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El trabajo y la familia son esenciales para nuestras vidas diarias. Tratar de equilibrar roles laborales y familiares más numerosos y complejos es una fuente de estrés para muchos de nosotros, básicamente porque generan las tensiones causadas por un rol y la transferencia de emociones del ámbito laboral al familiar. Las tensiones causadas por un rol ocurren cuando las responsabilidades de un rol interfieren con tu capacidad de cumplir los otros roles de tu vida. La transferencia de emociones ocurre cuando las condiciones y las relaciones de un ámbito de tu vida tienen un efecto en otro ámbito. Encontrar un balance adecuado entre tu vida laboral y tu vida familiar no es una tarea fácil, pero los beneficios para tu bienestar hacen que valga la pena el esfuerzo.

Parte 1
Parte 1 de 5:

Determina cuáles son tus valores

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  1. Un valor es un principio, norma o cualidad que se considera valiosa o deseada. Los valores guían nuestras acciones y estructuran nuestras vidas.
    • Los ámbitos en los que solemos mostrar valores sólidos incluyen a las labores domésticas, las comidas y la hora de comer, el cuidado de los niños, el mantenimiento del auto y de la casa, las relaciones entre cónyuges, padres e hijos, la educación, el dinero, la política, la religión, etc.
    • Especificar tus valores es esencial para lidiar con las demandas laborales y familiares. Ellos te indican qué es importante en sus vidas y qué es importante para ti. Por lo general, no reconocemos ni cuestionamos nuestros valores hasta que surge un problema.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Klare Heston, LCSW

    Trabajadora social clínica
    Klare Heston es una trabajadora social clínica independiente licenciada que reside en Cleveland, Ohio. Con experiencia en asesoría académica y supervisión clínica, Klare obtuvo su maestría en trabajo social en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia en 1983. También tiene un certificado de posgrado de 2 años del Instituto Gestalt de Cleveland, además de una certificación en terapia familiar, mediación, y recuperación y tratamiento de traumas (EMDR).
    Klare Heston, LCSW
    Trabajadora social clínica

    Trabaja con tu familia para identificar tus valores y prioridades . Klare Heston, trabajadora social, sugiere: "Tómate un tiempo para pensar dónde pierdes equilibrio y habla con tu familia para aclarar los puntos en donde te gustaría hacer cambios. Ten en cuenta las fechas importantes y los plazos de tiempo tanto en tu trabajo como en tu familia e intenta trabajar en torno a ellos".

  2. La mayoría de nosotros tenemos una idea general de nuestros valores, pero suele ser imprecisa. Aún no estamos conscientes de muchos de nuestros valores. Estos valores (que poseemos pero no estamos completamente conscientes de ellos) suelen contribuir con las sensaciones de estrés. Puedes comprender y controlar este estrés una vez que estés más familiarizado con tus valores.
  3. Por ejemplo, ¿qué harías si crees que debes llegar temprano al trabajo y también consideras que la cocina siempre debe estar limpia antes de salir de casa? ¿Cómo rectificarías estos valores enfrentados? Estos conflictos son estresantes y pueden hacer que te sientas agotado e insatisfecho hasta que examines estos valores y reflexiones sobre la forma en la que interactúan.
    • Modificar o priorizar nuestros valores puede ser una forma de reducir las tensiones causadas por un rol y los conflictos entre valores. Por ejemplo, ¿llegar al trabajo temprano es más o menos importante que dejar la casa limpia? Decide cuál es más importante para ti y parte de ese punto. [1]
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Parte 2
Parte 2 de 5:

Fíjate metas y expectativas

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  1. Las metas son importantes en nuestras vidas y nos ayudan a decidir cómo usar nuestro tiempo.
    • Las metas incluyen frases como “quiero tener mi negocio propio para cuando tenga 40 años” o “quiero culminar la universidad antes de formar una familia”. Nuestros valores predeterminados dan forma a nuestras metas y nos dan el impulso que necesitamos para cumplirlas. Los valores subyacentes de estas dos metas podrían darle una gran importancia a la iniciativa, el logro y la educación.
  2. Algunas metas pueden ser concretas y específicas, como los dos ejemplos brindados. Sin embargo, es probable que otras sean más abstractas, relacionales y más enfocadas a tu bienestar y a tu lugar en el mundo. Por ejemplo, puedes esforzarte para entablar relaciones de apoyo con tus amigos, criar hijos saludables y responsables o cultivar un entendimiento más profundo y espiritual de ti mismo.
  3. Para reducir las tensiones causadas por un rol podemos elegir dejar algunas metas pendientes, abandonar algunas y modificar otras según sea necesario. Piensa en las cosas que quieres aprovechar al máximo en tu vida cuando realices esta clasificación.
  4. Todos tienen ideas sobre cómo se “deben” hacer las cosas y cómo se “deben” comportar las personas en ciertas situaciones. Estas expectativas, percepciones y actitudes suelen provenir de una combinación de nuestros propios valores individuales y normas sociales generalmente aceptadas.
    • Identificar los “debes” en tu vida puede ser más difícil que determinar nuestras metas, ya que lo anterior suelen existir de forma subyacente. Sin embargo, conservar actitudes y expectativas que no coinciden con tus necesidades actuales puede causar conflictos y estrés. Muchos de nosotros tenemos grandes expectativas por “tener todo”, ser todo para todos y ser “perfectos” en cada ámbito de nuestras vidas. Pero al tratar de lograr estas expectativas poco realistas, solemos quedar exhaustos, agotados e incapaces de cumplir de forma eficaz alguno de los ámbitos de nuestras vidas. En lugar de obtener este resultado, detente y reflexiona sobre las actitudes y las expectativas que tienes, y modifica aquellas que no te brindan lo que necesitas en un momento determinado. [2]
  5. Perdónate cuando las cosas vayan mal y no te des por vencido. En otros casos, acepta que surgirán situaciones que necesitarán tu atención y podrían hacer que tengas que modificar tus metas. Negocia con tu cónyuge, pareja, compañeros de trabajo y tu jefe para alcanzar lo que necesitas.
    • Sé receptivo y trata de aceptar el cambio. Nunca te acomodes mucho, ya que tan pronto como las cosas parezcan estar bajo control, ¡pueden cambiar de un momento a otro! [3]
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Parte 3
Parte 3 de 5:

Administra tu tiempo y prioriza

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  1. Priorizar es esencial para administrar el tiempo con eficacia. Es difícil lidiar al mismo tiempo con la vida laboral y la familiar, y tratar de encontrar un tiempo para tus amigos, tu familia y para ti solo. Incluso si usamos nuestro tiempo de forma eficiente, esto no significa que lo estamos usando de forma eficaz. En otras palabras, podemos estar haciendo las cosas correctamente, pero no necesariamente son las cosas correctas. Por lo general, no planificamos ni programamos las actividades que nos impulsan hacia nuestras metas, en especial aquellas metas que no son concretas. Una forma de solucionarlo es priorizar tus metas y decidir cuáles son más importantes a corto, mediano y largo plazo.
    • Después de determinar cuáles son las metas más importantes para ti, empieza a trabajar para alcanzarlas primero. No pierdas de vista a tus otras metas, pero trata de enfocarte en las que requieren tu atención inmediata.
  2. Pregúntate qué necesitas hacer en un día determinado para alcanzar la meta que te fijaste.
    • Determina un punto de referencia para tu meta. ¿Cómo sabrás que ya alcanzaste la meta?
  3. Estos determinan la forma en la que te encargas de tu tiempo y tu espacio, y te permiten entrar en contacto con tus emociones y controlarlas. Los límites expresan el alcance de tus responsabilidades, tu poder y tus acciones; estos también informan a los demás sobre lo que estás dispuesto a hacer y aceptar.
    • Debes estar dispuesto a decir “no”. Recuerda que poder decir “no” cuando te presionan para que asumas responsabilidades adicionales es tu derecho; es más, esto es esencial para equilibrar de forma eficaz el trabajo y la familia. Por ejemplo, si tu jefe te pide que trabajes horas extra pero ya te comprometiste a asistir a un evento en la escuela de tu hijo, puedes decir que tienes un compromiso y puedes buscar otra solución que se ajuste a los compromisos que ya hiciste. [4]
    • Fíjate plazos de tiempo. Divide tus tareas diarias en lapsos pequeños de tiempo; determina cuánto tiempo puedes y estás dispuesto a dedicar a una tarea determinada.
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Parte 4
Parte 4 de 5:

Planifica y comunícate de forma eficaz

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  1. Crea rutinas diarias y un plan cotidiano estructurado en lugar de reaccionar a lo que sea que ocurra. Planifica con anticipación y anticipa tus necesidades.
    • Es una buena idea contar con un plan de respaldo listo en caso de emergencias para que estés preparado con un plan de contingencia si algo surge.
    • Establece una red de apoyo a la que puedas recurrir. Relaciónate con amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo y profesionales. Debes estar preparado y dispuesto a pedir ayuda si la necesitas.
  2. Es una buena práctica reservar un tiempo para otras actividades además del trabajo para que tus días sean equilibrados, placenteros y gratificantes.
    • Reserva algo de tiempo para los hábitos saludables, como comer comida saludable, ejercitarte, meditar y pasar el tiempo de alguna otra forma tranquila. [5] Por ejemplo, muchos gimnasios están abiertos a la hora del almuerzo y pueden ofrecer una membrecía corporativa más económica.
  3. Si reservas tiempo para las reuniones en el trabajo, ¿puedes aplicar lo mismo en tu vida familiar? Reservar este tiempo para tu familia con anticipación hará que sea más difícil cancelarlo a último minuto y que no puedas cambiar la hora del compromiso. Trata a tu familia de la misma forma que tratarías al empresario más importante del mundo y no faltes a las “reuniones programadas” con ellos. [6]
    • Coman juntos en familia. Estudios han demostrado que compartir una comida en familia es de beneficio para el bienestar espiritual, mental y físico de toda la familia. Las familias cuyos miembros comen juntos tienen menos índices de abuso de drogas, embarazos adolescentes y depresión, así como mejores calificaciones y más autoconfianza. [7] Comer juntos ayuda a mantener a la familia unida y comprometida entre sí. Esto puede volverse una de las partes del día más placenteras tanto para los niños como para los padres. [8]
    • Reserva algo de tiempo para los grandes y los pequeños momentos de la vida. Tómate un tiempo para celebrar con tu familia acontecimientos, logros, graduaciones, cumpleaños y festividades importantes. Incluso marcar un logro más pequeño (p. ej., el gol de victoria que anotó tu hijo en el campeonato) con una ficha o realizar una reunión especial ayudará a que cada miembro de la familia se sienta especial y valorado.
    • Haz algo básico con tu pareja o tu familia. No tiene que ser un evento especial ni tomar mucho tiempo, solo tiene que ser un tiempo en el que estén juntos, como regar el jardín o arreglar el césped, salir en el auto o dar una caminata juntos, etc. Ellos sentirán que están recibiendo la atención que necesitan y desean, siempre y cuando estés relajado y los escuches.
    • Si tienes hijos, disfruta la rutina de ir a la cama, incluido bañarlos, leerles un libro y hacerlos dormir. Pasar estos momentos con ellos les hará saber que te importan y estás ahí para ellos. [9]
    • Usa el resto de la tarde para hablar con tu cónyuge o pareja sobre su día. Considera esto como una charla para comentar sobre su día; pregúntale qué tal le fue y ofrécele consejos o ayuda, o solo escucha. Para una relación romántica sostenible, saludable y de mutuo beneficio, el día a día es igual de importante que los grandes gestos y las proposiciones.
  4. Perdemos mucho tiempo en nuestras vidas diarias gracias a la televisión, Internet, los videojuegos, etc. Trata de eliminar toda distracción innecesaria que no le agrega ningún valor a tu vida ni la mejora.
    • Fija tiempos específicos para las actividades como navegar en Internet, ver televisión y jugar videojuegos. Elige lo que vas a hacer y cuánto tiempo le dedicarás. Por ejemplo, si tu programa de televisión favorito se transmite los jueves en la noche y dura una hora, reserva el tiempo para observarlo, pero haz otras cosas antes, en lugar de ver más televisión mientras esperas. Considera ver televisión como una actividad que tiene un horario determinado, en lugar de verlo como una forma de pasar el tiempo. Cuando sientas dudas, pregúntate “¿qué es más importante en mi vida?” Retomar tus valores fundamentales y reflexionar sobre ellos es una buena forma de evitar que pierdas el tiempo e invertirlo en algo relevante. [10]
  5. Pregúntales qué opinan sobre tu equilibrio entre el trabajo y la familia. Si conversas con ellos, evitarás la acumulación de resentimiento entre aquellos que son afectados por tus acciones.
    • Explícale a tu familia y a tus amigos por qué en ocasiones no puedes hacer todo lo que a ellos les gustaría que hagas (p. ej., si debes perderte un evento de la escuela por una obligación en tu trabajo). Explicar la situación de manera abierta puede ayudar a los demás a comprender y tener en cuenta tu situación. [11]
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Parte 5
Parte 5 de 5:

No asumas todas las tareas

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  1. Muchas veces sentimos que tenemos más control si hacemos todo por nuestra cuenta. Sin embargo, esto puede evitar que alcancemos nuestras verdaderas metas, ¡después de todo no somos súper humanos!
  2. Si bien muchos de nosotros nos resistimos a reasignar las tareas laborales y del hogar por miedo a perder el control, podemos beneficiarnos al delegar el trabajo. No estaremos sobrecargados y seremos más capaces de cumplir exitosamente con las demás tareas importantes. Delegar no es un trabajo fácil, ya que se basa en confiarle a los demás cosas que son importantes para nosotros; sin embargo, es esencial para encontrar el equilibrio en el trabajo y la familia.
    • Por ejemplo, puedes pedirle a la niñera que empiece a cocinar la cena antes de que llegues a casa del trabajo o pídele que haga una limpieza ligera. Esto te permitirá adelantar un poco tus responsabilidades del hogar.
  3. Trata de encontrar formas de simplificar tu vida en lo que sea posible y teniendo en cuenta tus circunstancias particulares.
    • Por ejemplo, si te sientes agotado por tener que hacer las compras de alimentos cada semana, prueba comprando en Internet. Puedes comprar lo que quieres y hacer que te lo envíen a tu casa. Un par de dólares adicionales te permitirán ahorrar mucho tiempo, dependiendo de tu situación.
    • Busca proyectos, organizaciones y negocios locales que podrían ayudarte a ahorrar tiempo, como tiendas de limpieza en seco que permitan recoger y dejar tus prendas temprano en la mañana o servicios de entrega de leche a domicilio. [12]
  4. Deshazte de la carga que te hace sentir culpable por perder el día. Muchas personas se sienten culpables por estar en el trabajo en lugar de su casa; lo opuesto también ocurre. Esto no aporta nada. [13]
    • Acepta que tener o hacer todo es un mito. En lugar de ello, date cuenta de que lo más importante es hacer lo mejor posible según tu situación y tus limitaciones. En lugar de sentirte culpable constantemente, redirige tu energía a hacer lo mejor que puedas todos los días (en todas las competencias que forman parte de tu vida) con el tiempo que tienes. [14]
    • Haz algo que te relaje como individuo. Ejercítate, da una caminata larga, escucha música, lee, cocina o toma una clase de yoga. Tómate un descanso; esto es un cuidado personal necesario que hará que seas más capaz de lidiar con el estrés de tu vida cotidiana.
    • Tómate una noche a la semana para divertirte con tu familia. Organiza una noche de películas, una noche de juegos o sal con tu familia. Todos se ven absorbidos por sus rutinas y horarios diarios; por ello, es una buena idea tomarse una noche a la semana en la que todo se detiene y toda la familia se junta para relacionarse. [15]
  5. Rodéate con personas que mejoren tu energía y te hagan sentir positivo, encaminado y estable, y evita a los que cuentan chismes, se quejan o tienen actitudes negativas en general.
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Consejos

  • Para determinar cuáles son los ámbitos de tu vida que no están en equilibrio, prueba el siguiente ejercicio. Dibuja un círculo grande en una hoja y divídelo en 8 a 10 secciones. Nombra cada sección con un ámbito de tu vida que sea importante para ti (como amigos, familia, salud, trabajo, recreación, dinero, desarrollo espiritual, relaciones románticas, etc.). Califica tu satisfacción en cada una de estos ámbitos. Imagina que el borde exterior del círculo es una satisfacción total y que el centro es una insatisfacción total. En cada sección, coloca un punto pequeño para indicar tu satisfacción en ese ámbito (p. ej., si estás moderadamente satisfecho, coloca el punto en el medio, entre el centro y el borde). Une los puntos para crear un nuevo perímetro para tu círculo. Si rodarás el círculo como una rueda, ¿sería uniforme o desigual? Para lograr el equilibrio (¡y que el círculo ruede sin dificultad!), aborda los ámbitos que tengan las mayores brechas; esos son los ámbitos de tu vida que necesitan un equilibrio. [16]
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