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La culata (o cabeza) constituye una parte importante del motor de tu vehículo y desempeña un papel integral en el proceso de combustión interna. Este elemento sirve para controlar la entrada de aire y combustible, además de la expulsión de gases de escape. Debido a que una culata está compuesta por numerosos elementos pequeños, limpiarla puede resultar una tarea bastante sencilla. Tan solo asegúrate de desmontarla por completo y tener cuidado de no dañar su superficie durante el proceso de limpieza.

Método 1
Método 1 de 3:

Prepararte para limpiar la culata

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  1. Antes de comenzar, debes reunir las herramientas y el equipo que vas a necesitar para limpiar la culata de manera adecuada. Puedes encontrar la mayoría de estas herramientas en casa, aunque también vas a necesitar un limpiador químico de partes y frenos que puedes conseguir en una tienda local de autopartes. También vas a necesitar agua tibia para remojar la culata. Antes de comenzar, debes reunir los siguientes suministros: [1]
    • un limpiador de frenos o partes
    • aire comprimido en aerosol o un compresor de aire
    • dos tinas o baldes grandes
    • papel absorbente o trapos
    • una espátula de plástico
  2. Cuando la culata se encuentra instalada, contiene numerosas piezas pequeñas que debes desmontar antes de comenzar el proceso de limpieza. La mayoría de las culatas contienen uno o dos árboles de levas, válvulas de admisión y de escape con herrajes de soporte y probablemente algunos componentes de arranque (como bujías o bobinas de encendido). Debes extraer y almacenar todas estas piezas de manera segura mientras limpias la culata. [2]
    • Debes tener cuidado al extraer la tapa de la válvula que se encuentra sobre la parte superior de la culata para evitar que se deforme. Afloja primero todos los pernos y luego desenróscalos por completo.
    • Ten cuidado de no perder ninguna de las piezas pequeñas que extrajiste.
    • Es probable que tengas que presionar algunos componentes de la culata utilizando una troqueladora. Si no tienes acceso a una, podrías acudir a un taller de mecánica para que realicen este trabajo por ti.
  3. El proceso de limpieza de la culata implica el uso de agentes químicos de limpieza que resultan un serio peligro para los ojos y pueden irritarte la piel debido al contacto prolongado. Con el fin de protegerte, debes utilizar el equipo de seguridad adecuado en todo momento mientras limpias la culata. [3]
    • Utiliza gafas de seguridad para protegerte los ojos. Debes llevarlas puestas en todo momento mientras trabajas con agentes químicos de limpieza.
    • Consigue unos guantes que sean resistentes a los productos químicos para protegerte las manos y evitar que se irriten al hacer contacto con el limpiador de partes y frenos. Si el limpiador que vas a utilizar no viene en un envase con aerosol, puedes utilizar guantes largos (que se extienden hasta los codos) para llenar la tina.
  4. La mayoría de las culatas están hechas de hierro o una aleación de aluminio. Cada material presenta ventajas y desventajas en términos de rendimiento y vida útil del vehículo, pero lo más importante es que el aluminio es un metal más blando y puede ser más propenso a sufrir daños durante el proceso de limpieza. Para determinar el tipo de metal del que está hecha la culata, debes consultar el manual de servicio de tu vehículo o detectar los siguientes factores que pueden ayudarte a determinar esta información:
    • Las culatas de aluminio son mucho más ligeras que las de hierro, tanto en peso como en color. Las culatas grises claras probablemente están hechas de aluminio, mientras que las de colores más oscuros pueden indicar la presencia de hierro.
    • El hierro tiende a oxidarse, mientras que el aluminio no. Si existen indicios de oxidación superficial sobre la culata, entonces está hecha de hierro.
    • Si acercas un imán a la culata, este no se quedará pegado si está hecha de aluminio, pero sí lo hará si está hecha de hierro.
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Método 2
Método 2 de 3:

Limpiar la culata

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  1. Existe una buena probabilidad de que aún quede algo de material de la junta sobre la culata. La junta genera un sello entre la culata y el bloque del motor (que a veces se conoce como extremos "superior" e "inferior"). Raspa los restos de la junta utilizando una espátula de plástico. Ten mucho cuidado de no causar rayones ni daños sobre la "superficie de contacto" de la culata donde se puede encontrar el material de la junta. Cualquier rayón o daño puede causar fugas que provocarán la falla de la junta en cuanto ensambles nuevamente el motor. [4]
    • No utilices una espátula metálica ni ninguna herramienta que pueda dañar la superficie de contacto de la culata.
    • Asegúrate de extraer todo el material sobrante de la junta para que obtengas un sello adecuado al volver a instalarla.
  2. Luego de retirar el material de la junta, debes colocar la culata en la primera tina. Si vas a utilizar un limpiador de partes líquido, debes verterlo en la tina con la culata dentro para que puedas utilizarlo mientras la limpias. Si vas a utilizar un limpiador en aerosol, no necesitas llenar la tina. [5]
    • Debes tener cuidado al mover la culata. Es probable que existan pernos y boquillas del aspirador que sobresalen y que se pueden dañar si los golpeas contra las paredes o las mesas.
    • En función de la situación, es probable que necesites ayuda para mover las culatas dentro y fuera de las tinas, ya que pueden resultar bastante pesadas.
  3. Utiliza un trapo y el agente de limpieza de tu elección para frotar cada sección de la culata a la que puedas acceder. Vierte o rocía el limpiador sobre las áreas de la culata que no logres alcanzar. El agente de limpieza romperá la mayoría de los restos de carbón y el aceite quemado, pero es probable que tengas que frotar un poco más sobre algunas áreas. [6]
    • No debes utilizar un cepillo de dientes de acero ni ninguna otra cosa que pueda dañar las superficies de contacto de la culata a medida que la frotas.
    • Debes tomarte tu tiempo para asegurarte de limpiar cada rincón y cada grieta de la culata.
  4. Luego de frotar la culata, debes llenar la segunda tina con agua tibia. Asegúrate de que la tina sea lo suficientemente alta como para permitir que la culata quede sumergida por completo dentro del agua. Luego, llénela con suficiente agua como para cubrir por completo la culata. Lo más probable es que desees llevar a cabo el siguiente paso al aire libre o en una habitación que cuente con desagüe. [7]
    • Asegúrate de que la tina sea lo suficientemente grande como para permitir que la culata quede sumergida por completo.
    • Debes utilizar agua de tibia a caliente cuando llenes la tina.
  5. Coloca suavemente la culata dentro de la tina llena de agua. El agua ingresará en las áreas de la culata a las que no lograste acceder con el trapo y también te ayudará a eliminar el agente de limpieza que utilizaste en el paso anterior. Las culatas de aluminio pueden dañarse si se exponen de manera prolongada a los limpiadores cáusticos, por lo que es fundamental que los enjuagues bien. [8]
    • Deja que la culata se asiente en el agua durante unos minutos.
    • Si la culata no se encuentra totalmente sumergida, debes agregar agua tibia hasta que lo esté por completo.
  6. Luego de unos minutos, debes levantar cuidadosamente la culata de la tina y colocarla sobre una encimera estable. Utiliza un trapo limpio para limpiar la culata y eliminar la mayor cantidad de agua posible. Asegúrate de escurrir toda el agua estancada que pueda haberse acumulado en los rincones y grietas de la culata. [9]
    • No lograrás secar la culata por completo si solo utilizas un trapo. Sin embargo, si extraes la mayor parte del agua, lograrás secarla más rápido.
    • No reutilices un trapo que contiene un agente de limpieza. Asegúrate de utilizar un trapo nuevo y limpio.
  7. Si tienes acceso a una hidrolavadora (que sea del tipo específico diseñado para limpiar autopartes), puedes realizar un trabajo de limpieza más eficaz sobre las áreas internas y externas de la culata. Al igual que con el lavado a mano, las hidrolavadoras no suelen limpiar bien las superficies internas que son difíciles de alcanzar, pero pueden reducir drásticamente el esfuerzo necesario para limpiar el resto de la culata.
    • Las hidrolavadoras son comunes en muchos talleres de mecánica.
    • Puedes comprar una hidrolavadora más pequeña en una tienda de autopartes, aunque el costo puede resultarte inasequible si no tienes la intención de limpiar otras partes del auto.
  8. Estas lavadoras son otro tipo de equipo especializado que se utiliza para limpiar a profundidad las autopartes. Están llenas de agentes de limpieza cáusticos que pueden alcanzar todas las superficies internas y externas de la culata. Además, requieren un esfuerzo significativamente menor que otras opciones de limpieza, ya que todo lo que tienes que hacer es colocar la parte dentro de la lavadora y encenderla.
    • Por lo general, puedes encontrar estas lavadoras en talleres de mecánica profesionales.
    • Puedes optar por colocar la culata dentro de una lavadora después de limpiarla a mano para asegurarte de que se mantenga lo más limpia posible.
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Método 3
Método 3 de 3:

Secar y almacenar la culata

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  1. Luego de secar las superficies externas de la culata con un trapo, puedes utilizar aire comprimido en aerosol o un compresor de aire para pulverizar todos los túneles estrechos y las aberturas de la culata. Esto secará la culata y eliminará el polvo y otros residuos que puedan haber caído dentro de la cabeza durante el proceso de limpieza. [10]
    • Rocía el aire en cada abertura que logres encontrar sobre la culata para asegurarte de que no le quede humedad ni residuos.
    • Asegúrate de que no existan residuos de ningún tipo dentro de la culata. Incluso las cantidades pequeñas de residuos pueden dañar seriamente la culata una vez que se asientan.
  2. Debes dejar la culata sobre una encimera para que se seque por completo. Coloca papel absorbente sobre la parte superior para evitar que el polvo ingrese en la culata limpia y libre de residuos. [11]
    • No debes almacenar la culata si aún se encuentra húmeda. Las culatas de hierro, en particular, suelen oxidarse si se almacenan húmedas.
  3. Antes de volver a ensamblar o almacenar la culata limpia, debes inspeccionarla para detectar cualquier daño que pueda haber resultado del proceso de limpieza o que haya ocurrido con anterioridad. Cualquier grieta sobre la culata puede perjudicar su capacidad de funcionamiento. Además, las imperfecciones, rayones o arañazos sobre la superficie de contacto (la parte inferior de la culata) provocarán el fallo de la junta. Si notas algún daño de este tipo, aún puedes reparar la culata en un taller de mecánica. Sin embargo, lo más probable es que tengas que comprar una culata nueva.
    • Si observas que la culata aún se encuentra sucia en algunos lugares durante la inspección, debes comenzar nuevamente el proceso de limpieza.
    • Recuerda que más vale prevenir que lamentar. Vas a requerir bastante tiempo para volver a ensamblar e instalar una culata. Si te preocupa que la culata esté dañada, debes hacer que la examinen en un taller de mecánica local.
  4. Si tienes la intención de almacenar la culata durante un tiempo antes de volver a ensamblarla, debes tomar las medidas preventivas del caso para protegerla de los escombros y evitar que se oxide. Rocíala ligeramente con un lubricante de la marca WD40 antes de colocarla en una bolsa de plástico resistente.
    • Amarra la bolsa para sellarla o asegúrala para evitar que la suciedad ingrese por accidente.
    • Asegúrate de guardar la culata en un lugar seguro y en el que no sufra daños.
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