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Tu cara es lo primero que ven las personas, así que es lógico que quieras cuidarla bien. La piel de cada persona tiene distintas necesidades de cuidados, pero mantener una rutina constante es fundamental para cuidar de tu cara, sin importar tu tipo de piel. Además, tómate el tiempo de tratar cualquier problema de cuidado de la piel que podrías afrontar, como el acné o la piel muy seca. Por último, intenta llevar un estilo de vida saludable para mantener tu piel saludable y radiante.

Método 1
Método 1 de 3:

Seguir una rutina diaria de cuidado de la piel

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  1. Lávate la cara por la mañana al despertarte. Cada mañana al despertarte, lava tu cara con agua tibia y un limpiador suave formulado para tu tipo de piel. Masajea tu cara con movimientos circulares, pero no la frotes con fuerza. Recuerda que la piel de tu cara es delicada, por eso es importante lavarla con suavidad. [1]
    • Evita utilizar agua muy caliente para lavar tu cara, debido a que esto puede secar tu piel. [2]
    • Si tu piel es sensible o seca, elige un limpiador hidratante. Utiliza un limpiador en espuma si tienes la piel grasosa u opta por un limpiador a base de ácido salicílico si tu piel es propensa al acné.
  2. Utiliza un tónico facial sin alcohol después de lavarte la cara para equilibrar la piel. El tónico facial elimina los rastros de maquillaje, suciedad, aceite y otras impurezas de la piel que podrían quedar después del lavado de la cara. Además, ayuda a equilibrar los niveles de pH de la piel, lo que la deja más saludable y menos propensa a los brotes. [3]
    • Evita los tónicos faciales con alcohol, puesto que pueden secar mucho la piel. Mejor opta por tónicos hechos de ingredientes suaves como el hamamelis o el agua de rosas.
  3. Después de lavar y tonificar tu cara, esparce una cantidad de hidratante del tamaño de una arveja sobre la piel. Además, protégete del sol eligiendo un hidratante con un FPS de 15 como mínimo y una protección contra los rayos UVA/UVB. Si vas a estar al exterior en un lugar donde podrías sudar mucho o si vas a nadar, planea aplicarte el FPS al menos cada 2 horas. [4]
    • La exposición excesiva al sol puede provocar el envejecimiento prematuro de la piel. También puede producir manchas solares y correrás un mayor riesgo de sufrir cáncer de piel.
    • Evita pasar tiempo bajo el sol entre las 10 a. m. y las 4 p. m., puesto que es el periodo del día en que los rayos son más intensos.
    • Si el hidratante no ofrece protección solar, puedes utilizar un producto con FPS por separado.
  4. Si te maquillas, busca productos que no tapen los poros ni produzcan acné. Por lo general, estos tienen la etiqueta de no comedogénicos o no acnegénicos. La mayoría de las marcas importantes de maquillaje ofrecen dichos productos, incluidas las marcas de farmacias. [5]

    Advertencia: para reducir el riesgo de infección en la piel, no utilices maquillaje vencido ni compartas maquillaje con otras personas.

  5. Al tocarte la cara, estás trasladando aceites, suciedad y bacterias a la piel, lo que puede inflamarla e irritarla. Puede ser difícil, pero intenta recordar mantener las manos alejadas de tu cara. Esto incluye no frotarte los ojos o apoyar tu mano en tu mejilla. [6]
    • Lávate las manos si sabes que vas a tocarte la cara, por ejemplo, cuando te apliques maquillaje o un hidratante.
  6. Aunque siempre debes lavarte la cara antes de acostarte, es muy importante hacerlo si te maquillas. El maquillaje tapa los poros, lo que puede provocar manchas y puntos negros. Por ejemplo, sácate el maquillaje con una toallita facial y luego enjuágate la cara con un limpiador suave. [7]
    • No confíes en las toallitas desmaquillantes como tu único método para limpiar la cara. Contienen preservantes y otros químicos que dejan residuos en la piel.
  7. Exfóliate la cara una o dos veces por semana. Cada varios días, humedece un paño suave y frótalo con suavidad por toda la cara realizando un movimiento circular. Esto eliminará las células viejas de la superficie de la cara para dejar una piel saludable y radiante. Sin embargo, si lo haces con frecuencia, puede dañar tu piel. Por eso solo debes exfoliarte una vez por semana al inicio o dos veces por semana si tu piel lo tolera bien. [8]
    • También puedes utilizar exfoliantes faciales o químicos si lo prefieres. Incluso puedes preparar tu propio exfoliante facial mezclando un poco de azúcar con tu limpiador en crema.
  8. Una vez que te laves la cara por la noche, aplica una capa ligera de una crema nocturna espesa para hidratar y reparar tu piel durante toda la noche. Para lograr resultados óptimos, busca un producto adecuado para tu tipo de piel y etiquetado para su uso nocturno. Sin embargo, si no tienes a la mano un producto por separado, utiliza solo un hidratante de día. [9]
    • También podrías aplicar un producto separado en la piel alrededor de los ojos para un levantamiento y tonificación adicional, además de un bálsamo labial espeso para mantener los labios hidratados y lisos.
  9. Intenta adoptar el hábito de dormir boca arriba lo más seguido posible. Si duermes de costado o boca abajo, tu cara se presionará contra la almohada, lo que producirá arrugas en la piel. También puede provocar la acumulación de líquidos debajo de la piel, lo que deja la cara con un aspecto hinchado. Con el paso del tiempo, dormir de costado o boca abajo incluso podría aumentar tus probabilidades de desarrollar arrugas en las zonas donde la cara se presiona contra la almohada. [10]
    • Si no lavas la funda de la almohada, la suciedad y los aceites aumentarán tus probabilidades de tener brotes de acné.
    • Utiliza una funda de almohada de satén para reducir el riesgo de desarrollar arrugas, puesto que la piel se deslizará con más suavidad sobre la tela.
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Método 2
Método 2 de 3:

Tratar problemas de cuidado de la piel específicos

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  1. Más o menos una vez por semana, utiliza una mascarilla facial formulada para tu tipo de piel. Existe una diversidad de mascarillas distintas en el mercado, desde las mascarillas de arcilla hasta las mascarillas en láminas y cada una está diseñada para tratar ciertos problemas de la piel. Elige una adecuada para ti y aplícala en la piel. Sigue las instrucciones del paquete para saber si debes aplicar la mascarilla en la piel húmeda o seca, cuánto tiempo dejarla actuar y cómo retirarla. [11]
    • Por ejemplo, si tu piel es seca, podrías utilizar una mascarilla nutritiva hecha de arcilla blanca.
    • Haz tu propia mascarilla facial con ingredientes naturales como la avena, la miel y el aguacate.
  2. Incluso si sueles tener la piel clara, podrías presentar brotes de vez en cuando, sobre todo cerca de tu menstruación. Si es así, ve a una farmacia o un supermercado y elige una crema con peróxido de benzoilo. Aplica un poco de crema sobre la espinilla 1 o 2 veces al día, asegurándote de seguir las instrucciones del paquete. [12]
    • No revientes las espinillas. Esto empeora la infección y puede producir cicatrices.
    • Estas cremas se venden sin prescripción médica. Sin embargo, si sufres de acné severo, es buena idea acudir al dermatólogo.
  3. Si tienes zonas secas y escamosas en tu cara, un hidratante no será suficiente para tratarlas. En este caso, cúbrelas con una capa fina de vaselina o espárceles aceite de oliva. Esto brindará una hidratación profunda, pero estará dirigida específicamente a las zonas problemáticas. [13]
    • No trates de exfoliar las zonas secas, porque esto solo las empeorará.
  4. Si sigues una rutina de cuidado de la piel regular, pero tu piel aún se pone grasosa a mitad del día, da toquecitos suaves en tu cara con papel secante. Este levanta el aceite sin perturbar el maquillaje o secar la piel en exceso. [14]

    ¿Lo sabías? El exceso de aceite puede deberse a la piel seca, puesto que la piel puede producir aceite en exceso para tratar de equilibrarse.

  5. Es completamente normal detectar pelos sueltos entre las cejas, por encima del labio superior y debajo del mentón. Sin embargo, si te molestan, está bien sacarlos. Sujeta el pelo con un par de pinzas afiladas, tratando de llegar lo más cerca posible de la base del pelo. Luego, tira del pelo de forma brusca en la misma dirección de su crecimiento. El pelo debe deslizarse por la raíz. [15]
    • Para el vello facial más extendido, considera acudir a un esteticista para depilarte con cera, hilos o hacerte un blanqueamiento. Incluso puedes preguntar sobre procedimientos más permanentes como la depilación láser.
  6. Si notas que la piel debajo de los ojos se ve hinchada, acuéstate boca arriba y coloca rodajas de pepino sobre los ojos por 15 minutos. El pepino calmará los ojos a la vez que reducirá la hinchazón. Además, el tiempo que pasas relajándote te permitirá sentirte más descansada y rejuvenecida, lo que también puede notarse en la piel. [16]
    • Si no tienes pepinos en casa, coloca 2 cucharas en el congelador por 5 minutos y luego colócalas sobre los ojos por 10 a 15 minutos.
  7. Prueba los ejercicios faciales para tonificar los músculos de la cara. Primero saca el labio inferior tanto como puedas. Mantenlo por 30 segundos y luego inclina la cabeza de modo que el mentón esté orientado hacia el pecho y mantente así también por 30 segundos. Luego, mira al techo y empuja el labio inferior hacia afuera. [17]
    • Estos ejercicios trabajan los músculos faciales, lo que ayuda a que la cara se vea más tonificada y lisa.
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Método 3
Método 3 de 3:

Realizar cambios de estilo de vida para una piel más saludable

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  1. La piel de tu cara puede empezar a verse pálida y flácida cuando se deshidrata. Por eso es importante tomar abundante agua todos los días. Aunque la cantidad exacta de agua que debes tomar varía en función de tu nivel de actividad, trata de tomar de 6 a 8 vasos de líquidos al día. [18]
    • Una forma fácil de tomar más agua es llevar contigo una botella de agua recargable. De este modo, puedes tomar un sorbo cada vez que empieces a tener sed.
    • Si no te gusta el agua pura, añade frutas frescas, como las fresas, los limones o los arándanos, para darle sabor al agua.
  2. Consumir las vitaminas y los nutrientes adecuados dejará la piel saludable y radiante. Para asegurarte de obtener todo lo que necesitas, incorpora a tu dieta alimentos saludables como las frutas frescas, las verduras de hoja verde, las proteínas magras y los granos enteros. [19]
    • Por ejemplo, para el almuerzo podrías comer atún sobre verduras verdes frescas, una rebanada de pan integral y una naranja.
    • Para la cena, prueba un salteado de pollo o tofu con una variedad de verduras deliciosas.
    • Tomar un suplemento de aceite de pescado también puede mejorar el aspecto de la piel.
  3. La práctica regular de ejercicios mejora la circulación, lo que le dará a la piel un brillo saludable y rosado. Además, los ejercicios ayudan a eliminar las toxinas del cuerpo, así que serás menos propensa a tener acné o poros obstruidos. [20]
    • Busca un ejercicio que disfrutes para ser constante. Por ejemplo, podrías descubrir que estás más dispuesta a hacer ejercicios si vas a trotar, montar bicicleta o nadar o podrías preferir practicar un deporte.
  4. Cuando estás cansada, se nota en tu cara, ya que se forman desde ojeras hasta una tez opaca. Intenta acostarte a la misma hora cada noche y despiértate a la misma hora cada mañana. De este modo, lucirás tu mejor aspecto cada día. [21]
    • Si tienes dificultades para dormir, baja el termostato o enciende un ventilador. El aire frío te permitirá dormir más rápido.
    • Debes dormir de 9 a 11 horas si tienes entre 6 y 13 años de edad, de 8 a 10 horas por noche si tienes entre 14 y 17 años de edad y de 7 a 9 horas si eres mayor de 18 años.
  5. Toma medidas para dejar el cigarrillo si eres fumadora. Si fumas, puede ser muy difícil dejar este hábito, pero si te fijas un objetivo y estás decidida a lograrlo, tendrás éxito. Intenta cambiarte a las pastillas o los chicles de nicotina, pídeles a tus amigos y familiares que te ayuden a mantenerte responsable y ten un plan para cuando tengas un fuerte antojo. [22]
    • Fumar conlleva muchos riesgos para la salud, entre ellos el aumento del riesgo de cáncer, así que dejarlo ya es una buena idea. Además, fumar le da a la piel un aspecto más viejo y pálido y con el paso del tiempo, contribuye a la formación de arrugas.
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