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Podrías estar atorado en el tráfico o frustrarte con un proyecto difícil; en cualquier caso, la impaciencia será una reacción normal cuando las cosas no salgan como quieras. Si aprendes a controlarla y neutralizarla, esto será de utilidad para volverte más tranquilo, feliz y comprensivo, ¡sin importar la situación frustrante en la que te encuentres!

Método 1
Método 1 de 3:

Ser paciente en el momento

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  1. Si estás en una situación estresante, presta mucha atención a los pensamientos que podrían indicarte que has perdido la paciencia, como “Esto está tardando demasiado” o “Esta persona es muy molesta”. Luego de identificar estos pensamientos impacientes, deberás detenerte y observar qué sientes a nivel físico. Quizás puedas reconocer los signos de la impaciencia de inmediato, lo que puede ser de utilidad para empezar a contrarrestar la frustración. Estos son algunos signos físicos: [1]
    • tensión en los músculos;
    • sacudir los pies o las piernas, o tenerlas inquietas;
    • apretar las manos;
    • respiraciones cortas;
    • frecuencia cardiaca elevada;
    • irritabilidad o furia.
  2. Luego de haber reconocido que estás impaciente, tendrás que detectar la causa. Deja de pensar en la frustración del momento y hazte la pregunta “¿Por qué me estoy sintiendo así?”. Estas son algunas causas comunes de la impaciencia: [2]
    • Tu entorno no cumple con tus expectativas. Por ejemplo, podrías toparte con tráfico inesperado o un restaurante más hacinado de lo que pensabas, lo que te irritará y te frustrará.
    • Las personas que no se comportan de la manera que quisieras. Podrías impacientarte si alguien que está delante de ti en la tienda de abarrotes bloquea todo el pasillo o conversa con el empleado por demasiado tiempo.
    • No puedes dominar una nueva habilidad lo suficientemente rápido. Podrías impacientarte si no puedes entender un nuevo concepto de matemáticas o computación, incluso si sabes que es difícil de aprender.
    • No puedes controlar tus pensamientos. Podrías perder la paciencia contigo mismo por no poder controlar las emociones y los pensamientos que surjan en tu mente, incluso si sabes que no puedes hacer mucho para detenerlos.
  3. Si haces cosas sencillas y pequeñas, esto puede ponerle fin al ciclo de impaciencia antes de que progrese, lo que te dará la oportunidad de reorganizarte. Concéntrate en tus movimientos y las sensaciones físicas de tus acciones, lo que te distraerá y hará que dejes de pensar en la impaciencia. [3]
    • Una manera eficaz de centrarte será enfocarte en tu entorno. Por ejemplo, podrías dedicar unos momentos a percibir lo que sientas en los pies cuando te pares en el piso o te sientes en una silla, o la sensación que produzca un objeto en tu mano.
    • También podrás probar un ejercicio sencillo para centrarte, como mirar 3 cosas de tu entorno que sean azules. Estas acciones simples te ayudarán a regresar al momento presente.
  4. Cierra los ojos e inhala profundo hacia el vientre. Aguanta la respiración por un segundo y luego expulsa el aire con lentitud. Siente cómo tu cuerpo se tranquiliza y deja que dicha relajación física fluya hacia tu mente, lo que aliviará los pensamientos impacientes.
    • Respirar profundo un par de veces no solo calmará tu cuerpo, sino que también te obligará a tomarte las cosas con más tranquilidad antes de decir o hacer algo de forma apresurada.
  5. Por lo general, si una situación te hace perder la paciencia, no podrás cambiarla con facilidad (si hubiera una solución sencilla, ¡ya la habrías encontrado!). En lugar de enfocarte en esta sensación de impotencia, deberás concentrarte en lo que puedas cambiar; es decir, tu actitud y punto de vista en torno a la situación. Repítete “Ya que no puedo apartarme por completo de esta situación, ¿cómo puedo mejorarla?”. [4]
    • Por ejemplo, si te frustra un ensayo que estás escribiendo, podrías hacer que tu entorno se vuelva más agradable. Reproduce música que te ayude a concentrarte, prepara un poco de té o come un bocadillo.
    • También podrías afrontar de manera directa lo que te moleste sobre la situación, como el hecho de que el ensayo te esté tomando demasiado tiempo. Podrías cubrir el reloj para así no sentir la presión del tiempo.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Annie Lin, MBA

    Coach de vida y laboral
    Annie Lin es la fundadora de New York Life Coaching, un servicio de coaching de vida y de carrera con sede en Manhattan. Su enfoque holístico, el cual combina elementos de tradiciones de sabiduría tanto oriental como occidental, la ha convertido en una coach personal muy solicitada. Su trabajo ha aparecido en Elle Magazine, NBC News, New York Magazine y BBC World News. Annie tiene una maestría de la Universidad de Oxford Brookes. También es fundadora del New York Life Coaching Institute, el cual brinda un programa integral de certificación de coaching de vida. Puedes obtener más información en https://newyorklifecoaching.com.
    Annie Lin, MBA
    Coach de vida y laboral

    Nuestra experta señala: si te sientes impaciente por alguien o algo, deja de lado la idea de que sabes lo que es mejor para esa persona o situación. Más bien mantente abierto a lo que sea que se desarrolle en el momento. Disminuye tu respiración para estar más relajado y mantente firme al mantener los pies en la tierra. Luego, deja que tus pensamientos de ansiedad vuelvan al resto de tu cuerpo.

  6. Si no puedes cambiarla, lo mejor será modificar tu punto de vista sobre ella. Busca algo positivo sobre aquello con lo que estés lidiando y concéntrate en ello en lugar de la impaciencia. Al principio podrías tener dificultades, ya que como muchas emociones negativas, la impaciencia puede hacerte sentir bien y poderoso en el momento. No obstante, si te fuerzas a concentrarte en lo positivo, esto hará que te sientas mucho mejor a largo plazo. [5]
    • Por ejemplo, si estás atorado en el tráfico, podrás conversar con otra persona en tu auto o llamar a un amigo o familiar si este tiene compatibilidad con Bluetooth. Cambia la estación de radio o reproduce un nuevo CD y canta al ritmo de la música.
    • Si estás atrapado en una situación tediosa o frustrante, intenta usar tu tiempo de forma productiva. Si vas a conducir, podrás escuchar un audiolibro interesante. Si tendrás que permanecer sentado en el consultorio del doctor por un largo tiempo, puedes llevar un proyecto en el que estés trabajando.
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Método 2
Método 2 de 3:

Esforzarte para ser paciente a largo plazo

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  1. Lleva contigo un cuaderno pequeño y escribe en él siempre que te sientas impaciente. Anota la fecha, la hora, aquello que te genere impaciencia y lo que esta te haga sentir a nivel físico y emocional. Luego de 2 semanas, deberás volver a leer el diario y determinar qué tipo de situaciones te hacen sentir más impaciente. [6]
    • Podrías haber notado que tu impaciencia surge cuando otras personas te frustran. Podrías escribir algo como “1 de junio, clase de matemáticas, 2:00 p. m. Me impacienté porque John estaba trabajando muy lento. Mis músculos empezaron a sentirse tensos”.
    • Si escribes sobre tus frustraciones, esto te brindará el beneficio adicional de desahogar tus emociones, lo que puede hacerte sentir más tranquilo y menos estresado.
    • Tu impaciencia podría surgir de las situaciones, los estímulos ambientales o incluso tu estado físico. Por ejemplo, podrías notar que te sientes más impaciente al dedicarles mucho tiempo a las redes sociales. [7] Algunas personas también se impacientan más cuando comen o beben determinados productos, como el café y otras bebidas con cafeína. [8]
  2. Siéntate con el diario y elabora una lista de las cosas que parezcan desencadenar tu impaciencia con la mayor frecuencia. Reflexiona sobre lo que puedas hacer para neutralizar tu impaciencia en estas situaciones y elabora una lista detallada de lo que puedas hacer en el lugar y el momento en los que surja. [9]
    • Por ejemplo, si sueles impacientarte con tus amigos o familiares, tu estrategia podría ser la siguiente: “Respira profundo 3 veces y explica el motivo de tu frustración. Toma un descanso y aléjate si aún te sientes impaciente”.
    • Si notas que tu impaciencia empeora con determinados alimentos o bebidas, trata de eliminarlos de tu dieta.
    • Si las redes sociales te frustran y te deprimen, puedes desactivar las notificaciones o usar una aplicación o un complemento que eviten que ingreses a tus cuentas por unas horas durante el día.
    • Sé ingenioso con tus soluciones y prueba diferentes cosas para determinar qué funciona mejor. Tómate un tiempo para cambiar. Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, pero podrás mejorar con el tiempo.
  3. Considera cada momento de posible impaciencia como una oportunidad para concentrarte en tu respiración y verificar tu estado. Concéntrate parado o en una silla, respira profundo e identifica el patrón de tus inhalaciones y exhalaciones. Cierra los ojos si puedes o concéntrate en un punto fijo al otro lado de la habitación. [10]
    • Practica estas meditaciones rápidas un par de veces al día, incluso si no estás impaciente. Si te acostumbras a meditar cuando estás tranquilo, podrás hacerlo con más facilidad en el calor del momento.
  4. Intenta ejercitarte un poco todos los días, incluso si solo das una caminata breve o si usas las escaleras. Si haces ejercicio, esto quemará las hormonas que generan estrés y que provocan tu mal temperamento, lo que te ayudará a mantenerte tranquilo con más facilidad en las situaciones intensas. [11]
    • Si tienes tiempo, también podrías realizar actividad física más intensa, como trotar, nadar o levantar pesas ligeras.
    • En ocasiones, podrás emplear el ejercicio para contrarrestar la impaciencia en el momento que surja. Si te sientes impaciente al trabajar en un proyecto, podrías dejar tu escritorio y dar una caminata de 5 minutos.
    • Si estás atorado en el tráfico, podrás mover los brazos y la cabeza al ritmo de la música.
  5. Muchas personas pierden la paciencia cuando las obligan a esperar por demasiado tiempo, como en un restaurante en el que tarden mucho o en el consultorio del doctor. Si puedes distraerte con otras actividades mientras esperas, podrás mantener la calma con mucha más facilidad.
    • Podrías tener a la mano un libro, un crucigrama o un juego portátil cuando creas que podrías tener que esperar un tiempo considerable, como en el consultorio del doctor o en una tienda de abarrotes hacinada.
    • También podrás distraerte con cualquier cosa que tengas cerca. Escucha las conversaciones de otras personas, mira a los demás conductores atorados en el tráfico tal como tú, o lee los titulares de las revistas o los periódicos mientras esperas en una fila.
  6. La impaciencia puede ser un signo de agotamiento. Si te sientes estresado, irritable o impaciente gran parte del tiempo, estos pueden ser signos de que te encuentras bajo una presión excesiva. [12] Busca tareas que puedas delegar y conversa con un amigo, familiar o compañero de trabajo para saber si pueden ayudarte. Si reduces parte de la presión que sientas, esto reducirá tus niveles de estrés y disminuirá la probabilidad de que te impacientes. [13]
    • Por ejemplo, si te sientes frustrado por un proyecto, podrás conversar con tu jefe o profesor para que te ayuden, o pedirle ayuda a un compañero de trabajo o de clase.
    • Di algo como “He estado trabajando mucho en este proyecto, pero se está volviendo demasiado pesado como para completarlo solo. ¿Podría asignarme un compañero con el cual dividir el trabajo?”.
    • Nunca te sientas mal por pedir ayuda, en especial si esto guarda relación con tu salud mental. Con frecuencia, las personas estarán felices de ayudar, y te sentirás mucho más relajado al compartir la carga.
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Método 3
Método 3 de 3:

Aceptar lo que no puedas cambiar

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  1. Si te quedas atorado en una tarea en el calor del momento, podrías considerar de vital importancia que hagas algo de inmediato. Al pensar en lo que podría ocurrir si no lo haces, esto podría alimentar tu impaciencia. En lugar de ello, pregúntate “¿Por qué estoy tan apurado?”. Incluso si terminas la tarea un poco tarde, aun así la habrás culminado y todo saldrá bien. [14]
    • En los verdaderos casos de vida o muerte, quizás no sea de utilidad que amplíes tu perspectiva. Por ejemplo, si estás esperando una ambulancia para ayudar a una persona lesionada, podría ser muy grave que esta llegue tarde.
    • En esta situación, deberás canalizar tu impaciencia en hacer lo que esté a tu alcance, ya sea hacer que la persona esté cómoda o darle más información a la teleoperadora de la línea de emergencias.
  2. Sé amable contigo sobre tus defectos. Si tu impaciencia surge cuando te frustras contigo mismo, deberás dar un paso atrás y tener en cuenta que es normal esperar mucho de ti. Es fantástico que quieras mejorar y aprender nuevas habilidades, pero si te atormentas, esto solo hará que pierdas la confianza en ti mismo. En lugar de ello, afronta tus defectos de manera directa y determina la forma en la que puedas solucionarlos o incluso convertirlos en aspectos positivos. [15]
    • La impaciencia contigo mismo suele surgir de la idea de que es mejor hacer las cosas más rápido, lo cual no siempre es cierto.
    • Si procedes con lentitud y paciencia, comprenderás el concepto de forma más profunda, e incluso podrías divertirte en el proceso.
    • Ten en cuenta que requerirás tiempo y esfuerzo para dominar la mayoría de las habilidades. Si te tienes paciencia, esto será lo mejor que puedas hacer por ti.
  3. La mayor parte de la impaciencia surgirá al frustrarte cuando las personas o las situaciones no cumplan tus expectativas. En lugar de esperar que las cosas sean de cierta forma, sé más flexible y espera con ansias las sorpresas que puedan surgir. Acepta que las personas y las situaciones nunca serán perfectas, y tómate los giros inesperados de la vida con gracia y humor.
    • En lugar de perder la paciencia cuando uno de tus amigos derrame una bebida, deberás recordar que esto ha sido un accidente y que nadie es perfecto. Tómate un momento para respirar, ratifícale de que no hay problema y olvida lo ocurrido.
  4. Los estudios han demostrado que las personas que muestran gratitud en su vida cotidiana son más propensas a ser pacientes y tener un mejor autocontrol. Practícalo reflexionando a diario sobre 3 o 4 cosas por las que estés agradecido. Dedica un momento a disfrutar de la sensación de gratitud y concéntrate en ella. [16]
    • Por ejemplo, podrías agradecer por tener una casa, sueños y metas para el futuro, y amigos que te quieran.
  5. Desarrolla tu seguridad y ten fe en que encontrarás otras soluciones. Todos nos topamos con obstáculos en la vida que parecen imposibles de superar. Si desarrollas tu seguridad, esto será de utilidad para notar que eres lo suficientemente inteligente y fuerte como para encontrar soluciones y superarlos, sin importar lo impaciente o alterado que puedas sentirte. [17]
    • Podrías sentirte frustrado si postulas a trabajos, pero tal parece que no tienes suerte. Si confías en ti mismo, esto te mantendrá optimista y motivado a seguir esforzándote hasta que las cosas mejoren.
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Acerca de este wikiHow

Resumen del artículo X

Si sientes que empiezas a perder la paciencia, respira hondo 5 veces para calmarte. Luego, saca algo de tus bolsillos para distraerte mientras esperas, por ejemplo, tu celular o un pedazo de papel que puedas doblar. Procura concentrarte en algo positivo, como en la vista desde una ventana cercana o en la música que disfrutas. Como medidas a largo plazo, haz más ejercicio para eliminar el estrés y escribe algunas cosas por las que estés agradecido todos los días para que te sientas más calmado y centrado.

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