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Cultivar rosas a partir de sus semillas puede ser todo un reto, ya que la mayoría de las semillas que coseches no germinarán, por mucho que te esfuerces. Por suerte, la mayoría de los rosales producen una gran cantidad de semillas dentro de los escaramujos, así que, por lo general, la probabilidad de éxito no es tan baja. Ten en cuenta que las plantas que crezcan pueden ser de características y aspecto distintos a los de la planta madre, especialmente si esta es un híbrido de dos variedades injertadas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Cosechar semillas

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  1. Las flores suelen ser polinizadas por los insectos (aunque hay variedades que se polinizan a sí mismas), así que no es necesario polinizarlas a mano, a no ser que quieras obtener híbridos de dos plantas específicas. Deja las flores en el rosal sin podarlas. Cuando pase el invierno, aparecerán pequeños frutos llamados escaramujos en su lugar.
    • Nota : las semillas que coseches pueden tener distintas características a pesar de proceder de la misma planta. Esto puede ocurrir si las cosechas de una variedad híbrida de rosal, o si la rosa es polinizada con polen de una rosa cercana de distinta variedad.
  2. Los escaramujos brotarán pequeños y verdes e irán cambiando de color conforme vayan creciendo hasta adquirir un tono totalmente rojo, naranja, marrón o morado. Puedes cosecharlos en este punto o esperar hasta que empiecen a secarse y a arrugarse. No esperes hasta que estén totalmente secos y marrones, ya que entonces las semillas en su interior probablemente se hayan echado a perder.
  3. Abre los escaramujos cortándolos con un cuchillo y dejando expuestas las semillas del interior. Saca las semillas con la punta del cuchillo o con otro utensilio.
    • El número de semillas que hay en cada escaramujo puede variar notablemente según la variedad de rosal. Puede haber solo tres o cuatro por escaramujo o varias docenas.
  4. Si queda algo de pulpa en las semillas, puede dificultar el proceso de germinación. Una forma rápida de eliminar la pulpa consiste en colocar las semillas en un tamiz o una malla, bajo el grifo con el agua fría corriendo y frotando las semillas, unas contra otras.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hacer que las semillas germinen

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  1. La mezcla de agua y peróxido de hidrógeno puede ayudar a reducir el crecimiento de moho en las semillas. Diluye 1,5 cucharaditas (7 ml) de peróxido de hidrógeno al 3% en 1 taza (240 ml) de agua. [1] Deja las semillas de rosas a remojo en esta solución durante una hora como mínimo.
    • Según ciertos estudios, el moho en pequeñas cantidades puede ayudar a romper la cascara que cubre la semilla, pero aun así, se recomienda usar este método para evitar que el moho crezca en cantidades más grandes.
    • Como alternativa a este paso, puedes utilizar un poco de polvo anti-fúngico para plantas.
  2. Las semillas de rosas, por lo general, no brotan si no se mantienen en un ambiente frío y húmedo, imitando el clima del invierno. Coloca las semillas entre dos capas de papel absorbente ligeramente húmedo, o en un recipiente lleno de arena de río sin sal húmeda, turba o vermiculita.
    • Este es el primer paso del proceso llamado estratificación. Si utilizas semillas compradas en una tienda y la etiqueta indica que ya están estratificadas, pasa directamente a la sección de plantar las semillas. [2]
  3. Coloca las semillas y el material húmedo en una bolsa de plástico o en un semillero y déjalas en alguna de las zonas más frías del frigorífico, como el cajón de las verduras.
    • No dejes las semillas en la misma zona del frigorífico que las verduras o las frutas, ya que estos alimentos pueden liberar sustancias químicas, impidiendo que las semillas broten.
    • Mantén ligeramente húmedo el material en el que tengas las semillas. Añade unas cuantas gotas de agua a cada trozo de papel absorbente cuando empiece a secarse.
  4. Hazlo durante el periodo en el que las semillas empezarían normalmente a germinar, como a inicios de la primavera. Asegúrate de que el entorno fuera del refrigerador esté aproximadamente a 21 °C (70 °F). [3] Las semillas no brotarán hasta que las saques del refrigerador. Dependiendo de la variedad de rosa y de cada semilla, las semillas pueden tardar entre cuatro y dieciséis semanas en germinar. En muchas ocasiones, el 70% de las semillas (o más) nunca llegan a germinar. [4]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Plantar las semillas

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  1. Los semilleros para los primeros brotes facilitan la tarea de cuidar de varias semillas a la vez. Como alternativa, puedes usar vasos de plástico con un agujero en la base para poder controlar fácilmente el crecimiento de las raíces.
    • No es aconsejable utilizar tierra común, ya que lo más probable es que no drene bien el exceso de agua y haga que los brotes se pudran.
  2. Algunas semillas adquiridas en tiendas se pueden plantar inmediatamente. Si te has encargado de que las semillas germinen siguiendo los pasos de arriba, plántalas en cuanto empiecen a brotar. Plántalas con los brotes hacia abajo, ya que serán las raíces. Cúbrelas con un poco de tierra, dejándolas a unos 6 mm (1/4 pulgada) de profundidad. Deja un espacio mínimo de 5 cm (2 pulgadas) entre unas semillas y otras para evitar en lo posible que tengan que competir. [5]
    • Lo normal es que las semillas con brotes se desarrollen como vástagos en una semana. Las semillas adquiridas en tiendas que no requieran proceso de estratificación en casa pueden tardar varias semanas. [6] Las semillas que no han sido estratificadas según el proceso descrito arriba, pueden tardar entre dos y tres años en brotar.
  3. Mantén la tierra húmeda, pero no empapada. Una temperatura de entre 16 y 21 ºC (60-70 ºF) es perfecta para la mayoría de las variedades de rosas. [7] Los vástagos normalmente crecen bien con seis o más horas diarias de sol, pero puedes investigar acerca de la variedad de la rosa madre para tener una idea más precisa de las condiciones óptimas.
  4. Las dos primeras hojas visibles suelen ser cotiledóneas. Una vez que los vástagos hayan desarrollado varias hojas de verdad, con más aspecto de hojas de rosal, será más fácil que sobrevivan al trasplante. Además, a las plantas les irá mejor si las trasplantan a una maceta más rgande por 1 o 2 años, y luego las plantan al aire libre. [8]
    • Tal vez sea buena idea trasplantar los vástagos inmediatamente si ves que las raíces de la planta se quedan sin espacio y se compactan contra el recipiente.
    • No trasplantes el vástago al exterior hasta que no haya pasado la última helada.
  5. Una vez que los vástagos trasplantados vuelvan a tener un aspecto sano, podrás empezar a regarlos con normalidad. Añadiendo fertilizante unas cuantas veces a lo largo de la temporada cálida de crecimiento, favorecerás el crecimiento y el florecimiento de tu planta, siempre que sigas las instrucciones del fabricante. Sin embargo, debes tener en cuenta que algunas variedades de rosales no llegan a florecer antes de alcanzar su primer año de vida.
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Cosas que necesitarás

  • Agua
  • Papel absorbente (en las instrucciones encontrarás otras alternativas)
  • Escaramujos o semillas de rosa
  • Peróxido de hidrógeno al 3% (opcional)
  • Mezcla de tierra para plantar semillas

Consejos

  • Pregunta por las variedades de rosas disponibles en alguna tienda de jardinería para dar con las más adecuadas para el clima de tu zona y para tu jardín.
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Advertencias

  • Mantente escéptico si te aconsejan dejar las semillas flotando en agua para averiguar si se pueden plantar. Aunque este método funciona con otras plantas, las semillas de rosas suelen flotar, estén defectuosas o no.
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