocidad más baja y en el primer nivel de potencia de calor. Si el aire es demasiado fuerte, es más probable que tu gato escape y una configuración con la potencia de calor alta puede quemar accidentalmente la piel delicada de tu gato. Mantén la secadora al menos a 30 centímetros (12 pulgadas) de distancia, y seca pequeñas partes del pelaje a la vez.
    • Para dar volumen a los gatos de raza, cepille tanto por y en contra la dirección del relieve del pelaje para “suavizarlo”. Continúe de esta manera hasta que considere que el pelaje esté seco.
    • Recuerda que las secadoras de pelo pueden dañar el pelaje del gato. El mayor beneficio es que puedes agregar volumen al pelaje. Sin embargo, la desventaja es que, algunas veces, puedes hacer que quede con más pelusas y menos brillo.
  3. Coloca al gato en una superficie limpia y seca. Vierte un poco de agua hervida fría (la ebullición esteriliza el agua) en una almohadilla de algodón y limpia su cara. Comienza con los ojos y limpia a los alrededores para eliminar cada secreción seca que pueda estar alojada en las córneas de los ojos y la nariz. Usa un pedazo de algodón para cada ojo para evitar transferir cualquier bacteria.
    • Usa más almohadillas de algodón secas para secar el agua que puede haber salpicado accidentalmente a las orejas del gato.
  4. Revisa su pelaje con un peine de dientes anchos. Sigue la dirección en la que va el pelaje del gato para dejarlo liso y brillante. Finalmente, cepíllalo con un cepillo de cerdas y una vez más sigue el relieve del pelaje. Hacerlo te permitirá darle el brillo final que cautivará a los jueces en cualquier concurso felino.
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Consejos

  • Dale un premio después de bañarlo para mostrarle que es un buen gato y que hizo un buen trabajo manteniendo la calma durante el baño.
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