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El hígado de tu gato es un órgano vital, ya que contribuye a la desintoxicación y circulación de su sangre. Los shunts hepáticos impiden que la sangre fluya hacia el hígado para que pueda desintoxicarse. Esto puede provocarle numerosos problemas de salud. Los shunts hepáticos se desarrollan antes del nacimiento y no se pueden prevenir en el gato. [1] Para determinar si tu mascota tiene shunts hepáticos, primero identifica los síntomas físicos y conductuales de esta afección. Luego, puedes tratarlos con dieta, medicamentos y cirugía.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Identificar los shunts hepáticos en gatos

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  1. Los gatos con shunts hepáticos tienden a tener un crecimiento atrofiado, que los hace muy pequeños o delgados para su edad y raza. Observa si tu gato parece tener una estatura pequeña o no parece desarrollarse a medida que envejece. Un gato con shunts hepáticos también puede tener un peso inferior al normal, lo que se debe en parte a la falta de apetito. [2]
    • Compara el peso y el tamaño de tu gato con el peso y el tamaño estándar de su raza. También puedes llevarlo al veterinario para determinar si tiene un crecimiento atrofiado, posiblemente debido a los shunts hepáticos.
  2. Otro síntoma físico común de los shunts hepáticos son las convulsiones y el tambaleo. Tu gato puede tambalearse como si estuviera borracho o con problemas de equilibrio, con frecuencia después de comer su comida. También podría dar vueltas, caminar de un lado a otro o tropezar cuando camina. También podrías notar que babea mucho. Todos estos son posible signos de shunts hepáticos. [3]
    • Un gato con shunts hepáticos puede tener la mirada perdida y verse desorientado y aletargado.
    • Presta atención a los síntomas que empeoran después de que el gato termina de comer.
  3. Si tu gato tiene shunts hepáticos, no mostrará interés en su comida o dejará de comer por completo. Esta falta de apetito puede deberse a una sensación general de enfermedad o náuseas debido a los shunts hepáticos. [4]
  4. Los gatos con shunts hepáticos tienden a presionar la cabeza contra objetos, como el piso, la pared o un mueble. Es probable que lo haga para ayudar a reducir la sensación de náuseas, ansiedad y enfermedad a causa de los shunts hepáticos. [5]
  5. Si notas cualquier síntoma físico o conductual de shunts hepáticos en tu gato, llévalo al veterinario de inmediato. Él lo someterá a una serie de exámenes para determinar si tiene shunts hepáticos, incluido un examen físico, un análisis de sangre, un análisis de orina, una prueba de función hepática y una radiografía. [6]
    • La mayoría de estos exámenes pueden realizarse durante la cita con el veterinario y no son invasivos.
    • Las pruebas de función hepática podrían requerir que el gato ayude durante toda la noche o por varias horas de modo que sus ácidos biliares puedan medirse de forma adecuada.
  6. Si tu gato tiene shunts hepáticos, es posible que no pueda orinar en absoluto o que tenga que esforzarse para orinar en las etapas posteriores. Como alternativa, podría orinar y defecar con frecuencia. Si tu gato está orinando, podrías notar sangre en su orina. Esto es un signo de una etapa avanzada de shunts hepáticos. [7]
    • También puedes observar que tu gato tiene diarrea y parece ser incapaz de controlar sus evacuaciones intestinales. Esto también puede ser un indicador de shunts hepáticos.
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Tratar los shunts hepáticos en gatos

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  1. El veterinario recomendará un tratamiento de bajo impacto como un ajuste en la dieta de tu gato. Darle una dieta baja en proteínas ayudará a reducir algunos de los síntomas de los shunts hepáticos. Aliméntalo con comida de alta calidad que sea baja en proteínas, como la comida para gatos hecha con ingredientes naturales.
    • El veterinario debe poder recomendarte marcas de comida para gatos que serían ideales para el tratamiento de los shunts hepáticos.
    • En ocasiones, se recomendará ajustar la dieta de tu gato, aparte de otros tratamientos como los medicamentos o la cirugía.
  2. El veterinario sugerirá medicamentos para tratar los shunts hepáticos en tu gato. Los antibióticos ayudan a alterar las bacterias en los intestinos de la mascota, lo que luego puede reducir las toxinas en su sangre. Los medicamentos con lactulosa también ayudan a reducir las toxinas en su sangre. Consulta con el veterinario sobre la dosis adecuada de estos medicamentos. [8]
    • Si tu gato tiene convulsiones, el veterinario puede recomendarle medicamentos anticonvulsivos.
  3. Si el estado de tu gato es grave, el veterinario recomendará una cirugía para tratar los shunts hepáticos. La cirugía es una solución permanente para el problema del gato, pero puede ser costosa. Durante la cirugía, se redirigirá el flujo de sangre al hígado de tu mascota. Esto ayudará a que su hígado funcione correctamente y evitará los shunts hepáticos en el futuro. [9]
    • El veterinario no puede realizar la cirugía en su consultorio, pero puede recomendarte un especialista que pueda llevarla a cabo.
    • El gato recibirá anestesia general durante la cirugía.
  4. Después de la cirugía, el gato recibirá medicamentos para ayudar a que su cuerpo se adapte a un hígado en funcionamiento. Dale los medicamentos requeridos para que su hígado pueda regenerarse y volver a funcionar de forma adecuada. Con frecuencia, los gatos que se recuperan bien después de la cirugía tienen buen pronóstico, ya que los shunts hepáticos rara vez regresan. [10]
    • Si tu gato muestra algún signo de hipertensión después de la cirugía (como vómitos, diarrea o dificultad para respirar), llévalo al veterinario de inmediato. Él tratará el problema y verificará que tu gato se esté sanando de forma adecuada después de la cirugía.
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