Descargar el PDF Descargar el PDF

Nunca nadie dijo que enseñarles a los estudiantes fuese una tarea sencilla. Motivarlos a aprender es incluso más difícil. Ya sea que les enseñes a estudiantes de octavo grado o a adultos en una escuela de formación profesional, motivarlos para que quieran trabajar y aprender por cuenta propia puede ser un gran desafío. Sin embargo, existen muchos enfoques que puedes probar para hacer que la experiencia de aprendizaje sea más divertida, emocionante y necesaria para los estudiantes. Si quieres aprender a motivarlos, lee los siguientes pasos para comenzar.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Crear un entorno positivo y propicio

Descargar el PDF
  1. Lo que sucede con los estudiantes es que están expuestos a muchas personas diferentes que actúan como "profesores" en sus vidas. Todos intentan con muchas fuerzas estimular a los estudiantes, hacerlos pensar, trabajar y convertirlos en personas de las que el mundo pueda enorgullecerse. Debido a este aporte abrumador de estímulos e influencia, los estudiantes tienen dificultades para descubrir su propia identidad y sospechan por naturaleza de cualquier persona que quiera influenciarlos.
    • Una vez que lo reconocen, suelen lidiar con la presión constante del entorno al adoptar una política importante: "Solo te permitiré influenciarme si me demuestras que lo mereces". Esta política es su mecanismo para asegurarse de llegue la persona correcta en el momento correcto, y es una buena forma de lograrlo. El único momento en que se convierte en un problema es cuando se interesan por una persona que es una mala influencia, o cuando una buena persona no hace un esfuerzo por impresionarlos.
  2. Si quieres motivar a tus estudiantes, tendrás que demostrarles que eres una persona a quien vale la pena escuchar. Es posible que desconfíen de ti el primer día, pero puedes esforzarte por ganar su confianza y respeto. Para ello, tendrás que destacarte. No podrás lograrlo si tienes un rol absolutamente secundario en sus vidas. Por lo tanto, es importante que te destaques, atraigas y mantengas su atención. Estas son algunas formas de dar una impresión positiva en tus estudiantes: [1]
    • Hazte oír. Ten una opinión y asegúrate de presentarla en el momento correcto. Evita hablar demasiado o tener demasiadas opiniones fuertes. Lo importante es que te muestres como alguien informativo e inteligente que no tiene miedo de expresar lo que piensa, no alguien que es arrogante y egocéntrico.
    • Siente pasión por lo que enseñas. Los ojos bien abiertos, la sonrisa y el entusiasmo apenas contenido pueden hacer maravillas en los estudiantes. Por más que no les interese tu materia, tu forma de expresarte podría sorprenderlos. Sobre todo, precisamente al transmitir tanta pasión por la materia, tus estudiantes te considerarán una persona genuina .
    • Sé enérgico. El entusiasmo es contagioso. Además, es mucho más difícil que los estudiantes se duerman en clases si el profesor salta por las paredes (no es que se recomiende que lo hagas). Asegúrate de tener energía para “promocionar” bien tu materia y “venderte” como profesor.
    • Esfuérzate con tu apariencia. Es importante que des una buena impresión, así que asegúrate de lucir bien en el aula. Vístete un poco mejor o distinto que una persona promedio.
  3. Haz más de lo que se espera de un profesor promedio. Por ejemplo, si un estudiante tiene dificultades para entregar los trabajos a tiempo, la próxima vez que ocurra, llámalo después de clases para revisar toda la tarea con él. Ayúdalo a escribir, enséñale a investigar y muéstrale trabajos que otros estudiantes hayan escrito. Esta es una excelente técnica porque elimina varios problemas. Si se trata de la actitud del estudiante, eliminarás sus excusas, y si en verdad tiene dificultades con la tarea, sabrá exactamente cómo lidiar con ella.
    • Sé atento, responde todas las preguntas y asegúrate de que tus estudiantes comprendan todas tus acciones. Asegúrate de decirles que no volverás a trabajar con ellos de esa forma. Pregúntales si han comprendido todo y espera su respuesta afirmativa antes de despedirlos.
    • Por supuesto, existe una diferencia entre hacer un esfuerzo adicional y permitir que tus estudiantes se aprovechen de ti. Proporciónales una ayuda adicional cuando lo necesiten, pero no lo hagas si eso implica sacrificar tus principios.
  4. Si quieres que los estudiantes se interesen por lo que enseñas, tendrás que ir más allá del plan de estudios. Mantén a los estudiantes actualizados con desarrollos recientes relacionados con la materia. Por ejemplo, si eres profesor de ciencias, puedes 1) llevar un artículo de una revista científica para que lean en clases o 2) darles un resumen del artículo, mostrarles fotos del mismo, hacerles preguntas acerca de los conceptos que aborda y el significado de ciertas oraciones, y decirles que tienes copias si alguien quiere acceder a una después de clases. La mejor opción es la segunda.
    • Es importante que comprendas que el trabajo de mantener interesados a los estudiantes es tuyo, y no del material que presentas.
  5. Elabora un proyecto exhaustivo para clases que sea poco convencional y divertido. Por ejemplo, la clase puede organizar una obra de teatro relacionada con la ciencia (o cualquier otra materia) que puedan representar en un museo local para niños más pequeños. Toda la clase puede escribir un libro que publiques a través de un servicio de autopublicación y donarlo a la biblioteca local.
    • El objetivo es que la idea sea diferente; tienes que hacerlo durante la clase o en algún otro momento en la escuela (para evitar problemas de transporte y tiempo) y trabajar en cada paso del proyecto con cada uno.
  6. Tener un buen sentido del humor puede llamar la atención de los estudiantes, hacer que el material sea más animado y ayudarlos a que se identifiquen contigo. El hecho es que, si eres serio todo el tiempo, les resultará más difícil interesarse y conectarse contigo. No es necesario que seas un payaso y bromees en cada oportunidad que tengas; si creas un entorno divertido para los estudiantes, estarán más motivados y dispuestos a aprender.
  7. El objetivo es convencer a tus estudiantes de que vale la pena escucharte, en especial si quieres motivarlos para que se interesen por tu campo de estudio. Por lo tanto, debes mostrar tus talentos. No eres simplemente un profesor, sino una persona muy buena en lo que haces. Es similar a la forma en que te presentarías durante una entrevista laboral. Sé humilde, pero no ocultes tus talentos. Permite que tus estudiantes noten tu orgullo al hablar acerca de tus experiencias o contribuciones. Si tienes contactos importantes, invítalos a la clase, pero no les pidas que den un discurso. La mejor opción es que sea una interacción similar a una entrevista. [2]
    • Si tus estudiantes piensan que no sabes de qué hablas, serán más perezosos al hacer la tarea o pensarán que no notas si no leen el material detenidamente.
  8. Si un estudiante parece estar deprimido o molesto, llámalo después de clases para preguntarle si se encuentra bien. Procura verte un poco ocupado cuando lo hagas. Haz contacto visual al preguntarle, pero no lo mires fijo hasta que responda. Si responde que se encuentra bien, no lo presiones, a menos que creas que tiene un problema grave. Simplemente dile "Me ha parecido que estabas un poco desanimado ahí atrás", deja el tema y sigue trabajando. El hecho de que te preocupe será suficiente para el estudiante.
    • Si un estudiante que tiene dificultades percibe que te preocupas lo suficiente como para observarlo, lo motivará a trabajar más duro. Si cree que no te importa si se esfuerza o no, o no te preocupa cómo se siente, será menos probable que haga un esfuerzo.
    • Considera la posibilidad de ser flexible con algunas reglas si un estudiante realmente tiene dificultades. Esto requiere un poco de cuidado, pero generalmente permite establecer la confianza. Si un estudiante no ha entregado sus trabajos de manera constante y se presenta y te dice que no ha completado la tarea "nuevamente", comprende que algo malo sucede (por más que solo sea su actitud) y ayúdalo. Con discreción, dale un poco más de tiempo y haz que el tema sea un poco más sencillo. Sí, es romper un poco las reglas, pero te permitirá eliminar las razones para que se repita. Asegúrate de dejar en claro que no otorgarás concesiones nuevamente.
  9. Es poco probable que tus estudiantes estén motivados si sienten que les das un discurso y no te preocupas por lo que piensan. Si les preguntas qué piensan de cierto tema político, pasaje literario o la validez de un experimento científico, es posible que se emocionen y comiencen a hablar. Si sienten que te importa lo que tienen para decir, saldrán de sus caparazones y estarán emocionados por compartir sus visiones contigo.
    • Recuerda que existe una diferencia entre promover un debate saludable y hacer que los estudiantes compartan sus opiniones sin fundamento.
    • Por supuesto, si les enseñas matemáticas o un idioma extranjero y no hay muchas posibilidades de que puedan compartir sus opiniones, preséntales información adicional relevante acerca de la materia. Por supuesto, tus estudiantes de octavo grado posiblemente no tengan una opinión con respecto a la conjugación del tiempo presente en inglés, pero podrían tener una opinión con respecto a la efectividad del aprendizaje de inmersión si les presentas artículos relevantes acerca del proceso.
  10. Si únicamente te dedicas a exponer asuntos, es muy probable que los estudiantes se distraigan. Si quieres mantenerlos motivados para que aprendan y estén alerta, tendrás que facilitar los debates significativos en clases. Haz preguntas no a la clase, sino a cada estudiante directamente, llamándolos por su nombre. La realidad es que ningún estudiante querrá que lo llames sin saber la respuesta a una pregunta. Por lo tanto, si los estudiantes saben que existe la posibilidad de que lo hagas, prepararán una respuesta durante la clase.
    • Además de hacer que sean más propensos a leer el material y prepararse para la clase, los estudiantes se sentirán más emocionados al ir a clases, dado que sentirán que sus opiniones importan.
  11. Si tienes una clase nueva y llegas y les dices a todos que sabes que son personas maravillosas y que aprenderán a cambiar el mundo, es poco probable que te crean y podrían perder el respeto por ti. Lo que pensarán es cómo puedes saber qué tipo de personas son sin que hagas un esfuerzo por averiguarlo. ¿Cómo esperas que cambien el mundo si no les dices qué es el mundo? ¿Cómo puedes tener la misma expectativa para todos? De hecho, tienen razón. [3]
    • Generalmente, para los profesores, todos los estudiantes son iguales, por lo que se sienten cómodos al expresarse a través de ese tipo de discurso. Sin embargo, para un buen profesor, cada estudiante es diferente.
    • Evita incluso el discurso "Algunos de ustedes" ("Algunos de ustedes se convertirán en abogados, otros en médicos, etc."). Ahorra el discurso para una de tus últimas clases con los estudiantes (no la última) y haz que sea personal. Por ejemplo, puedes decir "Juan encontrará la cura para el cáncer, Lucas se hará más rico que Bill Gates, Ana decorará el mundo, Mariana probablemente se volverá más rica que Lucas …".
    • Incluye un poco de humor y asegúrate de que sea obvio para los estudiantes que has podido aprender algo de cada uno de ellos. Estas son tus expectativas con respecto a ellos; al igual que te has mostrado ante ellos, ellos también se han mostrado frente a ti.
  12. Procura exponerlos al estímulo que han bloqueado antes, como problemas que incluyen a las personas, la comunidad, el país y el mundo. Cualquier cosa que sea importante para ti. Cualquier tema que quieras usar para motivarlos. Ahora que has ganado su confianza y han decidido que vale la pena escucharte, lo harán. Intentarán comprender tus razones y por qué te sientes de tal forma. Por más que no estén de acuerdo, estarán dispuestos a hacer el esfuerzo. [4]
    • A veces, es posible que no puedas motivar a los estudiantes porque no logran percibir cómo es que tu materia (ya sea literatura o historia) se aplica en la rutina diaria. Lleva una reseña de un libro o un artículo de un periódico para demostrarles que lo que aprenden en clase tiene un impacto en el mundo exterior. Si notan aplicaciones prácticas y reales de la materia, serán mucho más propensos a interesarse por los conceptos.
    Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 2:

Crear desafíos

Descargar el PDF
  1. Posiblemente te sorprendería cuánto podrías motivar a tus estudiantes si les pides que presenten un tema en grupo o de manera individual. Sentirán la emoción y responsabilidad de ser expertos en un tema específico, ya sea El guardián en el centeno o la configuración de los electrones. Prepararse para los proyectos o las presentaciones fuera de clase hará que estén más dispuestos a aprender, y esta es una forma ideal de mezclar un poco el plan de estudios y hacer que las cosas sean interesantes.
    • Además, hacer que los estudiantes presenten un tema específico hará que sus compañeros estén más motivados para aprender. En ocasiones, los estudiantes podrían cansarse de verte frente a la clase todo el tiempo, y ver a sus compañeros presentando un tema puede ser una experiencia renovadora para ellos.
  2. Los trabajos grupales ayudan a los estudiantes a conocerse entre sí, observar el material desde otras perspectivas y sentirse motivados para tener éxito. Si un estudiante trabaja solo, es posible que no sienta la misma presión por tener éxito que si trabajara con un grupo de otras personas donde tenga un rol designado. Los trabajos grupales también son ideales para mezclar un poco el plan de estudios para que los estudiantes hagan algo diferente en clases. [5]
    • También puedes promover la competencia saludable entre los grupos. Ya sea que escribas un desafío gramatical en la pizarra o el pizarrón, un juego por puntos acerca de un tema específico u otra actividad o juego que cada grupo intente ganar, los estudiantes estarán más motivados para participar y encontrar la respuesta correcta si existe cierto tipo de competencia (siempre y cuando sea saludable, y no desalentadora).
  3. Las tareas con créditos adicionales pueden ayudar a los estudiantes a llevar el material a otro nivel y esforzarse por mejorar sus calificaciones. Por ejemplo, si eres profesor de química y sabes que algunos estudiantes tienen dificultades, puedes solicitar un informe de un libro científico y divertido como El universo en pocas palabras . Los estudiantes se divertirán al disfrutar la ciencia desde otro nivel, y adquirirán conocimientos del material al mismo tiempo que mejoran sus calificaciones.
    • Puedes asignar tareas que muestren una aplicación más amplia del material. Por ejemplo, si eres profesor de inglés, puedes darles crédito adicional a aquellos estudiantes que asistan a una lectura de poesía en la comunidad y preparen un informe. Haz que lo compartan con la clase para motivar a los estudiantes y animarlos a ir más allá.
  4. Los estudiantes estarán más motivados si tienen distintas opciones a lo largo del curso, dado que sentirán que tienen algún tipo de control sobre su aprendizaje y motivación. Dales la posibilidad de tener un compañero de laboratorio o proporciónales distintas opciones al asignarles el próximo ensayo o tarea breve. Es posible brindarles muchas estructuras al mismo tiempo que también les permites tener opciones. [6]
  5. Si quieres motivar a tus estudiantes, la retroalimentación debe ser profunda, clara y significativa. Si observan cuáles son sus fortalezas y qué puntos pueden mejorar, estarán más motivados para aprender que si todo lo que recibieran de sus tareas fuera una calificación escrita y una oración con una retroalimentación incomprensible. Tómate un tiempo para que perciban que realmente te importa que tengan éxito y que quieres ayudarlos a mejorar.
    • Si tienes tiempo, puedes programar conferencias con los estudiantes para examinar sus progresos a lo largo del curso. Esta atención individual les demostrará que te importan y que prestas atención a sus trabajos.
  6. Bríndales esquemas, instrucciones claras e incluso ejemplos de las tareas exitosas para que comprendan lo que buscas. Si no tienen idea de lo que realmente esperas o cómo pueden tener éxito en tu clase, estarán menos motivados para tener un buen rendimiento. Tener instrucciones claras y un profesor dispuesto a responder cualquier pregunta acerca de las tareas los motivará para hacer bien las cosas.
    • Tómate un tiempo para responder preguntas después de explicar una tarea. Los estudiantes quizás actúen como si supieran todo, pero si los presionas, es posible que descubras que aún necesitan más aclaraciones.
  7. Si bien las lecciones pueden ser apropiadas para tu materia, cuanto más puedas variar las cosas en clase, más motivados estarán los estudiantes. Por ejemplo, puedes dar una "breve lección" de 10 a 15 minutos seguida por una tarea grupal que demuestre el conocimiento de los conceptos que hayas explicado. Luego, puedes crear una actividad en el pizarrón, hacer que un estudiante presente una tarea con crédito adicional, o mostrar un video breve acerca del material. Hacer que las clases sean dinámicas motivará a los estudiantes y los mantendrá alerta.
    • Tener un plan para cada clase, ya sea en papel o escrito en el pizarrón, también motivará a los estudiantes, quienes quieren saber qué esperar.
    Anuncio

Consejos

  • No te molestes por cada pequeño problema de comportamiento. Los estudiantes necesitan sentir que lo primero es la educación, no tu autoridad.
  • Tu participación no debe parecer forzada. Ya sea que expliques, enseñes, escuches, ordenes tu escritorio o leas algo, es importante que nada parezca forzado.
  • No hables lento y de forma deliberada. De lo contrario, los estudiantes sentirán que crees que no comprenderán si hablas a un ritmo normal.
  • Recuerda que tienes una relación profesor estudiante; no la pongas en riesgo. No te muestres como un amigo, en vez de un profesor. Es importante que respetes los límites en este punto. Eres su profesor, solo que muy bueno y diferente.
  • No seas demasiado atento.
  • No puedes mostrarte como alguien que es "simplemente humano" en clases. Si tienes un mal día, no lo dejes ver. Si estás enojado o molesto, no lo dejes ver . Aquí, tienes que ser el superhéroe. En este punto de sus vidas, los modelos de rol de los niños se convierten en humanos; se enferman, se decepcionan, se divorcian, se deprimen y se apoyan en un estudiante. Los estudiantes interpretan esto como una señal de que no son lo suficientemente fuertes como para poder enfrentar las adversidades de la vida. Necesitan a alguien con quien puedan contar, en el caso de ser necesario. Tu “mortalidad” pondrá en peligro las posibilidades de que esta persona seas tú. No les cuentes acerca de tus problemas ni muestres tus debilidades (a menos que sea algo trivial, como dibujar una línea recta). Si se acercan a ti con un problema, ayúdalos a que se identifiquen contigo al decirles "Me ha pasado alguna vez", en vez de decir "Demonios, sé cómo se siente".
  • Si sueles hablar lento, procura hacerlo un poco más rápido de lo normal.
  • No sonrías demasiado ni durante toda la clase. Hazlo de manera ocasional y hacia una persona específica.
Anuncio

Advertencias

  • No es posible conquistar a todos los estudiantes, y debes estar preparado para esta realidad. Nuevamente, como instructor, asegúrate de que comprendan que solo quieres motivarlos para que se conviertan en ciudadanos productivos.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 6615 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio