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El filodendro es una planta vibrante que tiene un hermoso follaje y representa una explosión de naturaleza en cualquier hogar o espacio al aire libre. Es especialmente fácil de cultivar y de cuidar, lo que significa que es una planta perfecta para cualquiera que no tenga habilidad para la jardinería. El filodendro prosperará si te tomas el tiempo para buscar la planta correcta, establecer algunas condiciones de crecimiento simples y ofrecerle un poco de amor durante el año.

Método 1
Método 1 de 3:

Adquirir un filodendro

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  1. Toma mucho tiempo para conseguir un filodendro bastante grande de una semilla, pero puedes comprarlo en proveedores de jardinería en línea o recogerlo personalmente durante el tiempo de floración. Coloca las semillas aproximadamente a 1 cm (1/3 pulgada) de profundidad en un suelo de cultivo nutritivo y cúbrelas ligeramente. Rocía el suelo regularmente para mantenerlo húmedo. [1]
    • Las semillas de filodendro no deben estar empapadas antes de plantarse.
    • Las semillas tomarán aproximadamente de 2 a 8 semanas para germinar cuando la temperatura del suelo se mantenga entre 20 y 23 grados Celsius (68 y 73 grados Fahrenheit).
    • Cuando las plántulas germinen y se vuelvan suficientemente resistentes para manejarlas, mueve cada una a una maceta pequeña para promover un fuerte desarrollo de raíces.
  2. Si conoces a alguien que tiene un filodendro saludable o ves uno creciendo de manera silvestre, puedes extraerle un tallo. Asegúrate de cortar al menos 8 cm (3 pulgadas) debajo de un conjunto del tallo y retira las hojas inferiores cercanas al corte. Coloca el tallo en un frasco lleno de agua cerca de una luz media. Cuando las raíces aparezcan, plántalo en una maceta pequeña con tierra abonada. [2]
    • La tierra para orquídeas (con trozos de corteza) y una mezcla de esfango y vermiculita o una mezcla de arena, césped y abono pueden proporcionarle una buena nutrición al tallo recién plantado. [3]
    • Es importante regar el tallo regularmente.
    • Asegúrate de que haya agujeros para que salga el agua debajo de la maceta, de modo que el tallo esté protegido contra el exceso de riego.
  3. Las capas de aire pueden usarse cuando el filodendro del que deseas un poco está muy maduro o grueso para cortar. Comienza por cortar a la mitad una rama madura a un ángulo de 45 grados. Introduce un trozo pequeño de plástico (como de una botella) en el semicorte, envuelve el sitio del corte con una bola húmeda de musgo y átalo en el tallo usando una envoltura de plástico y cuerda. [4]
    • En aproximadamente 2 semanas, verás raíces formándose en el musgo.
    • Es posible que tengas que atar la rama semicortada a un soporte si no puede sostenerse ella misma.
    • Una vez que notes un sistema de raíces saludable creciendo en el musgo, podrás cortar el tallo aproximadamente a 3 cm (1 pulgada) del sitio de las capas de aire.
    • Retira el envoltorio de plástico y coloca la bola de musgo enraizada en una maceta pequeña con tierra fértil. Asegúrate de que la maceta tenga un buen drenaje.
  4. Si quieres disfrutar de un filodendro de cuerpo completo de inmediato, visita un vivero local y compra uno ahí. Hay muchas variedades diferentes para elegir y la mayoría de ellos son económicos. Los filodendros pequeños no deben costar más de $USD 10 y vendrán con sus propias instrucciones de cuidado personalizado. [5]
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Método 2
Método 2 de 3:

Crear las condiciones correctas

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  1. Los filodendros son nativos de la selva tropical y crecen salvajes debajo de las altas copas de los árboles, por lo que debes elegir un lugar en tu casa que le proporcione sombra y luz solar indirecta (8 a 10 horas por día) para imitar estas condiciones.
    • Si la planta está en una habitación sin sol, puedes crear una luz artificial con una mezcla de iluminación fluorescente e incandescente.
  2. Una tierra ligera y nutritiva proporciona las mejores condiciones de crecimiento para los filodendros. Puedes mejorar la tierra barata de jardín al agregar abono, hojas podridas, fibras de coco o tierra de flores. [6]
  3. Debes mantener el suelo húmedo todo el tiempo, pero nunca empapado. Un amplio suministro de agua es la clave para cultivar hojas grandes y homogéneas. [7]
    • Hay un mito común de que los fiodendros deben regarse menos en invierno, pero no es cierto. Sus bosques tropicales nativos reciben abundante lluvia durante todo el año, por lo que es importante imitar estas condiciones cuando cuides las plantas. [8]
  4. Las raíces del filodendro se pudrirán si se mojan demasiado, así que asegúrate de que la tierra no esté muy compacta y de que las macetas siempre contengan agujeros para drenar. Para arreglar la compactación excesiva, amasa suavemente y esponja la tierra con las manos para añadir aire y romper los grumos de tierra.
  5. Los filodendros son nativos de climas templados, lo que significa que se encuentran mejor en climas cálidos y húmedos. La temperatura ideal para un filodendro es aproximadamente 18 grados Celsius (65 grados Fahrenheit) con 60 % de humedad.
    • Las plantas se adaptan a fluctuaciones de temperatura y pueden sobrevivir en temperaturas tan bajas como 13 grados Celsius (55 grados Fahrenheit), pero no pueden sobrevivir a la escarcha o a las heladas. [9]
    • Puedes comprar monitores de temperatura y humedad en la mayoría de los centros de jardinería.
  6. Un filodendro bien cuidado puede crecer hasta 3 metros (10 pies) de altura. Para alcanzar esa altura, muchos tipos de filodendros necesitan escalar y trepar por algo resistente como un soporte, así que asegúrate de colocar la planta a una distancia cercana de una viga o un poste.
    • También puedes colocar las ramas de los árboles o palitos de musgo justo en la maceta para facilitarle la escalada.
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Método 3
Método 3 de 3:

Proporcionar cuidado a largo plazo

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  1. Los filodendros necesitan tierra nutritiva. El fertilizante líquido es una buena fuente de alimento, pero asegúrate de seguir las instrucciones y usar la dilución más débil que se especifica en la etiqueta. Debido a que los filodendros no reciben luz solar directa, no pueden procesar fertilizantes fuertes.
    • Si expones la planta a una luz solar estacional variada, tendrás que fertilizarla un poco más seguido en los meses de otoño e invierno. Esto mantendrá el crecimiento estable.
    • A medida que la planta crezca más, tendrás que cambiar a un fertilizante con más cantidad de nitrógeno para apoyar el crecimiento amplio de hojas verdes. [10]
  2. Si notas pedazos amarillos o manchas de quemaduras en las hojas, la planta está recibiendo demasiada luz solar directa. Si las hojas se ponen de color café y se caen, estás usando demasiado fertilizante. Si las hojas están amarillas, las estás regando mucho. Las hojas marchitas significan que debes regarlas más.
    • Las arañas rojas, las cochinillas, los insectos escamosos y los trips (grupo de insectos del orden Thysanoptera) son plagas que pueden dañar a la planta. Si te das cuenta que hay, trata de limpiarlos con un jabón suave, agua tibia y un taño suave. [11]
  3. A medida que la planta crece, necesitará una maceta más grande para vivir. Las raíces de los filodendros prefieren un poco de restricción, pero no demasiada. Cuando notes que las raíces de las plantas comienzan a compactarse en una bola, es momento para mover la planta a una maceta que sea de 5 a 8 cm (2 a 3 pulgadas) más grande. [12]
    • El trasplante debe hacerse antes de que la planta experimente un nuevo crecimiento. Cada planta será diferente y los hábitos de crecimiento dependerán en dónde viva, pero por lo general, es mejor volver a plantar a finales de invierno o primavera.
    • Monitorea los niveles de agua de cerca después de volver a plantar. No querrás que las raíces se sequen en el nuevo espacio de tierra.
  4. Si notas que el crecimiento de la planta es lento, es un buen momento para podarla. Usando tijeras de podar, recorta las raíces podridas y cualquier otra área de la planta donde se vea un crecimiento raquítico. También puedes recortar las puntas de la planta para que tenga una altura más corta y deseable. [13]
    • Accede a las raíces para podarlas, volver a plantarlas y retirar suavemente cualquier tierra aferrada. El mejor momento para podar las raíces es cuando mueves la planta a una maceta más grande.
  5. Muchas personas mantienen los filodendros en el interior y las hojas pueden llenarse de polvo y obstruir sus vertidos. Asegúrate de mantener la planta limpia y quítale el polvo con un paño suave y húmedo.
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