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Decir malas palabras es un hábito fácil de tener y uno muy difícil de dejar. Pero si en realidad quieres limpiar tu forma de hablar, es posible hacerlo. Lee este artículo para saber cómo evitar decir malas palabras.

Hay situaciones donde es imperativo evitar el lenguaje soez, por ejemplo, en presencia de niños, en medios de comunicación, entrevistas laborales, etc.

Método 1
Método 1 de 3:

Ser consciente de ti mismo y elaborar un plan

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  1. Utilizar malas palabras puede tener repercusiones negativas en ti. En muchos círculos sociales, las personas que dicen malas palabras son consideradas como incultas, sin educación, burdas, inmaduras o algo peor. En Internet, decir malas palabras puede provocarte una expulsión de todos los tipos de redes sociales. Asimismo, si empleas malas palabras frente a las demás personas, podrían considerarte como un bravucón, irracional o abusivo. Así que hay muchas razones para mantener tu vocabulario bajo control. Tómate algunos momentos para considerar la razón por la que quieres dejar de decir malas palabras y cómo mantener tu vocabulario bajo control podría mejorar tus relaciones e imagen pública.
  2. Descubre tus factores desencadenantes y malos hábitos. Consigue un cuaderno y un bolígrafo, y pasa una semana anotando las groserías que dices. ¿En qué momentos las dices con más frecuencia?, ¿lo haces cerca de ciertas personas o lugares? Determina tus factores desencadenantes ambientales. ¿Las dices cuando estás en medio del tráfico?, ¿cuando tienes a un cliente furioso en la línea?, ¿cuando estás estresado, frustrado o molesto? Anota las palabras y las situaciones durante una semana. Esto te ayudará a ser consciente de tu comportamiento, el cual es el primer paso en tu cambio.
  3. Cuéntales a algunos amigos y familiares de confianza y amables que quieres dejar de decir malas palabras y que necesitas su ayuda. Pídeles que te señalen las veces en las que las dices.
    • Si empleas este paso, ten en cuenta que recibirás críticas. Decídelo con anticipación si puedes manejar esta clase de comentarios. Si no, omite este paso. Pero si solicitas ayuda, asegúrate de no molestarte con estas personas por criticar tu vocabulario. Después de todo, solo lo hacen para ayudarte.
  4. Al final de tu semana de observación, pasa una hora revisando tu cuaderno. Piensa en alternativas a este tipo de vocabulario. Averigua otras formas más saludables de expresar tus sentimientos.
    • En lugar de decir “¡#@$% con la gerencia!”, di “Estoy verdaderamente frustrado con la gerencia actualmente” o alguna frase similar. Ten en cuenta lo poderosos y mejor recibidos que son tus pensamientos y sentimientos cuando no dices malas palabras.
    • También puedes usar palabras más neutrales tales como diablos, maldición, caramba, etc. en lugar de las malas palabras que sueles decir.
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Método 2
Método 2 de 3:

Comenzar a hacer cambios pequeños

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  1. Comienza a modificar tu vocabulario, pero hazlo de a pocos. Elegir una pequeña tarea manejable es la mejor manera de desarrollar un hábito nuevo [1] . Elige un lugar y una situación para mejorar. Por ejemplo, podrías optar por no decir malas palabras mientras conduces o en frente de tu sobrino. Solo elige una situación y pasa la primera semana evitando decirlas en dicha situación.
    • Cuando tú (o tus ayudantes) te percates diciendo malas palabras en esta situación, discúlpate y reformula la oración sin incluir dichas palabras. Puede parecer extraño, pero hablar sin decir malas palabras es la única forma de mejorar.
  2. Considera la posibilidad de crear un frasco de malas palabras. Con un frasco como este, cada vez que digas una mala palabra, deberás poner un dólar en él. Ahora, para que este método funcione en verdad, necesitas odiar perder dinero. Además, perder un dólar no es lo suficientemente doloroso a nivel emocional para ser un elemento disuasivo real, especialmente si das ese dinero a un amigo o a una asociación de caridad favorita. También puedes destinar el dinero del frasco a algo que en verdad odies, como a un partido político rival. Por ejemplo, si perteneces a la derecha, comprométete a donar todo ese dinero a un partido de la izquierda. Hacerlo te permitirá en verdad limpiar tu vocabulario.
  3. Cuando cumplas tu objetivo de esa semana (p. ej. el no decir malas palabras frente a tu sobrino), recompénsate con algo: una salida nocturna, una película, un buen libro, un masaje.
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Método 3
Método 3 de 3:

Sigue añadiendo desafíos y practica

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  1. Una vez que hayas limpiado tu vocabulario en una situación (decir malas palabras en frente de tu sobrino), añade situaciones nuevas cada semana.
    • Por ejemplo, si lograste tu objetivo de no decir malas palabras en frente de tu sobrino durante toda la semana, hazlo la siguiente semana y evítalo cuando estés cerca de los parques infantiles.
    • Si no logras tu primer objetivo, entonces significa que tu desafío fue demasiado grande. Hazlo más manejable. En lugar de dejar de decir malas palabras en frente de tu sobrino, fija una meta más pequeña. Esta puede ser “No diré ninguna mala palabra antes de las 8 a.m.” o “No diré ninguna mala palabra mientras manejo”. Elige un periodo de tiempo y una situación que sepas que puedes cumplir, luego expande el desafío cada semana.
  2. Desarrolla tu paciencia . La clave para el éxito es elegir situaciones manejables y periodos de tiempo en los que mejorar. Tomará tiempo, pero poco a poco podrás reducir este hábito. Puede tomar años antes de que el hecho de no decir malas palabras se convierta en tu nuevo hábito. La autosuperación siempre es difícil pero sin duda vale la pena el esfuerzo.
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Cosas que necesitarás

  • Un diario
  • Un bolígrafo
  • Un frasco
  • Dinero para meter en el frasco

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