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Si quieres estimular el pensamiento crítico en tus alumnos, dales oportunidades de generar ideas y de analizar. Las discusiones en clase son excelentes para estimular la creatividad y una actitud abierta. Enséñales a preguntar “¿por qué?” lo más que puedan y a reconocer patrones. El pensamiento crítico también consiste en parte en saber distinguir las buenas fuentes de información de las malas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Estimular a los alumnos a tener una mente abierta

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  1. Las preguntas abiertas son preguntas que tienen más de una respuesta. Asegúrate de enfatizarles de que no hay respuestas correctas e incorrectas. Diles que solo hay oportunidades para aprender y algunas respuestas podrían dar mejores resultados que otras. Esto les permitirá pensar de manera crítica y creativa sin temor a equivocarse. Muestra tu entusiasmo si dan respuestas no convencionales para animarlos a expandir sus mentes a diferentes ideas posibles. [1]
    • Por ejemplo, hazle preguntas abiertas como la siguiente: “¿De qué manera podríamos lograr que más gente recicle en la escuela?”.
    • Sea realista o no, felicita una respuesta ingeniosa como esta: “Podríamos empezar a hacer una escultura gigante de cosas reciclables en medio de la escuela. Todos querrán aportar algo y, al final del año, podemos tomar fotos y luego desarmarla para llevarla a la planta de reciclaje”.
  2. El pensamiento limitado suele ser el resultado de apurarse a dar una respuesta. En las discusiones o en los trabajos en clase, dales unos minutos para pensar claramente antes de que propongan ideas. Para obtener los mejores resultados, pídeles que se sienten tranquilos y suelten sus libros y bolígrafos mientras reflexionan. [2]
    • Procura incluir un breve ejercicio de creatividad al principio de la clase para ayudar a estimular sus mentes. Por ejemplo, puedes pedirles que identifiquen 5 usos para los zapatos además de usarlos.
  3. Para sacar a tus alumnos de la mentalidad de que solo hay una respuesta “correcta” e “incorrecta”, pueden ver lo bueno de dos ideas opuestas. Haz una lista larga en la pizarra o en un cartel grande que tenga una columna para cada idea. Pídeles que enumeren cosas positivas de ambas ideas para pensar en una tercera opción que haga uso de ambas. [3]
    • Por ejemplo, haz columnas para que enumeren los pros de ir de campamento y de hacer una excursión en la ciudad. Luego, pídeles que piensen en un punto intermedio entre los dos.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Ayudar a los alumnos a hacer conexiones

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  1. A lo largo de diversos temas de estudio, anima a tus alumnos a buscar patrones y conexiones al mundo real. Esto les ayudará a relacionar clases individuales con tendencias o conceptos más generales. También les ayudará a aplicarlos a su día a día. Anímalos a señalar los temas o las ideas que hayan visto antes en sus estudios. [4]
    • Por ejemplo, los temas medioambientales pueden aparecer en las clases de ciencias, historia, literatura y de arte.
    • Si vas a enseñar geometría, puedes preguntar si alguna vez han visto un edifico que se parezca a la forma geométrica que vas a enseñar. Incluso puedes mostrarles algunas imágenes tú mismo.
  2. Muéstrales una foto de algo un poco impreciso y pídeles que adivinen qué está pasando en la foto. Luego, pídeles que señalen las pistas que les hayan llevado a tomar esa suposición. Por último, pídeles que analicen la manera en que algunas de sus creencias o experiencias hayan podido influir en su conclusión de la foto. [5]
    • Explícales cómo las pistas y sus propias influencias personales han formado sus conclusiones finales de la foto.
    • Por ejemplo, muéstrales la foto de un hombre y una mujer dándose un apretón de manos frente a una casa que tiene un cartel de “Se vende”. Pídeles que te expliquen de qué creen que se trata y poco a poco desglosa las cosas que les hayan hecho llegar a esa conclusión.
  3. 5 veces . Es importante estimular a los alumnos a que piensen y expliquen el razonamiento de sus respuestas. Haz un juego interrogatorio de ideas preguntando “¿por qué?” 5 veces. Puedes hacerlo en casi todas las clases que des, especialmente en las de literatura o historia. Estimúlalos a que lo hagan solos para llegar a la raíz de los problemas y pensar de manera más profunda. [6]
    • Si van a estudiar un libro o una obra de teatro, puedes hacer una pregunta como esta: “¿Por qué Rafael fue a la estación de tren?” y desglosa las respuestas de la siguiente manera:
      • “Tomó el tren”.
      • “¿Por qué?”.
      • “Para ir a la ciudad”.
      • “¿Por qué?”.
      • “Para encontrarse con su amigo”.
      • “¿Por qué?”.
      • “Porque lo extrañaba”.
      • “¿Por qué?”.
      • “Porque se sentía solo”.
    • A un nivel más avanzado, los alumnos se beneficiarán haciendo estas preguntas acerca de su investigación y de sus trabajos para poder determinar su relevancia.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Enseñar acerca de la información confiable

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  1. Enséñales que lo que digan será considerada una opinión hasta que puedan brindar pruebas que lo respalden. Estas pruebas pueden ser un experimento que realicen o información confiable publicada por expertos. En las discusiones y proyectos en clase, recuérdales que deben respaldar cada cosa que afirmen con información que lo acredite. [7]
    • Por ejemplo, si un alumno dice que hay menos bibliotecas de las que solía haber, pídele que brinde estadísticas reales que respalden su afirmación.
  2. Es probable que tus alumnos se enfoquen en las fuentes que se alineen a sus puntos de vista, pero esto limitará su capacidad de pensar de manera crítica acerca de un tema. En su lugar, estimúlalos a aprender de ambas perspectivas del debate y a mantenerse abierto a ambas opiniones. Esto les permitirá aprender al máximo de cierto tema antes de decidir qué postura tomar.
  3. Hacer pasar una colocación de productos como información neutra es una poderosa herramienta de publicidad muy común hoy en día. Muéstrales un artículo sencillo pagado o un segmento comercial sutil para que se pongan a pensar de manera más crítica acerca de la información que se les presenta día a día. Pídeles que tomen en cuenta las fuentes de ese material y las motivaciones que alguien haya tenido para publicarlo en primer lugar. [8]
    • Estimula a tus alumnos haciéndoles una pregunta sencilla: “¿Quién publicó este material y por qué?”.
    • Por ejemplo, la publicidad de un producto bajo en calorías puede hacerse pasar como un segmento de televisión de interés especial acerca de cómo bajar de peso con poco presupuesto.
  4. En la era de la información electrónica, es importante saber qué sitios web ofrecen hechos confiables y cuáles no. Toca el tema en clase o déjales la tarea de ver algún sitio web por su cuenta y que la evalúen. Tienen que observar los siguientes factores: [9]
    • La fecha de publicación, si se ha actualizado y cómo es la información actual. Diles a tus alumnos en qué parte encontrarán estos datos en el sitio web.
    • Las credenciales del autor como, por ejemplo, un artículo sobre medicina debería estar escrito por un doctor u otro profesional de la salud.
    • Si el argumento del autor tiene pruebas que lo respaldan. Las fuentes siempre deben tener información de respaldo, sobre todo si la fuente se encuentra en Internet.
  5. Es importante que les enseñes a analizar sus fuentes a un nivel más profundo. Esto les ayudará a identificar cualquier conflicto de interés que pueda haber y a analizar sus fuentes de manera crítica.
    • Por ejemplo, si tus alumnos van a analizar el punto de vista político de algún senador, pídeles que averigüen si dicho senador ha recibido donaciones de algún grupo de interés especial. Esto podría hacerles entender mejor los motivos detrás de sus puntos de vista.
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