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Los niños pequeños generalmente sienten curiosidad y comienzan a tocarse a sí mismos, muchas veces, en los momentos menos apropiados. Al abordar su comportamiento, no exageres ni avergüences al niño. En cambio, háblale con calma y con total naturalidad. Dale alternativas y no recurras a la fuerza física. Ten una conversación con él y hazle saber que tocarse no es algo para hacer en público. Por último, comienza a enseñarle los límites sobre cómo tratar y respetar su propio cuerpo y el cuerpo de quienes lo rodean.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Responder a su comportamiento

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  1. Los niños podrían sentir placer en actos ultrajantes para conseguir una reacción. Por ejemplo, tu hijo podría salir de su habitación totalmente desnudo y sentir orgullo por sí mismo. Si suele ser exhibicionista, no reacciones, dado que le quitará la gracia. [1] Responde con calma sin que obtenga una reacción.
    • Por ejemplo, puedes decir "¿Quién te ha quitado la ropa?" o "No sabía que hoy era el día de estar desnudos".
  2. En especial si tu hijo se toca distraídamente, redirige su atención. Esto puede ser útil si estás en un lugar público y no quieres hablar de su comportamiento o convertirlo en una discusión. Una de las mejores coas que puedes hacer es poner algo en sus manos para que toque. Esto le dará una actividad y lo mantendrá enfocado en otra cosa.
    • Por ejemplo, puedes decir "¿Puedes sostener esto por mí?" o "Mejor juguemos con esto".
  3. Jamás golpees su mano cuando se toque. Esto puede enviarle un mensaje negativo sobre su cuerpo, sexualidad y curiosidad normal. No uses ningún tipo de fuerza. En cambio, usa las palabras. Quizás tu hijo necesite un tiempo para recordar que no debe tocarse, así que ten paciencia. [2]
    • Por ejemplo, puedes decir "Las manos afuera del pantalón" o "No es un momento apropiado para hacer eso".
  4. Hazle saber que comprendes que tocarse se siente bien. Evita avergonzarlo o actuar como si estuvieses muy avergonzado. [3] Es importante que tu hijo tenga una relación saludable con su cuerpo y su sexualidad. Sé suave al hablar del tema y pedirle que se detenga.
    • No le digas cosas que puedan avergonzarlo o hacer que considere que su curiosidad es mala o negativa.
    • Por ejemplo, puedes decir "Sé que tocarte te hace sentir bien, pero no es el momento apropiado".
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Tener una conversación sobre su comportamiento

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  1. Dile a tu hijo que es normal sentir curiosidad por su cuerpo y querer explorarlo. Al descubrir que algo se siente bien, normalmente querrá volver a hacerlo. [4] Recuerda que los niños pequeños son curiosos y experimentales.
    • Permitir que tu hijo experimente comportamientos apropiados para su edad hará que desarrolle actitudes más saludables con respecto a la sexualidad y su cuerpo.
  2. Dile a tu hijo que no está bien mostrar sus partes privadas a otras personas, en especial en público. Deja en claro que los comportamientos de tocarse y explorarse son aceptables solo en casa. [5] Si suele mostrar sus partes privadas o tocarse al estar fuera de casa, establece un límite claro.
    • Por ejemplo, puedes decir "Está bien hacer eso en casa, pero no está bien hacerlo cuando hay gente cerca".
  3. Sin mostrar críticas o desaprobación, anímalo sutilmente a explorar su cuerpo en privado. Este es un buen momento para hablar de la privacidad y su importancia. [6]
    • Procura que la conversación de la privacidad sea constante y apropiada en función de su edad. Si tu hijo te pregunta por qué tiene que hacerlo en privado, dile que es similar a usar el baño.
  4. Los niños pequeños se vuelven más conscientes de sus cuerpos e identidad de género. Probablemente hagan preguntas sobre sus cuerpos, los cuerpos de los demás y tal vez sientan curiosidad por hablar de la masturbación. Pueden sentir curiosidad por la identidad de género y las diferencias entre niños y niñas. Si tu hijo te hace preguntas, responde de forma apropiada a su edad. Adopta una actitud calma y directa, y no te avergüences al responder. [7]
    • Quizás aún no sea momento para hablar de sexo, pero siéntete libre de hablar de las cosas por las que sienta curiosidad. Por ejemplo, puedes decir "Sí, tocarse las partes privadas se siente bien. Están hechas para hacerte sentir bien".
    • Explícale que es dueño de su cuerpo y debe cuidarlo.
    • Evita los apodos para las partes privadas. Enséñale a usar las palabras correctas, como "pene" y "vagina". [8]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Hacer cumplir límites físicos

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  1. Si bien es normal que tu hijo quiera explorar su cuerpo, enséñale a no tocar a otros niños o adultos, en especial cerca de las partes privadas. Esto también puede ayudarlo a aprender sobre privacidad y respeto hacia los demás. [9] Si ves que tu hijo toca a otro niño de forma inapropiada, dile sutilmente "Por favor, no toques a Juan de esa forma".
    • Enséñale a tu hijo que nadie debe tocarlo de una forma que le genere incomodidad.
  2. Si tu hijo se masturba constantemente y no parece reconfortarse con otra cosa, evalúa si siente estrés, ansiedad, soledad o aburrimiento. [10] Si la masturbación parece ser un método de alivio del estrés, ayúdalo a encontrar otras formas de lidiar con sus emociones. Por ejemplo, practica etiquetar sus emociones y hablar de sus sentimientos. Si tu hijo es ansioso, respiren profundo juntos para calmarse.
    • Si considera que la masturbación es un alivio del estrés, dile que está bien tocarse, pero que hay otras formas de lidiar con sus sentimientos.
  3. Los niños pueden representar sus experiencias cuando no tienen las palabras para decir lo que ocurre. Si tu hijo comienza a representar experiencias o situaciones de forma repentina que tienen una gran carga sexual más allá de explorar las partes de su cuerpo, toma nota de estas señales que exhibe. Algunos niños pequeños pueden volverse muy dependientes o negarse a separarse de su cuidador. Otros pueden tener un retroceso en su desarrollo e involucionar a etapas que han pasado hace mucho. Presta atención a los juegos agresivos con sus juguetes, otros niños o el cuidador. [11]
    • Si sospechas que sufre abuso, tómalo con seriedad. Aléjalo de los supuestos agresores y busca ayuda a través de las autoridades.
  4. Si tu hijo se toca de forma inapropiada y no parece querer o ser capaz de detenerse, quizás sea hora de hablarlo con el pediatra e incluso un terapeuta. En especial si tu hijo está muy interesado en otras actividades sexuales o en tocar a otros niños, es importante consultar con un profesional y pedirle consejos.
    • Un profesional podría ayudarte a hablar con tu hijo acerca de su comportamiento o enseñarte a abordar la acción de manera positiva. También puede ayudarte a realizar una evaluación si ocurre un abuso y ayudarte a obtener intervención y apoyo.
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