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Las hierbas son una parte esencial del repertorio de cualquier cocinero. Pueden usarse para animar un platillo con un sabor vivo y floral o para agregarle una profundidad suave a los caldos y a los líquidos para guisar o para darle un toque de color a cualquier platillo. Desafortunadamente, mientras muchas recetas llevan hierbas frescas, la mayoría de las alacenas no cuentan con todo tipo de tipo de hierbas frescas todo el tiempo; así que algunas veces es necesario substituir con hierbas secas. Las hierbas secas tienen sus propios beneficios, pero el saber cómo convertir correctamente entre hierbas secas y frescas puede ser todo un reto. Para aprender cómo medir las hierbas frescas vs. hierbas secas es cuestión de familiarizarse con cada ingrediente y hacer una conversión simple.

  1. Ten en cuenta qué tipo de hierba lleva la receta, si la receta lleva hierbas frescas o secas y si tienes la cantidad correcta. Generalmente, el platillo sabrá mejor si no cambias un tipo de hierbas por otro. Si no tienes el tipo correcto de hierba, anota el volumen indicado.
  2. Convertir entre las medidas de hierbas secas y de hierbas frescas es bastante sencillo. La regla es: 1 parte de hierbas secas es igual a 3 partes de hierbas frescas. Por ejemplo, si una receta lleva una cucharada (15 ml) de orégano fresco, puede prepararse usando solamente 1 cucharadita (5 ml) de orégano seco. Una receta que lleve ½ cucharadita (2.5 ml) de albahaca seca, puede prepararse usando 1.5 cucharaditas (7.5 ml) de albahaca fresca.
    • La razón para esta conversión es que las hierbas secas tienen un contenido mucho menor de agua y, por lo tanto, tienen una concentración mucho más alta de aceites esenciales. Estos aceites producen un sabor más fuerte en un volumen de hierbas más pequeño.
    • Esta conversión sirve solamente para medidas de volumen. Las conversiones de peso variarán de hierba a hierba; sin embargo, las hierbas rara vez se miden por peso.
  3. La regla explicada arriba no es inmutable y debe usarse solamente como una pauta general. Conforme las hierbas se van haciendo viejas en tu alacena, van perdiendo su sabor (y su color) gradualmente. Si acabas de comprar tus hierbas y todavía tienen un color vibrante y aroma fuerte, entonces debes de ponerle un poco menos a tu receta de lo que dicta la regla de conversión. Si las hierbas se han puesto un poco añejas, ponle un poco más para compensar.
  4. Una vez que hayas medido la cantidad apropiada y ajustado esta cantidad de acuerdo a la edad de las hierbas, agrégalas a tu platillo. Ten en cuenta que el sabor no será exactamente el mismo cuando uses hierbas frescas y cuando uses hierbas secas.
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Consejos

  • Para animar tus hierbas secas puedes picarlas con un poquito de otra hierba fresca diferente (si tienes). Por ejemplo, si la receta lleva albahaca fresca, en su lugar puedes picar un poco de albahaca seca con un poco de perejil fresco; esto le agregará color y avivará el sabor de la hierba.
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Advertencias

  • No decores tus platillos con hierbas secas; éstas no tienen el mismo atractivo que tienen las hierbas frescas.
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Cosas que necesitarás

  • Hierbas secas
  • Hierbas frescas
  • Cucharas medidoras

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