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El debate en el aula es una forma tradicional de aprender. También es una forma basada en la evidencia para ayudar a los estudiantes a retener información, [1] prestar atención [2] y obtener un entendimiento real. Sin embargo, si eres un líder del debate, es posible que estés nervioso. Prepararte, ser abierto y guiar un gran debate es una habilidad que puedes aprender. Estos pasos te aconsejan en cada aspecto de manejar un buen debate, desde mantener comprometidos a todos hasta manejar personalidades fuertes, a fin de terminar el debate. Por lo tanto, si te ves en la necesidad de dirigir una clase en la universidad o en la escuela secundaria o si simplemente te interesan formas alternativas de aprender, practica estas habilidades y hazlas tuyas. De esta forma, pronto estarás en camino de dirigir debates atractivos y que hagan reflexionar en los que todos querrán aprendan, ¡incluyendo tú mismo!

Parte 1
Parte 1 de 3:

Abrir el debate

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  1. Las mejores preguntas no son ni muy abiertas ni muy limitadas. Las preguntas cuyas respuestas son “Sí” o “No” detienen el debate, mientras que las preguntas muy amplias (por ejemplo, “¿Qué opinas de Romeo y Julieta?”) también suelen desalentar el debate. Las mejores preguntas son equilibradas y son lo suficientemente abiertas como para que parezca que hay algunas buenas respuestas, pero son lo suficientemente cerradas como para que la gente sepa cómo abordarlas y se sienta motivada a empezar a hablar.
    • Por ejemplo, supongamos que conversan sobre Romeo y Julieta. Podrías empezar por hacer preguntas como “¿En qué se equivoca el fraile al guiar a Romeo?” y “¿De qué manera tiene éxito?”. Estas preguntas no alimentan ninguna respuesta, pero lleva a los estudiantes hacia una dirección productiva.
  2. Como líder del debate, debes entrar en la reunión con varias preguntas “importantes”. Prepárate para hacer la siguiente pregunta cuando el debate acabe y cuando la gente necesite más cosas en las cuales pensar. Así, cuanto más preparado te sientas al entrar a un aula, más confianza tendrás. Si te ves confiado en tus ideas y en tu enfoque, los estudiantes serán más propensos a respetarte y a cooperar.
    • Puede ser útil dar a los participantes 1 o 2 preguntas con anticipación a fin de que tengan más tiempo para hacer contribuciones reflexivas cuando llegue el momento del debate.
    • También puede ser útil dar a los participantes las preguntas que analizarán en clase, ya sea en papel o en la pizarra. Algunos estudiantes aprenden mejor y piensan con más eficacia si tienen las preguntas delante de ellos. Esto también puede ser un recordatorio excelente de la pregunta principal del día.
    • En un debate de 2 horas, 2 a 5 buenas preguntas deben ser suficientes. También es bueno tener 2 o 3 preguntas más pequeñas para cada pregunta principal. Sin embargo, debes prepararte para al menos 1 vez y media más de la cantidad de material que cree que cubrirás, en caso de que los estudiantes sean particularmente reticentes ese día o en caso de que una línea de investigación no sea tan fructífera como pensabas que sería.
  3. Todos saben cómo tener una conversación, pero un debate reflexivo es más intencional y más enfocado que una simple charla. Si deseas empezar la conversación con el pie derecho, permite que los estudiantes sepan exactamente cuáles son tus expectativas. ¿Los estudiantes deben levantar la mano antes de hablar? ¿O deben hablar libremente sin levantar las manos? ¿Deben usar “Sr.” y “Sra.” al dirigirse a sus compañeros? Estos detalles aclararán las expectativas y, por lo tanto, aumentarán la confianza de los estudiantes. También podrías capacitarlos sobre cómo evitar los prejuicios personales en sus respuestas o cualquier término a utilizar o evitar y qué hacer si el debate se calienta. [3]
    • Si tienes un folleto sobre lo que se debe y lo que no se debe hacer, eso también puede ayudar a los estudiantes a mantenerse en el camino.
  4. Es importante que los estudiantes y tú tengan algo de lo que puedan hablar antes de empezar el debate. Puede ser casi cualquier cosa, por ejemplo, la lectura asignada para la clase de ese día, una noticia o un poema, una obra de arte o incluso un evento natural como una puesta de sol. Lo importante es que los estudiantes y tú compartan un objeto de estudio común para que el debate pueda ser concreto en vez de dar vueltas en abstracciones. [4]
    • Deja en claro las expectativas de estar preparado. Si no tienes incentivos para que los estudiantes hagan las tareas o consecuencias para los estudiantes que no se preparan, entonces será menos probable que vayan a clase con ideas frescas y emocionantes.
  5. Una forma de asegurarte de que el debate transcurra bien es mostrar tu entusiasmo por el tema desde el principio. Si tienes un lenguaje corporal activo, si estás alerta y animado y si muestras de qué manera el tema es importante para tu vida y la vida de los estudiantes, entonces será mucho más probable que se involucren. Así, si ellos piensan que estás cansado, apático o que simplemente tratas de terminar el debate, será menos probable que les importe. [5]
    • Incluso si el tema no es intrínsecamente fascinante, no trates de amortiguar el golpe al decir “Chicos, sé que esto no es muy emocionante…”. En vez de ello, demuestra que es un tema por el cual vale la pena preocuparse y así tus estudiantes te seguirán.
    • Algunas veces, demostrar que algo tiene aplicaciones en el mundo real puede ayudar a tus estudiantes a preocuparse al respecto. Por ejemplo, si estudias un acontecimiento histórico, empezar la clase con un artículo de noticias sobre un acontecimiento que involucre temas o valores similares detrás de él (como las protestas contra la discriminación en relación con los disturbios raciales de la década de 1960) puede ayudar a los estudiantes a mantenerse involucrados.
  6. Una forma útil de empezar el debate es definir cualquier término clave que pueda ser útil para tus estudiantes durante el debate. Por ejemplo, si das una lección sobre poesía, puedes hablar sobre el símil, la metáfora, la alusión o cualquier otro recurso literario que sea fundamental para un poema. Si todos tus estudiantes sienten que están en la misma sintonía y que tienen una base sólida antes de empezar el debate, entonces estarán mucho más seguros de participar.
    • Incluso si parece que simplificas las cosas un poco, es mejor tener a todos en la misma sintonía antes del inicio real del debate que perder a algunos estudiantes. Algunos estudiantes podrían ser muy tímidos como para admitir que están confundidos con algunos de los términos más sencillos y, por lo tanto, es importante explicarlos antes de poder avanzar.
  7. A fin de dirigir un debate importante, debes encontrar un equilibrio entre la confianza que tienes en lo que sabes y la voluntad de aprender más. Un debate es una aventura, ya que es posible que no sepas exactamente a dónde irás, pero puedes guiar el camino. Si estás dispuesto a ser vulnerable al demostrar que no lo sabes todo, será más probable que los estudiantes también lo sean.
    • Preséntate como un profesional tanto en cuanto a tu vestimenta como en el lenguaje corporal. Así, ponte de pie, haz contacto visual y sonríe. [6]
    • Muestra emoción auténtica con las ideas de tus estudiantes a fin de ayudar a generar entusiasmo por el tema. Señala algún comentario excelente y pídele al estudiante que lo repita. ¡Es posible que ni siquiera se dé cuenta de que ha hecho un comentario excelente!
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Mantener una conversación importante

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  1. Uno de tus trabajos más importantes es crear una atmósfera de respeto, incluso cuando hay un desacuerdo. Si quieres alentar a tus estudiantes a participar, entonces tendrás que ofrecerles un entorno seguro para hacerlo. Deberás dejar en claro que todos los estudiantes merecen respeto y que nadie se sentirá ofendido por sus ideas u opiniones. Debes tratar a los estudiantes de manera positiva y recompensarlos por su contribución. [7]
    • Nunca hagas que tus estudiantes se sientan tontos ni permitas que otros estudiantes hagan que alguien se sienta así. Si un estudiante es grosero con otro, aborda de frente el problema en vez de dejar que la conversación siga. Si no dices nada, harás que parezca que es aceptable que los estudiantes sean groseros entre ellos.
    • Alienta a los estudiantes a hablar en vez de atacarlos. Haz que se sientan emocionados por unirse al debate en vez de sentirse cohibidos.
  2. No compartas tus sentimientos u opiniones sin respaldarlos. Si hablan sobre Romeo y Julieta y alguien dice “¡El fraile no debería haberle dado ningún consejo a Romeo!”, pregúntale la razón. Analiza el posible apoyo u objeción a su afirmación. Utiliza el modelo “A favor y en contra”, argumenta una posición y después permite que los estudiantes argumenten en contra (¡o que argumenten contra ti!). Pregunta “¿Qué conclusión se sostendría mejor en un tribunal de justicia?”. Esto puede llevar a resultados significativos sin que los estudiantes sientan que les das las respuestas con la cuchara.
    • Ayuda a guiar a los estudiantes para que lleguen a conclusiones por sí mismos. Si el objetivo del debate solo es hacer que los estudiantes vean la respuesta “correcta”, entonces también podrías haberles dado una clase.
  3. Nadie puede aprender si ya lo sabe todo y nadie puede aprender si no sabe nada. Un buen debate empieza cuando nos damos cuenta de que sabemos algo, pero necesitamos aprender más. Incluso si sientes que has respondido a una pregunta, avanza más profundamente. Encuentra otro tema que todavía no entiendas o pasa al siguiente área de interés. Una vez que hayas establecido algo que el grupo y tú hayan resuelto, pasa a un misterio nuevo y más complicado. Utiliza el debate previo como punto de referencia y sigue profundizando.
    • Trata cada nuevo asunto “desconocido” como un misterio emocionante que los estudiantes resolverán juntos. Incluso si ya lo has pensado bien, actúa como si lo resolvieras junto a ellos.
  4. A algunos estudiantes les encanta conversar y debatir, mientras que otros se pueden sentir ansiosos al hablar en grupo. Dale espacio a cada persona diferente y no te preocupes si en ocasiones cometes errores. Asegúrate de que cada participante tenga la oportunidad de ser escuchado. Algunos no aprovecharán la oportunidad, pero sentirán que los demás se preocupan por ellos por lo que se les presentó. Esfuérzate por asegurarte de que cada estudiante sea escuchado y evita que algunos hablen demasiado. Haz que los estudiantes con personalidades conflictivas no tengan malentendidos y que todos, en su mayoría, se lleven bien.
    • En el caso del estudiante más hablador, aquí te presentamos algunos consejos: 1. Pídele que hable solo cinco veces al día y dile que lleve un registro de sus comentarios; esto le permitirá decidir qué comentarios son realmente importantes. 2. Pídele que ayude a dirigir el debate; permítele hacer preguntas y no solo responder a tus preguntas cada vez. 3. Invítale a escribir sus pensamientos y a presentar una conclusión al final de la clase. 4. Dile que tendrá un turno para hablar cada vez que una persona más callada hable primero, esto lo alentará a que haya un equilibrio.
    • En el caso del estudiante más callado, aquí te presentamos algunos consejos: 1. Trata de preguntar de manera específica a los miembros más callados qué piensan del tema. 2. Invítalos a escribir sus pensamientos y a que se ofrezcan a leerlos al aula al inicio del siguiente debate. 3. Permite espacio para el silencio y la reflexión mientras los “procesadores internos” piensan durante el debate.
    • Sé consciente de los distintos tipos de personalidad en tu clase y de la forma en que los estudiantes tienen más éxito en los debates de grupo. Por ejemplo, si tienes un estudiante al que le gusta absorber la conversación y luego intervenir al final, permítele que se tome el tiempo que necesite en vez de forzarlo a hablar cuando no esté listo.
    • No te tomes las cosas a título personal si algunos estudiantes se niegan a participar. Es posible que tengan otras cosas en su vida (como ansiedad social o estrés familiar) que les dificultan participar. Aliéntalos, si es posible, a que su presencia sea importante.
  5. Una técnica para ayudar a mantener un debate productivo en clase es anotar las ideas de tus estudiantes durante el debate. Así puedes recordar a los estudiantes sobre aquello de lo que hablas y les puedes dar algo a lo cual apuntar. Incluso puedes anotar sus ideas de una manera un poco más articulada para ayudar a enmarcar el debate. Sin embargo, si lo haces, asegúrate de escribir la mayoría de las ideas que se dicen para que así algunos estudiantes no se sientan desanimados si no escribes sus ideas.
    • Incluso puedes considerar la posibilidad de tener un estudiante designado como “encargado de tomar notas” que se pare en la pizarra y que escriba las ideas a medida que surjan.
  6. Cuando diriges un debate en clase, es posible que te sientas cohibido y que pienses que si no salen bien las cosas es porque no les simpatizas a los estudiantes o no te respetan. Este pensamiento negativo solo te desalentará en vez de enfocarte en el tema en cuestión. Si tus estudiantes no responden bien o si no están muy comprometidos como podrían estarlo, entonces recuerda que tal vez se debe a que el tema se podría presentar de una nueva forma y no porque haya algo malo en ti. [8]
    • Una vez que dejes de enfocarte en que hay algo malo en ti, tendrás más libertad para abordar el tema del debate y hacer que la conversación sea lo más dinámica posible.
  7. Un aspecto importante de dirigir un debate es asegurarte de tratar la mayoría de los puntos importantes que querías tratar. Si los estudiantes se atascan en un punto que no es fundamental en el debate, entonces puedes guiar la conversación hacia los aspectos más importantes del material del día. Dicho esto, si te das cuenta de que los estudiantes tienen una conversación fascinante sobre algo que no tenías intención de tratar y que sin duda aprenden de forma mutua, puedes seguir y usar ese tiempo para explorar una nueva línea de pensamiento.
    • El manejo del tiempo es una parte importante de dirigir un debate en clase. Así, es importante mantener en el camino a los estudiantes y evitar hablar de una pequeña objeción durante toda la clase.
    • Encuentra una forma de revisar sutilmente el reloj de forma ocasional. No deberás poner nerviosos a los estudiantes cuando lo hagas.
    • Ofrece a los estudiantes un “aviso de dos minutos” para que así les permitas calmarse, reflexionar y presentar sus pensamientos finales o sus últimas palabras.
  8. Una forma de ayudar a avanzar en el debate es ayudar a los estudiantes a hablar entre ellos en vez de hacerlo contigo. Siempre y cuando la conversación sea respetuosa y bien intencionada, el hecho de que aborden directamente los puntos de vista de los demás les puede ayudar a conocerse y ello facilitará un debate significativo sin barreras. Si te das cuenta de que esta técnica hace que la conversación sea muy agresiva o argumentativa, entonces puedes hacer que los estudiantes retrocedan un poco.
    • Hacer que los estudiantes hablen más entre sí puede dar lugar a un debate más dinámico y emocionante. Sentirán que pueden hablar de una forma más abierta si hablan entre ellos en vez de dirigirse al maestro.
    • Solo asegúrate de resaltar que deben hacerlo de forma respetuosa y que no se deben enfocar en la persona, sino en sus ideas.
  9. Desafortunadamente, un solo estudiante problemático puede arruinar todo un debate. Si hay una persona en tu clase que siempre habla cuando no le toca, que interrumpe a los demás de forma constante, que ignora las opiniones de los demás o que simplemente te falta el respeto a ti y a los demás estudiantes, entonces debes esforzarte en abordar el problema de frente lo más rápido posible para que ese estudiante no impida que los demás aprendan. Primero puedes tratar de abordar el problema en clase y, si eso no funciona, puedes separar al estudiante y hablar sobre su comportamiento en privado.
    • Hay muchos tipos de estudiantes problemáticos. Por ejemplo, si uno de tus estudiantes habla cuando no le toca, destaca la importancia de levantar la mano antes de hablar.
    • Si tienes un estudiante que habla mucho, dile que espere hasta que al menos otras cuatro personas hayan hablado antes de volver a contribuir. Si bien esto podría sonar duro, puede servirle al estudiante a fin de concentrarse en escuchar lo que otros tienen que decir.
    • Ocasionalmente, aunque felizmente no muy a menudo, podría ser necesario retirar del debate a un participante autoritario. En la mayoría de los casos, esos estudiantes responden bien a una corrección suave pero firme. Sin embargo, podría suceder que tal estudiante se niega a participar según las reglas. Así, no resultaría justo para los participantes que desean aprender permitir que una persona arruine el debate. Si es posible, y después de muchas advertencias, tal vez tendrías que encontrar una forma de organizar el debate sin él.
    • Si tienes estudiantes distraídos o que hacen otras cosas durante tu clase, siéntalos adelante y ponles atención adicional.
    • Si tienes problemas para dirigir un debate porque muchos estudiantes no leen, entonces debes incentivarlos a hacer la tarea al tomarles pruebas de lectura al inicio de la clase, hacer que la participación en clase tenga un porcentaje más alto en la calificación del curso o encontrar otras formas de hacerlos más responsables por hacer el trabajo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Concluir el debate

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  1. Una forma de asegurarte de que todos los estudiantes estén en sintonía es resumir el debate de la clase a medida que avanzas. Puedes hacer que parezca como algo sin contratiempos y no como una interrupción de la conversación. Incluso repetir los puntos que tus estudiantes o tú han hecho con atención especial puede ayudarlos a lograr una imagen más firme del panorama general. Trata de reducir la velocidad y reiniciar cada 20 minutos más o menos, en especial si enseñas en una clase grande, para que así todos vayan por el buen camino.
    • Les puedes pedir a otros estudiantes que te ayuden con esta tarea. Di algo como “Bien, ¿qué hemos aprendido hasta ahora?” y haz que los voluntarios te ayuden.
  2. Cuando se termine el tiempo asignado para el debate o cuando las cosas hayan llegado a un punto final natural, haz un resumen completo de lo que descubriste. Habla sobre el punto de partida y recuerda a los estudiantes cualquier argumento que se haya hecho en el debate. No invalides ningún argumento y enfócate en reunir todas las distintas ideas de las que hablaste en vez de actuar como si mostraras a los estudiantes una única manera de hacer algo. Asegúrate de separar un poco de tiempo para hacerlo de tal modo que tus estudiantes no se distraigan ni estén listos para hacer las maletas.
    • En este punto puede ser realmente útil dejar notas en la pizarra durante el debate. Así, tener algo que puedas señalar puede facilitar más la elaboración de una conclusión sobre tus ideas.
    • Incluso puedes intentar que uno o dos estudiantes cierren el debate de la clase. Así puedes hacer que los estudiantes se sientan más responsables e involucrados.
  3. Asegúrate de dejar al menos unos minutos para las preguntas al final de la clase. Tendrás que hacer que los estudiantes salgan del debate sintiendo que han aprendido algo y no con la idea de que están totalmente confundidos. Si esperas hasta que la clase casi termine para consultar si alguien tiene preguntas, entonces los estudiantes serán mucho más reacios a decir algo porque no querrán retrasar ni extender la clase. Deja un tiempo adecuado para las preguntas y asegúrate de alentar a los estudiantes a hablar si están confundidos.
    • Responder las preguntas de los estudiantes también puede ayudar a lograr una conclusión más a fondo del debate.
    • Hacer que la gente haga preguntas también puede darte una comprensión de las fortalezas y debilidades del debate. Si cinco estudiantes parecen estar confundidos sobre un mismo asunto, entonces es posible que no lo hayas tratado lo suficiente en el debate.
  4. Termina con una pregunta relacionada o con una “sugerencia para investigar más”. Así les darás a todos los involucrados algo en lo cual pensar para la próxima vez. No debes dejar a los estudiantes con la sensación de que has analizado absolutamente todo lo que había que decir sobre un determinado tema y que han resuelto juntos todo el rompecabezas. En vez de eso, debes haber avanzado en la conversación, ayudar a los estudiantes a obtener una opinión valiosa y dejarlos con ansias del siguiente debate.
    • Dejar a tus estudiantes con ganas de saber más también puede darte un punto lógico para empezar en la próxima clase. Así, llegarán a la clase sintiéndose listos y emocionados por seguir la conversación, e incluso mientras tanto podrían haber adquirido cierta comprensión sobre el tema.
    • Considera la posibilidad de hacer una breve “verificación”. Permite que los estudiantes hablen sobre lo que les dejó el debate o lo que harán después. Pueden hacerlo al final de la clase o incluso en una encuesta escrita que resuelvan durante los últimos minutos de clase.
  5. Una vez que el debate termine, pregúntate quién habló más, quién habló menos y quién contribuyó de forma más significativa a la conversación. Ten en cuenta que hablar más de hecho no significa contribuir más. La próxima vez que dirijas un debate puedes esforzarte en alentar un poco más a los estudiantes más callados, de tal manera que te asegures de que todos tengan la oportunidad de hablar. También deberás evitar que los estudiantes no se sientan dominados por unos cuantos oradores que tienen más confianza. [9]
    • Recuerda que ningún debate es perfecto. A medida que mejores en dirigir los debates de clase, mejorarás en asegurarte de que todos los estudiantes participen en la conversación.
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Consejos

  • Mantén una actitud positiva. Si debatir se vuelve difícil, recuerda que cualquier persona que pueda hablar puede aprender de un debate y disfrutar haciéndolo. ¡Hay muchas escuelas secundarias clásicas, e incluso guarderías, así como programas de educación especial que se basan en los debates! Las preguntas son motivadoras, y conversar es tan natural como respirar, por lo tanto, si se hace difícil, ¡sigue adelante!
  • Tómate al menos 1 hora para el debate; no obstante, ten en cuenta que los mejores debates (aquellos que generan nuevas preguntas y que abren nuevas perspectivas de conocimiento ) demoran unas 3 horas en desarrollarse y madurar.
  • Mucha gente considera que los debates abiertos entre participantes dispuestos se convierten en tonterías vagas. Si el grupo o tú empieza a sentir eso, una buena pregunta que deben hacerse es “¿Por qué importa esto?”. Tómate un tiempo en decidir qué proyectos merecen la pena, cuáles no, y luego vuelve a ocuparte del asunto.
  • Ofrece más declaraciones. Trata de hacer un nuevo debate una vez que otro ya haya terminado.
  • En ocasiones la pregunta más importante es la más difícil de responder, por ejemplo, “¿Qué es un ser humano?”. Si bien no hay una respuesta científica satisfactoria y definitiva a la pregunta, todavía es una pregunta relevante. Permítete a ti mismo y al grupo explorar las cuestiones que cautivan tu interés, incluso si no puedes articular el “valor práctico”. Los debates más importantes tal vez no terminen en un acuerdo o conclusión. Así, ¡pueden terminar en tener claras diferencias y, por lo tanto, en el acuerdo de estar en desacuerdo !
    • Hay prácticamente dos tipos de debate: teórico y práctico. Distingue entre el diálogo que lleva al descubrimiento de la verdad y el diálogo que lleva al consenso y a la acción. ¡Sé claro con todos sobre qué tipo de debate es el tuyo!
  • Sócrates era el líder maestro del debate. Lee Eutífrón o Alcibíades de Platón y aprende de los que te han precedido.
  • Muchos pensadores han usado el diálogo como medio para la filosofía, la teología y el arte dramático. Estudia los debates de Agustín, Berkeley, Hume y Peter Kreeft. [10]
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Advertencias

  • Mucha gente se pone emotiva cuando se cuestionan sus suposiciones o se refutan sus creencias. Puedes esperar que algunas personas se enojen o se retiren. A fin de minimizar que eso pase, cíñete a afirmaciones como “ Yo pienso que _____ porque ____” en vez de “ te equivocas”, a menos que alguien se equivoque de forma evidente.
  • Permite que el debate transcurra de un punto a otro. La tradición, la experiencia y las últimas investigaciones nos dicen que una conferencia, que parece ser más organizada, no es una forma tan duradera ni tan eficaz de aprender. ¡Mantente con el proceso!
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Cosas que necesitarás

  • 2 a 15 personas que están interesadas en aprender por medio del debate
  • un tema (los libros son perfectos; sin embargo, hay muchos otros temas posibles, como películas, videos de YouTube, obras de teatro, arte, experiencias compartidas, noticias, eventos actuales, etc.)
  • una mente
  • curiosidad
  • 1 a 3 horas

Referencias

  1. Garside, Colleen. "Look who's talking: A comparison of lecture and group discussion teaching strategies in developing critical thinking skills" (“Mira quién habla: Una comparación entre las conferencias y debates de grupo como estrategias de enseñanza para el desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico”), 1996: 212-227.
  2. Roehling, Patricia Vincent, et al. "Engaging the millennial generation in class discussions" (“Involucrar a la generación del milenio en los debates de clase”), College Teaching 59.1 (2010): 1-6.
  3. https://teachingcommons.stanford.edu/resources/teaching/small-groups-and-discussions/how-lead-discussion
  4. http://leadership.uoregon.edu/resources/exercises_tips/skills/leading_effective_discussions
  5. http://leadership.uoregon.edu/resources/exercises_tips/skills/leading_effective_discussions
  6. https://apps.carleton.edu/curricular/history/resources/study/leaddiscussion/
  7. https://teachingcommons.stanford.edu/resources/teaching/small-groups-and-discussions/how-lead-discussion
  8. http://leadership.uoregon.edu/resources/exercises_tips/skills/leading_effective_discussions
  9. https://teachingcommons.stanford.edu/resources/teaching/small-groups-and-discussions/how-lead-discussion

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