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Una parte importante en el proceso de aprendizaje en la primera infancia es el reconocimiento e identificación de los colores y sus nombres. Además, formar parte de este proceso y observar como el pequeño aprende a disfrutar y a involucrarse con todo un arco de iris de tonalidades a su alrededor, resulta ser todo un placer. El aprendizaje de los colores puede ser sorprendentemente complicado para los niños, ya que se trata de una de las primeras aproximaciones al pensamiento abstracto. Con un poco de creatividad y organización, puedes introducir a su rutina diaria lecciones acerca de los colores y hacer que sean divertidas para ti y para tu hijo.

Método 1
Método 1 de 3:

Estructurar el mejor plan de aprendizaje para tu niño

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  1. La enseñanza de los colores a los niños se puede iniciar a los 18 meses aproximadamente; no obstante, muchos de ellos no logran comprender completamente el concepto de color hasta los 3 años de edad. Si empiezas con las lecciones antes, está bien e incluso resulta estimulante; sin embargo, asegúrate de hacerlo gradualmente y no te desesperes si el niño no te entiende. [1]
    • Una de las razones por las que comprender el concepto de color es tan complicado es porque estos se encuentran permanentemente a nuestro alrededor en una inmensa variedad. Para un niño, es mucho más fácil distinguir dos formas diferentes que comparar dos colores distintos. [2]
    • Mientras más ejemplos puedas mostrarle, son más las probabilidades de que capte el concepto de un color. Así que, si durante los primeros años de su desarrollo no comprenden los colores en específico, conforme vaya creciendo, la exposición constante, por ejemplo, al rojo, mediante la identificación verbal o mediante lecciones prácticas (como emparejar medias o pintar con los dedos), pueden contribuir a aclarar el concepto. [3]
  2. Quizá quieras que tu hijo domine todos los colores del arco iris a la vez, es mucho más probable que logre comprender el concepto de color, si le enseñas uno a la vez. Lo mejor es darle la oportunidad de dominar verdaderamente el azul antes de pasar al rojo. [4]
    • Aunque cada niño es diferente, por lo general, se recomienda introducir solo un nuevo color a la semana. Puedes hacer que esto sea divertido poniéndole el nombre de un color a cada semana, por ejemplo, semana azul, semana roja, semana amarilla y así sucesivamente. Orienta tus actividades hacia el color de la semana, sirve alimentos de color azul, ponle al niño ropa azul, hazlo jugar con pintura azul, etc.
    • Al comienzo, incluso si estás enfocado en un color determinado, es bueno trabajar con otro para comparar. Es más probable que el niño comprenda qué es “verde” si le muestras algo que no es verde. Por ejemplo, muéstrale dos pelotas y dile, “Esta es verde; esa no es verde”.
  3. El objetivo es que el niño aprenda los colores en sí mismos, lo que significa que las diferencias que haya entre los objetos que quieres que compare no deben tener importancia. [5]
    • Por poner un ejemplo. Si quieres ayudarlo a diferenciar dos colores, utiliza un cubo verde y un cubo amarillo del mismo tamaño. No uses un cubo verde y una pelota amarilla, ya que es posible que el niño se distraiga o se confunda por la diferencia de las formas.
  4. El proceso de aprendizaje será más efectivo si logras activar la mayor parte de los sentidos del niño. Elige actividades en las que no solo vea los colores, sino que le permitan tocar, sentir, oler y escuchar cosas. [6]
    • Por ejemplo, si vas a utilizar una fruta naranja y otra roja durante una lección, el niño podrá interactuar con ellas en distintos niveles sensoriales, podrá tocarlas, olerlas y tocarlas. De esta manera, el aprendizaje se vuelve más activo, lo que contribuirá a que comprenda la lección.
    • Si quieres que tu niño memorice el nombre de diversos colores, muéstrale un video con una canción. De esta manera, la emoción que le transmiten los sonidos y las imágenes, activarán su memoria verbal. Si quieres combinar el baile con una letra pegajosa y con rima, prueba con la canción de los colores de Teaching Station. [7] Si quieres enseñarle los colores uno por uno, prueba con la conocida colección de canciones de los colores de The Busy Beaver que incluye desde el auto morado de la abuela hasta el rojo o utiliza cualquier canción popular en tu país. [8]
  5. Las investigaciones han evidenciado que la forma de usar las palabras al momento de enseñarle los colores al niño puede hacer la diferencia. Con el fin de que el niño no se confunda, se recomienda separar el color, sin demostrar pertenencia (“esta pelota es roja”), sin presentarla como parte de algo (“la roja pelota”). Asimismo, al ubicar la palabra “roja” al final de la oración, lo que llama la atención del niño es el color y no el objeto.
    • Por ejemplo, es más probable que el niño entienda la idea de azul si le dices, “este es un cubo azul” en lugar de decirle “es un azul cubo”. Ten esto en cuenta cuando le enseñes los colores y tu niño será capaz de retener mucho mejor lo que ha aprendido. [9]
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Método 2
Método 2 de 3:

Incorporar el aprendizaje a las actividades diarias

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  1. Cuando lo vayas a bañar en las noches, agrégale al agua unas cuantas gotas de colorante para alimentos o sales para baño de colores. Háblale acerca de cada color y nómbrale algunas cosas de ese color. Para darle el tiempo necesario para que realmente aprenda los colores, alterna uno diferente cada semana o después de unos cuantos días.
    • Inclusive puedes presentarle juguetes de baño que combinen con el color del baño de la semana. Haz que el niño juegue con un patito de goma en la semana amarilla y con un bote azul durante la semana azul.
  2. Mientras le sirves, nómbrale el color de cada uno de los alimentos. Reafirma la conexión entre el alimento y el color con cada bocado para ayudarlo a asociar ese color con una comida en particular. Dile algo como, “Ahora llega el bocado de maíz amarillo…aquí viene el brócoli que es verde”. [10]
    • Si quieres hacer énfasis en un color en especial, sírvele alimentos de ese color. Si estás en la semana roja, ofrécele fresas y remolacha; si estás en la semana azul, sírvele un postre con arándanos azules.
    • Si tu niño está en una etapa más avanzada, sácale ventaja a los cereales, como por ejemplo, el Fruit Loops (o cualquier otro de venta en tu país) y haz que tu niño nombre los colores. Elige un solo círculo, ponlo en su cuchara y pídele que te diga de qué color es.
  3. También puede ser divertido agregarle colorante de alimentos a sus huevos duros o cualquier otra cosa que le prepares. Dile, “este es un huevo rojo”. Esto resulta particularmente útil cuando existen pocos alimentos que naturalmente sean del color en el que estás enfatizando, como por ejemplo, el azul.
  4. Esto ayudará al niño a aprender a emparejar los colores de una forma tangible. [11]
    • Ten presente que debes empezar por lo más sencillo, con medias de un solo color. Para un niño, el aprendizaje debe ser un reto, pero no algo frustrante.
    • Adapta esta lección y prepara un juego con las medias de toda la familia. Coloca dos canastos, un par de medias blancas y otro con un par de medias de colores. Conforme vayas enrollando cada uno de los pares, pídele al niño que las lance al canasto donde cree que deben ir.
  5. Coloca diversas prendas y accesorios. Pídele al niño que escoja y se ponga una de un determinado color. [12]
    • Por ejemplo, dile que se ponga una camisa verde, una falda roja o un collar amarillo
    • Si estás enfatizando en un color en particular, dile que se vista por sí mismo con prendas de ese color. Por la mañana, una lección fácil puede ser, “Ashley, estamos en la semana azul; ¿podrías agarrar un pantalón azul?”. Asegúrate de ayudar al niño cada vez que tenga que elegir, hasta que se sienta lo suficientemente seguro para hacerlo solo.
  6. Jueguen al “veo veo.” Ayuda al niño a ubicar los colores en el mundo que lo rodea. Si están el jardín trasero, caminen por ahí y fíjense qué cosas de color rojo pueden encontrar, “veo una carretilla roja; veo una flor roja; veo un valde rojo.” [13]
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Método 3
Método 3 de 3:

Utilizar herramientas de aprendizaje

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  1. Esta es la forma más simple de lograr que el niño comprenda la comparación entre los colores. Los cubos tienen la misma forma; por lo tanto, el niño se enfocará fundamentalmente en la diferencia entre los colores.
    • Para empezar, puedes usar simplemente dos cubos. “Este cubo es rojo. Este cubo no es rojo. ¿Cuál es el cubo rojo?”. Una vez que el niño pueda identificar constantemente el cubo rojo, pídele que elija los demás cubos rojos del juego.
  2. Consigue una caja de crayones simples y un libro para colorear. Para que el niño refuerce la asociación entre un color y su nombre, enfócate en pintar con un color a la vez y repite el nombre mientras tu niño pinta con el crayón.
    • Puedes preguntarle con qué color quiere pintar; cuando elija uno, si aún no sabe el nombre, asegúrate de decírselo: “ese es el rojo, ¿qué quieres pintar de rojo? ¿el perro? Ahora el perro es rojo”.
  3. Déjalo crear sus propias obras maestras con sus manos usando pinturas no tóxicas. Dale unas cuantas pinturas de colores para que las mezcle y las combine sobre hojas de papel y empiece a percibir la diferencia entre ellos. Al elegir varios colores para pintar; subconscientemente, se percata de que existe una diferencia entre ellos.
    • Para asegurarte de que no haga demasiado lío, dale hojas grandes de papel y pon debajo periódicos o papel de estraza.
    • Puedes preparar una pintura casera apta para niños poniendo a hervir ½ taza de harina de maíz con 2 tazas de agua. Una vez que tome la consistencia que deseas, deberás separar la mezcla en dos tazones y agregarle el colorante para alimentos que prefieras. [14]
  4. Esta es otra forma en la que el niño puede interactuar con los colores utilizando sus manos. Si le estás enseñando un color en particular, haz que juegue con ese color de plastilina. Cuando esté listo para una lección más compleja dale plastilinas de diferentes colores y pídele que forme algunos objetos, por ejemplo, pídele que haga un panqueque azul o una pelota roja con un bate azul.
  5. El uso de aplicaciones educativas es una forma interactiva maravillosa de enseñarle a tu niño los colores. Lo único que tienes que hacer es descargarla a una tableta, explicarle al niño las reglas y disfrutar juntos de los juegos. [15]
    • Prueba la aplicación para iPad Speak Colors para ayudar al niño a decir el nombre de los colores en voz alta, así como a usarlos en oraciones completas.
    • Una herramienta magnífica para ayudar al niño a identificar visualmente los colores en su entorno más cercano es Color me Pete para iPad. A través de la cámara de la tableta se reta al niño a que encuentre un determinado color dentro del espacio que lo rodea. Una vez que el niño crea que lo ha encontrado, podrá tomarle una foto y la aplicación le dirá si identificó el color correctamente o no.
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Consejos

  • Si tu niño no identifica los colores de inmediato, no hay por qué preocuparse. Por lo general, esto no es un indicio de daltonismo. En realidad, la identificación de los colores y sus matices es una competencia de un nivel más alto de lo que pensamos. La mayoría de los niños no logra reconocer los colores hasta los tres años; incluso, algunos no serán capaces de hacerlo completamente hasta los 6. Enseñarles los colores antes de esa edad es algo positivo; sin embargo, si notas que las lecciones no dan resultados, no vayas tan rápido, ten paciencia y no te desesperes. Lo mejor es avanzar al ritmo del niño. [16]
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Advertencias

  • Actúa con precaución al exponer al niño a los colorantes artificiales, ya que estos forman parte de los agentes con más probabilidades de ocasionar reacciones alérgicas. Algunos síntomas son picazón, ligero sarpullido o incluso urticaria y en los casos más graves puede presentarse un choque anafiláctico. En caso de duda, no utilices colorantes artificiales. Si esto te preocupa, en las farmacias y en las tiendas por departamentos venden tabletas efervescentes de colores no tóxicas que tienen el mismo efecto.
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