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Los dientes y las encías son vitales para mantener la salud general del cuerpo, pero en ocasiones, puedes tener dificultades para determinar la manera más eficaz de cuidarlos. Tus dientes y encías cuentan con diversos tejidos corporales, los cuales deben nutrirse y protegerse para garantizar una salud óptima. El cuidado de los dientes y las encías es esencial en todas las etapas de la vida, desde el periodo prenatal hasta la adultez. [1]

Parte 1
Parte 1 de 3:

Limpiar tus dientes y tus encías

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  1. Puedes abrumarte al tratar de elegir un cepillo dental en una tienda. La variedad de características especiales (sin contar el color) es motivo suficiente para permanecer en el pasillo de productos de cuidado dental sin saber qué elegir. Elegir el cepillo adecuado para ti es más importante que comprar el más costoso y el que cuente con la mayor cantidad de características. Estas son las características que debes buscar en un cepillo dental: [2]
    • Un tamaño adecuado. Puedes tener más dificultad para mover un cepillo grande en tu boca. Por lo general, a los adultos les va bien usando un cepillo dental con un ancho y una altura aproximados de 1,2 cm (1/2 pulgada) y 2,5 cm (1 pulgada) respectivamente.
    • La fuerza adecuada de las cerdas. Las cerdas suelen clasificarse en “suaves”, “medias” o “duras o rígidas”. Los cepillos más adecuados para la mayoría de las personas son los de cerdas suaves, los cuales cuentan con una flexibilidad que les permite limpiar cerca de las encías sin provocar un sangrado excesivo.
    • Una aprobación. Cerciórate de que el cepillo dental cuente con el sello de aprobación de la American Dental Association (ADA) o un ente similar de tu región. Es probable que puedas usar un cepillo sin una aprobación; no obstante, te sentirás más tranquilo si sabes que tu cepillo elegido cuenta con la aprobación de un organismo de la salud dental de buena reputación.
    • ¿Usar un cepillo manual o uno eléctrico? No existe una respuesta correcta para esta pregunta. Es probable que puedas tener dientes saludables, siempre y cuando uses cualquiera de ellos con frecuencia. Si optas por usar un cepillo eléctrico, debes encontrar uno giratorio, el cual eliminará la placa con más eficacia. [3]
  2. Si te cepillas los dientes con frecuencia, esto evitará la formación de caries y el deterioro de los dientes, lo que mantendrá su fuerza y su funcionalidad. Si cuidas tus dientes y encías de manera adecuada, podrás conservar su salud a lo largo de tu vida. Mientras más saludables estén tus dientes y encías, menor será el riesgo de que tus dientes se deterioren y tus encías sufran enfermedades. Cepíllate después de las comidas, siempre que sea posible. [4]
    • Debes colocar tu cepillo dental en tus dientes, formando un ángulo de 45° con la línea de las encías, y debes desplazarlo en la superficie de los dientes moviéndolo en círculos y hacia arriba y hacia abajo.
    • No te cepilles con demasiada fuerza o presión. Haz que las puntas de las cerdas lleguen a los espacios entre los dientes.
    • Llega a todas las superficies dentales interiores y exteriores, y las que emplees para masticar, y cerciórate de limpiar bien las ranuras y las hendiduras.
    • Procura limpiar el interior de los dientes delanteros inferiores y las superficies externas de los dientes traseros superiores, ya que en estos lugares se acumula la mayor cantidad de sarro.
    • Cepíllate los dientes por 2 o 3 minutos. Al culminar, enjuágate la boca con agua o un enjuague bucal.
  3. Si usas hilo dental con frecuencia (por lo general, 1 vez al día) y de manera minuciosa, esto será una forma grandiosa de garantizar que tus dientes no tengan caries ni se deterioren. Puedes emplear un hilo dental de nailon (o multifilamento) o de PTFE (monofilamento). El hilo de PTFE es un poco más costoso y no se desmenuza, pero cualquiera de los dos eliminarán la placa y los residuos con eficacia. [5]
    • Toma aproximadamente 46 cm (18 pulgadas) de hilo dental del dispensador.
    • Enróllalo con firmeza en los dedos medios de cada mano, y mantén libre una sección de 2,5 cm (1 pulgada), para pasarla por tus dientes.
    • Primero pasa el hilo por los dientes superiores, luego los inferiores.
    • Sostén el hilo con firmeza entre el pulgar y el dedo índice, y frótalo o deslízalo con cuidado entre tus dientes.
    • Nunca emplees la fuerza, ya que puedes lastimar el tejido de las encías.
    • Luego de llegar a la línea de las encías, forma una “C” alrededor de un diente y mueve el hilo en el espacio que haya entre el diente y la encía.
    • Frota el hilo a un costado del diente, moviéndolo hacia arriba y hacia abajo, lejos de las encías.
    • Sigue usando una sección nueva del hilo dental a medida que prosigas con el siguiente diente.
    • Pasa el hilo con cuidado por la parte posterior de los últimos molares.
  4. Además de limpiar tus dientes con el cepillado y el hilo dental, puedes lograr que tu boca esté más fresca y limpia empleando un limpiador de lengua. Tu lengua puede contar con gérmenes y partículas de alimento; por ello, si la limpias de manera minuciosa, esto puede ser de utilidad para garantizar tu higiene dental en general. [6]
    • Coloca el extremo del raspador de lengua en ella y arrástralo hacia adelante.
    • Un cepillo dental será menos eficaz que un raspador de lengua, pero aun así puede mejorar tu salud bucal si te cepillas la lengua con frecuencia.
    • Un cepillo para lengua con cerdas podría limpiarla con la misma eficacia que la de un raspador de lengua. Incluso podrías encontrar un cepillo dental que cuenta con un cepillo para lengua en el lado opuesto.
  5. El masaje en las encías guarda relación con el aumento del flujo de sangre enviado a estas, lo que aumenta la cantidad de nutrientes y oxígeno disponibles, y a la vez elimina los residuos del tejido de las encías. Puedes aplicarte un masaje en las encías con los dedos, así aflojarás el alimento remanente. [7]
    • Presiona las encías con tu dedo índice y estimúlalas con un movimiento circular suave.
    • Masajea toda el área y culmina usando un enjuague bucal o un enjuague de agua con sal tibio.
    • Ten en cuenta que, si masajeas tus encías, esto puede volverlas más sensibles. La American Academy of Periodontology advierte que el aumento de la circulación hacia las encías también puede aumentar la sensibilidad a las irritaciones provocadas por la placa y las partículas de alimento. [8]
  6. El flúor es un mineral de origen natural que puede fortalecer el esmalte y combatir las caries. Este incluso puede ser de utilidad para reparar el deterioro de los dientes, si aún se encuentra en una etapa temprana. [9]
    • Podrías aumentar tu consumo de flúor al beber agua corriente. Muchos sistemas de agua públicos le agregan flúor al agua para garantizar la salud dental de los miembros de la comunidad. [10]
    • Asimismo, puedes colocarte flúor de manera directa en tus dientes. Este ingrediente se encuentra en muchos productos de venta comercial; no obstante, podrías conseguir una mayor concentración de flúor a través de una pasta dental o un enjuague bucal de venta con receta. [11]
  7. El cepillado dental es un componente esencial de la higiene bucal diaria; no obstante, es importante que cuides tu cepillo dental, así no correrás el riesgo de sufrir una infección o una contaminación. [12]
    • Cambia tu cepillo dental cuando se desgaste o se deshilache, lo que ocurrirá aproximadamente cada 3 o 4 meses. Asimismo, debes conseguir un cepillo nuevo luego de haber sufrido un resfriado, una faringitis estreptocócica o una enfermedad similar.
    • No compartas los cepillos dentales. Si compartes un cepillo dental, esto podría hacer que tu boca corra un mayor riesgo de sufrir una infección. Las personas con un sistema inmunitario débil o enfermedades infecciosas deben ser mucho más cuidadosas para no compartir cepillos dentales ni ningún otro artículo para el cuidado bucal. [13]
    • Enjuaga tu cepillo dental con agua corriente después de cada cepillado, así eliminarás la pasta dental remanente u otros residuos. Guarda tu cepillo dental en posición vertical y deja que seque con el aire. Separa los cepillos dentales para que no exista posibilidad alguna de sufrir una contaminación cruzada. [14]
    • No cubras los cepillos dentales ni los guardes en recipientes cerrados por un tiempo prolongado. Si tu cepillo no se seca, será más vulnerable al desarrollo de microorganismos. Si colocas tu cepillo en un recipiente cerrado, esto podría acelerar su exposición a estos microorganismos, lo que aumentará el riesgo de sufrir una infección.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Desarrollar hábitos saludables para el cuidado bucal

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  1. Debes consumir una variedad de alimentos saludables y restringir los alimentos ricos en almidón o azúcar. Los alimentos con almidón y azúcar aumentan la cantidad de ácido en la boca y pueden llegar a dañar tus dientes.
    • Restringe tu consumo de comida chatarra, gaseosas o cualquier alimento pegajoso azucarado. Estos alimentos se adhieren a los dientes, y las bacterias que habitan en la boca los convierten en ácido. Las bacterias, el ácido, los residuos de alimentos y la saliva se combinan para formar la placa, la cual se adhiere a los dientes y es la base de la formación del sarro. Asimismo, los ácidos de la placa disuelven la estructura del esmalte, lo que genera agujeros en los dientes que se denominan caries. [15]
    • Consume más frutas y vegetales, y alimentos más saludables como el pan integral o el elaborado con muchos cereales.
    • Un vaso de leche es una fuente excelente de calcio, el cual es vital para mantener una buena densidad dental.
    • La vitamina D se ha relacionado con la disminución del deterioro de los dientes; sin embargo, esto aún no se ha demostrado de manera concluyente. Es esencial que no dependas únicamente de los suplementos vitamínicos para conservar la salud de tus dientes. [16]
  2. Puedes ayudar en la digestión de tus alimentos luego de comer si bebes un poco de agua refrescante. Además de los muchos otros beneficios que el agua brinda para la salud, esta es de utilidad para evitar la formación de placa en tus dientes. [17]
  3. El consumo de cigarrillos y otros productos con tabaco puede ser demasiado perjudicial para tus encías. Los fumadores corren un riesgo mucho mayor de sufrir de enfermedades en las encías. Es probable que notes que tu hábito de fumar te provoca muchos problemas en las encías, desde sensibilidad y los sangrados en las encías, hasta las heridas dolorosas. [18]
  4. La acidez fuerte podría hacer que los ácidos estomacales lleguen a tu boca y erosionen tu esmalte dental. Sufrirás un efecto similar si no tratas la bulimia, la cual es un trastorno alimenticio que consiste en purgarte, o vomitar, después de comer. Recibe tratamiento para cualquiera de estas condiciones antes de que sigan perjudicando tu salud. [19]
  5. Conoce cuál es la apariencia normal de una boca saludable, así podrás evaluar mejor todo cambio o problema que surja más adelante. [20]
    • Debes identificar los cambios de color, como las manchas o brotes. Revisa si tus dientes se han quebrado o decolorado, e informa al dentista de todo dolor persistente o cambio en tu mordida (alineación de la mandíbula).
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Aprovechar al máximo las visitas al dentista

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  1. Visita al dentista cada 6 meses para que te brinde una limpieza y un pulido profesionales. [21]
    • El dentista empleará instrumentos especiales para limpiar la placa y el sarro que se encuentren por encima y debajo de la línea de las encías.
    • Esto garantizará la salud de tus encías a largo plazo y evitará el desarrollo de enfermedades gingivales, periodontales o en las encías.
  2. Algunas enfermedades que parecen no guardar relación con tu boca pueden perjudicar tu higiene bucal, por lo que debes informar al dentista sobre lo siguiente: [22]
    • tratamientos contra el cáncer;
    • embarazo;
    • enfermedad cardiaca;
    • medicamentos nuevos.
  3. Un sellador consiste en una capa que se coloca sobre los dientes para protegerlos contra el deterioro. Estos solo pueden emplearse en los dientes saludables sin deterioro y duran un largo tiempo. [23]
    • Los selladores suelen ser una buena opción para los niños que van a desarrollar sus dientes permanentes saludables.
  4. Conversa con el dentista de manera abierta sobre toda inquietud, cambio o pregunta acerca de algún procedimiento o tratamiento. Nunca dudes en abogar por tu persona y obtener información. Puedes aprender más sobre los servicios del dentista y tus cuidados bucales en general si haces las siguientes preguntas: [24]
    • ¿Qué tratamiento recomienda?
    • ¿Hay algún tratamiento alternativo?
    • ¿Qué diferencias en costo o durabilidad existen entre los diferentes tratamientos?
    • ¿Cuán urgente es el tratamiento? ¿Qué pasaría si ocurre un retraso?
    • ¿Existen opciones de pago flexibles, como un seguro, descuentos o planes de pago?
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Consejos

  • Las personas con diabetes deben controlar sus niveles de azúcar. Asimismo, deben someterse a una revisión dental minuciosa 3 o más veces al año, si es necesario.
  • Consume goma de mascar sin azúcar. Esto aumentará la salivación y, por consiguiente, “enjuagará” la superficie de los dientes.
  • Si usas un mondadientes, debes hacerlo con cuidado, ya que introducirlo puede ser más perjudicial que beneficioso.
  • Si percibes alguna sensibilidad o presión que se acumula en tus encías o notas que estas sangran, consulta con el dentista para que te recomiende el tratamiento requerido, ya que estos son signos y síntomas iniciales de la enfermedad en las encías, la cual avanzará si no se trata de inmediato.
  • Puedes limpiar tus dientes mascando ramitas de nim o margosa una vez al día. No obstante, debes lavarlas y limpiarlas de manera adecuada antes de mascarlas.
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