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Para hacerle un enema a un perro, tendrás que introducir líquido en el ano del animal. El líquido ayuda a soltar las heces secas y podría aliviar el estreñimiento. Hacerle un enema a un perro es una tarea sencilla, pero tiene que hacerse de forma correcta. Un exceso de fuerza, el tipo incorrecto de líquido o una mala posición del enema pueden lastimar al perro. También es importante que te cerciores de que el perro requiera un enema antes de proceder. Si tienes dudas, debes llevarlo al veterinario para que le haga un examen minucioso.

Método 1
Método 1 de 3:

Determinar si un perro necesita un enema

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  1. Antes de decidir si hacerle un enema, debes llevarlo al veterinario. Si crees que está estreñido porque has notado que hace esfuerzo o que no defeca en lo absoluto, reserva una cita para que lo examinen. El perro podría tener una obstrucción o el problema podría guardar relación con una causa subyacente que requiere tratamiento.
    • Si administras un enema de forma incorrecta, esto puede lastimar a tu mascota. No trates de hacerle un enema a tu perro sin antes consultar con el veterinario y obtener consejos. [1]
  2. El estreñimiento es la acumulación de heces en la parte más inferior del intestino. Esto puede ocurrir por una falta de fibra en la dieta, lo que suele producir deposiciones secas y duras que son difíciles de expulsar. Estas son otras causas menos comunes de estreñimiento: [2]
    • No ejercitarse lo suficiente . Si tu perro no hace mucho ejercicio, podría estreñirse.
    • Deshidratación. Si tu perro no ha estado tomando suficiente agua, podría estreñirse.
    • Una obstrucción . Si tu perro come bien, se ejercita y toma agua suficiente, pero aun así no produce deposiciones, la causa podría ser una obstrucción.
    • Un cambio en la anatomía de la pelvis, como después de que un auto lo golpee . Esto podría hacer que la pelvis se vuelva más angosta y podría hacer que el animal tenga dificultades para defecar.
    • Dolor de artritis en las caderas . Esto puede hacer que el perro evite defecar en la medida de lo posible, en lugar de lidiar con el dolor y la incomodidad. Esto hace que las heces se sequen, lo que genera incluso más dificultades para expulsarlas. [3]
  3. Los hábitos y movimientos intestinales de tu perro pueden ayudarte a confirmar si está estreñido. Si crees que podría estar estreñido, obsérvalo cuando haga sus necesidades y revisa el patio cuando termine. Estas son las cosas a observar: [4]
    • Produce deposiciones duras, secas o pequeñas . Si las deposiciones son duras o pequeñas, o si no defeca en lo absoluto, podría estar estreñido.
    • No defeca por varios días . Si come bien, pero no defeca por varios días, es probable que esté estreñido.
    • Hace esfuerzo cuando intenta ir al baño . Si empieza a hacer esfuerzo y no expulsa nada, es probable que esté estreñido.
    • Llora cuando trata de defecar . Si tu perro llora cuando trata de ir al baño, deberás llevarlo al veterinario de inmediato.
  4. Hay ciertas enfermedades que pueden causar dificultades para expulsar las heces. En los machos, una glándula prostática agrandada es un problema común. La próstata reposa debajo del recto y empuja hacia arriba a medida que se hace más grande. Tal como colocar el pie sobre una manguera, una próstata agrandada puede dificultar la eliminación de las heces. [5] [6]
  5. La dificultad para miccionar a veces puede lucir como estreñimiento, en especial en las perras. [7] Si el perro suele hacer esfuerzo cuando trata de miccionar, debes llevarlo al veterinario de inmediato, sobre todo si no elimina la orina en lo absoluto.
  6. La diarrea puede confundirse con el estreñimiento, debido a los comportamientos asociados. La diarrea puede hacer que un perro se agache con frecuencia debido a la sensación de urgencia. Este es el motivo por el que es tan importante que revises los movimientos intestinales del perro y descartes la posibilidad de que tenga diarrea. [8]
    • Si tu perro expulsa deposiciones líquidas, es poco probable que esté estreñido y un enema no será necesario ni aconsejable.
Método 2
Método 2 de 3:

Prepararte para administrar el enema

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  1. Administrarle un enema a un perro ensucia mucho, por lo que debes elegir un lugar que puedas limpiar con facilidad y en el que no sea un problema que el líquido del enema se salpique. También es importante que elijas un área que esté lejos de la comida o las áreas de preparación de la misma. Estas son algunas buenas opciones:
    • un patio exterior o área de cemento que luego puedas limpiar con una manguera [9]
    • un garaje con muchos periódicos colocados en el piso
  2. Considera comprar un delantal de plástico desechable para proteger tu ropa del líquido del enema que se salpique. Usa calzado a prueba de agua que puedas lavar más adelante, como botas de goma. Los guantes de látex o goma desechables también son esenciales para protegerte las manos. [10]
    • Luego de administrarle un enema a un perro, desecha todas las prendas protectoras manchadas y lávate bien las manos.
  3. Si tu mascota tiene un estreñimiento leve, un microenema será la opción adecuada. Tu perro podría tener un estreñimiento leve si acaba de empezar a hacer esfuerzo y no se ha perdido ningún movimiento intestinal.
    • Los microenemas son enemas de venta comercial diseñados para su uso en personas. Puedes comprar estos enemas en una farmacia. Micralax es un enema de venta comercial común.
    • Los microenemas contienen un volumen pequeño de lubricante que se administra al recto para lubricar las heces con delicadeza. Estos enemas tienen un efecto suave (en lugar de explosivo) y, si se usan en las etapas iniciales del estreñimiento, ayudarán a tu mascota a expulsar las heces con normalidad.
  4. Para un enema completo, se tendrá que introducir un volumen mayor de líquido. El líquido podría ser agua tibia sola o con una cantidad pequeña de parafina líquida.
    • No uses parafina líquida pura, ya que puede generar desequilibrios de electrolitos en la sangre. [11]
  5. El líquido puede introducirse en el intestino por medio de una bomba de enema (la cual los veterinarios usan comúnmente) o una jeringa con una sonda de goma adherida (enema casero). Es posible comprar kits de enemas en las farmacias o en internet. El principio general es el mismo, sin importar el método de administración exacto, y consiste en un recipiente con líquido (pera, jeringa o bomba) que se pasa hacia el recto con una sonda suave.
    • Elige el equipo que sea apropiado para el tamaño del perro . Un perro de raza grande podría requerir una bolsa de enema (de gran capacidad), mientras que a un perro miniatura le bastará con una jeringa de 2,5 ml (0,08 oz). Si no estás seguro, pídele al veterinario que te dé una recomendación. [12]
    • Determina la cantidad de líquido que debes administrar . Al administrar un enema completo, la pauta recomendada para la cantidad de líquido que debes bombear hacia el recto es de 10 a 20 ml por kg. Por lo tanto, para un labrador de 30 kg, debes administrarle entre 300 y 600 ml (10 y 20 oz) de líquido. Sin embargo, es difícil introducir mucho líquido, ya que regresará por el recto. [13]
    • Asegúrate de tener mucho líquido de enema extra a la mano . Si tu perro no puede expulsar heces después de un enema, tendrás que repetir el proceso en 1 a 2 horas.
  6. Es de utilidad tener a un ayudante que pueda ayudarte a mantener al perro quieto y sacar su cola del camino. [14] Esto permitirá que tengas ambas manos libres para administrar el enema. Tu ayudante también podrá reconfortar al perro al acariciarlo y hablarle. Los enemas no son dolorosos, pero son incómodos y podrían asustar a tu perro.
Método 3
Método 3 de 3:

Administrarle un enema a tu perro

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  1. Lleva al perro al punto elegido y asegúrate de que el piso esté protegido con periódico. Haz que tu ayudante sostenga al perro en una posición parada y levanta la cola cuando estés listo para administrar el enema. Párate detrás del perro para que tengas una vista clara de su trasero.
    • Si tu perro tiene un pelaje largo o mechas alrededor del trasero, considera cortar el pelo largo a fin de reducir las manchas fecales cuando defeque. [15]
  2. Hay otros tipos de equipo para enema que podrían usar una bomba o una jeringa que tendrás que llenar. Para llenar la pera, bomba o jeringa, sumerge el extremo de la sonda en el líquido del enema. Luego, aprieta la pera para expulsar todo el aire. Luego suéltala para que la presión negativa absorba líquido.
    • Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente al probarla en el interior de tu muñeca. Si el agua está demasiado caliente, enfríala al agregar un poco de agua fría. [16]
    • Si vas a usar una jeringa, une la sonda al cono de la jeringa y absorbe con el émbolo para llenar la jeringa.
  3. El ano es el agujero a través del cual el perro expulsa las heces. Este es fácil de identificar en los machos, ya que es el único agujero. En las hembras, el ano está justo debajo de la cola, mientras que la vulva está más cerca del suelo, entre su lomo y sus patas.
  4. Con la ropa y los guantes protectores puestos, libera una cantidad pequeña de líquido del extremo de la sonda para lubricarla o aplica un poco de vaselina al extremo. [17] Luego toma el extremo de la sonda e introdúcelo con delicadeza en el recto del perro. Ahora aplica un poco de presión suave en la parte central del ano.
    • También podría ser de utilidad que apliques un movimiento giratorio suave a la sonda a medida que la hagas avanzar.
  5. El recto está paralelo a la columna. Dirige la sonda hacia adelante, en una línea recta paralela a la columna, para así seguir el trayecto del recto. Nunca apliques presión ni fuerza. Si la sonda no avanza, déjala en donde esté y trata de aplicar un poco de líquido, ya que quizás la punta se haya atorado en la acumulación fecal.
    • Empuja la sonda aproximadamente 2,5 a 5 cm (1 o 2 pulgadas) en el ano.
  6. Una vez que la sonda esté lo suficientemente dentro del ano, comprime la jeringa o aprieta la pera con lentitud para administrar el enema. Ve con lentitud para garantizar que el perro no se incomode y evitar las lesiones en su pared intestinal. [18]
    • Luego de administrar todo el volumen, retira la sonda del enema con lentitud.
  7. Llévalo a su punto habitual para ir al baño y anímalo a hacer sus necesidades. [19] Podría ser de utilidad que lo lleves a un paseo agradable, lento y suave para ayudar a que el líquido se mezcle con las heces y empiece el proceso de suavizar las heces.
    • Si tu perro no expulsa las heces en el primer intento, repite el proceso del enema 1 o 2 horas más tarde.
    • Recuerda darle muchas oportunidades para ir al baño entre los enemas. Cuando esté listo para ir al baño, tendrá que hacerlo de inmediato.
    • Nunca te enfurezcas con un perro al que le han hecho un enema y pierde el control. No será su culpa. Para evitar que tu perro tenga un accidente en la alfombra o tu mueble, podrías tener que mantenerlo al aire libre hasta que haya ido al baño.

Advertencias

  • No le hagas un enema sin llevarlo al veterinario antes. Si le haces un enema, antes de descubrir la causa del estreñimiento, esto puede causarle un daño grave.

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