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Los libros son objetos intrigantes. Tienen la capacidad de conectar a una persona con la realidad que se alberga en sus páginas. Pueden generar recuerdos, dar lecciones y mucho más. Contienen desde historias para niños hasta métodos complicados de hackeo . Existen muchas maneras de manipular y cuidar tus libros, ya sea que tengas una colección de libros poco comunes o que simplemente quieras mantener tus libros en buen estado. En este wikiHow encontrarás información sobre cómo manipular, cuidar y guardar tus libros de manera apropiada para poder conservarlos en el mejor estado posible y así preservar su memoria, importancia y calidad.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Manipular y cuidar los libros

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  1. De esta manera, se reducirá el desgaste por el uso, los derrames accidentales o las manchas permanentes. Lávate las manos antes de tocar cualquier libro y evita tener líquidos o alimentos cerca mientras manipulas o lees tus libros para poder mantenerlos en buen estado. [1]
    • Evita usar tu saliva para pasar las páginas. Una buena alternativa es una esponja. [2]
    • Usa guantes de algodón para manipular libros poco comunes, antiguos o frágiles.
  2. Los marcadores pueden añadir presión al encuadernado o al pegamento del lomo, así como dejar marcas o hendiduras en las páginas. Por lo tanto, asegúrate de quitar los que son muy gruesos para reducir la probabilidad de que las hojas se rasguen, se rompan o se dañen accidentalmente mientras lees. [3]
    • Intenta usar un poco de hilo o un listón de seda como marcador para no dañar tus libros por accidente.
    • Si deseas conservar el marcador junto con el libro, colócalo en un sobre de papel libre de ácido al lado del libro o dentro de un encarte. [4]
    • Evita doblar las esquinas de las páginas, ya que esto puede causar daño casi permanente. [5]
  3. Los libros de tapa blanda y de tapa dura se encuadernan con un adhesivo, con costuras o una combinación de ambos métodos. Considera que mientras más abres un libro, más presión aplicas al lomo y al encuadernado.
    • Sé cuidadoso al abrir un libro nuevo de tapa dura, ya que estos suelen tener el lomo bastante rígido y tienden a quebrarse. [6]
  4. Las hojas de un libro sufren el deterioro natural por el paso del tiempo y pueden volverse frágiles. Por lo tanto, debes ser muy cuidadoso al pasar las páginas para evitar las rasgaduras, arrugas, marcas o roturas, así como el daño al encuadernado. [7]
  5. Usar las dos manos para sujetar un libro servirá para evitar poner más tensión de la necesaria en el encuadernado y las páginas. Por otro lado, si la postura es incómoda debido a la fragilidad, tamaño o peso del libro, puedes colocarlo en una mesa o sobre tu regazo. [8]
    • No dobles las carátulas blandas mientras lees. Ten en cuenta que puede ser difícil lograr que vuelva a su forma original. Además, esto suele dañar el lomo del libro. [9]
    • Si tienes un libro que simplemente no puedes dejar de leer pero que también quieres cuidar, considera invertir en una copia adicional exclusiva para la lectura.
  6. Ya sea que se trate de una primera edición o un ejemplar con un gran valor sentimental para ti, cuando tienes un libro dañado, lo mejor que puedes hacer es enviarlo donde un especialista para que lo repare.
    • Las personas que se encargan de la conservación de libros tienen muchas especialidades: desde la preservación de ejemplares históricos hasta la reparación de encuadernado y material. Realiza una búsqueda en Internet con la frase “asociación de conservación de libros” seguida del nombre de tu ciudad o país para descubrir qué opciones hay disponibles en tu localidad y así poder realizar una consulta. [10] [11]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Guardar los libros

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  1. Evita colocarlos muy apretados o inclinados, ya que esto puede hacer que se deformen, que se dañe la estructura o se quiebren. Cuando los coloques en el librero o estante, procura ordenarlos por tamaños y extensiones similares para no poner demasiada presión en el lomo.
    • Si prefieres, puedes guardar tus libros en posición horizontal en lugar de vertical. No obstante, tendrás que asegurarte de que lo que coloques encima pese lo menos posible. [12]
    • Cuando desees sacar uno de los libros del estante, tómalo por el centro del lomo para evitar dañar los extremos superior e inferior. [13]
  2. Lo más ideal es colocar tus libros en un ambiente con un clima controlado para poder preservar su calidad. La luz del sol, el calor y la humedad pueden causar efectos negativos en el encuadernado, la estructura y la calidad de las páginas.
    • La humedad puede generar moho en los libros. Si vives en un área con mucha humedad y notas que comienza a aparecer moho, simplemente límpialo con un paño seco y deja el libro al sol por 30 a 45 minutos. Asegúrate de no dejarlo por más tiempo, ya que la luz del sol directa puede desteñir la carátula. [14]
    • Si un libro poco común o frágil tiene moho, llévalo donde un especialista en conservación de libros.
  3. Límpialos regularmente para evitar el desgaste natural por el uso y mejora las condiciones de almacenamiento. Por ejemplo, quitarles el polvo regularmente ayudará a reducir el daño y envejecimiento permanente de las páginas y la carátula.
    • Asegúrate de quitar el polvo desde el lomo hacia afuera para que este no quede acumulado detrás del lomo. [15]
    • Evita guardar los libros en bolsas de plástico. Los libros necesitan respirar, y el plástico puede hacer que se genere moho o que el material se deforme. Es mejor envolverlos con una tela libre de ácido o en una caja especial que uses para almacenar tus libros.
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Consejos

  • Manipula los libros valiosos y frágiles con mucho cuidado.
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