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La expulsión de una escuela es un acontecimiento grave en la vida, y puede hacer que tu hijo y tú se sientan perdidos o desesperados. Esta situación puede abrumarte, pero tendrás que guardar la calma e informarte lo más que puedas. Asiste a la reunión sobre la expulsión con tu hijo y cerciórate de que brinde su versión de la historia. Por último, deberás superar la situación y elegir la opción educativa que consideres más apropiada para él

Parte 1
Parte 1 de 4:

Lidiar con las noticias

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  1. Quizás acabes de recibir las noticias o estés a punto de asistir a una reunión; en cualquier caso, si mantienes la calma, esto será de utilidad para solucionar los problemas y abordar la situación con la mente despejada. Podrías apoyar a tu hijo de inmediato o considerar que su expulsión es un reflejo de tu persona. Si recibes una llamada telefónica o tienes una reunión con el personal de la escuela, haz tu mejor esfuerzo por guardar la calma en todo momento. [1]
    • Si notas que te sientes alterado y necesitas calmarte, deberás respirar profundo un par de veces. Respira desde el diafragma y prolonga cada respiración hasta que te sientas más tranquilo y centrado.
  2. Primero deberás hacerles preguntas a tu hijo y al personal del distrito escolar sobre lo ocurrido. Pregunta quién ha estado involucrado, qué ha ocurrido y el orden en el que hayan sucedido los acontecimientos. Obtén toda la información que puedas conseguir de la mayor cantidad posible de personas con diferentes puntos de vista. No dudes en solicitar una reunión o llamar en otro momento para pedir más información. Recuerda que se trata del futuro de tu hijo. [2]
    • Podría haber diferencias en las versiones (lo que dependerá de quién las cuente), pero ten una idea lo más clara posible de lo ocurrido.
    • Deberás estar dispuesto a escuchar ambas versiones sin criticar ni interrumpir.
  3. La escuela lidiará con tu hijo como estudiante, pero tú lo abordarás como padre. Una expulsión será una consecuencia académica grave, pero tu hijo también deberá afrontar consecuencias en casa. Determina qué será apropiado para su comportamiento. [3]
    • La expulsión no deberá ser sinónimo de vacaciones para él. Podrías tener que quitarle sus privilegios (como el uso del teléfono o la televisión) o reducir sus libertades con sus amigos.
  4. Quizás hayas centrado tu tiempo y atención en tu hijo durante esta situación, pero también tendrás que cuidar de tu persona. Conversa con alguien, como tu pareja, un amigo u otro padre que entienda lo ocurrido. Incluso si no puede solucionar tus problemas, será de utilidad que hables sobre el tema y lo que estés atravesando. [4]
    • Haz algo por ti que te haga sentir que gozas de apoyo y cuidados. Toma un baño, da una caminata, escribe un diario o escucha música relajante.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Asistir a la reunión del proceso correspondiente

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  1. Tu hijo y tú tendrán derecho a conocer el motivo de la expulsión y aquello de lo que se le acuse. También tendrán derecho a conocer la evidencia obtenida. Ambos merecerán que los escuchen. [5]
    • Algunos derechos podrían variar en cada distrito escolar. Revisa la página web del tuyo o pídele a un empleado que te entregue el manual de la escuela sobre la forma en la que se manejan estos procedimientos.
  2. Podrías solicitar asesoría legal para afrontar la expulsión de tu hijo. Un abogado de menores podrá enseñarle a tu hijo y a ti los derechos que tienen, y les recomendará algunas medidas a adoptar. Él podrá asistir con ustedes y brindarles consejos a ambos cuando se reúnan con la junta escolar. [6]
    • Acudir a un abogado será una medida opcional, pero puede ser de utilidad para aprender sobre el proceso y lo que este abarcará. Si no sabes con certeza qué deberías decirle al personal de la escuela, el abogado podrá intervenir y hablar por ti. Acude con uno a la reunión con la junta y solicita un trato justo.
    • Consigue uno que ya haya trabajado en casos de expulsión. Busca en internet o pídele a alguien de confianza que te recomiende uno.
  3. La escuela deberá indicarte la fecha, la hora y el lugar de la reunión. Quizás quieras aprender sobre el proceso y lo que ocurrirá durante él, como las personas que hablarán y los temas a conversar. Puedes llevar una carta o un plan que puedas mencionar durante el proceso. [7]
    • Deberán permitir que revises los registros escolares antes de la reunión.
  4. Si consideras que la expulsión es injusta e inmerecida, podrás apelarla. Siempre tendrás derecho a hacerlo; sin embargo, las apelaciones casi nunca tienen éxito. Deberás tener un motivo sólido por el que creas que se trata de un malentendido o un exceso. De lo contrario, si prolongas el proceso, este puede volverse agotador y no brindar ningún beneficio.
    • Las apelaciones se realizarán en la reunión sobre la expulsión o poco después de ella. Este proceso variará según la escuela, y podría explicarse en el manual de la misma.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Adoptar las siguientes medidas en torno a la educación de tu hijo

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  1. Según el motivo de la expulsión, podrías tener que evaluar las metas educativas de tu hijo y si el sistema educativo convencional es el entorno adecuado para cumplirlas. Asimismo, si tiene alguna necesidad especial o dificultad de aprendizaje, podrías tener que buscar otras maneras de cubrir sus necesidades educativas.
  2. Si lo han expulsado y no quieren recibirlo en la misma escuela, tendrás que idear algunas opciones para su educación. El distrito escolar deberá brindarte algunas recomendaciones sobre las próximas medidas que puedes adoptar, pero podrás elaborar un plan por tu cuenta. Podrás llevarlo a otra escuela pública, alternativa o privada; o enseñarle en casa.
    • Las escuelas privadas podrían ser internados o escuelas diurnas. Entre estas tenemos a las militares, las religiosas o las terapéuticas. [8]
    • La enseñanza en casa puede ser de utilidad para los chicos que tengan problemas sociales. Si tu hijo se relacionaba con personas de dudoso comportamiento, la enseñanza en casa podrá ser una buena opción. Él incluso podrá terminar sus estudios en línea. Busca más información sobre las escuelas en línea a través del distrito escolar o la página web de educación en tu localidad.
    • Tal vez la educación en línea también esté disponible en tu región. Algunas organizaciones ofrecen educación pública en línea y enseñanza en casa (como la organización K-12). [9] Estos programas pueden ser guiados por un profesor o autónomos.
  3. Algunas escuelas volverán a admitir a los estudiantes luego de haber completado los pasos de la readmisión. El plan podría incluir la asistencia a una terapia conductual o para el control de la ira, o un tratamiento para el abuso de substancias; o completar un periodo de servicio comunitario. Un miembro de la junta escolar podría revisar el progreso del plan de readmisión. [10]
    • Luego de culminar el plan, es probable que el menor deba volver a acudir a la junta. Ellos votarán para determinar si volverán a admitirlo.
  4. Podrías necesitar un tiempo libre en el trabajo o explicarle lo que ocurre al personal de tu centro laboral. Si sientes que tienes que estar al lado de tu hijo durante la expulsión, conversa con tu jefe sobre la situación e indícale que necesitarás un tiempo para tu familia. Podrás contarle lo que ocurre o no, esto dependerá de ti.
    • Dile “Mi hijo está teniendo dificultades y necesito un tiempo libre”. Si quieres ser más específico, dile “Han expulsado a mi hijo de la escuela y necesita la presencia de un adulto hasta que lleguemos a una solución. Necesito un poco de paciencia conforme soluciono el problema, y requeriré un par de días”.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Afrontar los comportamientos problemáticos

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  1. Su comportamiento extremo podría ser una señal de que necesita ayuda o una intervención. La terapia podrá ayudarlo a desarrollar habilidades y comportamientos positivos. Él podría aprender habilidades de plenitud mental, las cuales pueden ayudarlo a tomar mejores decisiones y afrontar el estrés de maneras más eficaces. [11]
    • No deberá considerar la terapia como un castigo o una consecuencia de su mal comportamiento.
    • Busca un terapeuta comunicándote con tu proveedor de seguros o una clínica de salud mental en tu localidad. También podrás pedirle a un doctor o un ser querido que te recomienden uno.
    • También podrían acudir a terapia familiar. Esto puede ser de utilidad para que toda la familia desarrolle mecanismos de defensa positivos y puedan superar lo ocurrido. Asimismo, la terapia familiar podrá ayudarlos a adaptarse a los cambios que la expulsión del menor genere. Si tienes varios hijos, esta terapia también podrá ayudar a sus hermanos a asimilar sus sentimientos y lidiar con los cambios luego de la expulsión.
  2. Este será el momento en el que deberás llevar a cabo tu rol de padre, en especial si los problemas en la escuela se centraban en su comportamiento. Reflexiona sobre los problemas específicos que tenga y la manera en la que puedas ayudarlo. ¿Le falta el respeto a las figuras de autoridad, acosa a los demás o realiza actividades peligrosas? Busca maneras de solucionar estos problemas en casa, como involucrar a sus hermanos. Deberás ser firme con él, pero también tendrás que mostrarle empatía y comprenderlo. Interactúa de forma calmada y establece un vínculo a nivel emocional. [12]
    • Por ejemplo, si acosaba a otros niños en la escuela y lo han expulsado, deberás observar cómo interactúa con sus amigos o hermanos, y no dudes en corregir el mal comportamiento. Dile “No puedes hablarle así a tu hermana. Hazlo de la forma apropiada”.
  3. Llámale la atención a tu hijo siempre que se comporte mal, e indícale que deberá hacer algunos cambios. Podría ser de utilidad que apliques algunas nuevas reglas en casa o que muestres las consecuencias de una manera diferente si lo que has estado haciendo no ha funcionado. Céntrate en las consecuencias, en lugar de los castigos, así tu hijo podrá aprender de la experiencia. [13]
    • Cerciórate de que conozca las reglas y las consecuencias cuando quebrante una.
    • Por ejemplo, si los planes cambian, haz que te llame con su teléfono. Si no lo hace, deberás castigarlo o quitarle sus privilegios con la computadora.
  4. Nadie dijo que la paternidad sería sencilla. Si tienes dificultades para lograr que tu hijo te respete o aplicar las reglas, podría ser de utilidad que asistas a clases para padres. Con frecuencia, estas clases estarán dirigidas a un grupo de edad específico, como los hijos pequeños o adolescentes. Podrías obtener un poco de perspectiva y algunas ideas nuevas sobre la manera de lograr la tranquilidad, el orden y la estabilidad en tu hijo. [14]
    • No hay ningún problema en admitir que no sabes cómo ser un padre perfecto, ya que nadie lo es. Estas clases podrán brindarte como mínimo algunos consejos nuevos que podrás probar.
    • Busca clases para padres en línea o asiste a una en persona en una clínica de salud mental, una iglesia o un hospital.
  5. Este está diseñado para los niños y adolescentes que tienen problemas conductuales o de salud mental, y que requieren más atención fuera de una terapia semanal convencional. El niño recibirá tratamiento médico y psicológico especializado en un entorno seguro y estructurado. El tratamiento durará de uno a varios meses, y suele incluir a los padres y la familia. [15]
    • Si bien este tipo de tratamiento no es una solución a largo plazo para la educación, los niños podrán obtener créditos académicos conforme mejoren su comportamiento.
    • El doctor o terapeuta de tu hijo podría recomendar un centro de tratamiento, o puedes buscar uno en internet.
  6. Según la composición de su hogar, tu hijo podría necesitar que lo expongas a otros adultos positivos que le brinden apoyo. Busca organizaciones como Boys and Girls Clubs, Big Brothers, Big Sisters, organizaciones de chicas o chicos exploradores, y otras similares. Si haces que participe en uno de estos grupos, esto podría brindarle estructura, ayudarlo a desarrollar una conducta prosocial, y exponerlo a adultos positivos y ejemplares.
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Consejos

  • Procura estar lo más tranquilo posible durante la situación.
  • Nunca te rindas. Los estudiantes expulsados pueden tener mucho éxito en la vida luego de obtener el apoyo adecuado.
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